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Only reason. por DNA

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Notas del fanfic:

 

Holi!!!

Sí leen 360° en wattpad, ya sabrán la noticia pero de no ser así igual lo voy a repetir.

Actualmente yo ya estoy en la escuela por así decirlo y aunque ahora estaré empezando esta nueva historia, no creo ser capaz de actualizar tan constantemente como normalmente lo hacía, porque si antes con sólo trabajar tenía que hacer malabares para lograrlo ahora es simplemente imposible y si leen 360° se habrán dado cuenta por la forma en que me ausente.

Es por esta razón que tendré que hacer unos cambios:

1.- Las actualizaciones ya no serán como antes pero tratare de ser tan constante como pueda.

2.- Cada actualización será de un solo capítulo, porque así como es difícil actualizar es aún más escribir y no quiero quedarme estancada cuando se me acaben los capítulos que ya tengo hechos.

Y bueno, en  términos generales eso sería todo. Ahora con respecto al fic quiero que sepan que los primeros 5 capítulos son como prologo así que tal vez vaya algo lento pero espero les guste.

Eso sería todo por mi parte, muchas gracias por su atención y espero que disfruten de esta historia tanto como yo amo escribir cada nuevo capítulo.

Un enorme abrazo para ustedes y ahora sí…

A leer!!!

Notas del capitulo:

Aquí el primer capítulo, disfrutenlo!!!

¿Alguna vez se han puesto a pensar que la calle donde uno vive, es igual y diferente a todas las demás?

Síp, él tampoco consideraría hacerlo porque era una gran estupidez pero ahora mismo no tenía nada que hacer, así que...

En realidad, ya daba igual de todas formas.

Ahora, a lo que dichos pensamientos se referían en un principio con eso de que todas las calles —o barrios, como quieran llamarles—, son iguales y diferentes de todas las demás se debía a que recientemente él se daba cuenta de que tan sólo era así. Todas son diferentes porque no veras las mismas casas o a las mismas personas en cada calle, porque se supone que cada ser humano es único y por lo tanto es imposible que te encuentres con la misma persona en cada calle.

Sin embargo, las calles son iguales porque por lo menos habrá un número de determinados individuos estereotipados en cada una de ellas, por ejemplo; en cada calle estará ese vecino o vecina que sabe todo de todos porque aparentemente su vida es demasiado miserable y aburrida, así que es por eso que prefiere meterse en la vida de todos para sentirse menos insignificante.

También está ese vecino o vecina que odia a todos, el que tiene algún problema de adicción, el guapo o guapa, la familia perfecta, la no tan perfecta, la persona que tiene como cien animales en su casa, el o la loca, los recién casados, los que ayudan a todo mundo, la pareja mayor, la familia numerosa, los que tienen dinero, los que no tienen dinero, los que casi no ves, los que te saludan a cada rato, los raros, los fanáticos religiosos, los que todos quieren y los no deseados.

Y él está completamente seguro de que por lo menos hay uno de ese tipo en cada calle y la verdad es que hasta ahora, él sabía que por lo menos hay ocho de esos tipos ya mencionados en su calle y si tuviera que identificarlos sería...

En su calle esa vecina entrometida y chismosa, sin lugar a dudas era la señora Lee, porque ella siempre estará la mitad del día asomada de su balcón observando a todos y lo que los demás hacen o dejan de hacer para luego pasar la otra mitad del tiempo buscando a alguien a quién contarle las nuevas noticias que tiene.

El que odia a todos es ese hombre calvo de apellido Kim que siempre tiene cara de perro veinticuatro/siete.

La vecina guapa sin duda es Jessica Jung, sin duda alguna esa preciosidad humillaba a todas ahí. ¡Ah!, si tan sólo esa noona tuviera su edad.

Continuando con lo que decía, la familia perfecta son los Shin aunque también pueden ser los que ayudan a todos, ellos en realidad son ese tipo de personas irritantemente atentas y felices que te hacen creer que seguro había una sonrisa estampada en sus caras al momento de nacer.

La que tiene como cien animales es la señora Minah y hasta ahora son diez gatos, dos cachorros, seis aves, quince peces, un hurón y un hámster, seguramente pronto serán más, quien sabe, tal vez se conseguiría un león o algo así.

Los recién casados son los Park, una pareja muy joven. La verdad él no los conocía muy bien ya que se acaban de mudar hace poco.

El vecino al que casi nunca veía era ese hombre que vivía casi enfrente de su casa y del cual no recordaba el nombre, desde que el tipo se había mudado él apenas lo había visto tres veces.

