La base en Gibraltar nunca había estado más silenciosa. La mayoría de los miembros de Overwatch se encontraban esparcidos alrededor del mundo, en las diversas misiones que le correspondían a la organización.
Para la fortuna de ambos, ni Genji ni Zenyatta habían sido asignados a alguna de las misiones, por lo cual prácticamente tenían el lugar para sí mismos.
Ambos se encontraban en el área comunal de la base, aprovechando la oportunidad para meditar en aquel usualmente ruidoso espacio. Según los detalles de la tabla de misiones, el equipo designado a Londres llegaría en cualquier momento, por lo que sabían que su paz no duraría mucho tiempo, más aun cuando varios de los miembros más jóvenes del grupo volverían de aquella misión.
A Zenyatta no le molestaba en lo más mínimo. Los miembros más jóvenes del equipo no habían sido más que amables con él (o al menos la mayor parte de ellos) y usualmente tenían un aura que iluminaba y alegraba el lugar entero. Sabía que Genji se sentía de manera similar con respecto a los chicos, básicamente adoptando a la joven coreana como una hermana menor.
“Siempre quise una hermana. –Genji le comento alguna vez en sus viajes— Pero mi madre falleció antes de que pudiera... En fin. Supongo que debería alegrarme de tener un hermano, aunque no resultara como deseara –recordaba cómo le había dedicado un intento de sonrisa que denotaba un tono de tristeza.”
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando un inconfundible destello azul atravesó la puerta, deteniéndose justo en medio de la habitación.
—Chicos, ¡Chicos! No creerán lo que ocurrió en nuestra misión. —Tracer con su energía y optimismo característico, parecía aún más emocionada de lo usual (si es que eso era posible) — ¿Soy la primera en encontrarlos verdad? Quiero ser quien les de la noticia.
Tanto Genji como Zenyatta se levantaron de sus posiciones, recibiendo a la recién llegada con atención. Zenyatta fue el primero en hablar.
—Bienvenida de vuelta Lena, ¿Confío en que los demás hayan regresado en buenas condiciones al igual que tú?
—Claro, no estaría aquí si no fuera así, —hizo una pausa, tomando una bocanada de aire, y retomando el hilo de su conversación original— En fin, ¿Recuerdan de que trataba nuestra misión? —Antes de que siquiera pudieran intentar responder, continuó– Vigilar las negociaciones de la ONU con respecto a los derechos de los omnics. Pues las negociaciones fueron bastante positivas. Es más, ¡Se ha aprobado el matrimonio para los omnics! Tanto entre sí como con humanos. ¿No es fabuloso?
Genji sonrió bajo su visor. Cualquier avance en los derechos de los omnics era reconfortante. No pudo evitar observar a Zenyatta a su lado, pensar que alguien tan maravilloso como él no tuviera los mismos derechos que los demás… era demasiado frustrante. Apartó el pensamiento negativo, concentrándose en las buenas nuevas de su compañera.
Zenyatta por su lado asintió con la cabeza, siendo su manera de sonreír. —Es magnífico. Mi alma se regocija que tantos de mis hermanos puedan compartir una alegría como esta.
—Estoy totalmente de acuerdo. —Una sonrisa pícara se dibujó en los labios de Tracer—. Así que… ¿Cuándo es la boda?
Genji se alegró de no haber preparado el té que usualmente tomaba mientras meditaba, o estaba seguro que lo escupiría de la sorpresa. Sabía que Tracer tenía las mejores intenciones y, si lo pensaba bien, tenía razones de sobra para preguntar.
Y a pesar de todo, la pregunta le había caído como un balde de agua helada. Nunca había pensado en matrimonio. Es decir, cuando era solo un joven creciendo en las calles de Hanamura, lo que más disfrutaba era una buena noche de diversión, sin nada serio en mente. Cuando fue transformado en cyborg, la simple idea le parecía risible. Cuando conoció a Zenyatta la idea había quedado tan oculta en el fondo de su mente, que ni siquiera lo había considerado…
Pero, desde una perspectiva externa como la de la chica era algo obvio. ¿Cuánto tiempo llevaba saliendo con Zenyatta? ¿Cuánto tiempo lo había conocido antes de que empezaran a salir? Era un paso obvio para cualquier relación…
Pero, solo con un vistazo, sabía que su relación era diferente. Zenyatta había sido un monje Shambali y, aunque hubiera dejado el título, seguía practicando las enseñanzas del grupo. Vaya, ¡Ni siquiera sabía cuál era la opinión de los Shambali con respecto al matrimonio!
