Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Eternos Enemigos por kurerublume

[Reviews - 85]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, releyendo el cap, me di cuenta que algunas cosas no encajaban, así que reescribí y modifiqué unas partes :)

Espero les guste el cap.

CAPÍTULO VI: Alejarse

 

Lykaios se ha molestado conmigo, y lo comprendo. No lo podría culpar si algún día cercano me llegara a asesinar, o al menos intentarlo.

 

Jamás me había atrevido a lastimarlo así. Quiero decir, está claro que hemos peleado y que obviamente iba con la intención de asesinarlo, pero por alguna razón, ayer realmente ni siquiera quise hacerlo, a pesar de que sostenía la cuerda con mucha fuerza y la jalaba para dejarlo inconsciente. En alguna parte de mi ser, me dolía hacerle eso. Por eso cerré mis ojos, para no ver lo que estaba causando.

 

Pero si algo odié fue que me estrellara contra las paredes, mi tobillo duele como nunca y quedé algo aturdido por tanto golpe. Tengo un moretón en el rostro, una hinchazón en mi cabeza tan grande que ni siquiera puedo acostarme de lado sin que me duela y mis manos se quemaron por la fricción.

 

Además, ese centauro ni siquiera hizo algo. Sólo se fue.

 

Regresó a la mañana siguiente y ni siquiera se dignó a mirarme o amenazarme, sólo me evitó. Me dejó algunos frutos y semillas en la cama antes de que despertara. Su rostro una vez me llegó a dar miedo cuando sin querer choqué contra él, me miró con tanto odio y repugnancia que me sentí sucio e indigno; me sentí merecedor de todo eso.

 

Pero esta vez será diferente. Ya verá.

 

Al notar que por fin se ha ido, corro torpemente a la “cocina” para tomar un poco de madera y varios alimentos que tiene aquí este Lykaios. No, no soy bueno en esto, pero puedo intentarlo si con eso logro que ese centauro deje de tratarme así, o al menos que deje de odiarme tanto. No me gusta cómo se comporta conmigo porque soy demasiado orgulloso y me han malacostumbrado al buen trato.

Además, mis manos duelen como mil demonios y me es muy difícil sostener las cosas.

Inhalando fuertemente una bocanada de aire, comienzo con mi labor de combinar frutos, semillas, incluso tiene miel, lo cual es inusual. Tomo hojas para, con el fuego que logré hacer casi sin esfuerzo, preparar té. Estoy tan concentrado en crear una combinación perfecta de alimentos, que no me percato de alguien escudriñándome hasta que es muy tarde.

 

-¿Qué haces? – sin querer comienzo a temblar, su voz sonó tan grave y dominante que mis nervios subieron al tope. Con algo de duda, volteo para mirar al denigrante piso.

 

-Y-Yo… estoy preparando algo para t…

 

-Disfrútalo, me voy un par de días. Te dejé alimento suficiente – después de unos segundos, vuelve a hablar - ¿entendiste? – pongo las manos en mi pecho, como si intentara protegerme. Me habla tan golpeado que me asusta.

 

-S-Sí – lo noto agarrando más cosas para finalmente salir de ahí. Sin saber cómo ni por qué, corro cojeando hacia él, pero antes de poder tomar su mano y decirle que se quede a comer, él me agarra y me estampa contra la pared; doblando mi brazo hacia atrás, inmovilizándome – Suéltame – y sólo siento cómo me pega más a esa fría superficie.

 

-Ni se te ocurra volver a acercarte a mí, ¿entendiste? – mi corazón late como si estuviera galopando, estoy muy asustado. Jamás había estado así de atemorizado por algo. Sus palabras me queman, me debilitan. Justo cuando planeaba disculparme y tratar de volver a lo de antes, siendo todavía su prisionero, pero con un trato más amable… y pasa esto. Me gané, ahora sí, su desconfianza y mal trato. Y temo, sin comprender, jamás volver a como éramos antes. Enemigos que se respetaban e intercambiaban palabras para provocar al otro antes de pelear.

 

Antes de poder decir algo, me suelta y se va. Escucho sus pasos alejarse para saber que, al menos esta noche, dormiré solo y con frío. Porque sí, me di cuenta que ese calorcito que luego sentía en las frías noches, era Lykaios. Y estos días, ese frío ha regresado a pesar de cubrirme con las pieles.  

 

                                                                                  ***

 

Después de ese, en serio, vergonzoso momento de besarle la mano a una criatura inferior…a Arion, él ha estado como siempre. Excepto que recibió una visita en la noche: ese centauro que lidera todo esto. Al principio me sentí nervioso, pensando que había llegado mi hora, pero comprendí que era más bien, una visita amistosa. Arion me pidió que fuera al otro lado de su hogar, a ese donde casi caigo el primer día, porque necesitaba tratar algo importante con Lykaios.

 

No es que sea un entrometido, así que obedecí con una expresión enojada. Expresión que no pasó inadvertida por Arion, quien al cabo de unos largos minutos fue por mí.

 

-¿Te molestaste?

 

-N-No – dije al verme descubierto – sólo que no soporto a ese centauro.

 

-Es mi amigo – bajé la mirada al piso, apenado. Es obvio que no soporte a ese animal, pero no era la verdadera razón.

 

-Disculpa. No volverá a pasar – me dediqué a sonreírle para pedirle que comiéramos algo.

 

-Pero no aquí – sin saber a qué se refería, lo seguí con algo de miedo. Pero grande fue mi sorpresa al encontrarme caminando en el bosque. Recordé lo que había pasado semanas atrás y por instinto me aferré a su brazo - ¿tienes miedo?

