Taehyung se encontraba sentando con las piernas dobladas y recargando su mentón sobre las rodillas. Nos observaba a través de sus grandes ojos cafés de manera seria y tal vez tímida.
Él era el un chico nuevo que apenas se había mudado por el trabajo de su papá hace unos meses. Debido a la personalidad natural y amigable de Hobi, rápidamente nos hicimos amigos de Taehyung.
Era una persona muy amable, bastante despistado y un poco tímida lo cual yo lo atribuía a que todavía no nos conocía tan bien.
Nosotros nos encontrábamos organizando la coreografía frente a él para el próximo concurso que presentaríamos así que estaba bastante agotado por todo el esfuerzo que estábamos haciendo.
–¿Y si mejor te pones de este lado? –Sugirió Hobi mirándome.
Mis piernas estaban débiles pero su gran sonrisa provocaba que no me rindiera. Era uno de mis mejores amigos aunque en realidad su nombre real era Hoseok, para comodidad de todos solíamos llamarle Hobi porque se apegaba más a su personalidad.
Él era la persona responsable de los pasos que estábamos practicando y la de mis martirios porque no sabia hacerlo tan bien que digamos. Me esforzaba, solamente que mis pies no respondían de la manera que yo quería aunque sus ánimos siempre me daban el aliento necesario para continuar.
Para mi sufrimiento, Hobi aún no se encontraba satisfecho con los pasos que había creado por lo que todavía nos encontrábamos afinando los detalles finales antes de darle el visto bueno. Por mis adentros, quería que él se conformara pero mi mente ambiciosa quería que la coreografía fuera perfecta para el festival en el que participaríamos.
Estábamos reunidos en el salón de prácticas, lugar que la escuela nos proporcionaba a los alumnos siempre y cuando no hubiera clases. Por lo regular, ahí nos reuníamos los chicos y yo para crear canciones que presentábamos en los festivales o en concursos.
–¿No te aburres? –Pregunté al menor.
–Así estoy bien –Respondió el chico.
Lo miré extrañado porque no lograba comprender como Taehyung no se desesperaba de sólo vernos sudar frente a él.
Aunque no sólo hacíamos eso. Las cosas funcionaban de la siguiente manera: Yoongi era quien producía la melodía de la canción mientras que yo me encargaba de hacer la letra. Como mencioné anteriormente, Hoseok era quién se encargaba de adaptar una coreografía a la canción que creábamos.
Jin era el vocalista principal que a veces era acompañado por el rap de alguno de nosotros. Esto lo hacíamos con el objetivo de que el trabajo no fuese tan pesado para ninguno y por supuesto porque era algo que nos divertía mucho a todos.
Hobi era tan paciente conmigo y con Jin, por lo que siempre le estuve agradecido. No es por presumir pero ninguno de los dos éramos buenos en ello. Sin embargo después de mucho esfuerzo, las cosas no salían tan mal después de todo.
Todo en mi vida resultaba perfecto en aquella época, en especial porque podía ver a la persona más importante para mí en aquellos momentos: Jin. Desde que éramos pequeños su sola presencia me ponía completamente nervioso. Situación que nunca comenté a los chicos y terminé callando durante mucho tiempo.
Los cuatro nos conocíamos desde la infancia y nunca hablábamos con otras personas que no fuéramos nosotros. Es decir, nos llevábamos bien con todos pero nuestro círculo era especial porque la confianza que habíamos forjado durante nuestra infancia era muy fuerte.
Hecho que continuó hasta la llegada de Tae, porque poco a poco fue involucrándose cada vez más con nosotros. A su lado nos sentíamos cómodos, y podíamos notar que Hoseok-hyung era el que mejor lo expresaba.
Nosotros habíamos sido sus primeros amigos desde que llegó al lugar y por lo tanto los únicos amigos en esa época. Justo como nosotros, también hizo otras amistades pero prefería estar a nuestro lado acompañándonos aunque fuéramos más grandes que él.
Al principio, Taehyung se limitaba a observarnos practicar durante las tardes la coreografía o cuando estábamos creando música. Solía decirnos que con el sólo hecho de vernos practicar se sentía satisfecho.
Hoseok varias veces lo invitó a participar con nosotros pero él se negaba ante su petición alegando que no tenía talento alguno. Era una lástima porque su voz era completamente única.
Aunque como dije antes, eso sólo fue al principio porque después de comenzar a ser más unido con Hobi se hizo más proactivo y terminó aceptando su propuesta.
Con el tiempo la relación entre Hobi-hyung y Tae fue cada vez más profunda. Al principio creíamos que solo eran sospechas de nuestra parte pero al final no tardaron mucho tiempo en comenzar una relación más allá de la amistad.
