Sasuke era Sasuke...
Gruñón, amargado, orgulloso, negativo, grosero, hiriente, depresivo y muchos adjetivos negativos más que acompañaban a una persona que hacía mucho había perdido las ganas de vivir.
Y aun así lo quería…
A pesar de todo ese negativismo, a pesar de la forma tan lánguida con la que veía la vida, a pesar de esa negativa de soltar lo que tanto daño le había hecho en el pasado.
Ese daño que se llamaba Gaara y que ambos compartíamos a nuestro modo.
Y yo le quería…
Y mi forma de demostrárselo era hacerme a un lado, para que el pudiera ser feliz con la persona que él quería.
Grave error.
Porque Gaara era joven…
Y no sabía lo que quería…
Porque a Gaara le gustaba jugar con quien quería, porque el mismo ni siquiera se quería
y después de aquel beso que compartimos frente a Sasuke, todo se volvió diferente
Porque creía que ya no le quería y sabía que ni Gaara me quería, es más podía estar seguro que ni yo mismo me quería.
Y entonces decidí retirarme…
Como aquel buen perdedor…
Y me alejé.
Porque en ese entonces no me quería…
Ni podría querer a nadie más…
E intenté alejar a Sasuke...
Pero la vida lo regresó a mi…
Y sucumbí
Pero el ya no era el mismo
Algo faltaba en su corazón
Y me enredé en su telaraña
Y solo pude darme cuenta, cuando su olor inundaba mis fosas nasales y sus labios se encontraban junto a los míos, y luego eran sus brazos abrazándome, sus manos acariciándome, su lengua luchando contra la mía, su boca contra mi piel, su cuerpo sobre el mío.
El enterrándose una, otra y otra vez dentro de mí.
Adhiriéndose en cada una de mis células.
Y después ya era muy tarde.
Porque era consiente de mi estúpido enamoramiento, porque sabía que en ese acto, cada uno depositaba aquella soledad que nos carcomía y que a pesar de querer hacer algo para poder llenar su vacío corazón yo solo era un bálsamo momentáneo, uno como los muchos que tenía.
Y ahí estaba el, encerrado en su propio mundo, intentando no ahogarse en su propia soledad y en las ganas de desaparecer…
Y ahí estaba yo, cuarteándome poco a poco, mientras lo observaba seducir a alguien más, sabiendo que era su última opción.
Luchando por alejarme...
Luchando por alejarlo…
Ocultando mis sentimientos, guardando en secreto mi adoración por una persona tan toxica, tragándome las ganas de huir de él, aguantando su fuerte deseo por morir que muchas veces me externaba, ¿acaso era muy difícil entender que lo amaba y podría dar lo que fuera por él?
Nunca supe si él lo sabía
Lo más probable era que sí. Y que una parte de él disfrutaba mi incertidumbre.
Pero todo acabó.
Acabo, aquel dia que no pude mas y le solté todo.
“Porque me gustabas antes de saber que Gaara existía”
y sonrió… como pocas veces lo hacia
“pero se cuándo partir cuando he perdido la guerra”
Y sonrió de nuevo.
“igual no importa”
Apuesto que pudo escuchar el sonido de mi corazón hacerse cachitos
“quiero morir Naruto”
Y sentí la rabia subir por mi garganta
“Pues matate entonces”
y corrí…
Y hui
Y me alejé
Y fingí estar bien
Y fingí que ese vacío no existía
Y luché
Y salí adelante
Y comencé a vivir
Y saboree cada parte de mi felicidad…
Y creí estar bien
Y me sentía bien
Y entonces el volvió
Y su sonrisa perfecta, su pálida piel, sus rasgados ojos negros mirándome…
Y mi corazón latiendo como loco, mientras nuevamente sus labios recorrían mi piel, mientras sus manos tocaban mi cuerpo, mientras penetraba cada parte de mí ser.
Y quería a ese Sasuke, el egoísta, gruñón, orgulloso, negativo, grosero, hiriente, depresivo…
Deseaba cada uno de sus horribles defectos
y anhelaba su enfermo ser
Amaba a aquel monstruo en el que Sasuke se había convertido
Porque Sasuke era Sasuke
Y yo amaba cada uno de los defectos que le convertían en un monstruo
Por yo era Naruto, pobre imbécil que amaba cada uno de los defectos enfermizos de aquel hombre
Y esperaba que este Loco amor se acabara antes de que yo también me volviera un monstruo como él.