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¿Es realmente imposible? por ARTHEMIS

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Notas del fanfic:

Esto no es un plagio.

Soy la autora original, pero he decido retomar la historia y además rehacer los capítulos, pero no me atreví a borrar la historia, por varios motivos.

 

1- No me siento bien con la idea de eliminar la primera historia que escribí para  el foro

2- Hay hermosos comentarios de gente que creyó en mi cuando mi narrativa era pobre

3- Quiero tener como base aquella historia para que quienes ya la leyeron o comiences a leer tengan la oportunidad de leerla y decirme si piensan que algún dato importante de la versión anterior está siendo omitida en esta versión.

 

Notas del capitulo:

Ok, comencemos nuevamente con esta historia.

 ¡SEAN BIENVENIDOS!

La fría ventisca se colaba por su cuerpo, el desespero que sentía se acrecentaba con cada segundo que pasaba. Sentado en la pequeña terraza de su alcoba era capaz de observar su mundo. La desolación y el dolor albergaba hasta el último rincón de su corazón muerto, y de esto hacía muchos años.

 

Sonrió cuando se dio cuenta de lo irónico de su destino, desde el día de su nacimiento, cuando Gea lo trajo al mundo su destino había sido sellado y maldecido. Y es que el junto a sus hermanos estaban destinado a lo mismo; ser los seres más poderosos del universo y aun así los más miserables.

 

Tomo delicadamente de su dedo índice la sortija que milenios pasados portaba su madre, la mujer que hasta el último momento de su vida rogo por el perdón de sus hermanos y el propio. Pero justo ahora en la soledad que le albergaba dudaba que algún día pudiera perdonarle tales atropellos. Si ella hubiera hecho lo que Zeus, las cosas no hubieran tomado ese camino.

 

No se habría desatado una guerra sin sentido, donde su sed de venganza privo a miles de inocentes de la vida, pues Zeus no perdono a los titanes excluidos de los planes de su padre; a no ser que estos se le arrodillaban. Y el igualmente había manchado sus manos de sangre de quienes le rogaban misericordia, se había regocijado cuando ningún titán escapo del castigo, pero ahora notaba como su soberbia juvenil le pateaba la conciencia adulta. Tal vez después de todo estaba pagando sus crímenes, exiliado en el inframundo como estaba, siendo odiado por tantos y temido por su propia familia y si eso no fuera suficiente castigo.

 

 

-          Ahora debo amarlo a el – Apretó la cadena que colgaba de su cuello. Si se concentraba podía percibir el gentil cosmos emanando del dije, le llegaba una brisa cálida, como una caricia placentera.

 

 

La imagen del hermoso chico peliverde se coló en su mente, su hermoso rostro sonriente acaricio su frio corazón, la perlada sonrisa que tenía era ese pedazo de luz que le mantenía vivo y lo llevaba a continuar rigiendo entre los muertos, su gentil actitud le hacía confiar en que incluso en un mundo tan podrido como en el que vivían existía gente hermosa y maravillosa como él. Si aún no mandaba a la mierda las obligaciones que le ataban al horrendo submundo era su deseo de algún día lejano verlo llegar a su castillo en Giudecca, ver como su juvenil alma llegaba a iluminar su vacío mundo y abrirle la puerta a los Elíseos que continuaba embelleciendo para hacerle sentir cómodo, pues solo en un lugar como ese sería digno de estar su adorado caballero.

 

Su corazón se llenó de furia consigo mismo al recordar como cegado por desesperación había atacado la tierra que su ángel tanto amaba, como haciendo caso a las estúpidas palabras de la Diosa de la discordia se había aventurado en tantas ocasiones a herir a inocentes, repitiendo un círculo vicioso hasta que lo encontró en una nueva vida.

 

Parecía una burla que un joven con el corazón tan noble como la tierna Harmonía fuera el envase para su podrida alma, con esa fragilidad que apenas podía creer que fue capaz de contenerlo y pelear por el control de su cuerpo, era un ángel, pero su determinación lo hacía un guerrero de cuidado. Era como ver a un dios en desarrollo; estaba seguro de que si el chico hubiera nacido en épocas de los príncipes griegos este hubiera sido objetivo de innumerables dioses, por su amor se hubieran destruido ciento de ciudades.

