Capítulo I
Buenos días, LATAM les da la bienvenida al vuelo 210, en breves minutos se iniciará el embarque. Pasajeros viajando con niños menores a 2 años o que requieran asistencia especial favor acercarse con nuestro personal, gracias.
~Sala de espera al embarque~
-Adara, estás lista? – preguntaba su padre.
-Sí.-Se limita a responder con un semblante triste.
-No estés triste. Cambia esa cara, tienes todo en orden, tus papeles, pasaporte, visa y dinero. Nada de que preocuparse. Te estarán esperando allá. –dicho lo último desvió su mirada y rascó su oreja.
-Sí. Pero... –Sintió inquietud por el acto de su padre.
-Pero qué?.
-Por qué tengo que irme? Digo, tengo todo aquí… a ustedes, un casa, amigos… tengo a mi mejor amiga! No puedo irme sin así! –empezaba a enojarse –TENGO TODO AQUÍ! –las personas regresaban a verlos.
-Baja la voz Adara! Estas llamando la atención de todos. –suspira –No vas a cambiar nada enojándote, la decisión está tomada. Viajas porque viajas.
-Quién me va a esperar allá? –se levantaba –Lo conozco?.
-Un familiar, de eso no te preocupes. Vamos a embarcarte. –tomaron rumbo a la zona de embarque.
-Buenos días –saludaba la asistente. –Asistencia especial?
-Buenos días, sí, es un caso de asistencia especial. Mi hija va a viajar sola y aun es menor de edad, me dijeron que podía viajar con un tripulante... –fue interrumpido.
-Sí, el nombre de la señorita es Adara Ricaurte, verdad? –revisaba los lista de los pasajeros en los datos de la computadora.
-En efecto señorita. –miraba a la asistente y otra señorita a su lado.
-No se preocupe. –sonreía –Aquí mi compañera de trabajo tendrá la custodia de su hija –señaló con su mano a la señorita que se hacía presente frente a ellos.
-Buenos días, mi nombre es Bárbara León y estaré a cargo de la señorita hasta entregarle a la persona correspondiente, establecida en información de la asistencia requerida.
-Perfecto! Algo más que deba hacer? –preguntaba apurado.
-No señor Ricaurte, puede dejar en nuestras manos a la señorita.
-Gracias. Aquí está el boleto y pasaporte –extendía los documentos. –Por favor cuídenla mucho. No quiero sorpresas. –desvió la atención de las asistentes a su hija y la tomo de los hombros apretándolos un poco. –Adara, no olvides todo lo que te enseñamos, muy pronto nos encontraremos y no te preocupes de nada, allá te están esperando. –la abrazó por última vez y beso su mejilla. –Ve!
Adara asintió y junto a la asistente pasaron el filtro de embarque. Entraron al avión y se dirigieron al asiento que le correspondía, cuatro filas cerca del galley.
Unos buenos minutos allí sentada…
-Disculpe... –llamaba a la auxiliar de vuelo quien se encontraba acomodando los compartimentos superiores de equipaje –señorita… este señorita Bárbara?
-Dígame señorita, en qué puedo ayudarle? –se fue acercando a la señorita.
-Disculpe… ehm… cuánto falta para que salgamos? –miró de reojo su reloj
-Mil disculpas señorita, le informo que el vuelo 210 está retrasado con 20 minutos. Tiene alguna otra inquietud?
-No… gracias! –suspiró molesta por el retraso.
-Si me disculpa procedo a retirarme. –siguió con sus labores.
POV Bárbara
~Una hora antes~
-Hey Barb! –Me llamaba mi superior.
-Dígame superiora –agaché la cabeza en son de respeto.
-En el vuelo 210 tiene programado una asistencia de un menor no acompañado, este ese su nombre –me entrega una carpeta –por favor hazte cargo de la señorita.
-Si superior. –abro la carpeta –Adana Ricaurte Salas. 17 años. Contacto padres: ####-###H; #########C. Dirección: Av. Estrada y Guayacanes, Casa N615. Pariente encargado: Ignacio Raúl Salas Arias. Número de contacto: ####-###H; #########C. Dirección: Av. 5 de Mayo e Ignacio Allende. Vuelo 210 salida GYE con destino MEX. –Okey. Menos mal no es una pequeña mocosa
-Oye Barb! Después de este vuelo vamos a pernoctar en el Gran Hotel Ciudad de México, si traes ropa para salir a divertirnos verdad? –se acercaba Ángela.
