Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

The King and Poker face. por Akudo

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

*El bocado es un cilindro de metal que se pone en la boca de los caballos, donde se sujetan las riendas para dirigirlos.

 

Géneros: ¿Romance?

Advertencias: Sexo fuerte, humillación, violencia, uso de juguetes sexuales

3. Dominancia

Su voz salió en un gemido ahogado debido al tubo de metal apretado entre sus dientes cuando JJ jaló las riendas bruscamente, haciendo que su cabeza diera un doloroso tirón hacia atrás.

— ¿Cuándo te di permiso de tomar un descanso? Sigue usando esas rodillas hasta que empiecen a sangrar.

Seung Gil se sacudió bajo el azote de la fusta en la diestra de Jean, que con la otra mano volvió a tirar de las riendas arreándolo como a un caballo. El mayor respiraba muy agitado, apretando sus puños en el suelo al igual que su ano para sujetar bien los tres consoladores que tenía metidos y siguió gateando con lentitud.

— Buen chico, recuerda que te pasará algo muy malo si los dejas caer. —mirándolo desde arriba JJ rió rayando en lo sádico y avanzó al paso lento de Lee, golpeando la fusta contra sus nalgas con mucha fuerza cuando veía que empezaba a desvanecerse el hermoso carmesí que marcaba esa piel tan blanca— Aunque dudo que ese agujero tan grosero lo permita, necesita sentirse rellenado a todo momento, ¿no es así?

Las extremidades del coreano temblaban. Al principio solo había sido una pequeña molestia arrastras sus rodillas por el suelo, pero luego de una hora ya se había convertido en una tortura. Estaba seguro de que en cualquier momento los huesos de sus rodillas iban a romperse.

— Hice una pregunta, ¡contesta! —recibió un latigazo en la espalda y emitió un sonido similar al de un mugido ya que no podía hablar, no solo por el cilindro que mordía, sino porque debía apegarse a su papel. Si no actuaba como Jean quería iba a ser castigado.

Cada gateada se volvió terriblemente más dolorosa que la anterior, su cuerpo estaba muy resentido por diferentes razones y estando completamente desnudo el aire frío de la habitación contrastaba violentamente con la ebullición arremolinada en su interior. Notó la punta plana de la fusta acariciando el borde de su entrada expandida, roja e irritada por ser forzada de esa forma tan obscena, y lo peor era su miembro amarrado. Luego de los primeros diez minutos JJ lo había dejado correrse, pisándole la cabeza para que limpiara su propio semen del suelo con la lengua, pero ahora tenía una cinta amarrada tan fuerte que no podía acabar por más que quisiera y su sexo ya estaba amoratado por la acumulación.

Se sentía como el infierno, su mente daba vueltas y su cuerpo se tambaleaba a punto de explotar, pero ese diablo de ojos claros aún no se aburría de verlo sufrir, porque soltando una risita presionó el botón del pequeño mando y los juguetes dentro de Seung Gil empezaron a vibrar con violencia. Su grito estrangulado le raspó la garganta por el estímulo tan repentino y sus brazos flaquearon, dejando que su pecho golpeara el suelo.

La mirada de Jean-Jacques se tornó oscura.

— Eso está muy mal, no me gustan los caballos ¡holgazanes! —sus palabras fueron siseadas entre dientes acabando en un grito feroz, y los ojos de Seung se abrieron muy grandes cuando sintió la patada de JJ en su trasero, hundiéndole los juguetes con salvajismo aún más adentro.

Otro grito ahogado y su saliva caía a chorros. Las uñas de Lee rasparon el piso y algunas hasta se rompieron; la agonía y desesperación eran tanto que incluso empezó a llorar, únicamente soltando lágrimas, sin permitir que de su boca se oyera algo más que su respiración ofuscada.

JJ aspiró hondo y luego resopló, volviendo a su expresión alegre.

— Bien, te daré otra oportunidad, bonito. Sube. —jaló las riendas haciendo que la cabeza de Seung se levantara del piso, pero el muchacho estaba demasiado resentido y su culo no dejaba de temblar por las vibraciones. Sus ojos estaban desorbitados y su boca muy abierta estaba por dejar caer el bocado que no tenía permitido soltar, y sus rodillas también estaban a punto de ceder— ¡Que subas!

JJ tiró con más fuerza lastimando la boca ajena y Seung Gil volvió a quedar a gatas. Inconscientemente trató de tocarse su miembro, dolía demasiado, necesitaba liberarse o creía que iba a morir, sin embargo el menor lo detuvo golpeándolo con la fusta hasta que alejó la mano.

— No seas desobediente.

Nuevamente las riendas tiraron de su cabeza exigiéndole obedecer y con mucho esfuerzo Lee se giró hacia la cama y subió a cuatro patas. El suelo era muy diferente al mullido colchón y sus rodillas pudieron quitarse un gran peso, pero seguía siendo muy incómodo por estar tanto tiempo en esa denigrante posición. Quedó al filo de la cama, con su inquieto trasero totalmente expuesto a la altura de la entrepierna abultada de JJ que permanecía parado tras de él con una sonrisa. Le divertía ver el culo del coreano sudado y saltando de un lado a otro, soltando el característico zumbido de las vibraciones.

— Aguantaste bien así que podrás obtener tu premio si haces algo más para mí, ¿vale? —a pesar de que apenas podía tragar oxígeno Seung se las arregló para emitir un sonido en respuesta y que JJ no se enfadara.

El moreno le quitó el bocado lanzando las riendas a alguna parte, permitiendo que se oyeran los destrozados jadeos de Seung junto a algunos sollozos agobiados. Jean le sujetó el mentón haciendo que lo volteara a ver, y le prendió mucho notar que a pesar de todo la estoica expresión del coreano seguía casi intacta. Metió su lengua en la boca abierta de Seung Gil lamiendo y besando a su antojo, sin importarle toda la saliva que el otro no podía controlar.

