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The Hangover [NamJin] por hxpxbumbum

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Notas del fanfic:

—🎉—

Inspiración y adaptación de la pelicula del mismo nombre (The Hangover o ¿qué paso ayer?) dirigida por Todd Phillips.

Parejas: Namjin [Namjoon (Rap Monster) y SeokJin (Jin)]

           YoonMin [YoonGi (Suga) y Jimin]

           VHope [TaeHyung (V) y HoSeok (J-Hope)

 

Advertencia: las parejas secundarias pueden variar dependiendo del desarrollo de la historia. EL FANFIC NO SERÁ EXACTAMENTE IGUAL A LA PELICULA. Cuando lean se darán cuenta de las variaciones.

Notas del capitulo:

Este es el inicio del fanfic, espero disfruten. (No soy buena en notas de inicio de capitulo, lol)

Un pitido, dos pitidos…por fin contestaban.

— ¡YoonGi! ¿Dónde carajos están? Estoy histérico, necesito saber dónde está NamJoon, faltan menos de cinco horas para la boda.

Jin…Lo siento…Pero la cagamos anoche…las cosas se salieron de control

— ¿Cómo que la cagaron? Te recuerdo que nos vamos a casar en menos de cinco horas.

¿Sí? buenoCreo que no va a pasar…Jin, perdimos a NamJoon

 

 

 

Era el día más especial de toda su vida, había soñado tantas veces con él que hasta lo podría recitar de memoria. El jardín estaba preparado. Sillas adornadas con hermosos lazos de cintas color durazno, y bellas y frescas rosas blancas. El pasto recién regado desprendía un aroma fresco y embriagante. Arcos de rosas aquí y allá. Una larga alfombra roja bordeada de pétalos de rosas para la gran entrada y salida de los novios. En la recepción aguardaba una larga mesa de comedor al estilo barroco con grandes centros de mesa de adornos florales. Un enorme pastel de matrimonio de seis pisos, perfecto para darle rebanada hasta al cartero. Los chefs trabajaban sin descanso en los platillos. Todo para satisfacer a los invitados, y en especial el gran estomago de uno de los novios. Una pista de baile con su respectivo escenario, un concierto privado tendría lugar allí. Lo mejor para lo mejor.

Faltaban menos de cinco horas para dar inicio a la boda. La habitación de la dulce y rosada princesa estaba atiborrada de mujeres con el único fin de embellecer y acicalar a una sola persona. SeokJin reposaba en su cama llorando a moco tendido mientras su madre limpiaba las lágrimas que no dejaban de brotar por sus ojos. Su padre profería uno y mil insultos, nadie, absolutamente nadie puede hacer llorar a su amado hijo.

—Te lo dije SeokJin, ese hombre no tiene los suficientes pantalones para merecerte. Siempre lo supe.

—MinSeok, por favor…

—Nicole, no lo defiendas ahora. Confié en él, le di todo…

—P-papá y-a…—Jin no paraba de lloriquear e hipar, la tardanza de su prometido y sumándole las constantes quejas de su padre no ayudaban en nada—D-ame un abrazo~

—Mi bebé—rápidamente MinSeok corrió a refugiar a su amado hijo.

La tardanza de Namjoon y los demás era un hecho inesperado por parte de todos, y es que el moreno siempre ha sido puntual. Si le citaban a cierta hora siempre llegaba cinco minutos antes, era como una regla de oro para él.

Joonnie, como lo apodaba Jin, ha sido su novio por siete años. Se conocieron gracias a una cena de empleados que Kim MinSeok ofreció en su casa. En ese entonces Kim NamJoon era un principiante en la empresa de los Kim, un empleado que poco o nada saltaba a la vista para los accionistas mayoritarios. Pero para ojos de MinSeok tenía gran potencial, solo le faltaba empaparse en el mundo empresarial.

Ese día un ofuscado SeokJin hizo acto de presencia en el gran comedor, su cara reflejaba molestia e incomodidad. Jin siempre ha llamado la atención, es inevitable pasar a su lado y no virar los ojos para contemplarlo. Contemplar la más hermosa creación de los dioses, una perfecta criatura con rasgos que harían derretir de envidia a la mismísima Afrodita.

En el momento en el que se posicionó a un lado de su padre, este sentado por obvias razones a la cabeza del comedor, una guerra de miradas inició entre los comensales. Hombres y mujeres luchaban discretamente, y uno que otro no tan discretamente, por llamar su atención. Cuanto no darían para que esos preciosos ojos achocolatados se tomaran la molestia de mirarlos por solo unos segundos.

