Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dernière Danse por Killary

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Nunca quise sentir

Nunca quise que robaras mi corazón

Nunca quise saber

Nunca quise mostrar lo débil que soy

(Heart – The Pretty Reckless)

 

 

 

Paso trece:  Nunca digas nunca

 

 

 

Nunca debí decir que no importaba.

Nunca debí permitir que trabajara en el bar.

Nunca debí decir que podía hacer lo que quisiera.

Debí suponer lo que pasaría.

¿Cómo pude ser tan estúpido?

Me arrepiento.

 

Mierda.

 

Y ahora, cada noche era una tortura. Ver como decenas de tipos prácticamente se lo comían con la mirada. Que le hablaban y buscaban su atención. Que le coqueteaban descaradamente… ¿Y él?... ¿Qué hacía Etienne?... Regalarles sonrisitas tontas, conversarles, reírse de sus estúpidas bromas… Darles alas…

 

Maldición…

 

Por supuesto que no le demostraba mi fastidio. Seguía con mi vida, cogiéndome a quien me venía en gana sin importarme que se diera cuenta… Pero… cada vez era más aburrido… Esa emoción de sentirme libre y de follar sin compromisos, ya me resultaba sosa… Sólo cuando era el muñeco quien estaba gimiendo en mis brazos era que me sentía realmente vivo… Porque si, cada vez que le pedía a Eti venirse conmigo al depa, aceptaba en una. Eso me hacía sentir poderoso… Saberme el único al que se entregaba… El único que podía disfrutar de su cuerpo a plenitud… El único con permiso de enterrarse en él…

 

Su dueño…

 

Pero… ¿Qué pasaría si conociera a alguien más?... Alguien que le de las cosas que yo no podía… Alguien que no tuviera miedo a entregarse… A enamorarse… ¿Qué pasaría si lo pierdo?... No… No, no, no… Nunca...  Imposible…

 

¿Nunca?... ¿Imposible?

 

Claro que no es imposible… Etienne es hermoso, inteligente, dulce, amable, endemoniadamente sexy… ¿Quién no quisiera estar con él?...

 

¿Yo?

 

No… Es decir… No es que yo… O sea… Si quiero… Estar con él, claro… Sólo que… Yo… Enamorarme… Entregarle mi corazón a alguien… Otra vez… No… No puedo… Joder… Que puto cobarde…

 

 

Busco con la mirada y lo encuentro. Está en la barra, conversando con un  par de tipos que le sonríen. Eti ríe mientras les sirve sus tragos. Ellos los reciben pero no abandonan su lugar. Al muñeco no parece molestarle, al contrario… Parece fascinarle toda esa atención…

 

Un año aguantando esta mierda… ¿Cuánto más?...

 

 

— ¿Qué haces aquí? — Pfff… Ya se me hacía extraño que mi acosador particular no me encontrara. No giro a verlo. Me mantengo observando al muñeco, atrapado en su figura delgada, en su cabello oscuro, en su sonrisa de ángel… — Ah, ya veo que te tiene tan entretenido… — Eti abandona a los dos tipos luego que le entregan algo que parece ser una tarjeta. Se acerca al otro extremo de la barra junto al muchacho nuevo, ese al que le coqueteo porque me encanta verlo sonrojarse… Y es que ese niño se sonroja hasta por la brisa. ¿Cómo es que se llama?… ¿Enzo?... No recuerdo bien, apenas tiene 2 meses aquí… Es muy guapo pero tiene novio, un tío con pinta de malas pulgas que viene a buscarlo todas las noches… ¿Y eso que? ¿Cuándo me ha detenido algo así?... — Parece que tu juguete le tiene mucho cariño al nuevo… — Etienne acaricia con cariño el rostro del chico, haciendo que se sonroje furiosamente… Se ríe con ganas y lo abraza por la espalda, susurrándole dios sabe que cosas…  — Se habrá dado cuenta que no es suficiente una fantástica polla y un glorioso sexo para ser feliz… — Luego de darle un beso en la mejilla lo suelta… — ¿Por qué te preocupas tanto por él? Es tan… insignificante… — La voz de Gerard me está cansando…

 

—Gerard…

 

—Shhh… Déjame consentirte… — En un segundo lo tengo de rodillas con mi miembro enterrado en su garganta…

 

