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Fate Stay Basket por Elen Ambar

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Notas del fanfic:

Hol~ Éste es el segundo fic que publicaré después de mucho tiempo, eh de decir que el anterior quedó en la nada al no saber cómo continuarlo, pero en éste seré constante y espero les guste, al final les pondré imágenes para los que no hayan visto Fate Stay Night o alguna rama de Fate, le agradezco a Jan, un amigo que me ayudó pues la verdad no conocía la serie y mola.

 

Espero les guste ^^

 

Notas del capitulo:

Les daré a conocer al personaje que aparecerá y que no tiene que ver con Kuroko no Basket.

 

Para los que no hayan visto Fate Stay Night:

 

http://i.rubese.net/twisoq/img/421da82853bc1aa7566da7ae0edfb62b.jpg

 

http://rupanana.fam.cx/images/upload/Lancer.jpg

Dejó que su mente vague por el auditorio que se supone era el aula de trabajo para sus cursos y divisiones, el crisol, que rodeaba las gradas de bancos hechos con madera, lograba realzar la belleza que suponía la luz entrante del medio día, un arco iris de colores con preciosas combinaciones, de cierta forma se perdía en la fragmentación del brillo solar que se daba en los colores ofrecidos por el ambiente, pero lo sabía, todo era una simple ilusión de Helios el grande que, con sus flamígeros, y los ojos humanos junto al cerebro, se dedicaban a colorear los objetos y los seres vivientes.

Su vista volvió a la clase de Teoría y Técnica de Grupos, le gustaba mucho su nueva carrera, la había elegido por si mismo esta vez, una vez acabó con administración de empresas, pretendía seguir psicología, con el fin de entender mejor a los humanos, saber que pensaban y comprender sus gestos faciales u corporales. La hora continuó con la misma densidad de siempre, Teoría y Técnica de Grupos no era de mis favoritas, claro, a pesar que trabajaba de todo lo que había sucedido en preparatoria.

El profesor dio por finalizada la clase y el día, me levanté cogiendo mis cosas del banco para caminar escaleras abajo, debía salir raudo antes que los pasillos acabasen atestados por alumnos que vendrían como avalancha sobre mi persona. Caminé a paso apresurado, como alma que lleva el diablo, hacia la salida de la sede de psicología. Una vez fuera lancé un suspiro buscando con la mirada a Kuroko y Kagami, el primero estudiaba para ser maestro de jardín y el segundo se especializada en seguridad e higiene, claro que luego iba a ser bombero.

No fue difícil encontrar al más alto, Kagami había alcanzado el metro noventa, Kuroko aún con los años seguía teniendo la estatura de un adolecente, el resto de la generación habían cambiado bastante, su rostro lucía más maduro que antes, algunos como Murasakibara y Kise dejaron que su cabello oscile en cuanto al largo aunque Atsushi ya lo tenia extenso desde un principio. Sonreí al ver llegar a Aomine, él si estudiaba para ser policía o al menos algo similar, le encantan las armas, razones por las que va a veces al castillo para ver las antiguas que cuelgan en los muros o se usan para entrenar.

Finalmente, al estar todos reunidos frente a la facultad de psicología, decidimos ir a comer a un Maji Burguer que había cerca, la mayor parte de los de la generación habían ido allí, pero yo nunca pude acompañarlos por una cosa u otra, seria divertido ir a comer algo ahora que se daba la oportunidad, mientras caminábamos saliendo de la universidad observé el atardecer con nostalgia, quería regresar a casa pronto, a pesar de ir a comer con mis amigos, también me agradaba estar en casa... Pero aún más deseaba observar aquella lanza celta que encontré entre varias reliquias de la mansión, con todo, mi padre había traído tales cosas, claro que él ya no estaba los con nosotros por lo que mis hombros tenían un peso menos encima.