 

Y ahora, el hermoso chico destruía su corazón con una cruel verdad; ese hermoso ser jamas se fijaría en alguien como él. Recordaba como si hubiera sido grabado con fuego en su memoria el odio que le transmitía su mirada cuando lastimo al caballero de Pegaso en su batalla final; su cosmo se le dirigía hostil cuando arrojo su cadena violentamente para apartarlo del joven castaño.

 

-          ¿Algún día tu alma podrá perdonarme? – Arrojo la pregunta a sabiendas que su hermosa voz jamás le daría una respuesta; sin saberlo le estaba dando el peor de los castigos a sus atrocidades, pues ni Zeus lo hizo pagar de forma tan horrible cuando le obligo a revivir a todos los caídos durante la guerra santa para tener contenta a su preciada hija.

 

 

Su único consuelo era saber que su hermoso oji esmeralda ahora mismo vagaba por la tierra iluminándola con su mirada, tendría una tranquila vida; una donde jamás tendría que volver a levantar amenazante su cosmos.

 

Podría ser un chico normal y disfrutar de las cosas según el mismo las quisiera, disfrutaría de su juventud, podría enamorarse de alguien que lo mereciera y formar una familia, incluso si esto destruía el alma del regidor de los muertos, pero este último sería feliz de saber que su amado se hallaba feliz.

 

-          Incluso si no soy yo quien causa tu felicidad mi querido Shun, deseo que nunca dejes de sonreír.

 

 

 

Aun con miles de sentimientos confusos en su interior rogando por ser expresados para el caballero de Andrómeda fue interrumpido por su joven hermana terrenal, Pandora ingreso a la habitación con sus sedosos cabellos morados ocultando la mirada culpable; desde el momento que fue resucitada se había mostrado renuente a mirarle, avergonzada con él por la actitud que tomo al final de la guerra; y sin embargo no podía más que agradecerle por ayudar al hermano de su ángel.  

 

-          Mi señor, el Dios Hermes desea verlo – la chica tembló cuando su mirada violeta se cruzó con la mirada cristalina del gobernante de los muertos, en espera de que este al fin le diera el castigo que merecía.

 

-          Hazlo pasar al salón del trono – la chica asintió a la orden y salió corriendo del lugar como si estar ahí le asfixiara.

 

 

El pelinegro se levantó de su silla, y emprendió camino hacia donde de seguro Hermes ya le esperaba, rogaba internamente que este estuviera haciendo una estúpida solicitud para ganarse el favor de algún dios o inclusive para una amante, ya que si su sobrino venia en calidad de mensajero de su hermano menor esto solo era problemas.

 

Las puertas de la recamara trasera del trono se abrieron al instante que sintieron su cosmos arder, con paso tranquilo llego hasta la silla ornamentada que usaba para asuntos oficiales, de pie al centro del salón se encontraba su sobrino.

 

-          Tio Hades – le saludo respetuosamente al mayor, por su parte Hades recibió el saludo y le mando levantarse.

 

-          Continua Hermes

 

 

-          Vengo como mensajero de Zeus - ¡Mierda! – Mañana se llevará a cabo una junta con los once olímpicos restantes para discutir sobre la situación de la tierra durante la ausencia de Athena

 

Era cierto, la diosa de su hermoso ángel había sido mandada por Zeus en busca de la Diosa hechicera por los confines de la tierra a pedido de las Destino.

 

-          La asistencia es obligatoria – La voz de Hermes sonó firme, sonrió internamente al recordar como en antaño este no era capaz de mirarle sin transmitir todo su miedo en cada palabra.

 

-          Ve con Zeus sabiendo que has cumplido –

 

 

-          Me retiro – salió de la habitación a paso lento.

 

Por su parte el señor del inframundo estaba sopesando el abanico de opciones que se le presentaba; podía ignorar el aviso de su sobrino y desatar la furia de su pequeño hermano, que cabreado vendría a recriminarle su falta de respeto; o bien podría ir a la dichosa junta y poner a prueba su paciencia con las estupideces de los otros dioses que rogaban por un lugar especial en el tártaro.

Notas finales:

GRACIAS POR PASAR!

Gracias a los nuevos y antiguos lectores de esta historia.

Dejenme sus impresiones del capitulo para saber que piensan sobre los cambios.

 

LEAN:

En caso de tener buena aceptacion y opiniones el segundo capitulo sera colocado mas tardar el domingo, y en caso de una excelente aceptacion el sabado debe estar listo para ustedes.

 ¡Denle mucho amor a la historia!


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