—Ah… — La excitación me llena, sin embargo no desvío los ojos de la barra… El  muñeco habla con Fabi y este asiente con entusiasmo. De un momento a otro la música cambia y veo asombrado a Etienne sobre la barra… Lo siguen Joan, Adamo y el nuevo, rojo como un tomate… Comienzan a bailar y la gente se vuelve loca… El muñeco los guía sutilmente y logran armar una sensual coreografía… No dura más de un par de minutos… Gritos, aplausos, silbidos… Ya tras la barra empiezan a moverse con rapidez… El trabajo se ha duplicado… Los coqueteos también… Fabi va en su ayuda, feliz… Eti no deja de sonreír con las mejillas encendidas por el ejercicio… Se humedece los labios… Pestañea…

 

—Ngh… Mierda… — Tomo a Gerard de los cabellos y acelero el ritmo… Me imagino que es Eti quien está de rodillas frente a mí… Que es su boca la que me llena de placer... —Ah… Etienne… — Expulso mi semilla mientras pego violentamente la cabeza de Gerard a mi pelvis… No me importa sentir sus uñas arañando mis caderas… No me importan sus gemidos ahogados… No me importa su cuerpo convulsionado tratando de alejarse… Cuando he soltado hasta la última gota, deshago mi agarre… Gerard cae de lado tosiendo desesperadamente…

 

— ¡Hijo de puta! — Inhala fuerte, tratando de recuperar el oxígeno que seguramente le había faltado ese minuto. — Eres… Eres un maldito… Hijo de puta… — Por fin agacho la cabeza y miro al pelirrojo a mis pies… Tiene el rostro lleno de lágrimas y un charco viscoso decora el suelo… Un sentimiento ligero parecido al arrepentimiento me llega por un momento…

 

—Yo… Discúlpame… — Me alejo apresurado… Joder, no quería hacer eso pero… Él se lo buscó, ¿no? Haberlo  hecho unas cuantas veces no le daba ningún derecho sobre mi… Ni nos ataba ni nada… No sé por qué ese empeño en estar conmigo… Bueno, después de esto dudo mucho que le sigan quedando ganas de acercárseme…

 

 

—Hey Dona, por fin apareces… — Había llegado a la barra y Fabi me recibió ansioso. — Esto es un caos, necesitamos ayuda… — Asiento sin decir palabra y empiezo a trabajar…

 

A medida que pasa los minutos, mi interior se tranquiliza. Olvido por completo lo ocurrido hace un rato con Gerard y mis celos se apagan gracias a las miradas y sonrisas que Eti me dedica. Intento picarle un poco, poniéndome a coquetear con Enzo… Empezamos un juego, a ver quién sonrojaba más al niñito… Joder, era tan cómico ver el rostro encendido de ese muchachito… De vez en cuando me mira tímidamente con unos ojos celestes grandes muy bonitos… Me gustaría verlos llenos de lágrimas mientras lo embisto…

 

—Ezio, ve a tomar tu descanso de una vez… —  El niño sale casi corriendo apenas Fabi termina de hablar. El muñeco y yo nos reímos cómplices. — Dejen al niño tranquilo, ya saben que es recomendado de Vincenzo… —  Ah… Vincenzo… Ya conocía a los “recomendados de Vincenzo”… Es increíble que con esa carita de no matar una mosca haya accedido a acostarse con ese tío… Porque esos eran los recomendados, chicos que no contaban con los papeles en regla y para entrar a trabajar se vendían… Quien iba a pensar que ese niñito supuestamente inocente era uno de aquellos chicos… Un chico como Gerard…

 

Un chico fácil de follar…

 

Seguimos trabajando. Gerard llegó y las cosas se pusieron tensas. El pelirrojo no me hablaba, ni me miraba. Cada vez que necesariamente nos cruzábamos tras la barra y era inevitable un roce, me empujaba con fuerza y hasta me hizo trastabillar una vez. Etienne nos miraba extrañados y podía leer en sus ojos la curiosidad que le causaba la situación.

 

 

Luego de 30 minutos de esa situación, cuando estaba a punto de explotar y agarrar por el cuello a esa pequeña puta que me traía hasta los cojones, Eti con voz dulce me sugirió que me tome un descanso. Las cosas se habían calmado y la cantidad de clientes había bajado un poco así que todo estaba más manejable. Acaricié el rostro del muñeco y le planté un beso en la boca, en parte para joder a Gerard y en parte para que los lobos que iban tras mi corderito sepan que este muñequito era mío.  Me relamí los labios guiñándole un ojo y salí de allí rumbo al cuarto de atrás.  Ni bien entré me di de lleno con una imagen difícil de ignorar… Enzo estaba dormido sobre el sillón de 3 cuerpos, un cuaderno abierto sobre el pecho, la polera ligeramente levantada dejando ver un poco de piel… Sonreí con la visión… Cerré la puerta con seguro y lentamente me acerqué. No podía dejar de comérmelo con la mirada… Total, era un recomendado, una presa fácil… Me agaché a su lado y sin más lo besé.

