Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Eternos Enemigos por kurerublume

[Reviews - 85]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, me tardé horrores en actualizar. Y créanme no fue por falta de inspiración, pero resultó que el empleo que casi obtuve era una enorme farsa :/ tantos días de capacitación y al final era una empresa fantasma. Así que anduve algo loca y frustrada.

Pero ya pude escribir el cap ¡Por fiiin! 🙂🙂. Espero les guste. Gracias a Ester, Enniz y Sakurai por sus reviews 💖

CAPÍTULO XVII: Su nombre


Siento que esta mañana me he levantado con el pie izquierdo, apenas han pasado unas horas desde que llegué y en serio, en serio me siento fuera de lugar. Como si todo hubiera cambiado en las semanas que estuve fuera.


Resulta que el amante de Cornelius ahora ha ocupado mi lugar y tuve que aceptarlo a regañadientes. Ese tipo me pone de nervios, no sabría cómo explicarlo, pero si tuviera que describirlo en una palabra sería ‘prepotente’, justo eso.


—¿Me acompañas a comer? —Cornelius llega a mi lado y por inercia acaricio su cabellera.


—Sabes que sí —me sonríe y es cuando vuelvo a notar esa mirada perdida, le he estado preguntado qué le ocurrió, si el animal ese le hizo algo, pero solo responde con un: «me trató bien. No me lastimó». Siendo sincero, odio ese tipo de respuestas.


—¿Y a ti? —me pregunta de la nada y no comprendo a qué se refiere— ¿A ti te hizo algo el centauro?


Mis mejillas se calientan de solo recordar lo que ese idiota me hizo— No mucho, ya sabes, era una especie de “me haces, te lo devuelvo”. Estoy bien —le digo tranquilo para intentar calmar esa expresión que tiene—, pero seguro no más que tú, eh. A la próxima intenta ser más callado o todos te oirán —me divierte ver que mi comentario lo pone nervioso y comienza a voltear a todas partes para saber si alguien escuchó eso.


—Claro que no. Además, yo ya no…


—Tú no… —intento incitarlo a que termine la oración, pero frunce el ceño y me tapa la boca.


—Ya no me he acostado con él, Lucius.


Abro los ojos apenas un poco por la noticia— ¿No me dijiste que te habías enamorado de él? —le pregunto una vez me libero de sus manos.


—No, era otra cosa. Él fue tan amable que pensé que significaba algo, se ha portado tan bien conmigo desde que regresé, pero la manera en la que lo hace de repente no me gustó, ¿sabes? Lo sentí algo brusco y yo quería que fuera dulce como seguramente lo sería... —se calla inmediatamente, probablemente dándose cuenta de toda la información que ha dicho como si nada. Como si hubiera guardado todo eso y saliera inevitablemente.


—¿Lo sería quién? Vamos, Cornelius, ¿te gusta alguien más? —lo abrazo cariñosamente, porque justo Cornelius es esa clase de personas que te hacen querer abrazarlo. Y no, no lo digo en un sentido homosexual, lo digo por un amor fraternal.


—Sí, pero no te diré nada más, Lucius.


—¿Y lo sabe? ¿Sabe que te gusta? —su mirada se vuelve esquiva y puedo notar cómo se pone nervioso.


—Sí, pero le di asco —me responde después de unos segundos y con un tono de voz tan pobre que apenas y pude escucharlo.


—¡¿Qué?! Eso es imposible, amigo, si eres la persona más bella que mis ojos han visto —comienzo a negar varias veces, ya que es en serio imposible que a alguien le dé asco este Cornelius. No, en mi cabeza no entra semejante estupidez.


—Pues para él no —muerde su labio inferior y observo cómo sus ojos se cristalizan, intentado retener un llanto que seguro también lo tenía bien escondido hasta hoy—. Soy cruel, Lucius. Me acosté con Dirius para intentar borrarlo de mi cabeza, para olvidar su rechazo y asco hacia mí —lo noto hacerse chiquito en mis brazos—. No funcionó, soy de lo peor, traicioné mi amor por él, Lucius —oculta su cara en mi pecho, ya que es algo más bajito que yo—. Y ahora no puedo dejar de preguntarme si está bien, si Dirius no le hizo algo o algún otro soldado.


—¿Como por qué lastimarían a uno de los nuestros, tonto? Si sirve a Caesonia está bien, ya entrará en razón cuando conozca esa reputación que tienes de ser de los mejores en batalla.


—Supongo que lo sabe —para mi sorpresa, se aleja de mí y me dice que más tarde nos veremos porque necesita hacer unas cosas.


Espero no tarde mucho, ya que en un par de horas tendremos la junta con el Concejo para ver el siguiente movimiento para la guerra. Probablemente las criaturas inferiores querrán vengarse por lo que pasó hace unos días. Ese Dirius idiota atacó sin mucha preparación, no hubo bajas, pero sí bastantes heridos.


Por eso detesto que hayan puesto a alguien tan voluble como General.


Supongo que después de comer iré a ver a mi padre, no ha preguntado por mí ni me fue a visitar. Seguro ha de estar bastante ocupado con todo este caos, no lo culpo.