.- ¿Akashi-kun? -Di un brinco mirando al sexto hombre fantasma de la generación, era la primera vez que me sorprendía de aquella forma considerando que mis ojos captaban a mi alrededor una amplia zona, el basket era algo que practicaba seguido a pesar de haber acabado la preparatoria por lo que la visión se mantenía "en forma", no es que lo necesitase pero nunca estaba demás jugar un rato.

.- Lo siento, estoy distraído, es un bonito atardecer. -Comenté mirando el paisaje, supuse que Tetsuya estaría analizando mi semblante para ver que ocurría pero no lo descubriría tan sencillamente, a diferencia de los demás, había aprendido a escapar de la mirada de Kuroko, no quería dejar que descubra lo de sentía o pensaba.

.- Akashi-kun es... complicado. -Comentó el de cabellos celestes antes de comenzar a caminar junto a Kagami. Él tenía razón, en vez de contar las cosas ocultaba gran parte de mis secretos. Suspire antes de entrar al Maji.

Lo pasamos bien a pesar de las miradas que Kuroko me enviaba, conocía al de cabellos celestes y de notarlo también lo haría Midorima o quizás ya lo había hecho... Fui el primero en retirarse del lugar, quería regresar a descansar a casa, algo me decía que debía regresar al castillo, recostarme para poder saber que era aquello que me inquietaba... Caminé por las calles de Tokio, la mansión estaba en las afueras, rodeado por un bosque dentro de una propiedad privada, la vi a lo lejos, tapando parte del sol que brillaba detrás de éste formando sombras, los cerezos eran bellos en primavera y en invierno poco quedaba de ellos. Dejé las distracciones de lado llegando al enorme portón frontal color negro con motivos de plantas, lo abrí a pesar que algo me decía que fuese a dormir a casa de alguno de los milagros pero no podía, quería quedarme...

Entré lentamente a la casa luego de recorrer el largo camino de piedra que llevaba a la mansión, ésta era blanca con tejados negros, algunos en punta, por dentro gran parte estaba hecha de mármol, madera y ladrillo común, en muchas zonas rondaban crisoles preciosos con dibujos cristalinos. Subí las escaleras blancas para abrir la gran puerta se madera, pasé al recibidor dejando mis zapatos allí y corrí raudo a mi habitación, saltando las escaleras de dos en dos, al llegar solté un suspiro de alivio dejando mi ropa regada por el suelo, mis cosas para la universidad en el escritorio, las blancas y rojas cortinas estaban entre abiertas, dejando pasar la luz solar que casi acababa de extinguirse poco a poco.

Me coloqué un pantalón deportivo junto a uno polo negro para arrojarme a leer un libro sobre la cama, se trataba de magia antigua, algo similar, lo había encontrado, al igual que la lanza colgada en su pared como decoración, aquel libro lo llamaba, de alguna forma no se despegaba de él hasta acabar las diez páginas "necesarias" de cada día. Ésta vez iba por los servant, algo parecido a sirvientes con un gran poder, héroes antiguos que se clasificaba en Saber, Lancer, Archer, Caster, Rider, Berserker y Assassin, prefería por mucho a los Lancer aunque el combate cercano no era de mi gusto por lo que un Archer me hacía pensar si yo fuese... Negué con la cabeza, una estupidez que rondaba en mi cabeza pero la magia me hacía demasiada ilusión. Suspire cerrando el libro sin siquiera acabar, estaba cansado y por esta vez lo dejaría pasar completamente. Cerré las cortinas apenas dejando pasar una pequeña rendija de luz.

Revisé el chat de la generación, tener tantos era algo agobiante a decir verdad pues estaba el de "La Generación de los Milagros", "STRYKS" donde los equipos en general participaban y por último el del "Rakuzan" por suerte utilizaban más el de STRYKS, sin embargo eso no significaba que más de cuatrocientos mensajes llegaban sin piedad ya que cada equipo tenía al menos 5 o 6 integrantes, en total 6 equipos.

-Kise: Akashicchi ¿Te sentías bien?

