El clan Canolog se preparaba para recibir a los otros clanes. Todos estaban de un lado para el otro ocupados con los preparativos cuando se escuchó una fuerte voz en el palacio principal — JJ! por última vez… — decía el líder del clan siguiendo a su hijo — te quiero lejos de los guardianes durante su visita, entendido?
—Si, si — decía moviendo su mano — saldré con Isabella nos vemos luego…
—JJ!
Los días que faltaban para la llegada de los representantes de los otros clanes pasaron en un abrir y cerrar de ojos.
—Esto será divertido, no salimos mucho. Qué deberíamos ver primero? — dijo Pichit emocionado, bajando del auto.
Minako bajo la revista que estaba leyendo — si deciden ir a hacer turismo, recuerden que tenemos la presentación esta noche — Kenjiro y Pichit asintieron tomando a Yuuri por sus brazos y levantándolo, para luego desaparecer entre la multitud.
Por otro lado cuatro personas viajaban en un taxi.
—En cuanto lleguemos iremos a visitar la catedral — dijo Giorgi.
Su padre lo miro y luego a Victor — asegúrate de traerlos de regreso al atardecer — Victor sonrió y asintió.
—Yo no quiero ir a una catedral! — dijo Yuri cruzado de brazos.
—En serio? Escuche que hay una gran estatua de un león en la plaza frente a la catedral — dijo Victor llamando la atención del menor y sonrio al ver el brillo en sus ojos.
Ya en el palacio principal.
—Agradezco su hospitalidad — dijo Lilia siguiendo a Nathalie Leroy, quien amablemente los llevaba a sus habitaciones — la presentación será esta noche, no? — Nathalie asintió — entonces nos veremos… — la mujer volvió a asentir y se retiró — si planean salir, recuerden regresar antes de la hora de esa presentación — Emil y Leo asintieron y se retiraron sin decir nada para evitar que Lilia se arrepintiera.
Mientras tanto en el aeropuerto.
—Otabek, asegúrate de que esos tres estén a tiempo en el palacio principal… — dijo Celestino señalando a Christopher mientras este se tomaba unas selfies con Sara y Michele. Celestino suspiro — evita que se metan en problemas y — Otabek asintió — diviértanse… — el pelinegro volvió a asentir, mientras el líder de los Orwellin se retiraba.
Al palacio principal llegaron solo los líderes de los clanes. Alain y Nathalie Leroy los recibieron con la misma pregunta — dónde está su hijo y el guardián?
Y todos contestaron igual — haciendo turismo…
Mientras en la plaza.
Victor miraba al pequeño rubio tomarse otra selfie — Yuri! Te has tomado fotos con todos los leones de la plaza, podemos continuar?
—Ya que — dijo el joven pasando junto a él — Giorgi, quita esa cara. Me das asco…
Victor no pudo evitar suspirar, mirando a otro lado se fijó en un par que estaban bailando y una idea nació en su mente — oigan, hay una leyenda de este territorio. Dice que existe un bosque a las afueras de la ciudad con un extraño clima, la mitad de este se mantiene congelado todo el año y en el centro de este bosque hay un hermoso lago, mitad congelado… — los jóvenes lo miraron — el hielo tiene el grosor perfecto para patinar
El rostro de ambos se ilumino — qué esperamos? — dijo el más joven del grupo.
Cerca de ellos, un joven rubio escucho lo que decían y no pudo evitar decirle a sus acompañantes.
—Qué dices Leo? Será divertido y mira incluso Seung Gil muestra interés en ir a ver — el joven pelinegro tenía su típico rostro inexpresivo pero sus ojos tenían un leve brillo. El castaño al verlo asintió y los tres se dirigieron al lugar mencionado.
Por otro lado un par de gemelos escuchaban una historia del hombre que toco la guitarra mientras ellos bailaban. Ambos se miraron con ilusión y luego miraron a sus acompañantes un rubio de ojos verdes y un pelinegro inexpresivo.
—Christophe, por favor — dijo Sara.
—Será divertido ver ese lago — dijo su hermano.
