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Fate Stay Basket por Elen Ambar

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Notas del capitulo:

Muy bien, éste capítulo creo que es mas que nada para explicar un poco de lo que son servants y masters, yo soy algo vaga por lo que a veces no busco en la wiki o alguna otra página ^^U por esa razón supongo que dejarles algunas descripciones sería lo mejor jajaja.

 

Disfruten de éste capítulo y díganme ¿Quién más de la generación creen que vaya a tener un servant? XD

¿Eh?... ¿De nuevo veré el momento de mi muerte? Sentía mi cuerpo levitar dentro de la energía del Santo Grial, era oprimido por su poder sin permitir que me mueva ni siquiera un milímetro ¿En verdad estaría así por tanto tiempo? ¿Cuánto había pasado? ¿Cinco? ¿Nueve años? ¿Quién sería aquel que me invoque? Solo en mis tierras era conocido, no era una leyenda conocida sólo otro héroe que pasaba a ser la sombra de espíritus como Heracles, Aquiles, Vlad III. Un nombre como el mío... Quedaría enterrado en la historia sin poder salir de... La verdad es que no sabía como era el grial por dentro, solo repetía los escenarios de mi vida anterior, atormentándome muchas veces, aun así sabía cómo era el entrenamiento del Santo Grial, nos mantenía en constante movimiento a pesar de todo.

Mis ojos sentían la luz que golpeaba sobre estos ¿Luz? Pero si... Pude fruncir el ceño y abrir los ojos, sin embargo fui cegado blancura, la misma evitaba que vea lo que sucedía y luego, sentí que caía sobre el duro suelo ¿Dónde...? Mis ojos se abrieron visualizando una enorme habitación constituida por estantes para libros, tres puertas, una que supuse era la de salida y dos eran el baño además del armario. Me levanté poco a poco divisando un ventanal que daba al balcón, cubierto por cortinas rojas y blancas. Lo noté, sobre la almohada, cabellos rojos desparramados al igual que el cuerpo de un joven que presumía los 20 años.

Gruñidos molesto ¿Estaba dormido? ¿Cómo era posible que un master invocase a su servant dormido? Me acerqué a la cama observando al morador dormitar plácidamente, en la que parecía una cómoda cama. Apoyé mi rodilla, si lo era ¿Hace cuánto no probaba el confort de un lecho? Siglos casi, me recosté al lado de mi master, podía sentir el lazo que nos unía, aspire el aroma a cítricos y, ¿Qué era? ¿Álamo? ¿Almendro? No, más bien... se removió incómodo ¿Me había sentido? Más bien, yo diría que Helios estaba en contra suya pues por la pequeña hendidura que había entre las cortinas se filtraba un haz de luz que daba justo en sus ojos, alcé la mano, de forma involuntaria, cubriendo aquella molestia que recibía mi master. Sus cabellos eran de un rojo tan profundo como el de mis ojos, si... Tal y como lo era el almíbar de las cerezas, seguramente sus ojos eran de color...

Iba a despertar, me acomodé de costado apoyando el codo en la almohada y la cabeza en mi mano, posando con una sonrisa de chulería. Al verme dio un brinco hacia atrás saliendo de la cama preguntando quien era ¿No se lo había dicho? Bueno, así era mejor, el que no sepa mi nombre tal vez me daría ventaja aunque no parecía el tipo de persona que revele un secreto- Puedes llamarme Lancer. -Me levanté acercándome a... Sei, lo recordaba, ese era su nombre- Soy tu servant. -Él solo me ignoró, fruncí el ceño con molestia ¿Qué clase de...? Al verlo regresar para sentarse sobre el colchón con un libro de magia en mano lo deduje... ¡Era un novato! O quizás no y ni siquiera se trataba de eso, parecía un simple joven que poseía la marca de su padre y no tenía idea en que mundo estaba metido- No sabes nada ¿No es así? -Consulté con molestia, de alguna forma deseaba regresar al santo grial.

.- Sólo he leído pero no pasé por la pagina de los servant. -Espetó igual de molesto que yo, seguramente le había hastiado mi trato hacia él y me lo devolvía de la misma forma, me acerqué asomando la cabeza por su hombro para leer lo que decía el libro- Aún ni entiendo como es posible que invoque a un Servant mientras estoy dormido... Lancer ¿Podrías explicarme? -Consultó volteando para mirarme fijamente, suspiré frunciendo el ceño.

.- Ésto es un juego. -Antes que hable levanté la mano para acallarlo y enrojeció de furia, parecía divertido hacerlo enfadar por lo que me dedicaría a ello más seguido a partir de ahora- En el que Masters y servant deben competir por el Santo Grial, a muerte... Los servant siempre son 7, Saber, Berserker, Archer, Lancer, Assassin, Rider y Caster, cada uno de nosotros debe morir en batalla hasta que solo quede uno ¿Sabes que somos? -Me crucé de brazos con el ceño fruncido esperando que de una respuesta, arrebate el libro de sus manos por si acaso.

