2. El famoso Jean-Jacques
Acababa de salir de su laburo matutino. No era la gran cosa trabajar en una tienda de música cuando en esta era con un simple clic podías descargarla de internet, pero es lo mejor y menos problemático que pudo conseguir mientras todavía estaba estudiando en la universidad. Además, aunque no se le notara ni un poco, en realidad ahora mismo no podía estar más feliz mirando con un discreto destello en los ojos el cheque en sus manos. Era su primer trabajo, por ende su primera paga, y se sentía jodidamente bien. Iría a cobrarlo enseguida antes de ir a sus clases.
Iba saliendo de la estación cuando empezó a oír mucho ruido, encontrándose con un montón de gente apelotonada en la entrada y que no parecía importarles estar bloqueando el flujo del metro.
Qué fastidio, y Seung Gil no tenía ganas de dar la vuelta para buscar otra salida. No le prestó mayor atención a los civiles, en su gran mayoría mujeres jóvenes con mucha energía en las cuerdas vocales que gritaban desenfrenadas pidiendo autógrafos sin dejar de sacar foto tras foto con sus teléfonos, compitiendo con los periodistas que trataban de acaparar la atención y obtener algunas palabras del responsable de todo ese caos. Y Seung mucho menos se fijó en el sujeto en cuestión, un alto hombre cubierto tras unas gafas oscuras y una sonrisa de comercial, con una muy bien dotada voz para poder hacerse escuchar claramente por encima de la escandalosa multitud.
Su forma tan egocéntrica de hablar, su risa petulante, su timbre, todo sonaba tan irritante en los oídos de Lee que puso más entusiasmo en empujarse entre la gente para salir. Fue molesto, nunca había tenido tanto contacto físico ni sumando todos sus años de vida e incluso se sintió ultrajado, sin embargo nadie parecía escucharle pedir que le dieran paso.
Carajo. El hotel donde se hospedan los famosos está justo al lado, ¿no podían haber ido a estorbar allí?
— ¡JJ, JJ! Tu carrera como modelo y cantante ha sido brillante desde los quince años, ¿por qué esperaste tanto para lanzarte a nuestras pantallas?
— Pues ciertamente, empezaron a ofrecerme papeles desde hace un tiempo pero no quise tomarlos. Es decir, ¿no sería terrible que como personaje secundario terminara opacando completamente al protagonista?
La intensidad de los flashes se multiplicó y todos le dieron la razón como si el idiota fuera una deidad bondadosa. Es obvio que con ese ego no iba a aceptar menos que un papel principal.
— ¡¡Te amo, JJ!!
— ¡Eres el mejor!
— ¡Cásate conmigo!
— Ladies, mi pecho late recibiendo el amor de todas y me lastima no podría escoger a una sola, pero mi corazón le pertenece a cada bella dama que suspire mi nombre. —el tan cotizado Leroy había tomado al azar una de las tantas manos femeninas que se estiraban hacia él, dejando un coqueto beso en el dorso. Todo quedó en silencio por un segundo antes de que los gritos se dispararan y corazoncitos latieran en la garganta de todas.
Lee acabó siendo golpeado por la afortunada chica que fue tocada por los labios de JJ y se desmayó justo encima del coreano debido a la emoción. Con esto todo el revoltijo empeoró, casi absorbiendo al muchacho que ni podía respirar, estaba a punto de morir en batalla. En cambio Jean-Jacques, totalmente acostumbrado a todo este espectáculo, no perdió su enorme sonrisa donde se reflejaba cada destello de las cámaras, firmando autógrafos por doquier sin siquiera tener que mirar.
«Demonios, ¿por qué tuvo que ser aquí, justo hoy, justo ahora?»
De alguna manera Seung Gil logró mantenerse en pie y pasar a través de algunos cuerpos. Ya empezaba a ver los autos pasando por la calle, estaba a un paso de salir.
— Con tan solo el estreno del capítulo piloto tu nueva serie ha roto el record de audiencia no solo aquí, sino en muchos otros países que lo transmiten. ¿Crees que esta serie acabará haciendo historia?
— ¿De qué hablas? —el micrófono se acercó a JJ que solo dejó de firmar fotografías y afiches para hacer crecer su sonrisa, llevándose los anteojos por encima de la cabeza y haciendo su pose característica con sus dedos formando sus iniciales— Conmigo en ella ya es historia, baby.