NamJoon estaba ahí, en el ala de enfrente a unos dos asientos frente a él, se había quedado embelesado desde que lo vio entrar. Sentía que ya amaba esas esculturales piernas que estaban perfectamente ceñidas a un pantalón de corte un poco apitillado. Oh, ¡santo cielo! cuando giro a cerrar la puerta NamJoon pensó que en sus posaderas yacía el mismísimo Olimpo. Muslos lo suficientemente prominentes, un trasero bien dotado, de proporciones exactas. Ni muy grande, pero tampoco muy plano. Ah, su cintura, tan estrecha y delicada. Pedía a gritos ser rodeada por uno fuertes brazos, de preferencia los suyos, y acariciada. Sus hombros anchos hacían lucir su cintura más estrecha y le daban una pincelada de masculinidad que hacían resaltar aún más su aspecto andrógino.

El moreno estaba perdido en los voluptuosos labios de Jin, estos formaban un tierno puchero que le restaba a su actitud enojada. A los ojos de Nam era el gesto más adorable que jamás había podido ver.

Comieron con ansias mientras hablaban, todos queriendo lucirse ante el jefe para ganarse también al hijo. Pobres ingenuos. SeokJin miraba cada cinco segundos a un moreno que portaba grandes anteojos redondos haciéndolo ver intelectual y sexy. Su cabello rubio caramelo abundante arriba y bajo a los lados peinado a un lado formalmente, era una armoniosa característica que eclipsaba por mucho el estilo que portaba la mayoría de los comensales. Ojos brillantes, destellantes de conocimiento y deseo por comerse al mundo de un bocado. Un hombre que prometía ser la antítesis de los hombres que se habían cruzado por su camino.

NamJoon llevo la servilleta a su boca para limpiar los posibles retos de comida que hubiesen quedado en sus labios. Y justo en ese momento Jin encontró otro rasgo que hacía más deseable a Nam, sus manos. Grandes, masculinas, las venas se marcaban en ellas. Perfecto, pensó Jin.

Largo rato pasaron mirándose a escondidas de todos, sin saber que el uno miraba al otro. Contemplándose en silencio. Hasta que llegó la hora del brindis y SeokJin no dudo en despreciar la invitación a brindar de uno de los tantos empleados para chocar copas con NamJoon. Sus miradas se cruzaron y duraron así por largo rato, hasta que una sonrisa hizo acto de presencia en los labios de Namjoon dejando al descubierto un lindo hoyuelo en su mejilla izquierda. Al instante las mejillas de Jin se tornaron de un color carmín. Nicole, la madre de Jin, no perdió detalle del intercambio de ambos y se encargó de reunirlos a escondidas de todos en la terraza trasera.

Siete años, siete hermosos años llenos de un compendio de bellos momentos que hicieron de su vida de pareja un sueño de hadas. Sabores dulces como el primer beso de novios, sabores ácidos como la presentación oficial a los suegros, sabores amargos como la vez que pelearon por culpa de los celos, y obvio nunca faltaron los sabores picantes a la hora de tener largas sesiones de sexo. Todo aquello era bien recibido por ambos. Siempre aprendiendo, para con el tiempo volver su relación una pared que detenía y pulverizaba cualquier fenómeno en su contra.

Hacia un año Namjoon pidió la mano de SekJin en matrimonio. La noticia llenó de alegría a todos, con el tiempo Kim MinSeok le cogió cariño a Nam “el yerno ejemplar” decía. Nicole y Jin empezaron esa misma tarde los preparativos para la boda. Debía ser perfecta, algo memorable “lo mejor para mi bebé” decía MinSeok y Nicole a la hora de gastar grandes sumas de dinero para los preparativos de la ceremonia.

Después de un año y tres días todo estaba listo, SeokJin con treinta años lucia como un veinteañero, y es que pink princess gastaba considerables sumas en cremas o cualquier tratamiento embellecedor. Nada de cirugías, “soy una Barbie cien por ciento real” decía él mismo. NamJoon de veintinueve años había obtenido un puesto de relevancia en la empresa. Según algunos por ser el yerno del jefe, pero la realidad era todo lo contrario. MinSeok le exigió más a Namjoon, quería ver de lo que era capaz, no quería un papanatas como yerno.

Notas finales:

¿Habia dicho que tanpoco soy buena en las notas finales?

Como verán este primer capitulo es mas que todo, la presentación de los personajes. No me gusta dejar cabos sueltos así que esto sirve para apreciar las diferentes personalidades de los personajes que han hecho acto de presencia (aún faltan, obvi). Espero les guste, idk me gustaría que dejaran sus opiniones. Gracias.


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