Creo que era una situación que los demás ya nos esperábamos desde la evidente cercanía que habían creado. Cosa que nos alegró mucho porque parecían ser felices uno al lado del otro.
Hablando de mí, yo era pésimo en el baile pero afortunadamente no era él único. Jin era otro chico que era igual o peor que yo para seguir el ritmo. Desde el fondo de mi corazón era una situación que me alegraba mucho porque al momento de equivocarnos en algún movimiento nos buscábamos con la mirada para reírnos de nuestros errores.
Recuerdo verlo enrojecer cuando le sonreía cuando nos encontrábamos a los ojos, aunque firmemente quería creer que solo eran alucinaciones mías. No estaba dispuesto a ilusionarme por un amor que parecía completamente imposible para luego salir herido.
Era una persona que quería y respetaba por lo que no estaba dispuesto a terminar mi amistad por mis sentimientos hacia él. Sólo me dedique a observarlo y quererlo a distancia, de la manera más silenciosa que pude hacer.
Como si fuese el destino, ambos terminábamos equivocándonos en el mismo paso. Le sonreía cada que eso pasaba para después invitarle a practicar un rato más conmigo a solas.
A veces nos quedábamos hasta muy tarde intentando hacer el paso que no nos salía. Dándonos retroalimentación en el proceso y después terminar recostados en el suelo porque parecía inútil recrearlos como nos lo había enseñado Hobi.
–¡No creo que pueda hacerlo! –Gritó riéndose.
–Yo tampoco pero al menos lo estamos intentando –Sonreí.
–Al menos… –Me buscó con la mirada con la sonrisa todavía en su rostro.
Aquellos días eran mágicos para mí porque el tan sólo hecho de estar a su lado me hacían sentir sensaciones tan diferentes que cuando estaba con los demás chicos.
Su simple persona me envolvía suavemente cuando estaba junto a mí pero también me sentía muy solo porque era un sentimiento que sólo yo sentía. Tener un amor unilateral con uno de los mejores amigos de tu infancia no era fácil, mucho menos cuando eres estudiante.
El tiempo paso y después de graduarme me metí a trabajar a una empresa pequeña de telefonía. Era tan tedioso trabajar ahí porque no me sentía nada completo porque extrañaba a los chicos.
Jin fue el primero en graduarse, pero cuando pasó eso me deprimí por un tiempo porque le extrañaba demasiado. Nunca lo exteriorice a los demás chicos pero así me sentía yo. Haberme acostumbrado tanto a su presencia hacía que mi corazón se sintiera vacío de alguna manera.
Yoongi fue el siguiente en salir y al final Hobi-hyung. De esta manera la alineación original se había perdido y no quedaba nada de ella. Era una sensación extraña no verlos por el pasillo caminando o cuando había receso solo comer con Taehyung. Todo se sentía de alguna manera solitario porque los chicos habían tomado su propio rumbo y no podía evitarlo. Era natural, las cosas no pueden permanecer igual ni tampoco quedarse estancadas, es lo que llamaba el proceso de madurar.
Al poco tiempo llegó mi turno, de esta manera Taehyung se quedó solo en aquella escuela. Cada uno de nosotros habíamos comenzado a forjar nuestro propio camino, lejos de lo que antes habíamos considerado hogar. Tampoco nos veíamos tan seguido como antes, y las cosas que hicimos quedaron completamente en el pasado.
Al que más extrañaba era a Jin y por lo que sabía hasta el momento, trabajaba con su mamá en una pequeña florería. De Yoongi, andaba buscando suerte en casas productoras porque quería seguir el camino de la música aunque sin éxito alguno.
Sabía que Hobi trabajaba en un café que pertenecía a su tía. No lo había ido a visitar en mucho tiempo a pesar de que no quedaba tan lejos de mi casa. Sin embargo esto lo hacía a propósito porque no quería verlo y recordar mis días tan felices de estudiante.
En cambio yo me sentía solo, solo porque lo único que quería hacer era ver a los chicos juntos de nuevo. Y sobre todo porque quería ver a Jin otra vez.
Aunque el tiempo no pasaba en vano. Cuando el pequeño castaño se graduó, Hobi-hyung nos buscó uno por uno para una propuesta que tenía en mente.
Fui el primero en aceptar la idea que tenía porque ya no quería seguir escondiendo más mis sentimientos. Quería estar a lado de los chicos como en los viejos tiempos y quería estar a lado de mi primer y único amor.