-Obvio An! Ya está todo planeado –me agarró del brazo.
-Perfecto, no olvides cumplir mi deseo –muerde su labio de forma provocativa.
-Estás loca An –me zafo de su agarre –Te dije que nunca lo haría con una compañera del trabajo y menos contigo –le saco la lengua y sonrío.
-Ay! Eres mala conmigo… además de mala, mentirosa, bien que hace un año te comiste a Susana –rueda los ojos.
-Jaja y por qué crees que casi pierdo el trabajo? –cruzo los brazos –gracias a la loca, celosa, controladora y ninfómana de Susana, me suspendieron dos meses de trabajo y SIN PAGO… -maldición! Se imaginan lo que es perder dos meses y sin paga? Éste trabajo no es nada fácil…
-Pero muñeca, mírate! Estás como para chuparse los dedos –me lanza un beso volado. –Alta, cuerpo bien formado, cabello claro, unas medidas envidiables y unos ojos –cierra los ojos –unos ojos color ámbar…
-Deja de ser una lanzada An… nada ni nadie del trabajo logrará romper mi código empresarial –se ríe fuerte por mi último comentario.
-Como sea Barb, algún día serás mía –se va moviendo de más su cuerpo.
Qué les puedo decir? Como ya saben, me llamo Bárbara y trabajo como auxiliar de vuelo, tengo 23 años. Vivo sola en un departamento a 10 minutos del aeropuerto. Mi vida se basa en tres cosas, la primera es pasar todo el tiempo volando, la segunda es dormir todo lo que puedo en mis días de licencia y la tercera es ser un desmadre cuando pernoctamos en una ciudad.
No hay mucho que pueda contarles de mí. Simplemente soy Bárbara la chica de 23 años que pasa volando y que cuando tengo tiempo libre o bien duermo o bien paso vacilando con mujeres en las discotecas.
~Anuncio de embarque de pasajeros vuelo 210.~
-Ya es hora –me digo a mí misma. Camino rumbo a la sala de embarque.
Me encuentro con Verónica quien está a cargo de revisar por última vez si hay algún error que pasó por desapercibido en filtro de check-in con respecto a los boarding pass de cada pasajero.
-Qué hay Vero? –saludo en voz baja con ella.
-Que tal Barb, lista para un día más en el paraíso? –bufa.
-Por supuesto! Amo lo que hago –sonrío emocionada
Habrán pasado unos minutos cuando por fin veo a la chica que tendría su custodia temporal.
Una vez presentada ante su padre nos ponemos en marcha con dirección al avión. Ella caminaba muy lento como si pensara que eso le ayudaría a perder el vuelo, me dio un poco de risa ver esa actitud y es normal encontrarse con ese tipo de personas, pero vamos, no es una niña ni una anciana, es una simple chica que según veo es su primera vez volando. Para su martirio…
-Hemos llegado señorita –no recibo respuesta. Procedo a caminar delante de ella para poder indicarle su asiento y colocar su maleta de mano en el compartimento de equipaje. La dejo acomodada y me encargo de ayudar a los pasajeros así mismo con su maletas.
-Bárbara –pongo atención al lugar de donde me llaman –Ven –era mi superior.
-Sí, sígame superior. –me lleva hasta el galley y cierra las cortinas.
-El vuelo se ha retrasado por overbooking, si los pasajeros te preguntan que porqué se demora el vuelo ya sabes que hacer –abrió las cortinas y salió enseguida.
Salgo del galley y continúo ayudando a los pasajeros, me mantenía concentrada en el trabajo hasta que escuché que me llamaba la señorita Adana.
–Señorita… este señorita Bárbara?- me di la vuelta hacía ella
-Dígame señorita, en qué puedo ayudarle? –pongo toda la atención del mundo.
-Disculpe… ehm… cuánto falta para que salgamos? –miércoles! ya con ella son 24 personas que preguntan.
-Mil disculpas señorita, le informo que el vuelo 210 está retrasado con 20 minutos. Tiene alguna otra inquietud?
