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El amor es una buena idea - Jicheol. por yoongiwontletme

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Notas del capitulo:

Lo que me hace el JiCheol.

Su pequeña carita estaba triste, aquél alto chico de cabellos negros no podía dejarlo pasar. Notaba el frío en el pequeño gracias sus labios morados y su nariz exageradamente roja.

Se acercó con pasos nerviosos hasta el castaño y le dio dos toques al huesudo hombro, haciendo que la bonita cara del pequeño quedara justo frente a su pecho. SeungCheol sonrió dejando ver sus encantadores hoyuelos.

—Hola. Soy SeungCheol, iba en tu mismo tren.
—Hola. S-soy JiHoon —los dientes le castañeaban.
—No pude evitar darme cuenta que mueres de frío.

JiHoon se sonrojó.

—Creo que es bastante obvio —señaló su cara y rio.
—Ten —tendió su parka azul marino hacia el pequeño castaño.

JiHoon lo miró con el ceño fruncido, pero no se pudo negar cuando el más alto le puso la prenda sobre los hombros, haciendo que un calor inmenso lo invada. Qué románticamente descarado.

—Gra-gracias.
—No es nada, mi suéter es grueso.

Se sonrieron, convirtiendo la magia de navidad en más que un mito.

—Me preguntaba si te gustaría caminar un poco por la ciudad.
—Oh, ¿pero y si el tren se arregla?
—Estaremos bien de todas formas.

Y dio por finalizada la conversación, tomó la pequeña mano del chico entre la suya, la que tiene el lunar y corriendo lo llevó hasta la puerta de vidrio para salir al frío. Rio al ver la cara de asombro que JiHoon había puesto.

—¡Será divertido! —lo animó.

De su mochila sacó un pequeño cable con un conector auxiliar y dos cabezas agujereadas con fichas para auricular.

—¿Tienes auriculares? Haremos de este día una película.

JiHoon rio, era la primera vez que un conocía a alguien como SeungCheol, alguien que le generara ese pensamiento, sí, justo ese pensamiento.

—Yup —no podía dejar de sonreír—. ¿Qué es eso?
—Oh, ¿esto? —agitó el cable. JiHoon asintió—. Una cosa súper mágica que compré en una feria de segunda mano, se llama repartidor o algo así. Tiene este cable que va al celular y estas dos entradas para auriculares así dos personas pueden escuchar la misma canción al mismo tiempo. ¡Locamente mágico!

Volvió a reír. ¿Hacía cuanto no reía así?

—Okey, okey… Pero, espera, ¿usamos tu celular o el mío? Mi música es… vergonzosa.
—Qué bueno que lo menciones, porque ahora vamos a usar el tuyo.

El pequeño abrió la boca como para protestar pero SeungCheol ya estaba extendiendo su mano, reclamando el aparato y las melodías. Tuvo que entregar su tesoro y humillarse frente a un lindo chico.

SeungCheol abrió la música y buscó una playlist categorizada como mixta según la inteligencia del celular. Conectó el repartidor al aparato y después su auricular al mismo.

—¿Me permite esta caminata por la ciudad acompañada por la mejor playlist de la historia? —Seungcheol puso ese tono de la realeza que hizo estallar de risa a JiHoon mientras le cedía la punta de su auricular.

Una vez que los dos auriculares estuvieron conectados, SeungCheol miró al pequeño con una enorme sonrisa, se aseguró de que éste no tuviera frío y que las mochilas estuvieran cerradas antes de dar play.

Acordes suaves invadieron sus oídos de lleno al mismo tiempo. Parallel de Heffron Drive era la primera de la lista. Comenzaron a caminar sobre la nieve, no había palabras, solo sentimientos explotando como fuegos artificiales.

Qué envidia esa historia de amor que se estaba escribiendo.

Sus manos se rozaban cuando ambos giraban la cabeza para lados contrarios, y al sentir el tacto se miraban y reían, pero no paraban la caminata así como la nieve tampoco cesaba.

Era bonito, y a JiHoon le dejó de preocupar el hecho de no llegar a Busan, ahora más que nunca, quería permanecer en Daejeon. Le agradaba estar varado y ya no sentía frío. Cheol tenía razón, estaban bien de todas formas.

Cruel world de Phantogram marcaba la mitad de la playlist, pero habían movido un poco las caderas cuando sonó Love, love, love de Of Monsters and Men y cantaron a los gritos Higher than the sun de Peace. Y reían, no paraban de reír como locos.

Justo después de Blood in the cut, de K.Flay, se sentaron en un parque. SeungCheol sacó una bolsa de papas fritas de la mochila y le invitó al pequeño. Interrumpieron A change of heart con el crujir de las papas en sus bocas.