Me enteré que Jin aceptó casi al instante en cuanto supo que yo lo había hecho. Aunque también me enteré que el más difícil de convencer fue Yoongi porque aún quería buscar suerte en la música.
La idea de Hoseok-hyung fue creada en conjunto con Taehyung y consistía en remodelar y re-inaugurar el café de su tía. El concepto sería como si fuésemos mayordomos, algo que solamente existía en Japón pero todavía no en Corea.
Me parecía absolutamente brillante y como ya ansiaba ver a los chicos acepté enseguida. Como Jin vivía en casa de su mamá, para trabajar con nosotros se tuvo que mudar conmigo durante un tiempo a lo cual yo acepté gustosamente.
Esta vez no dejaría que las cosas siguieran transcurriendo como hasta ahora. Tenía un objetivo en mente, el cual era decirle mis sentimientos a Jin.
No estaba dispuesto a callar durante mucho más tiempo porque me hacía daño. Y definitivamente él era la persona con la que quería pasar el resto de mi vida.
Volviendo a lo anterior, curiosamente este remodelación coincidiría con el aniversario de Hobi y Tae por lo que ambos se encontraban muy emocionados al respecto. Si mal no recordaba sería su quinto aniversario como pareja.
Las cosas ya estaban planeadas, Taehyung sería un mesero como yo porque ninguno sabía cocinar. Yoongi haría el café porque si mal no recordaba, en su época de estudiante trabajo en un negocio similar a lo que ya tenía experiencia.
Jin sería el encargado de la cocina porque desde siempre estuvo interesado en ella. Él siempre se encontraba reinventando o creando comida que por cierto era deliciosa.
Todo ya estaba completamente ordenado. Solo me faltaba una cosa: Jin. Esta vez no actuaría cómo estúpido frente a él y de una vez por todas diría lo que sentía por él aunque eso se significara que podría perderlo.
No tenerlo cerca de mí me hizo mucha falta y también me hizo comprender cuanto le necesitaba, incluso mucho más de lo que creía. Esta vez no lo dejaría ir por nada del mundo porque le quería y presentía que era recíproco.
Pocos días antes de re-inaugurar el lugar lo llevé a pasear a la ciudad. Caminábamos sin rumbo fijo pero ninguno se sentía incómodo ante el silencio.
Estábamos frente al parque comiendo un helado y platicando de cosas triviales cuando le pregunté:
–Jin, ¿Qué pasaría si me he enamorado de un hombre?.
Él dejo de comer su helado de fresa para voltearme a ver detenidamente. No comprendía aquella mirada y yo estaba aterrorizado completamente.
–No lo sé... Primero tengo que aprobarlo –Me sonrió.
Sin embargo su sonrisa me parecía vacía y sin sentimiento alguno. Era triste y yo sentía un nudo en la garganta en cuanto la vi.
–¿Qué pasaría si lo conocieran ustedes? –Pregunté.
El tragó saliva y mordiéndose el labio. Puso la mano que traía el helado frente a él como si este creará una barrera invisible entre nosotros dos.
–¿Y que pasaría si yo no acepto que te hayas enamorado? –Parpadeé varias veces.
–Y si fueras tú… –Titubeé – ¿Aún pensarías de esa manera? –Me aventuré a cuestionar.
Esta vez el fue quien parpadeó varias veces. Aparté su mano que se encontraba obstruyendo mi camino hacia su cercanía. Él seguía mirándome sorprendido y cuando ponía esa mirada era difícil resistirme a su encanto.
Muchas veces lo deseé pero siempre me detuve porque no quería arruinar lo que habíamos creado durante tantos años. Sin embargo, esta vez quería demostrarle que todo lo que estaba pasando era real y que mis sentimientos eran sinceros.
Miré sus labios que tenía semi-abiertos y acerqué mi rostro lentamente. Una parte de mí tenía miedo de que él se alejara en cuanto viera que me acercaba pero solamente vi como tragaba saliva lentamente.
No se apartó de mí en ningún momento lo que yo tomé como algo bueno. Me acerqué todavía más a su boca para darle a entender que no estaba bromeando. Pude sentir el dulce aroma de su piel en mi nariz y también el pequeño aliento que acariciaba mi piel suavemente.
Lo besé sin ni siquiera dejarlo reaccionar. Nuestras bocas se juntaron primero de manera suave como si ambos estuviéramos comprendiendo la situación que estaba pasando en aquel momento. Rozamos suavemente nuestros labios pero la situación cambio un poco cuando nos dimos cuenta de lo que estábamos haciendo.
En algún momento busqué sus labios con desesperación y me alegró saber que no era el único que lo comenzaba a hacer. Sentí como él terminó soltando su helado en el suelo para buscar mis mejillas con las manos.