— Sé un buen caballo y relincha. Anda, hazlo.

La mirada de Seung Gil se entrecerró como si lo retara y Jean le apretó la quijada, repitiéndole la orden cuando apagó los vibradores. De la lastimada cavidad del mayor salía jadeo tras jadeo hasta que pudo tragar algo de aire y se liberó del agarrare de JJ, dejando que su cabeza colgara con cansancio y sus cabellos cayeran como una corta cascada negruzca. Se lamió sus labios resecos mientras JJ se abría el cierre del pantalón y finalmente Seung dejó que ese humillante sonido animal escapara de su garganta. Fue suficiente para satisfacer a Jean-Jacques, quien le retiró uno de los consoladores más pequeños y lo reemplazó con su mojada y ardiente erección de un solo golpe.

— Aa- ¡aaahhh! —el falo de JJ era más grande y había dejado adentro los otros dos vibradores, haciéndole mucho daño al entrar y salir de su culo con esa fiereza.

Seung Gil no podía controlar sus gritos, era la única forma de que su cuerpo liberara una mínima parte de lo que estaba sufriendo y en el techo se escucharon los golpes del bastón de la señora que vive arriba, molesta por todo ese escándalo. JJ se rió un poco entre sus gemidos que dejaban notar lo bien que se sentía embestir en la entrada de Lee, quien se contraría repetidas veces por los espasmos de dolor.

— Parece que otra vez le darán una queja nuestra al casero, eh… —el chico mayor se mordió los labios para moderar la voz y cuando ya no sirvió mordió las sábanas, apretando sus ojos mojados y sus dedos en la tela— No hagas eso, déjame oír lo ruidoso que eres, ¡mmgh…!

La cama rechinaba cada vez que sus rodillas se hundían bajo las estocadas de JJ y solo seguía con la pelvis levantada porque el menor la sostenía firmemente sin dejarlo ir. Su cuerpo estaba en su límite y le rogaba a gritos a Seung que ya se detuviera, que ya no podía aguantar más o se quebraría por completo, mientras que su mente colapsaba también, quedando totalmente en blanco. Trató de desatar su miembro pero JJ le apretó la mano contra la cama acelerando sus arremetidas, tirando del cabello de su sumiso cuando finalmente depositó toda su esencia en el maltratado interior de Seung.

— Buen chico. Muy, muy buen chico. —agitado JJ le besó la nuca y tiró de la cinta que torturaba a Lee, que al segundo de sentirse liberado su semen salpicó a gran presión sobre las cobijas durante un buen rato hasta quedar totalmente vacío.

Al pelinegro más bajo le dolía respirar y sus oídos se sentían tapados. Hundió su frente en la cama mirando por debajo de su cuerpo, vio a JJ alejándose y en cuanto su falo salió de él dejó espacio para que los consoladores cayeran y que todo el líquido lechoso resbalara a chorros por sus muslos. Las gotas que cayeron en las sábanas tintaron la tela de rojo y Seung Gil ya no pudo más, desvaneciéndose frente a su pareja.

— Seung, cariñito. ¿Estás bien? Respóndeme. —poco a poco fue abriendo los ojos. No supo cuánto tiempo se desmayó pero debió ser poco, aún notaba el post orgasmo cosquilleándole en la piel. Ahora se encontraba en brazos de Jean que lo miraba preocupado, despejándole el flequillo sudado de su frente para dejarle un tierno beso ahí— Perdóname, fui demasiado bruto. Yo no… incluso estás sangrando…

— Shh. —a Seung no le gustaba la parte en la que JJ se deshacía en disculpas, le hacía sentir que lo obligaba a cumplirle sus torcidas fantasías cuando se supone que ambos debían disfrutar. Llevó su mano a la mejilla de Jean— Ya te he dicho que no te disculpes, lo hiciste increíble. ¿No te gustó?

JJ admitía que someter de esta forma a su inexpresivo novio le hacía sentir un morbo intenso, pero eso no evitaba la culpa del final cuando el cuerpo de Seung quedaba en este estado, además, nunca habían llegado tan lejos como para que se desmayara. Esperaba que su chico estuviera consciente de los límites.

Se las arregló para poner una sonrisa.

— Me gusta hacer el amor contigo de todas las maneras que pueda. Te adoro.

Se dieron un pequeño beso, solo que Seung Gil no le dejó apartarse, profundizando más hasta que volvió a sentirse motivado. Empujó a JJ contra la cama quedando sobre él, haciendo que llevara sus manos por encima de su cabeza y cuando el más joven se percató de que su novio no planeaba descansar deshizo el beso.

— Espera, cariñito. Debes bañarte y dormir un poco.

— No. Ahora quiero hacértelo yo.

— ¡¿Eh?! ¡Espera! —intentó levantarse, pero para su sorpresa sus muñecas estaban atadas al cabecero con la cinta que había tenido el coreano en su pene. ¡¿Cuándo pasó?! Miró a Seung Gil con pánico.

— ¿Qué sucede? Dijiste que te gustaría hacerlo conmigo de todas las formas posibles. —empujó una pierna de JJ para montársela al hombro y se lamió el labio sin perder la calma de su rostro, a diferencia del canadiense que estaba más pálido que el mismo Seung— Esta es una de esas maneras.

El grito poco masculino de JJ sacudió el edificio y la señora de arriba volvió a golpear, casi rompiendo su bastón para que ya se callaran de una vez. Los jóvenes de ahora eran demasiado ruidosos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).