 

 

***

 

 

Abro mis ojos con lentitud, los siento tan malditamente pesados.


—Mierda —me quejo cuando noto esa sensación en mi espalda y en mi trasero. Ese puto de Bronte se durmió conmigo y está restregándome su maldita erección.


Mi molestia se desvanece al recordar.


Algo llega a mi mente: Bronte enojado. Bronte diciéndome que usará mi trasero y que lo va a disfrutar; que me va a coger hasta que le suplique que pare.


Sin poderlo evitar, comienzo a respirar algo más rápido y mis manos empiezan a sudar. ¿Lo hará hoy? Además, ayer… reaccioné como un cobarde. Lloré frente a un sátiro, lloré frente a Bronte como un niño indefenso e inútil.


—Tranquilo, hermoso, no te haré nada —me tenso de inmediato al escuchar su voz. Oh, es verdad, ayer no me hizo nada y me terminé durmiendo escuchando esas frases idiotas de que no me haría nada—. Disculpa —volteo mi rostro hacia él, completamente incrédulo —, no fue mi intención hacerte llorar, solo quería asustarte un poco —acaricia mis labios con su pulgar, pero yo estoy bastante enfocado en la expresión de culpa que bien podría ser más que falsa—. Perdón —se acomoda apenas un poco mientras acerca su rostro al mío, juntando nuestras frentes—, perdóname —sus labios toman los míos, me empieza a besar muy lento, restregándome esa sensación de nuestros labios acariciándose. Me permito cerrar los ojos cuando me pone sobre él y toma mi rostro con ambas manos para que no me aleje.


Duramos así bastante tiempo, y no comprendo del todo por qué lo estoy permitiendo tan sumisamente. Tal vez por el susto, tal vez para decirle que le perdono por asustarme de la manera más cruel que existe.


—B-Bronte, basta —comienzo a removerme inquieto cuando la intensidad del beso me quiere arrancar gruñidos de satisfacción.


—Acepta mi disculpa —en apenas un parpadeo me veo debajo de él.


—La acepto, así que quítate —le digo molesto y a la espera de que se aparte de mí, pero en lugar de eso, solo sonríe y se aproxima hacia...


—Bien.


—¿Qué carajos te pasa, estúpido? —le reclamo cuando abre mis piernas y coloca su rostro entre ellas— Lo que sea que estés pensando, te recomiendo NO hacerlo.


—Así me disculpo, y tú dijiste que la aceptas.


—En serio eres un desgraciado hijo de… ¡ahhh! —intento cerrar mis piernas cuando baja de golpe mis pantaloncillos y lame la punta de mi pene.


—Sí, lo soy —comienza a acariciarme lentamente e inmediatamente se traga todo—, pero al menos sé disculparme —escucho cómo se ríe apenas para continuar con su “disculpa”.


—Basta —algo se comienza a sentir bien; sus manos las siento casi expertas, sin mencionar su maldita boca que se nota la usa para esto—, Bronte… ¡ahh! —empieza a succionar mis testículos y a masturbarme con ahínco— Carajo —maldigo internamente apretando las pieles debajo de mí— ¡Ahhm! —muerdo mi labio inferior para no ser ruidoso, no quiero darle ese placer a este malnacido.


—Domitius —lame desde mi cadera hasta mi cuello, succionando para dejar una estúpida marca.


Vuelve a bajar, vuelve a meterse mi pene en su boca y por inercia comienzo a mover mi cadera— ¿Sabes que me estoy… cogiendo tu boca? —le digo entrecortadamente para ver si así se detiene.


—No me importa si así sientes placer —regresa a su tarea después de decir la frase más idiota del mundo—, en especial cuando intentas no gemir, hermoso.


—Solo cállate — tomo su cabeza y lo obligo a regresar a su “disculpa”. Es la única manera de que esto termine de una vez.


No falta mucho, lo siento, siento cómo estoy teniendo espasmos para intentar no correrme tan rápido, pero… simplemente me lo hace difícil. Se siente incorrecto todo esto y aun así, sigo debajo de este sátiro.


—Ya córrete, hermoso.


—Que te calles ¡ahh! —de verdad pareciera que esta poniendo todo su empeño en esta mamada, me frustra mucho— ¡Ahhhm! —al momento de correrme es que me tapo la boca.


—Quién lo diría, eres aun más hermoso así —mi pecho sube y baja rápidamente, mi cabello apenas y logra cubrirme el rostro de la vergüenza que estoy empezando a sentir. Me hizo sudar, literalmente.


—Ahhh —se me escapa un suspiro de placer al sentir ese hormigueo de liberación. Decido cerrar mis ojos, otra vez los siento pesados.


—Me hubiera encantado que dijeras mi nombre —eso último lo escucho lejano, pero no por eso significa que no me haya molestado.


Sí, claro, como si fuera a decir su nombre en pleno orgasmo.

 

Notas finales:

¿Qué les ha parecido? Jaja siempre me imaginé la disculpa de Bronte así 😅😅😅. Nos seguimos leyendo. 

¡Besoos! 😙😙💜💛💙


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).