Otabek los miro y dijo — no sabemos si existe
—Esa es la aventura, supongo… — dijo el rubio apoyando a sus amigos — vamos y averigüemos si es solo una leyenda… — los gemelos asintieron con energía, al contrario el pobre Otabek suspiraba mientras era arrastrado por Michele y Christophe.
Una vez en el bosque, se dieron cuenta que lo que decían era cierto. Al llegar a cierto punto, el piso estaba cubierto de nieve, al igual que los árboles, mientras que justo detrás de ellos los arboles estaban llenos de hojas. El camino los llevo hasta el tan esperado lago, era hermoso, la mitad de este estaba brillando por el hielo y la otra mitad reflejaba el sol y se movía levemente por la brisa.
—wow! — dijo Sara con gran ilusión — es más hermoso de lo que esperaba! — al decir eso escucho la voz de otras personas, ella y los demás se dieron cuenta de que no eran los únicos en el lago.
Había otras seis personas, un hombre alto de cabellos grises acompañado de un pequeño rubio y un pelinegro, mientras que en el otro lado había un rubio barbón, con una linda sonrisa, acompañado de un pelinegro inexpresivo y un castaño con un adorable rostro. Sara los saludo y ellos le respondieron con sonrisas y saludos, a excepción del rubio más pequeño y el pelinegro inexpresivo quienes desviaron la mirada.
—Hola — dijo el peligris cuando se acercaron — van al lago? — todos asintieron — vamos juntos?
—Por qué no? — respondió Christophe — un placer, mi nombre es Christophe. Ellos son Michele, Sara y Otabek.
—Gusto en conocerlos, yo soy Victor y ellos son Giorgi y Yuri… y ustedes?
—Yo soy Leo, él es Seung Gil y él es Emil… vinimos por las competencias y escuchamos de la leyenda…
—Nosotros igual — dijo Sara.
—Yuuri!! — escucharon todos y miraron al joven rubio entre ellos.
—No me miren a mí, los únicos que me conocen en este lugar son ellos — dijo el joven señalando a Victor y Giorgi. Entonces escucharon el nombre una vez más y se dieron cuenta de que venia del lago. Aún estaban un poco lejos pero pudieron ver a alguien en el centro del hielo. A quien vieron patinar de manera lenta, pero cada uno de sus movimientos estaba lleno de sentimientos y podían sentirlo.
—Oi! — entonces se fijaron en dos figuras al borde del lago — sal de ahí! No sabes si es seguro… si algo te pasa nuestros traseros peligrarían! — pero la persona en la pista los ignoro y siguió patinando, sus movimientos eran suaves dándole un toque muy delicado.
—Yo quiero patinar! — dijo Sara pasando junto a ellos y entrando al hielo, nadie sabe en qué momento lo hizo y de donde saco los patines que llevaba puestos pero se dirigió directamente a la persona que vieron de lejos, no podían ver su rostro por la capucha que llevaba y cuando Sara trato de llamar su atención este la ignoro, pero eso no la detuvo — hola! — dijo colocándose frente a él pero él agacho la mirada y se dirigió a la orilla, dejando sola a Sara.
—Pero que le pasa a ese idiota, dejando así a mi hermana! — dijo Michele furioso.
—Michele tranquilo. No te calientes — dijo Christophe tratando de calmarlo, pero no fue suficiente. El único problema con un fénix es que cuando se enfada su cuerpo emite calor y tomando en cuenta lo cerca que estaban del lago ahora, el calor que emitió debilito el hielo provocando que este se rompiera, una pequeña grieta, pero lo suficiente para llegar hasta el punto donde Sara acababa de caer perfectamente después de ejecutar un salto, tratando de llamar la atención del otro patinador.
—Oh, vamos — dijo en un intento de acercársele pero entonces escucho el *crack* debajo de ella, se detuvo y miro al suelo, el otro patinador se dio la vuelta y vio a los pies de la chica, viendo las grietas que empezaban a formarse — ayuda — dijo en voz baja, él no dijo nada y solo trato de acercarse a ella pero el hielo era demasiado delgado, estiro su mano y solo en ese momento los de las orillas se dieron cuenta de que algo no andaba bien.