-No… gracias! –suspira molesta.
-Si me disculpa procedo a retirarme. –No puedo hacer más que eso, el hecho que haya overbooking no es mi culpa.
Los pasajeros ya estaban ubicados cada quién en su asiento y nosotras esperábamos la autorización de cerrar la puerta.
-Sabes si ya vamos a salir? –se notaba la preocupación en An –qué pasa si pasamos a contingencia? –movía los dedos –no nos avisaron con anterioridad…
-Tranquila An. Sí vamos a salir y no creo que pasemos a una contingencia. Sé paciente y esperemos la autorización del comandante. –a estas alturas no creo que pase. Si hay overbooking de pasajes la aerolínea se encargará de eso y saldremos tranquilamente.
-Señorita Bárbara –de nuevo me llamaba Adara –puede venir por favor?-
Me acerqué a ella. –Dígame señorita- sonreí tratando de tranquilizarla.
-Cuándo vamos a despegar? –se notaba molesta.
-Señorita Adara, en unos minutos despegaremos, solo unos…
-Llevamos más de 20 minutos que usted dijo –ay pero que niña –a mí me están esperando y no quiero llegar tarde.
-Comprendo su situación señorita, no debe preocuparse su pariente ya debe haber sido informado. De ante mano mil disculpas por este percance.
-Maldición… -cerró con fuerza los ojos –gracias…
-Con su permiso. –estaba por retirarme –si necesita algo más, no dude en llamarme.
Señores pasajeros, les habla su comandante Jaime Rosero. Por parte de la aerolínea y personal de vuelo les pedimos disculpas por el retraso de este vuelo.
El capitán encendió las luces de colocarse los cinturones de seguridad
-Damas y caballeros, el Capitán ha puesto el letrero del cinturón de seguridad. Si aún no lo ha hecho, guarde su equipaje de mano debajo del asiento que está delante de usted o en un compartimiento superior. Por favor tome su asiento y asegure su cinturón de seguridad. Y también asegúrese de que su asiento y las bandejas plegables estén en su posición vertical completa. –hablaba nuestra jefe de auxiliares de vuelo
Nuestra jefe comenzó con la demostración de seguridad, indicando paso a paso lo que deben y no deben hacer. Nuevamente el capitán hablo indicando que despegaríamos y los pocos minutos el avión se elevó.
Sería un vuelo de seis horas con treinta y cinco minutos. Estaríamos llegando a las cuatro o más de la tarde.
Cada quién estaba pendiente de los pasajeros, atendíamos sus peticiones, sus inquietudes y otras cosas más. Cuando podía velaba por la señorita a mi cargo y le preguntaba si se encontraba bien o si necesitaba algo, menos mal no pedía nada fuera de lo común.
Siendo la una y media de la tarde, tres horas de vuelo, nos dieron la señal de servir el almuerzo. Con los carritos de comida sirviendo lo que el pasajero pedía. Después de servir procedimos a retirar media hora después, y una vez más ya estábamos sentadas.
-Señorita Bárbara –me acerqué a Adana –Necesito ir al baño.
-Por supuesto, sigue recto y antes de que llegues a esas cortinas de color azul te encontrarás con los baños. –a los pocos minutos regreso. –Te ayudo en algo más?.
-No gracias, estoy bien. –regresé a mi lugar.
Por fin estamos llegando a nuestro destino. Estamos descendiendo y la emoción de algunos pasajeros se hace más visible.
-Damas y caballeros, al iniciar nuestro descenso, cerciórese de que los respaldos y las mesas de las mesas estén en su posición vertical. Asegúrese de que su cinturón de seguridad esté firmemente sujeto y que todo el equipaje de mano esté estibado debajo del asiento frente a usted o en los compartimentos superiores. Gracias. –Jefe de auxiliares de vuelo.
Todas suspiramos porque sabemos lo que ese anuncio significa… la excitación de los pasajeros por salir, y tenemos que calmar las olas de personas que por salir lo más rápido posible se van empujando, van botando todo a su paso…
-Damas y caballeros, bienvenidos al Aeropuerto Internacional de Ciudad de México. Hora local dieciséis y cuarenta. Y la temperatura es de diecisiete grados. –Capitán
Cuando por fin aterrizamos, los auxiliares salimos a la acción evitando que los pasajeros se levanten hasta que el avión se haya detenido completamente.