Y por último están los no deseados, los que todos odiaban, la mala hierba del lugar, la peste, y esos tan sólo eran unos cuantos de los adjetivos con los que nombraban a esa familia…

A los Oh…

A su familia.

Le gustaría decir que es culpa de los demás por ser tan antipáticos o arrogantes pero ellos tenía razón al querer que se fueran, es decir, ¿quién rayos querría cerca a una familia como la suya? Ni siquiera él  los soportaba.

Para empezar estaba su padre; un gorila que los golpeaba a la menor provocación aunque  afortunadamente —para él—, casi nunca lo veía debido a que se la pasa trabajando. Luego estaba su mamá; ella le tenía tanto miedo a ese hombre que llamaba esposo que por esa razón nunca estaba en casa y cuando estaba se la pasaba de aquí para allá como un alma en pena, y por último su hermano mayor; un delincuente que por lo menos ha robado o golpeado una vez a cada persona de esa calle, ese vago siempre se la pasaba con su grupo de matones haciendo puras tonterías y asustando a algún pobre infeliz que llegaba a toparse con ellos.

En cuanto a él, realmente no sabía, no era un delincuente pero tampoco es como si fuese un ángel, siempre estaba solo en casa desde que había aprendido a caminar, la mayoría lo miraba con lastima lo cual le fastidiaba porque joder, ¡era un niño, no un puto moribundo!

En realidad no le gusta vivir ahí, tampoco le gustaba vivir con su familia pero nada podía hacer un mocoso de siete años para vivir por su cuenta por muy independiente que pueda ser, así que sí, la situación era una mierda sin lugar a dudas.

Fue tras ese pensamiento que finalmente soltó un bufido antes de dejarse caer sobre la dura acera, la señora Lee continuaba observándolo desde su ventana y seguramente la vieja bruja debía estar disfrutando el verlo ahí como un imbécil.

¡Argh!, maldita la hora que olvidó las malditas llaves y maldito sea el bastardo de Minho por estar fuera.

Llevaba ahí cuatro horas, le dolía el trasero por estar sentado en la dura acera, tenía hambre, tenía sed, quería ir al baño, hacía calor, creía que comenzaría a sudar, debería estar haciendo los tontos deberes de la escuela y también quería dormir.

Y justo en ese momento en el que estaba quejándose, algún estúpido niño —que pronto sería masacrado a golpes por cierto—, se le ocurría la maravillosa idea  de dejar que su pelota lo tocara. No lo golpeó, pero en esos momentos estaba con un maldito mal genio que golpearía a la próxima criatura que se atreviera a mirarlo de alguna forma que le pareciera desagradable.

Se incorporó lentamente, tomó la pelota que se había detenido del lado derecho de su rostro y la apretó con algo de fuerza antes de lanzarle una mirada mortal al dueño de dicho juguete pero entonces eso pasó. Fue ahí, en ese justo momento, cuando todo su mundo quedó boca abajo.

Ahí, frente a él, estaba la niña más hermosa que había visto jamás. Ella usaba un bonito Hanbok tradicional y aunque eso jamás le había llamado la atención particularmente, en ese momento le pareció que lucía hermoso sólo porque ella lo estaba usando.

El jeogori era de un perfecto color blanco mientras que las dos cintas largas eran color rojo oscuro, la chima igual de color rojo solo que más claro y brillante. Ella lucía muy pequeña usando eso, su bonito y largo cabello castaño estaba trenzado en una perfecta coleta que caía bellamente por su hombro izquierdo un poco más abajo del jeogori y su rostro…

Ah~,  ¡su rostro era simplemente precioso!

Tenía las delicadas facciones de un ángel, unos lindos labios rosas, su pequeña naricita se antojaba para pellizcarla y, como toque final, los más hermosos ojos del mundo; eran de color marrón claro, brillaban de forma única y por un segundo a él le pareció estar siendo observado por un ciervo y no por la niña más bella del mundo entero. ¡Diablos!, ella hacía ver como un simio a la hija de los Shin.

— Ho-hola —logró articular luego de largos minutos pareciendo un idiota por estar ahí mirándola casi sin respirar.

— 你好 (N-nǐ hǎo) —susurró ella.

— ¿Q-qué? —La miró sin comprender—. Lo siento, ¿qué has dicho? —preguntó confundido.

Ella comenzó a ponerse nerviosa entonces, sus pequeñas manos comenzaron a apretar la tela de color rojo de su chima, sus ojitos comenzaron a cristalizarse y él no dudó en ponerse de pie y acercarse a ella preocupado.

— ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? ¿Te duele algo? —le interrogó angustiado.