Se miraron sin dejar de sentir la música, JiHoon no le sacaba la mirada de encima y la melodía de la canción hacía que todo cobrara sentido, hacía que Cheol se viera todavía más bonito con copitos de nieve en sus pestañas e inspiraba ganas de tomarle por la cara y besarle.

Solo quedaban un par de papas en la bolsa y pasó esa cosa tontamente típica que les pasa a los tontos como JiHoon y SeungCheol, esa cosa que los hace sentir más. Sus manos quedaron atrapadas en la diminuta bolsa justo cuando iban a buscar una papa.

JiHoon pellizcó la mano de Cheol, robándole la papa y llevándola a su boca rápidamente. El azabache protestó con un puchero, el pequeño le sacó la lengua y al notar que Soma de The Strokes acababa de comenzar, lo sacó a bailar.

Solo saltaban, y movían las cabezas al ritmo de los instrumentos.

Estaban locamente felices, dejaron de bailar cuando la canción terminó y le dio paso a Mango Tree de Angus y Julia Stone. Una dulce balada que mantuvo sus manos juntas y sus cuerpos reaccionaron al magnetismo que habían creado en menos de una hora.

Como se esperaba, SeungCheol se agachó los centímetros necesarios hasta los labios de JiHoon. Los atrapó con delicadeza en un beso íntimo y único. Se besaron hasta que la canción terminó, casi tres minutos en una burbuja creada por la música.

Se separaron sonrojados, pero prefirieron mentirse diciendo que solo era el frio. SeungCheol abrazó al pequeño fuertemente, sintiendo el aroma de su cabello, la moldura de su cuerpo contra el suyo.

Se abrazaron hasta que Love me de The 1975 los invitó a saltar y gritar de nuevo en medio de la pista creada por solo ellos mismos, la mitad de un parque público justo en el centro de la ciudad.

Estaban bien. No tristes ni congelados, solo bien.

Las cuatro canciones restantes los acompañaron de nuevo a la estación, en busca de información, aunque ellos ya lo sabían, la nieve le había contado sus planes de no dejarlos escapar.

—Las vías van a estar habilitadas mañana por la mañana, chicos —les dijo alguien llamado SoonYoung—. Cuanto lo siento, podemos darles alojamiento y comida.

SeungCheol miró a JiHoon en busca de la respuesta a la obvia pregunta: ¿te quedarás conmigo? A la que el castaño respondería sin dudar que . Y por eso aceptaron la habitación de hotel que les fue ofrecida.

Eran cerca de las diez de la noche cuando lograron llegar al lugar en el que pasarían navidad. Sin música de por medio todo se sentía igual de mágico, igual de bonito y romántico.

Se sentaron en el balcón a comer lo que el servicio a la habitación les dejó sobre el buró, cubiertos por un manta y el calor propio de la persona que tenían al lado. Hablaron, y les gustó hablar tanto casi como no hacerlo.

Se contaron todo, desde que ambos estaban en la universidad de Seúl y que habían subido al tren para pasar las fiestas con su familia. SeungCheol en Daegu, JiHoon en Busan. Ninguno se atrevió a mencionar que era mejor de esa forma.

Rieron ante los recuerdos de la infancia que iban surgiendo, la vida de ambos se iba mezclando en comentarios que formulaban en medio de la historia del otro. Precioso.

Un momento después de las carcajadas todo se frenó para los dos, se congelaron uno ante el otro. Se miraron a los ojos con los labios ansiosos por tacto nuevamente. JiHoon fue quien se acercó mientras le susurraba cuanto le gustaban las largas pestañas que poseía el mayor y lo besó.

Suaves caricias en sus cuerpos fueron permitidas, y la cercanía fue algo hermoso.

Estaba tan exageradamente bien besarse de esa forma en la que jamás habían besado, disfrutar del momento era lo que los llenaba y no podían contener las sonrisas.

Olvidaron todo, absolutamente todo lo que les dolía e incluso el frío.

—Definitivamente, sacarme corriendo de esa estación fue la mejor idea que has tenido —dijo JiHoon frotando su nariz contra la de su amante.
El amor es una buena idea —y lo besó mientras en susurros le pedía que no lo dejara, que jamás lo dejara.

El destino jugaba sus cartas muy estratégicamente, había buscado juntar a esas almas hacía mucho tiempo, solo necesitaba un poco de magia navideña, o que alguien se hubiera olvidado de revisar las vías del tren.

Notas finales:

#GetWellSoonYoongi y por favor fijate por donde caminas, bebé *le da un besito en la frente*


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