No. Eso no era para ellos. Se conformaría con alegrarse por sus compañeros que esperaban con ansias el poder ejercer este derecho que parecía tan básico y normal, pero que representaba una gran victoria.
Lanzó un vistazo a Zenyatta a su lado, dejando su imaginación divagar. Pensándolo bien, Zen se vería hermoso con vestimentas blancas… No. No cedería por algo tan simple. Además, siempre podría convencer a Zenyatta de usar algún aditamento blanco, de una u otra forma.
—Es una gran noticia Tracer y, aunque es un gran paso para los derechos de los omnics, no es algo en lo que Zen y yo estemos interesados —para confirmar su punto, tomo la mano de su pareja, sin apartar su mirada. Noto el “inexpresivo” rostro a su lado, y supo que algo pasaba por su cabeza… ¿Habría dicho algo equivocado?— ¿Zen...?
—Tal vez deberíamos casarnos. Aunque solo si tú estás de acuerdo.
La sorpresa de Genji fue rápidamente superada tras el grito de emoción de Lena a su lado. ¿Zenyatta acababa de…? Fue algo demasiado inesperado. Soltó la mano entrelazada a la suya, girando su cuerpo para quedar frente a frente con Zenyatta. Abrió su boca, cómo tratando de pensar que responder, pero la cerro rápidamente.
— ¡Oh Dios! Zenny, tu no debías… ¡Ya perdí 30 dólares! –Tracer frunció levemente el ceño. Volteó a ver a Genji, que seguía repitiendo el mismo movimiento de abrir y cerrar la boca, como en un trance—. Zenny, creo que rompiste a Genji.
Zenyatta levanto una mano y la dirigió al rostro de Genji, inclinándolo levemente hacia su dirección — ¿Genji? Sé que no fue la propuesta más tradicional, pero es algo que ha estado rondando en mi cabeza desde hace un tiempo. – Desde que había oído de las negociaciones, varios pensamientos había cruzado por su cabeza, e inevitablemente, la idea de casarse con él. Una forma tanto de demostrar lo mucho que estos derechos eran valorados por los omnics, así como otra manera de proclamar su amor por Genji. Espero cualquier reacción de su parte, sin respuesta — ¿Sabes? rechazar mi propuesta también es perfectamente válido…
— ¡No! Maes… —se corrigió rápidamente— Zenyatta. Es solo que es inesperado. Nunca había pensado en algo como esto –sin apartar la vista del rostro de Zenyatta, tomó ambas manos entre la suyas—. Pero, si hubiera alguien con quien quisiera hacer esto, no sería con nadie más que contigo. Te amo, y el pasar el resto de mi vida a tu lado sería un gran honor.
Zenyatta relajo los hombros, sin separar la vista de Genji. Sintió como lentamente su núcleo aumentaba de temperatura, dejando una sensación cálida en su interior, una que solo podía lograr por el hombre frente a él. Inclino la cabeza de lado, sonriendo en su manera muy particular. —El honor será mío.
— ¡Awww! Tienen que dejar que Emily y yo nos encarguemos de los preparativos, amores—Tracer empezó a divagar, planeando cada minuto en su mente— ¿Dónde sería un buen lugar? ¿Numbani? No, demasiado saturado en esta época del año…
Zenyatta se encogió de hombros, lo más cercano a un suspiro. Volteó para enfrentar a Lena sin soltarse completamente de Genji a su lado, entrelazando sus dedos. No tenía corazón para explicarle que su idea de “boda” sonaba muy diferente de la suya. Apretó la mano entre la suya, pidiéndole ayuda en esta situación tan extravagante.
—Lena –Genji interrumpió su charla, que parecía alejarse cada vez más del punto original—. Puedes planear la boda con una condición, —notó como ambos quedaron expectantes a sus palabras— Yo escogeré la ropa que Zen usará.
Zenyatta no pudo más que reír ante el grito de “¡Trato hecho!” de Tracer. Miró a Genji, imaginando la sonrisa que se ocultaba bajo su visor frontal.
Si el casarse con Genji significaba que podría ver esa sonrisa cada día de su vida, no había duda que sería la mejor decisión de su vida.