—El hielo, se está agrietando — dijo el pequeño Yuri.
—Sara! — Michele trato de entrar pero Christophe lo detuvo, diciéndole que si lo hacía sería peor.
En el hielo, Sara trataba de alcanzar la mano que le extendían *crack* *crack* *CRACK*. El hielo a su alrededor se rompió totalmente y ella cayó al agua, él patinador salto detrás de ella provocando que más de uno gritara.
Pero entonces lo vieron salir a flote en la parte no congelada, todos corrieron a la orilla a la que se dirigía pero tuvieron que entrar al bosque y perderlos de vista por un momento. Cuando llegaron, encontraron a Sara recostada a un árbol con dos abrigos cubriéndola — Sara! — dijo su hermano abrazándola, mientras los demás buscaban al otro patinador.
Después de eso todos ellos se dirigieron al palacio principal, sorprendiéndose por dirigirse al mismo lugar pero alegrándose de cierta forma al saber que no sería la última vez que se verían.
***
Había leído de la leyenda del bosque con dos climas antes de viajar al territorio central y tenía mucha curiosidad de saber si era cierto. Por lo que convenció a Pichit para llevar a Yuuri en cuanto llegaran.
—Es una buena idea, es un lugar desierto. Yuuri no se sentirá incomodo — dijo Kenjiro con una gran sonrisa y su amigo solo sonrió y asintió.
Al llegar ambos se despidieron de Minako, prometiendo regresar para la dichosa presentación de los guardianes, tomaron a Yuuri y corrieron antes de que la líder del clan Drak se arrepintiera de dejarlos solos. Ambos lo llevaron directamente a las afueras de la ciudad.
El guardián se sorprendió al ver el bosque — y dicen que hay un lago? — ambos asintieron — pero no traje mis- patines — dijo al ver los patines en la mano de Pichit, Yuuri suspiro y acepto que lo guiaran, mientras caminaban Pichit aprovechó cada momento para tomar una selfie de él solo, con Kenjiro, con Yuuri, los tres, en fin.
Al llegar al lago la imagen era increíble una mitad parecía un hermoso lago de primavera, mientras la otra mitad estaba totalmente congelado — no puedo creer que exista algo así — dijo Pichit tomando varias fotografías.
Yuuri no espero mucho para probar si el hielo resistía que patinaran sobre él, sorprendiendo a los más jóvenes — Yuuri! — este patino de manera lenta, Pichit suspiro esa era su manera de relajarse pero —Oí! sal de ahí! No sabes si es seguro… si algo te pasa nuestros traseros peligrarían! — dijo Pichit pensando en cómo se pondría Minako pero el pelinegro los ignoro. Pichit iba a reclamar cuando vieron a una chica castaña entrar al hielo. Ella trataba de llamar la atención de Yuuri pero este la ignoraba. Ella incluso hizo algunos saltos pero nada funciono, pero entonces paso y Yuuri se detuvo, se dio media vuelta y estiro su mano hacia ella.
Kenjiro dijo en voz temblorosa — el hielo se rompe…
La sangre se le helo — si Yuuri cae al agua fría puede ser muy peligroso, su cuerpo no lo resistirá y caerá inconsciente antes de que podamos ayudarlo — Pichit iba a llamarlo cuando el hielo se rompió, la chica cayó al agua y su amigo salto tras de ella. Tanto él como Kenjiro corrieron a la orilla de la parte descongelada, si Yuuri salía lo haría por ahí.
Al llegar se encontraron con Yuuri cargando a la castaña, Pichit soltó el aire en alivio y luego él y Kenjiro se quitaron sus chaquetas para dárselas pero Yuuri hizo que se las dieran a la chica.
—Vámonos — dijo Yuuri en un tono un tanto frio.
—Pero y la chica?
—No está sola, vendrán por ella pronto. Vámonos — el rostro de Yuuri había cambiado, el brillo de sus ojos había desaparecido totalmente y su cara era inexpresiva, lo que solo podía significar una cosa, su otra personalidad había despertado.