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Capitulo 5
Deseo
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Eran a eso de las tres de la mañana y personas aun se encontraban despiertas. El más pequeño yacía sobre los brazos del más alto quien se dedicaba a llenarle el cuerpo de caricias y besos en el hombro, causándole cosquillas al de hebras negras como la noche, la mirada de este se elevo para ver aquel par de ojos color cielo, los cuales brillaban como los suyos aunque no tenía cuenta de ello.
Ese día no había sido como cualquier otro ya que ambos se habían "escapado" del local o más que todo Viktor había tenido la desfachatez de secuestrarle luego del baile. Ambos parecían un par de jovenzuelos escapándose para ir a quien sabe donde y tener su encuentro amoroso. A veces no entendía como un hombre de veintisiete años podía llegar a ser tan infantil, es más creía eso imposible pero ahora helo ahí con ese ruso que no dejaba de hacerle tantas cosas.
ー ¿Qué sucede? ーPregunto el mayor con tono divertido, el de ojos rasgados reprimió una sonrisa antes de tomarle por las mejillas y robarle un par de besos que solo causo que el alfa soltara un gruñido pues aun seguían conectados por el nudoー Yurrii...
ー Adoro cuando pronuncias mi nombre de esa forma~ ーSe adelantó a decirle mientras volvía a acomodarse encima de este y tomando por sorpresa al ruso quien solo tomo al menor por las caderasー Viktor~
Nuevamente estaba usando ese tono, era ese mismo que los omegas utilizaban para llamar la atención del alfa y bueno, aunque el japonés no la usara aun asi terminaría cayendo rendido a los pies de este.
ー ¿Qué sucede? ーSus dedos apartaron un par de mechones que caían sobre el ojo derecho del menor, este resoplo y comenzó a moverse lentamente de atrás hacía adelanteー ¿Aun sigues molesto por que vinimos aqui?
Esa noche había sido distinta a otras, el ruso se había tomado el atrevimiento de sacarle a escondidas del establecimiento para llevarle a un hotel y lo peor del caso es que no era un hotel cualquiera, sino que era uno de esos muy caros ¡y el muy desgraciado había pedido la habitación más cara!
ー Sabes que no me gusta que gastes tanto dinero en mi ーLe reprocho suavemente para no hacer sentir mal al mayor pero este lejos de ellos solo se dedico a tomarle por las caderas para continuar con aquella danzaー Ahh.. okashii... ーSus parpados se cerraron fuertemente y sus manos buscaron apoyo en el pecho del mayor mientras este seguía invadiéndoleー
ー ¿Sabes algo? Adoro que me hables en tu idioma ーLas mejillas del más joven se tornaron entonces de un fuerte carmesíー Aunque no tengo ni la más mínima idea de lo que estas diciendo, pero por la hermosa expresión que haces... se que es algo lindo ーEl japonés dio un respingo cuando sintió aquella grande y cálida mano acariciando su mejilla; la tomo con suavidad y se mantuvo de esa manera por un largo ratoー Además ya deberías saber que me gusta complacerte ーSe defendió aunque según Yuuri esa no era ninguna excusa pero debía admitir que se sentía feliz ya que era la primera vez que alguien le hacia sentir como a un rey. Viktor era el primer amante que le trataba con verdadera dulzura, como si fuera algún ser frágil al que temiera lastimar con el menor toqueー
ー ¡Pero a mi no me gusta que gastes tanto! ーNuevamente las quejas siguieron pero el ruso supo como evadirlas y que mejor que una larga sesión de besosー
Los besos era lo único que hacía a Yuuri olvidarse de pequeñas discusiones como esas además de que, cada que Viktor le besaba sentía como su corazón latía a prisa. El contacto duraba hasta que el oxigeno en sus pulmones se disipara y a penas cogían un poco, luego volvían a devorarse con aquella hambruna mientras dejaban que las manos recorrieran la piel ajena.
Luego de amarse como lo venían haciendo desde casi dos meses atrás, ambos cayeron exhaustos o al menos el alfa fue el primero en cerrar los ojos, no sin antes asegurarse de que el pequeño japonés se encontraba en sus brazos; aunque en realidad el menor seguía despierto y con un leve sonrojo en sus mejillas mientras su dulce mirada recorría las facciones ajenas.
Se sentía tan embriagado por el aroma natural del alfa mezclado con la colonia que este solia usar, sumándole la calidez de su cuerpo y la dulce manera de llamarle o tratarle. Cuando sintió algo flojo el agarre del mayor se levanto y tanteo a oscuras la mesita de noche hasta encontrar la lampara y el interruptor de esta para encenderla, ya sin pena alguna se levanto desnudo para buscar su mochila la cual había quedado tirada en algún lugar de la enorme habitación.
Luego de encontrarla la abrió y saco lo poco que había traído, siendo solo una muda de ropa limpia, pero ahí escondida de en estas traía un pequeño bote blanco con pastillas. Rápidamente se fue a la pequeña cocina con la que contaba la habitación y de la refrigeradora saco una botella de agua fría, la destapo e ingerio la pastilla con un largo trago de aquel refrescante liquido vital.
Una vez cumplida su misión volvió al lecho junto con el mayor, quien al sentir el peso extra sobre la cama le tanteo hasta encontrarlo.
ー Yu..rri... ¿donde... est...abas...? ーPregunto, el pobre estaba más dormido que despierto logrando así sacarle una sonrisa al menor quien busco refugio en los brazos del rusoー
ー Fui por algo de agua, ¿quieres? ーEl mayor negó y solo busco acomodarse lo más que pudiera, entrando en contacto con el otro y cayendo así en cuenta nueva sobre los brazos de Morfeo, ahora más tranquilo de que el pelinegro yacía a su ladoー
ー Es como un sueño... ーSusurro sin pena alguna ahora que el otro dormida, ya que conocía como Viktor tenía el sueño de pesado asi que no tenía de que preocuparse. Se abrazo lo más que pudo como si temiera que en algún momento el ruso se desvaneciera y despertara, dándose cuenta de la cruel y horrible vida que teníaー Desearía seguir así por siempre...
ー Desearía estar contigo para siempre... ーCon aquel deseo escapándose de sus labios fue cerrando lentamente los parpados hasta quedarse profundamente dormido, mientras se abrazaba lo más que podía al rusoー Viktya..
Ambos se dejaron llevar por el dios del sueño a una tierra donde la realidad de sus vidas diarias era reemplazada por esos deseos ocultos de sus corazones. Un lugar donde no tenían ninguna clase de obligación o atadura.
Continuara...
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