— 我不明白你說什(636; (W-wǒ b-bù míngbái n-nǐ sh-shuō shénme) —tartamudeó con la voz rota.

— ¿Qué? ¡Demonios!, no te entiendo —soltó casi histérico.

— ¿Con qué aquí estabas? —Un muchacho desconocido apareció frente a sus ojos y la pequeña al verlo corrió hacia él–. Hey, ¿qué sucede?—preguntó desconcertado el desconocido luego de que ella lo tomó de la mano y lo llevó hasta donde él se encontraba—. Oye, ya tienes un nuevo amiguito —dijo con alegría mientras lo apuntaba a él con el dedo.

Ella comenzó a hablar de nuevo con ese extraño idioma que él no comprendía, a diferencia del extraño que asentía de vez en vez a lo que ella le decía. Una sonrisa se dibujó en los labios del desconocido y le dio unas cuantas palmaditas en la cabeza antes de mirarlo nuevamente a él.

— Luhan te pide una gran disculpa por no poder comunicarse contigo, pero no entiende el coreano cuando alguien está hablándole —le explicó.

— ¿De verdad? —preguntó muy sorprendido.

— De verdad —aseguró—. Veras, nosotros somos de China, más específicamente de Beijing. Nos estamos mudando hoy a esa casa. —Su dedo apuntó a la casa a un lado de la suya y no supo bien si debía sorprenderse o hacer un baile de la victoria porque ahora la niña más linda del mundo sería su vecina.

— Ya veo, pero... ¿por qué tú si me entiendes? —preguntó curioso.

— Eso es por... veras, nuestro bisabuelo era coreano y le enseñó todo de la cultura y el idioma a nuestro abuelo, él hizo lo mismo con nuestra madre y ella a su vez nos está enseñando todo lo que puede a nosotros desde que somos pequeños, lamentablemente Luhan todavía no aprende del todo. Ya puede leer y escribir coreano pero aún no lo entiende cuando le hablan —explicó.

— Entiendo —asintió para luego mirar a la pequeña niña que le sonreía apenada—, por cierto, soy Oh Sehun —se presentó como el niño educado, que no era ni sería jamás.

— Mucho gusto, yo soy Wu Zhao, hermano mayor de Lu—sonrió mientras pasaba un brazo alrededor de ella—. Él se llama Luhan—dijo.

Algo se revolvió entonces dentro de sus entrañas mientras la palabra ÉL continuaba repitiéndose sin parar en su cabeza, sus ojos se clavaron en Luhan y al ver lo hermosa que era, decidió que probablemente había escuchado mal a Zhao.

— ¿Él? —inquirió, aferrado a que había oído mal.

— Síp, el pequeño Luhan —asintió muy sonriente.

— ¡¿Y sí es un chico por qué rayos tiene el cabello largo y usa un Hanbok de mujer?! —soltó histérico el pelinegro, asustando a Luhan y desatado las carcajadas de Zhao.

— Hey, tranquilo amiguito—dijo ese tipo entre risas—. Estoy completamente de acuerdo con que te sientas descolocado con lo del Hanbok femenino pero te juro que no es culpa de Lu, mi mamá es alguien muy extraña y hasta este momento Luhan cree que ese Hanbok es de chico —dijo en voz muy baja como si le estuviera contando un secreto—, en cuanto a su cabello... nadie nunca ha dicho que un chico no puede tener el cabello largo. Además, Luhan tiene una pequeña fobia con eso de que le corten el cabello luego de que un “irresponsable” casi le cortara el cuello una vez —explicó haciendo comillas en aire al decir la palabra irresponsable.

— ¿Con qué clase de estilista lo llevaron? —preguntó haciendo una mueca de desagrado. No estaba muy seguro si era porque existieran ese tipo de personas irresponsables, o por imaginarse lo asustado que Luhan debió estar ese día.

Ya saben, era por empatía y toda esa sarta de estupideces que te hacían una buena persona y toda esa mierda.

—No fue con ningún tipo de estilista, pero aparentemente yo no puedo volver a intentar jugar con él a que era un súper modelo y yo quien lo arreglaba para su trabajo—murmuró con decepción.

El pelinegro únicamente lo miró horrorizado, estaba por decirle algo cuando Luhan tiró de la camiseta de su hermano mayor a la vez que apuntaba uno de sus pequeños dedos hacia él.

— 我的球 (Wǒ de qiú) —dijo en voz muy baja.

— Oh, cierto, cierto. —Una sonrisa se dibujó en los labios de Zhao cuando volvió a mirarlo—. Luhan quiere de vuelta su pelota —tradujo para él lo que Luhan acababa de decirle.

— Oh, aquí tienes —respondió, extendiendo la pelota para Luhan.