 

-No, no – me solté de él para sentir cómo Arion se volvía a pegar a mí.

 

-Está bien – comprendí a qué se refería, así que ni dudé para volver a agarrarlo. Sintiéndome a salvo a su lado, percatándome de eso cuando tuvimos que separarnos para cenar cerca de un río. Y no de cualquier río. Una chispa se asomó en mi cabeza al saber de cuál se trataba, imaginándome escapando de ahí, siguiendo el río hasta llegar a mi hogar. Habíamos caminado alrededor de 40 minutos, no estaba tan lejos. Aunque de seguro ir río arriba me iba a tomar bastante - ¿Cornelius? – reaccioné al ser llamado por mi nombre.

 

-Disculpa, creo que me dio sueño – volví a sonreírle para ocultar todo lo que había estado pensando.

 

Regresamos al día siguiente, aprovechamos para recostarnos y estar tranquilos, pero no me atreví a volver a tocarlo, no después de haber pensado en aprovecharme de él y escapar.

 

Al llegar, grande fue nuestra sorpresa al ver que ese centauro volvía a estar ahí. Sentí su mirada, examinándome. Arion le tuvo que explicar la razón, pero omitiendo la parte del río.

 

Y ahora estoy aquí, de regreso al otro lado de su casa. Pero esta vez siento que de verdad quiero escuchar de qué hablan. Juntando valor, es que me atrevo a caminar lentamente hasta poder escuchar su conversación. Abro los ojos al saber de quién se trata todo esto:

 

-Ese General me está causando varios problemas, justo como te dije en la noche. Es terco, grosero y ya intentó asesinarme; asfixiándome con una estúpida cuerda. Sólo provocó esta marca en mi cuello y que su tobillo empeorara, casi ni camina porque cojea demasiado. Espero no te importe que me quede esta noche contigo, sólo no puedo seguir ahí. Iré rápido por unas cosas y regresaré.

 

-Claro.

 

¿Lucius está herido? ¿Intentó asesinar a ese centauro?

 

Mi cuerpo se siente orgulloso de saber que sigue vivo, aunque cojeando, pero vivo. Por otro lado, ¿yo qué he estado haciendo para escapar rápidamente de aquí? Sólo intentar llevarme bien con este minotauro, aunque ¿debería de intentar lo mismo que Lucius?

 

Regreso a mi lugar, nuevamente con el mayor sigilo posible. Mi cabeza da vueltas, mi corazón se siente ansioso.

 

-Cornelius, ya – me sobresalto al escuchar su voz. Lo sigo con precaución, temeroso de que sepa que los escuché a escondidas – hoy dormirás conmigo – me detengo inmediatamente, sonrojándome por lo que dijo… ¿dormir con él? Volteo a verlo incrédulo y ahí que se da cuenta de sus palabras. Comienza a ponerse nervioso y al final vuelve a hablar – Lykaios se queda esta noche aquí. Tú vienes conmigo.

 

-Bien – no puedo evitar sonrojarme. Sólo una vez he dormido con alguien, y fue con un compañero. Admito que me sorprendió haber aceptado, pero simplemente no pude evitarlo; esa noche fui consciente de mi atracción hacia los hombres y de lo mucho que me gusta… ser el de abajo. Pero esto es diferente, no hay manera en que algo así pase con Arion.

 

                                                                                        ***

 

-Ya libérame… animal – le exijo jadeando. Estoy muy cansado, no siento mis brazos, pero sí que arden mis muñecas por estar tanto tiempo encadenado. También mi espalda, arde de los latigazos que he estado recibiendo por parte de esta criatura. Su expresión no ha cambiado para nada.

 

-En cuanto decidas terminar con este juego, rindiéndote. Así que dime, ¿para qué has entrado en mi territorio? – cierro los ojos, completamente frustrado.

 

-Ya te dije que ni siquiera sabía que era tuyo, y que no te diré nada más – vuelve a golpearme con mayor fuerza.

 

-Qué mal, justo cuando creí que había surtido efecto. En fin, tengo un juego mejor – cuando le observo, su sonrisa ha cambiado a una más… lasciva – para eso necesitaré una cosa – lo veo alejarse y salir del cuarto. Es en ese momento de paz que logro exhalar el aire que estaba atorado en mi pecho. Pero no pasa mucho para que ese estúpido sátiro regrese.

 

Se acerca, más y más.

 

-¿Ahora qué cosa inútil me harás? – debo mantenerme así, como si no me afectara en absoluto. Cuando levanto la cabeza con un dolor impresionante, lo huelo. Noto que en su mano trae un frasco, y que ese frasco está destapado, liberando una fragancia extraña.

 

-Créeme que no será inútil, funciona a la perfección. Cómo decírtelo, si un sátiro te lo asegura, es que es verdad – pasan unos segundos para que me empiece a retorcer incómodo. Comienzo a sudar más, mi cara arde y antes de que me dé cuenta, mi miembro está semi-erecto. Abro los ojos al saber lo que me hará – de los mejores afrodisiacos que he probado – susurra en mi oído para lamerlo lentamente.

 

-Ah – suelto una especie de gemido por esa acción. Cierro la boca y muerdo mi labio para evitar pasar otra vergüenza similar – como si me importara.

 

Su asquerosa lengua comienza a descender por mi cuello.

 

Cierro mis ojos para empezar a pensar en otra cosa.

 

No puedo ceder. No puedo perder.

Notas finales:

Bueno, ¿#TeamArion o #TeamLykaios?

En el sig cap sabremos cómo se llama el sátiro :) e igual habrá algo de salseo con estas parejitas.

Mándenme amor ^^

¡BESOOOOS!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).