Su boca era dulce, era tan dulce y cálida. No solamente por el helado que acababa de comprarle sino porque el solo hecho de tocar su piel y compartir su aliento me hacía sentir vivo.
Explore cada parte de su boca con mi lengua para después encontrarme con la suya y dibujar el mundo que debimos haber hecho antes.
Su tacto era como muchas veces me lo había imaginado. Su aroma era tan dulce como la miel misma y yo me sentía lleno a su lado.
¿Había felicidad más grande que esta? No lo creía pero estar de esa manera a su lado me hacía creer que podría superar todo. Porque él era Jin, la persona con la que tantas veces soñé y que por fin estaría a mi lado.
Cuando me separé de él ambos nos miramos agitados para luego reír. Él era mi todo y al parecer yo también lo era para él.
Pero todavía no quería dejarlo ir. Tomé nuevamente sus mejillas para acariciar sus pómulos. Nuevamente busqué aquellos labios para delimitar un mundo solo para nosotros dos.
Él me correspondió al instante como sólo el sabía hacer. Sus labios pertenecían al lugar al que siempre había querido estar. Y yo me encontraba plenamente satisfecho a su lado, porque el tan sólo hecho de tocarlo y respirar el mismo aire que él me hacía sentir vivo.
Durante el viaje caminamos agarrados de la mano explicando lo mucho que nos hacíamos falta durante el tiempo que permanecimos separados.
Ambos habíamos sido unos completos idiotas porque desde siempre habíamos sentido atracción el uno por el otro pero callamos lo que sentíamos por mucho tiempo. Me di cuenta de todo el tiempo que perdí por ignorar lo que sentía.
Y aunque quisiéramos hablar más del asunto, debíamos regresar al café porque habíamos salido solamente para comer. Después de todo, ya tendríamos tiempo para aclarar todo lo que teníamos que aclarar.
Sin embargo el viaje fue más corto de lo que esperábamos porque pronto llegamos al café encontrándonos con la sorpresa de que los chicos seguían trabajando en el lugar. Al parecer estaban tan emocionados que incluso no salieron a comer.
Notaron nuestros rostros llenos de felicidad y nos miraron como si intentaran sacarnos el motivo pero simplemente respondimos mirándonos como cómplices. El beso sería nuestro pequeño secreto hasta que se diera la oportunidad de comentarles algo. A decir verdad, teníamos la idea de decirles después de inaugurar el negocio para celebrar varias cosas de una vez.
Todo era felicidad en esos momentos, después de nuestra pequeña separación volvimos a estar juntos como siempre debió haber sido. Yoongi también estaba contento con el cambio aunque nos dijo que en cuánto pudiera buscar una oportunidad para utilizar sus habilidades como productor no la perdería.
Confiábamos en que algún día cumpliera su sueño así como el hecho de que nosotros fuésemos felices durante mucho más tiempo.
Ninguno se lo imaginaba pero nuestra pequeña confesión nunca sucedió porque nuestras vidas cambiaron completamente después de aquello.
Callamos nuestra relación mucho más tiempo de lo que esperábamos pero nunca nos arrepentimos de hacerlo porque después de todo, en algún punto de nuestras vidas podríamos decirle a los chicos.
En esos momentos nuestra prioridad era cuidar al pequeño Taehyung que se había perdido en sí mismo. Aunque nuestras voces no le alcanzaban permaneceríamos a su lado protegiéndole justo como lo haría él.
Quizás las cosas habían sido más lentas de lo que esperábamos pero en algún punto de nuestras vidas llegó él. Aquel chico con la mirada perdida que volvió para cambiar nuestras vidas.
Posiblemente nuestras súplicas sirvieron de algo porque en el momento en el que llegó ese chico, no sólo para Taehyung sino que también nosotros e incluso Yoongi sufrimos algunos cambios con su llegada.
He de confesar que la primera vez que lo vi ni siquiera recuerdo prestarle tanta atención. Las demás veces simplemente era un cliente casual por lo que jamás creí que al final se uniría a nuestro círculo preciado de amigos.
Y no sólo estaba ese chico, el chico castaño que lo acompañaba también jugó un papel importante. Ambos devolvieron el brillo que se había apagado en nuestra vidas con sus pequeñas anécdotas y su sola presencia.
A veces siento que ya estábamos destinados a encontrarnos y agradezco infinitamente al tiempo por permitirnos hacerlo. Desde ese momento comenzamos a crear recuerdos juntos, justo como el día que Taehyung llegó a nuestras vidas hace algunos años atrás.