-A nombre de LATAM y toda la tripulación, me gustaría darles las gracias por unirse a nosotros en este viaje y esperamos verlos a bordo de nuevo en un futuro próximo. Tengan una buena estancia! –Comandante
-Señorita Adana, por favor venga –saqué su maleta del compartimento y le pedí que se dirija a la puerta. –Una vez a fuera del avión, pasaremos por migración y tomaremos sus maletas para salir. Asintió con su cabeza.
Salimos enseguida para poder pasar por migración, después de migración nos encaminamos a retirar sus maletas.
-Cuántas maletas trajo? –pregunte mirando las maletas que pasaban por la banda.
-Una. Ahí viene! Ese de color rojo. –se apresuró a tomarlo. –Listo!
-Muy bien, ya es hora. –salimos –sabes quién te va a recoger? –se detuvo de golpe.
-No –respondió asustada. Miraba a todos lados.
-Tranquila señorita Adara. Tengo el nombre su pariente, se llama Ignacio Ricaurte.
-No sé quien es… -su nerviosismo ya era notable –Nunca había oído de esa persona.
-No se desespere. Respire. Seguramente él sí la conoce, debe estar por aquí… -miraba a cada persona que tenía letreros con nombres.
-Y si vino y se fue por el retraso del vuelo –se apoyó sobre sus rodillas.
-Tranq…
-Y si olvidó que yo venía –tapó su rostro
-Tenemos los números de contactos. Esperemos un momento más.
-Y SI ME ABANDONARON! –gritó –MALDICIÓN!!
-Señorita mantenga la calma! –solté
-Como quiere que mantenga la calma, cuando me encuentro en otro país completamente sola!? –se levantó de golpe encarándome.
Si pudiera mandarle al carajo para que se tranquilice lo hiciera, pero estar con el uniforme y dentro del aeropuerto compromete mi trabajo.
-Cálmese! –agarro sus maletas –venga! –digo caminado a paso rápido –iremos a llamar a tu pariente.
Caminamos en dirección a las oficinas de mi empresa.
-Buenos días mi nombre es Bárbara, soy la asistente de servicios de la señorita que está a mi lado, menor no acompañado –sentencio. –Se tenía especificado que la vendrían a retirar, pero hasta ahora nadie ha reclamado por ella. –abro mi maletín de vuelo y saco los documentos –tenga aquí están los números de contacto –le entrego.
-Espere en la sala hasta tener alguna noticia por favor –se levantó e ingreso a otra oficina.
-Acompáñeme señorita –nos dirigimos a la sala de espera. Mientras ella se sentaba yo fui por unas botellas de agua. –Tenga, tome un poco.
-Auxiliar Bárbara! –me llamó el agente. –Acérquese un momento. –fui donde él –hemos llamado a los números que están en la ficha del pasajero… y ninguno contesta. –esto no es bueno. –ya enviamos a un representante a la dirección indicada, esperemos a que traiga buenas noticias.
-Y si no trae buenas noticias? –regreso a verla y me mira con preocupación.
-Será enviada a su país de origen –su celular suena –disculpe. –Aló?
Me acerco donde ella. Si su pariente no responde y no aparece, tendrá que regresar, no puede quedarse en este país sin un adulto…
-Que le dijeron? Respondió? Ya está en camino? –que jodida suerte de la muchacha.
-Lamento informarle que su pariente no contesta las llamadas. –frunció el ceño –por ahora toca esperar más, acaban de enviar a un representante a la dirección dada por su padre.
POV Adara
~Una semana antes~
-Adara? –era mi madre –puedes bajar?
-Voy! –grite desde el cuarto. Alguien llamó por teléfono.
-Qué vas a hacer? -... –Estás loco! -... –se va a dar cuenta -... –yo sé que no es tu hija… eso te pasa por querer adoptar a una niña.-…. –debiste adoptar a ese niño en su lugar.-… –Me alistaré, donde nos vemos?.-… –Está bien, ahí te espero.