Y todos se derritieron ante el guiño de JJ que ávidamente retomó los autógrafos.
«Patán.»
Con medio cuerpo fuera del gentío Seung Gil volvió a sentir el aire golpeando su cara, pero en un descuido rápidamente notó como su cheque había sido arrebatado de sus dedos para ser devuelto un segundo después. Ya en la acera sin correr peligro se quedó mirando ese valioso papel en sus manos ahora manchado con una gruesa tinta negra.
“Con amor, The King JJ.”
Manteniendo su expresión impávida, una gran vena se asomó en la sien de Seung Gil. Esto debía ser una puta broma.
Al día siguiente cerca de las 6 pm, junto con su representante y el chofer JJ regresaba de la filmación del nuevo episodio de su serie que se estaba rodando en la ciudad. Le llamó la atención escuchar su nombre en la recepción y al girarse observó a un bonito chico preguntando por él, aunque obviamente no le darían información.
Él nunca le hacía el feo a sus fans y esta no sería la excepción, así que se acercó con bastante galanura. Al verlo los ojos de la recepcionista se transformaron en corazones.
— ¿Me buscabas? Ya es tarde pero puedo firmar un autógrafo más.
Seung lo encaró serio, pero su ceja derecha contraída delataba la poca paciencia que le quedaba.
— Ya lo hiciste. —puso su cheque estropeado en la cara del sonriente JJ.
— Wow, hasta me han pedido que ponga mi firma en pechos y traseros, pero un cheque es inusual. Seguro no tenías nada más a la mano, entiendo lo que puede hacer la emoción del momento, tenerme tan cerca…
— El punto es que no lo pedí y ahora está arruinado. Mi jefe no quiere darme uno nuevo así que vas a pagarlo tú.
— Espera, jovencito. ¿No estarás tratando de sacar dinero fácil?
El representante de Jean se acercó con mala cara y el de ojos azules lo calmó. Ahora que podía fijarse mejor este chico tenía un buen rostro, era inusual toparse con una belleza asiática de ese nivel por estos lares y no sería difícil que si apareciera en algún anuncio sedujera tanto a hombres como a mujeres. JJ le acarició la mejilla, acción ante la que el más bajo ni se inmutó.
— Oye, tienes una cara muy bonita. ¿No te gustaría ser…?
— No.
Seung Gil ni siquiera lo dejó intentar desviarse del asunto, acercando aún más su cheque al rostro de Leroy que tuvo que agarrar el papel antes de que el otro se lo metiera en las narices. Lo miró, sin lugar a dudas esa era su firma interrumpiendo la lectura del remitente y número de cuenta por lo que quedaba totalmente anulado, aunque todavía podía leerse el monto. Trescientos dólares. ¿Quién rayos hace un cheque por una suma tan minúscula? Así que no era problema para él, aunque si se lo preguntaban el lindo muchacho era afortunado de tener su firma, incluso podría venderla y ganar más de lo que costaba ese tonto cheque.
— Está bien. —sonrió girándose donde su manager y le pidió el dinero, tardándose un momento antes de volverse hacia Seung Gil y darle los billetes— El dinero de JJ es único, tal vez ni deberías gastarlo-...
Lee tomó el dinero sin más retirándose de allí, dejando al menor con las palabras en su boca al igual que una divertida mueca. Nunca había conocido a un fan así de peculiar, y lo denominó fan por su propia cuenta ya que para él cualquier ser que respirara era su admirador.
El coreano salió del hotel y miró los billetes en su mano, percatándose de que el último tenía algo escrito.
“Cuando pienses en mí, llámame. 0XXX-X887X4X”
JJ estaba por retomar el camino a su habitación cuando una voz monótona lo detuvo y se giró para ver al mismo chico asiático de recién.
— Vaaaya, vaya. Fue mucho más rápido de lo que pensé-… —nuevamente fue interrumpido cuando Seung le devolvió el billete con una adusta expresión.
— No me gustan los billetes rayados, dame otro.
Y el joven actor casi se cae de espaldas.
— ¡No captaste para nada la situación!
Pero luego de reponerse y suspirar no pudo más que sonreír, le gustaban los retos difíciles.