.- Espíritus Heroico, es decir, héroes legendarios fallecidos ya sea del Pasado, Presente o Futuro. Cada uno puede revivir en diferentes tipos por la gracia del Santo Grial y tienen clases para que sea mas sencillo por lo que pueden ser invocados en estas depende de sus habilidades en vida. Los servant se alimentan o nutren del maná que les otorga su master... No llegué a leer sobre las clases irregulares. -Sei hizo una mueca suave, parecía ser una persona algo perfeccionista.

.- Vale, al menos sabes lo básico ¿Puedes hacer echizos? O eres igual de inútil que otros master. -Lo miré con poco interés, sabía que provocando al más pequeño probablemente podría demostrar que tan bueno era en el uso de la magia y lo hizo, sabía lo básico en cuanto a magia, endurecer un objeto, proyectar y sanar pero solo eso no me bastaba, debía aprender aprender defenderse sólo y usar joyas, claro que en el proceso de endurecer una lámpara la volaba en pedazos pero era divertido ver la furia y determinación que brotaban de él cada vez que lo intentaba. Mientras él se concentraba comencé a indagar en los libreros que poseía, se notaba que las mitologías y fantasías eran sus favoritas aunque no faltaban los libros de historia y las novelas adolescentes, en eso atisbe sobre el respaldo de su cama, no lo había notado pero colgada había una lanza antigua de Escocia, me acerqué hasta ella tomándola entre mis manos y esboce una sonrisa, había recuerdo que aún podía conservar de mi vida anterior.

.- ¿Te recuerda a tu lugar de origen? -Me interrumpió con voz sedosa, ni siquiera me estaba mirando pero yo si a él ¿Me observó todo el tiempo? Me sentí extraño, debía estar muy absorto o cómodo para que no pudiese notar la mirada de mi master. Fruncí el ceño molesto ante la pregunta, no tenia porque espiarme aunque yo estaba en su habitación... Colgué la lanza de nueva cuenta, mi semblante regresó al típico indiferente para ocultar todo sentimiento- Puedo preguntar ¿Cuál es tu nombre? -Notó que no iba a responder a la primer pregunta por lo que pasó a otra.

.- ... -Me mantuve observando al más joven a fin de juzgar si era beneficioso decirle mi nombre o no, un suspiro escapó de mi garganta, debía hacerlo después de todo no parecía ser alguien que revele mi nombre con facilidad- Mi nombre es... -Un sonido me detuvo, busque con la mirada hasta encontrar sobre la mesa de luz un móvil, era suyo probablemente pues no parecía vivir con nadie más. Sei se levantó para atender mientras yo caminaba hacia el ventanal, las cortinas aún estaban cerradas por lo que las abrí de par en par dejando entrar el sol, corrí uno de los ventanales dejando pasar la brisa... Que bien se sentía volver, el Grial no podía imitar el tacto del sol y el viento suave en el rostro.

.- ¿Eh? ¿Ahora? -Lo miré por el rabillo del ojo, no sabia bien con quien estaba hablando pero podía captar la voz aguda a través del teléfono, había otras voces que parecían estar gritando por lo que el pelirrojo se quitó el móvil del oído- Si gritan todos no entiendo Kagami. -Respondió varias veces a ese tal "Kagami" y cortó la llamada- Lancer saldré, supongo que vendrás, pero debes vestirte para pasar desapercibido. -Fruncí el ceño ¿Me estaba diciendo que debía dejar mi armadura? Suspiré enfadado mientras el me guiaba a su armario ¿Por qué estaba siendo tan dócil con él?

.- Dudo que tengas algo de mi talla, siendo que te saco dos cabezas. -Le seguí tranquilamente hasta el fondo del armario de donde sacó una camisa de colores naranja y amarillo, pantalones negros y zapatillas que eran... de mi talla ¿Cómo es qué...?

.- Tengo amigos que de vez en vez se quedan. -Comentó ¿Ahora leía mentes? ¿O yo estaba siendo muy expresivo? No, seria algo que cualquiera se preguntaría "¿Por qué caperucita tiene ropa de gigante?" Me miró frunciendo el ceño ¿Qué...?- ¿Hay algún problema con mi estatura? -Me ofreció la ropa extendiendo sus brazos, la tomé de mala gana comenzando a desvestirme.

.- No, en absoluto. -Al mirar a mi master noté sus mejillas teñidas en rosa bastante visible debido a su blanca tez- ¿Qué?

.- No te desnudes frente a mi, Lancer. -Ordenó molesto ¿Acaso el tenía algo en contra de ver cuerpos masculinos? Hice caso omiso mostrando una mueca de desinterés.