-Si madre? Ya estoy aquí. –había escuchado toda la conversación…
-Eh! Hija! –mi madre estaba nerviosa –Este… este… algo tenía que decirte. Bueno ya no importa, regresa a tu cuarto. –salió de la cocina y se encerró en su cuarto.
Esta noticia me cayó como un balde de agua fría. Que a tus 17 años de edad te enteres de que fuiste adoptada… mierda! Cómo debo reaccionar? Viví engañada! Por un demonio! Malditas personas! Mintieron tan bien! Me trataron tan bien, me educaron tan bien… y ahora me salen con esta noticia de ser adoptada!? Y peor que eso… se arrepintieron de haberlo hecho!.
Me dirijo al cuarto. No sé qué pensar, no sé qué hacer… Voy al baño para lavarme la cara, tal vez el contacto del agua con mi rostro de despierte.
-Achachay! –Pego un gritito. El agua no está fría, está helada… bueno al menos me despejó un poco.
Okey pensemos. En mis recuerdos siempre están ellos, seguramente me adoptaron de bebé; en similitudes, me parezco a papá por el color de cabello; en el trato cotidiano, me tratan como si realmente fuera su hija de sangre; me dan todo incluso lo que no necesito. En pocas, son unos excelentes padres!. No entiendo por qué de la noche a la mañana hablan de esas cosas.
Entra una llamada de Natalie a mi celular.
-Hermosa! Ábreme la puerta que estoy afuera –cuelga enseguida.
Carajo! Está loca! Bajo a todo gas las escaleras y salgo
-Qué haces aquí!? –digo abriendo la puerta –estás loca Nat… -se abalanza sobre mí y empieza a besarme. Con todas las fuerzas del mundo logro despegarla –Para! Para! Aquí no! Está mi madre! –madre? Debo llamarla madre después de esto… divago en mis pensamientos
-Hey? Adara! –empezó a chasquear los dedos –Reacciona mujer!
-Ah! Ay! Disculpa Naty solo estaba pensando… –desvió la mirada –Pasa Naty, no te quedes afuera.
-Por qué tan ida? –acaricia mi rostro, inconscientemente cierro los ojos –cuéntame, qué te atormenta.
-Nada Naty nada. –alejo su mano –subamos.
-Adara? Quién llegó? –mi mad… mi madre salía de su cuarto.
-Es Naty, vino a… -regresé a verla, a qué vino?
-Buenas tardes señora Ricaurte, disculpe si no llamé con anticipación, vine a visitar a mi mejor amiga. –Mentirosa dije para mí.
-Uhm! Bueno. –la miró con mala cara. Mi madre sabe que entre las dos somos cualquier cosa menos “mejores amigas”. –Adara voy a salir, regreso en unas horas.
-Si mamá… vas a verte con papá? –dudo en decirme, la conozco.
-No. Me reuniré con unas amigas, ya regreso y Natalie –la miró severa.
-Ordene señora.
-No te hagas muy de noche. Adiós Adara. –se fue.
-Uf! Tu madre sí que me odia –negó con la cabeza. Entramos al dormitorio y ella se acostó en mi cama.
-Sabes –hablaba Naty –deberíamos decirle a tu madre que no somos mejores amigas…
-Ella ya sabe que no somos mejores amigas –suspiré.
-Cómo sabes eso? Acaso ella te dijo? –se levantó de golpe. –Tú le dijiste?
-Ya lo sospechaba… creo que nos vio teniendo sexo. –me acosté a su lado. –Te acuerdas ese noche que dijeron que no regresarían? –volvió a acostarse.
-Ajá! Si me acuerdo y esa noche nos embriagamos… carajo! –se giró de golpe.
-Exactamente…
Ese día mis padres me dijeron que no iban a regresar por ese día ya que tenían una fiesta de trabajo. En eso invité a Naty y ella organizó una mini fiesta con botellas de licor, nos tomamos casi todo y como típicas lujuriosas terminamos teniendo sexo en esta cama. A la mañana siguiente, a las primeras horas, Naty salió de la casa antes de que mis padres llegasen, pero cuando me metía al dormitorio alcancé a ver con el rabillo del ojo como mi madre salía de su cuarto.