 

—Rodri… — Soltó en un suspiro sonriendo en sueños.  Bueno, que importaba… Rodri, Mario, Carlo, Sandro… Puede llamarme como quiera siempre y cuando abra las piernas… Profundicé el beso aprovechando que entreabrió la boca… Mi lengua acarició la suya y mis manos se aventuraron dentro de la polera tocando esa suave piel… El niño soltó un jadeo de sorpresa abriendo los ojos horrorizado y me empujó. Caí sentado riéndome con ganas al ver como se limpiaba los labios con el dorso.

 

— ¿Qué pasó? ¿Tan mal beso? — Se sentó encogiendo las piernas, abrazando sus rodillas y escondiendo la cara entre ellas. Que dramático. — Vamos Enzo que no es para tanto…

 

—Ezio… — Oí un susurro…

 

— ¿Cómo?...

 

—Mi nombre es Ezio no Enzo…

 

—Ah, lo siento…  — Me levanté del suelo y fui a sentarme a su lado. Lo vi temblar… ¿Estaba llorando? — Hey… Ezio… ¿Estás llorando?... — Negó con la cabeza gacha. — Vamos, sólo fue un beso… — Ahora podía oír sus quedos sollozos… — Joder, no actúes como si fueras la virgen inmaculada… — Puse una mano sobre sus rodillas y de un manotazo hizo que lo soltara…

 

—No me toques…

 

— ¿Qué mierda te pasa, chiquillo estúpido? ¿Te vas a hacer el digno? Aquí todos saben que te vendiste por el puesto, así que no vengas a aparentar inocencia… — Exploté... Levantó el rosto bañado en lágrimas y esos ojos claros se clavaron en mi. — Si no quieres follar está bien, pero no me hagas la escenita del ofendido por favor…

 

— ¿Todos saben?... — Preguntó en un jadeo… Sus ojos cual cascadas silenciosas…

 

—Claro que todos saben, ¿qué esperabas? — Me paré fastidiado… No aguantaba más este drama por una idiotez… Joder, es sólo sexo… Como adivinando mis intenciones de irme, me tomó del brazo.

 

—Yo… Yo no quería… — Oh por favor, lo que me faltaba…

 

—Cariño, nunca nadie quiere… — Dije sarcástico.

 

—No tuve opción… — Volví a anclarme en sus ojos… Ahora lucían desesperados y hasta parecían sinceros… ¿Sinceros? Ja.

 

—Si claro, nadie nunca tiene opción… — Continué con mi tonito, pero por alguna extraña razón volví a sentarme a su lado. Él no soltaba mi brazo y podía sentirlo temblar…

 

—Te juro… Te juro que es verdad…

 

—No me jures nada, la verdad que no me importa…

 

— ¡Pero a mi si! —  Su grito me sorprendió. — No quiero que todos piensen que soy un cualquiera…

 

— ¿Y no lo eres? — Sonreí burlón… Ya me conocía esa cancioncita, jurando ser corderitos cuando por dentro son tremendas putas…

 

—No… Yo…

 

— ¿Vincenzo te obligó? ¿Lo hiciste en contra de tu voluntad? ¿Te amenazó? — Negó mordiéndose el labio inferior. — Entonces no sé de qué me hablas…

 

—No entiendes…

 

—Ah no cariño, entiendo perfectamente. No me vengas con cuentos… Mira si quieres follar bien, no necesito tu curriculum vitae y me importa un carajo tu reputación, total siempre lo hago con condón… Y si no pues, tú te lo pierdes…

 

—Eres novio de Etienne… — ¿Ah? ¿Y eso?

 

—Somos… Bueno, ¿y eso a que viene? — Estuve a punto de dar explicaciones de mi relación con el muñeco a un casi extraño…

 

—Si eres su novio es porque lo quieres… Y si lo quieres no puedes serle infiel…

 

—Lo que Eti y yo hagamos o dejemos de hacer es nuestro problema. — Dije disgustado. No sé qué se creía este crío para venir a meterse donde nadie lo llama y encima dar consejos de  moral… que caradura…

 

—Etienne ha sido muy bueno conmigo… Me habla, me escucha, me entiende… Es buena persona… Y si eres su novio pues… Tú también debes ser una buena persona… — Me quedé asombrado ante sus palabras… ¿Qué clase de lógica es esa?... A este niño se le ha zafado un tornillo… La risa se me escapó sin querer… — No te burles…

 

—Joder criatura, ¿cuántos años tienes? — Las ganas de follármelo y el fastidio que me produjo al inicio se esfuman para dar paso a la curiosidad…

 

—18… — Fijo la vista en el cuaderno que quedó a un lado y me doy cuenta que este niño aún está en el instituto…

 

— ¿Saben tus padres en lo que andas metido?...