- Por supuesto, solo estaba cansado.

-Aomine: ¿Akashi? ¿Cansado? Vaya novedad, te estás poniendo viejo.

- Calla Daiki, el único que va envejecer sólo y cansado eres tú. Iré a dormir...

Cerré rápidamente el móvil antes que la lluvia de masajes me hubiese comenzado a atacar, en la mañana había planeado una cita con Kouki, aquel tembloroso chihuahua que me atraía desde la preparatoria pero era solo eso... Atracción. Cerré los ojos cubriéndome con las mantas y me dormí... Morfeo tenía preparado para mi un extraño sueño, recorrí un extraño bosque de vegetación verde y preciosa, no había visto algo así en el bosque de cerezos, era más bien frondoso. Caminé por los senderos de tierra guiándome por el aroma húmedo del agua hasta llegar a un lago, allí visualice la estructura de lo ajeno parecía ser un castillo. Voltee de pronto al sentir una presencia a mis espaldas, sentado sobre una roca un joven de hebras azules, tez blanca y ojos rojos, aparentaba al menos unos 20 años. Observé la figura con confusión, buscando una explicación.

.- Así que... Eres mi master ¿Ah? ¿Cuál es tu nombre? -Me miró de atisbo con sus preciosos rubíes. Moví la cabeza en lado a lado, era un sueño ¿Por qué podía escuchar su voz tan claramente? ¿Por qué podía verlo con tal nitidez? ¿Era... Su master? No entendía o tal vez sólo no quería entenderlo.

.- Akashi... -Me interrumpió mirándome algo molesto, su ceño estaba fruncido.

.- Nombre. -Espetó con firmeza, allí pude notar que sus ropas eran azules, no sabia la razón pero algo me decía que mi relación con aquella persona no habría de ser buena si nos fuéramos a encontrar. Fruncí el ceño con molestia ¿Me había dado un orden? Por alguna razón contesté, como si no pudiese negarme.

.- Llámame Sei... no me gusta que me llamen Seijūrō. -Le impuse soltando un farfullido de hastío- ¿Y el tuyo?

.- Mi nombre es.... -La escena comenzó a desvanecerse, una luz blanca lo cubrió todo viéndome obligado a abrir los ojos. El sol matutino era algo destructivo, solté un quejido de molestia cuando el único rayo de sol que entraba por las cortinas daba justo sobre mis ojos, algo cercano a mi cubrió la luz, agradecí el acto por un momento pero.... ¿Eh? ¿Quién demonios? Gire rápidamente hacia la derecha abriendo los ojos y apoyando un codo para levantarme, cosa que no me duró demasiado cuando di un salto hacia atrás al ver a un hombre de hebras azules, realmente extensas pero atadas con una argolla, ojos rojos de pupilas felinas, mallas del mismo color de sus cabellos las cuales marcaban notablemente su cuerpo trabajado notablemente.

.- Eres.... Pero estabas en mi sueño, no tiene sentido alguno...Tu... ¿Quién eres? -El intruso de mallas azules estaba acostado de lado sobre mi cama, apoyando su codo sobre una almohada y la cabeza sobre su mano, esbozada un semblante despreocupado y desinteresado, en mi sueño había sido más..

.- Puedes llamarme Lancer. -Se levantó de un salto acercándose a mi hasta invadir de forma mínima mi espacio personal, me miró desde arriba, casi me sacaba dos o más cabezas de altura haciéndome fruncir el ceño debido a la diferencia de tamaños y la indiferencia en su mirada- Soy tu Servant -Miré extrañado al hombre y luego lo recordé, corriendo a buscar el libro de magia, revisé las páginas abriendo bien los ojos al encontrar aquella hoja que debí acabar anoche...
-

Notas finales:

¿Os gustó? Quizás es un poco pesado porque es al comienzo pero los próximos capítulos espero sean más amenos. 

 

Ya nee~


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