Ese día, todos estuvimos callados con cierta incomodidad. Pero después de eso todo volvió a la normalidad exceptuando que cuando Naty viene mamá o se encierra en su cuarto o sale de casa donde papá.
-Creo que me odia. –suspiró fuerte.
-Crees? –me rio –Ya te odia – me posé sobre ella –Pero eso no importa, verdad? –miro sus labios intensamente.
-No –mordió sus labios –no me importa seguir fingiendo ser tu mejor amiga ante ella –la besé.
Empezamos a besarnos, Naty se levantó permitiendo sentarme sobre sus piernas, tomó mi rostro entre sus manos y me apegó más a ella. Empiezo a acariciar su espalda, bajo hasta toparme con el borde de su blusa, meto mis manos por ahí y comienzo a rasguñarla un poco.
-Ah! –gime –Eso es nuevo –dice sobre mis labios –me encanta. –profundiza más el beso, lamiendo la comisura de mis labios instintivamente los abro dando paso a su lengua, nuestras lenguas empiezan a jugar.
Poso mis manos sobre sus senos y voy masajeando cada uno. Ella empieza hacer lo mismo, suelta mi rostro y sus manos se dirigen a mi espalda baja hasta toparse con mi trasero, gimo porque empieza a apretarlos y ella aprovecha para besarme el cuello. Empiezo a rozar mi cuerpo con el suyo es un vaivén…
-Te necesito –digo con voz ronca mordiendo su oído.
-Aahm! –para de golpe sus movimientos –No quiero –me bota a un lado y se levanta de la cama.
-Agh! Naty! –digo enojada –no me hagas esto! –le lanzo las almohadas.
Ríe por mi comportamiento, agarra las almohadas del piso y también me las lanza.
-Hoy no vine a eso –se apoya sobre el escritorio.
-Entonces a que has venido? –digo un poco enojada.
-Tú piensas que cuando vengo es solo para tener sexo? –se hace la dolida. –Ja! Te aprovechas de mi lujuria. Dejando a un lado el chiste, he venido porque quería verte –me sonríe –además de que hoy me has dado una buena noticia.
-Buena noticia? –digo confundida. –No he dicho nada parecido a una buena noticia.
-Hermosa, me has dicho que tu madre sabe lo de nosotras. –se acerca a mi lado.
-Eso no puede ser una buena noticia. –ruedo los ojos. –deberías preocuparte, una de estas puede que ella explote y nos mande a las dos.
-Para nada Adara, eso me da la esperanza de que me acepte como tu pareja oficial. –une nuestras manos. –Se mi enamorada Adara, no me conformo con solo ser tu amiga con derechos.
-Nat… espera, ya hemos hablado de esto. –suelto sus manos y me levanto. Una cosa es que mamá sepa y otra es que sea oficial. –ser tu enamora o mejor dicho ser enamoradas implica muchas cosas y aun no estoy preparada para dar ese gran paso.
-Adara, mírame –se pone frente a mí. No la miro. –Mírame Adara.
-Nat, déjame pensarlo. Creo que es muy pronto para llegar a ser enamoradas.
-Empiezo a cansarme Adara, no puedo seguir así. –me da la espalda –No soporto que ante la vista de todos aparentes ser una buena niña y cuando estás sola te comportas totalmente diferente.
-Me estás sacando en cara mi comportamiento?. Tú sabes mejor que nadie que así es como he sobrevivido a este mundo por mantener las apariencias ante todos solo por pertenecer a una familia adinerada
~En algún lugar de la ciudad~
-Dejaste a Adara con esa chica!? –dijo molesto el padre de Adara. –Estás loca mujer!?
-Cálmate! –estás llamando la atención y no sería bueno que nos reconozcan. –Que estás planeando hacer con Adara? –regreso al tema.
-Mira, desde que la vimos ese día desnuda con la otra jovencita no soporto que esté en casa. He tratado de mantener la apariencia del mejor padre ante ella, pero ya estoy cansado. Así que voy a enviarla a México y desapareceremos de su vida completamente.
-Yo tampoco soporto verle a la cara… que desperdicio de años con esa muchacha. –tomo agua –Crees que será fácil desaparecer?
-Será pan comido mi querida esposa… pan comido. –sonrió malévolamente –Ya vas a ver.