 

—No tengo madre y mi padre… No me llevo bien con él… Me fui de casa y vivo con mi novio… O bueno… Ex novio… — Me suelta tan fácil esos detalles de su vida…

 

— ¿Rodri? — Pregunto, recordando el nombre que susurró en sueños. Su semblante que se había relajado un poco cambia ensombreciéndose.

 

— ¿Cómo sabes de Rodri?

 

—Lo nombraste mientras dormías…

 

—Ah, no… Rodrigo… Él se fue hace tiempo… — Otra vez sus ojos derraman lágrimas silenciosas… Le tomó de la mano… No sé porque este niño me ha empezado a causar empatía… Se supone que me lo quería follar… Pero ahora…

 

— ¿Murió?

 

— ¡No! — Se exalta. — Vive lejos, en América… Nosotros… Él… Bueno, no funcionó…

 

—Y te fuiste con otro… ¿Fue por eso que no funcionó?

 

— ¡No!... ¿Por qué dices eso?... Sería incapaz de serle infiel…

 

—Pero te acostaste con Vincenzo…

 

— ¡No estaba con Rodrigo!

 

—Pero estabas con este otro, ¿no?

 

—Lucca… si… Pero terminé con él… Yo… — Silencio. Su rostro es una mezcla de emociones… Culpa, tristeza, vergüenza, arrepentimiento… Ha soltado mi mano y frota las palmas en sus piernas. — Yo no quería… — Vuelve a repetir bajito.

 

—Pero lo hiciste y tienes que aceptarlo. Deja de poner excusas al asunto. Lo que tienes que hacer es dejar de lloriquear y asumir tus actos.

 

— ¿Sigues pensando que soy una puta, verdad?

 

—Pienso que eres un niño inmaduro que no sabe lo que hace…

 

—Necesito trabajar… No tengo a nadie… No sabía qué más hacer… — Baja la mirada y se estremece… Va a llorar de nuevo… Joder, este niño se va a deshidratar… —  Yo… Soy un asco, ¿verdad?

 

—Vamos, eres un niño… Deja de decir estupideces… — Paso un brazo por sus hombros y lo atraigo en un abrazo… ¿Por qué hago esto?... Ni yo mismo lo se… Me estoy ablandando… Parezco un patético sentimental… Mierda… Desde que me enamoré de Etienne toda mi vida se ha alborotado…

 

¿Qué mierda acabo de pensar?

 

¿Enamorarme? ¿Del muñeco?

 

¿Yo?

 

Oh no, no, no, no…

 

Nunca...

 

 

—Gracias… Sabía que eras una buena persona… — La  voz del niño me abofetea. Aun lo sigo abrazando… Lo suelto como si quemara… Me mira extrañado…

 

—Yo… Te equivocas… — Me levanto y salgo del cuarto como si el diablo me persiguiera. Llego a la barra y cojo una cerveza. Me la tomo sin detenerme, hasta el fondo. Eti me mira frunciendo el ceño.  No le devuelvo la mirada. Empiezo a atender con una sonrisa forzada. Cada que alguien me coquetea y me invita un trago, lo acepto. Nunca suelo hacer eso pero hoy necesito el alcohol en mis venas.

 

 

Pasan las horas y de pronto… No recuerdo más nada. Sólo que amanezco en un cuarto extraño, sobre una cama extraña, desnudo y con dos desconocidos a mi lado. La cabeza me duele horrores y tengo un amargo sabor de boca. Intento liberarme de la prisión de piernas y brazos en la que me encuentro. Mi cuerpo se siente pesado, pero con dificultad logro ponerme de pie. Busco mi ropa entre todo el caos… De pronto escucho ruidos… Parece que alguien vomita en el baño… Joder, ¿qué clase de orgía me he montado?... Bueno, por lo menos hay alguien despierto que pueda darme algunas luces de lo sucedido…

 

Camino descalzo hacia el sanitario, abro la puerta… y el alma se me cae a los pies.

 

Es Etienne el que está de rodillas, tan desnudo como yo,  sosteniéndose de los lados del inodoro.

 

 

 

 

Notas finales:

 ¿Saben?, tenía (bueno, tengo, aunq ya casi no lo veo) un amigo  tan mierdilla como Dona, asi q se puede decir q de alli saco muchas actitudes y anecdotas... Y ¿saben otra cosa? El karma existe... Asi q portense bien :)

 

XOXO

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).