La sonrisa de un ángel apareció en ese momento, sus dedos se rozaron y él fue capaz de ver una resplandeciente aura rodeando a Luhan y dejó de respirar durante ese tiempo mientras el precioso niño lo hechizaba con toda esa mágica presencia suya. Quería acercarse más, tomar sus manos cuando Luhan apartó las suyas que sostenían su pelota, quería ser amigo de alguien por primera vez en su vida.

— Bien, nosotros nos vamos entonces. Un gusto conocerte Sehun —habló Zhao, devolviéndolo al presente.

— S-sí —murmuró aturdido.

Zhao volvió a sonreír antes de tomar la mano de Luhan y comenzar a caminar hasta su hogar. Luhan no dejaba de mirarlo y él tampoco podía dejar de verlo; correr tras él parecía una gran idea en esos momentos y cuando por fin se atrevió a dar el primer paso, Luhan se zafó del agarre de su hermano mayor y corrió hacia él para tomar su mano.

— 和我一起玩 (Hé wǒ yīqǐ wán) —musitó, un tierno rubor cubría sus mejillas y él quería apretarlas.

— ¿Qué? —interrogó embobado.

—Luhan quiere que vengas a jugar a casa con él. Claro, siempre y cuando no haya problema alguno —tradujo Zhao.

— No lo hay —dijo rápidamente y le dio un suave apretón a la mano de Luhan.

El angelical niño sonrió divinamente y no dudó en tirar de su mano mientras se echaba a correr hacia su casa, Zhao caminaba tras ellos. Entraron en la bonita residencia y Luhan rápidamente lo arrastró a la sala de estar de ese bonito y acogedor lugar.

— ¡Mamá! ¡Papá!—llamó Zhao—. Ya traje a Luhan.

Una hermosa mujer se asomó desde la cocina, tras ella un guapo hombre apareció entrando ambos a la sala, permaneciendo en silencio con sus curiosas miradas sobre su persona.

— Ah, él es Sehun y...

— 他同意跟我玩! (Tā tóngyì gēn wǒ wán!) —chilló con emoción Luhan.

— ¿De verdad? —inquirió la sonriente mujer que era una copia casi exacta de Luhan.

— ¡Ese es mi hijo!, acabamos de llegar y ya hizo un amigo —soltó con orgullo el señor Wu.

— Mucho gusto, soy Oh Sehun y vivo en la casa de junto —se presentó haciendo una perfecta reverencia.

— ¡Que monada!—chilló la señora Wu y al segundo siguiente él estaba siendo estrujado en un abrazo mortal—. Eres tan educado que eres adorable —rió como una niña con juguete nuevo.

— Cariño, suéltalo que creo que estás ahogándolo —dijo divertido el señor Wu.

— 媽媽!他不能呼吸了!(Māmā!  Tā bùnéng hūxīle!) —chilló Luhan.

No tenía ni la más remota idea de lo que Luhan acababa de decir, pero esperaba que fuera algo que lograra hacer que ella lo liberara. No malentiendan, la señora Wu le había caído bien –a pesar de que él odiaba a casi todo el mundo—, pero ella estaba dejándolo sin aire.

— Cariño, xiǎolù tienes razón —aseguró el señor Wu—. El pequeño comienza a ponerse morado.

— De acuerdo, ya lo dejé —refunfuñó como una niña y Sehun finalmente fue liberado para poder respirar.

— Lo lamento mucho Sehun, es sólo que mi dulce esposa adora conocer a los amiguitos de xiǎolù, él es muy tímido y no le es muy fácil hacer amigos —le explicó algo apenado.

— No importa, estoy bien —afirmó, tan sólo por quedar bien ante ellos, ¿por qué?...

¡Quién sabe!, sólo quería hacerlo.

Pero... ¿qué diablos está sucediéndole? ¿Por qué estaba tan educado y amable?, tal vez eso no era real y ahora mismo estaba desmayado en la acera y la señora Lee estaba burlándose de él.

— ¡No puede ser!—exclamó exageradamente la señora Wu—. Somos unos descorteses y no nos hemos presentado con el pequeño Sehun —dijo alarmada.

—Está bien, no hay nada de que preocuparse, señora...

— ¡Princesa, baja un instante y trae a tu hermano! —La voz de la señora Wu se escuchó por todo el lugar y cinco minutos más tarde alguien bajaba las escaleras.

Una linda chica de largo cabello negro entró a la habitación con un portarretratos en las manos, no se parecía a Luhan pero era idéntica a su padre, parecía una muñeca de porcelana y su insistente mirada pronto comenzó a ponerlo nervioso, porque esa cortes sonrisa que le mostraba ocultaba algo maligno y si alguien sabía sobre cosas malignas ese era él.