.- ¿Cuál es tu problema caperucita? -El pelirrojo me miró imprecionado, en el proceso se escapó el sobrenombre que le puse. Me observó en silencio con el semblante descolocado, supuse que no habría reacción por lo que continúe quitándome la ropa para colocar la que me dio él- ¿Te gustan los hombres o qué? -Pregunté de forma directa, bromeando con el menor-

.- ¿Tendría algo de malo? -Respondió, lo hizo con una pregunta, de forma que no sólo me molestó sino que siquiera sabría si era verdad mi suposición- Ya podemos irnos. -Arguye saliendo del armario, observé la espalda del mas pequeño y simplemente lo seguí, descendimos a la primer planta, allí noté que debía subir escaleras gemelas para ir a su habitación y en la puerta que se encontraba en el centro de éstas dos se encontraba el comedor. Intentaba no demostrar que mis ojos paseaban por aquella habitación curioseando los detalles, las cortinas blancas con bordado, jarrones con motivos naturales, la mesa de madera que al parecer había sido tallada a mano por un ebanista de los mejores, todo hacia que aquella sala luzca acogedora pero...

¿Él vivía solo? El guerrero de mallas azules no evitó la pregunta que lo invadía- ¿Me trajiste porque te sentías sólo? -Ésta vez desvío su mirada demostrando desinterés bien fingido que no duró demasiado hasta sentir que su torso chocaba con la espalda de Akashi logrando que se extrañe ante la súbita parada.

.- Vivo sólo desde hace unos años... -Espetó cuando parecía haber recobrado la compostura ¿Qué...? Continuó caminando con aquella sonrisa labial que demostraba seguridad- No me has dicho tu nombre. -Sonó más como una orden o un reclamo, para nada había sido una pregunta formulada antes de entrar en la cocina.

.- Vaya que eres todo un niño caprichoso. Bien, de todos modos eres mi master. -No oí nada por su parte mientras analizaba la nueva área con muebles de madera que parecía ser roble y encimeras de mármol blanco, estanterías con puertas de cristal y manijas plateadas- Mi nombre es... -¡Woa! ¿Estaba preparando la comida? Yo había pensado que solo era un niño caprichoso, adinerado e incompetente que necesitaba de sus sirvientes para todo, me señaló un banco alto donde podría sentarme mientras mezclaba huevo que había roto de forma habilidosa como si lo hiciese día tras día.

No lo había notado pero sobre una de las encimeras había un florero en crisol que reflejaba la luz del sol haciendo más hermoso el arreglo floral- Has algo útil y pon la mesa... -Giré mi cabeza velozmente en su dirección, algo debió crujir allí dentro, nadie me había mandado a poner la mesa ¿Qué más haría? ¿Ponerme un frac? Pero no dejaría que el mocoso me llame inútil por lo que rebusque en los muebles con puerta de madera ubicando los utensilios para comer, los vasos estaban en aquel estante con puerta de cristal, llevé todo al comedor, puse un mantel que encontré en los cajones de madera y regresé a la cocina luego de acomodar todo sobre la mesa- Ah, Lancer, como somos dos comeremos aquí.

Si pudiese poner mis manos sobre aquel cuello delgado de tez pálida ya estaría estrangulando a Sei pero al ser mi master necesitaba de él para sobrevivir, retiré todo de la maldita mesa que había en el comedor para ponerlo sobre la barra de mármol en medio de la cocina con sillas altas, pude notar en su expresión una media sonrisa formada ¡Lo hacía a propósito! Ese enano pelirrojo se burlaba de mi, conocería mi nombre, nadie se burla de...

.- Está listo. -Anuncio colocando en la mesa los platillos de tocino, waffles y el típico desayuno japonés, en otras palabras tamagoyaki, sakura mochi e ichigo daifuku, nunca faltaba el plato de arroz. Comencé a comer saboreando, pude notar que no cocinaba tan mal, al final era un mimado talentoso o... ¿Debía admitir en su consciencia que era bueno?- ¿Sucede algo? -La pregunta me sacó de mis cavilaciones.

.- Nada en absoluto. Itadakimasu. -Ahora era él quien me examinaba con la mirada, no era acusadora tal vez era ¿Preocupación? No supe como reaccionar ¿Quién se había preocupado por mi desde que era un servant? Cogí un tazón de arroz ignorando aquella mirada, no le di demasiada importancia ya que quizás era mi imaginación. Al terminar la comida Sei recogió la mesa para lavar los platos con rapidez y se me ocurrió ¿Dónde iríamos?- ¿A donde se supone que vamos caperusita?

.- No me llames caperusita. -Respondió molesto aunque yo lo ignoraba por completo, lanzaba algunas miradas furtivas para reírme descaradamente por su semblante enfadado- Vamos a las canchas de basket, se supone que iba a salir a solas con alguien pero tu llegada hace las cosas diferentes. -Apreté los dientes ¿Quería decir que no debería haber llegado? El pelirrojo me miró sin dejarme esconder el enfado- No eres un estorbo, sino te diría que te quedes.

¿Me estaba consolando un chico siete años menor que yo? La respuesta era un rotundo y gran si. Cuando salió de la cocina no hice más que comenzar a seguirlo para irnos directo a las canchas


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