— Bien, ya que todos estamos aquí procederé a presentarte a mi adorable familia —anunció la sonriente señora Wu—. Yo soy Wu Fang Yin y él es mi esposo Wu Wen Yi.

— Un placer muchacho —dijo con amabilidad el señor Wu y él se apresuró a estrechar la mano que el hombre le tendía.

— El placer es mío —correspondió a su saludo.

— Después está nuestro hermoso hijo mayor, su nombre es Wu YiFan pero el decidió quedarse en China con su abuela paterna. —Un puchero se formó en sus labios borrándose solamente unos segundos después—. Ella es nuestra pequeña YanYan, la única chica en la familia además de mí —sonrió mientras casi empujaba a la aterradora chica sobre él.

— Hola —fue lo único que dijo.

— Ho-hola —dijo de vuelta con nerviosismo y un escalofrió lo recorrió luego de ver la sonrisa torcida de la pálida chica.

— Después está Zhao y por último nuestro bebé, Luhan —finalizó, dándole un gran abrazó al menor de todos—, nosotros le decimos de cariño xiǎolù, tú también puedes hacerlo porque ahora eres su mejor amigo —dijo ella con emoción.

—  媽媽, 爸爸. 我們可以去現在玩嗎? (Māmā, bàba. Wǒmen kěyǐ qù xiànzài wán ma?)—preguntó Lu, recibiendo una sonrisa de parte de su padre.

— 前鋒 (Qiánfēng) —respondió el hombre mayor.

Una enorme sonrisa se extendió en los labios de Luhan, que rápidamente tomó su mano y comenzó a arrastrarlo escaleras arriba hacia una habitación llena de cajas donde sólo la cama estaba colocada en una esquina al fondo. Él únicamente lo miró sin saber cómo actuar a partir de ahí, porque estaba más que consiente que no iba a entenderle nada si es que comenzaba a hablarle.

Vio al adorable niño revolver algunas cosas dentro de una caja hasta que finalmente volvió hasta donde él estaba y le mostró lo que tenía en las manos, miró con confusión el pequeño aparato que se asemejaba a una muy pequeña computadora portátil de color negro y que tenía en cada tecla una letra el alfabeto coreano además de un montón de símbolos que él no conocía.

Lu sonrió y comenzó a teclear rápidamente antes de volver a mostrarle ese pequeño y extraño aparato, en el cual por fin pudo leer algo que entendía bien.

|Es un traductor, así podemos comunicarnos.|

Él asintió rápidamente a su idea y pudo ver su sonrisa crecer todavía más mientras volvía a escribir en el traductor que nuevamente volvió a mostrarle.

|Mi nombre es Luhan, ¿cuál es tu nombre?|

— Me llamó Sehun —respondió y él ladeó la cabeza en un gesto de confusión—. Se-Hun —repitió, solamente que lentamente para que el castaño lo entendiera.

— S-Se-Hun —lo imitó de una forma demasiado tierna.

Sehun sonrió levemente y alzó dos pulgares en alto, viendo al otro pequeño sonreír divinamente antes de asentir muy feliz por haber podido decir su nombre, Sehun también asintió sin estar seguro del porqué pero… le gustaba como se oía su nombre en labios de Luhan.

| ¿A qué te gustaría jugar? |

Le preguntó y Sehun dudó un instante antes de extender su mano pidiéndole el traductor, él se lo entregó para que así pudiera escribir y que le entendiera. Zhao había dicho que Luhan podía leer en coreano después de todo.

|Juguemos a lo que tú quieras.|

Él asintió felizmente y volvió a correr hacia las cajas de donde comenzó a sacar un montón de juguetes que le entregó. Eran tantos que en algún momento comenzaron a caérsele de las manos, Sehun consideró entonces pedirle que parara pero no pudo, no luego de ver la sonrisa tan bonita que tenía, lo adorable que estaba con ese Hanbok al que le tenía que alzar la chiza para no caerse y definitivamente, no después de escuchar su risa.

Esa fue la primera vez en su vida que se quedó a jugar hasta tarde en casa de alguien que lo llamaba amigo, fue también la primera vez en muchos años que comió una verdadera comida cacera y también, fue la primera que tuvo una cena en familia, aunque en realidad no era la suya y eso lo hacía miles de veces mejor.

Notas finales:

Espero que este primer cap les haya gustado, haré lo posible por actualizar rápidamemte.

Desde ahora les agradesco por leer y más si dejan RW.

De verdad espero que esta historai les guste :3


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