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Dernière Danse por Killary

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Siempre quise que vieras mi corazón

Siempre quise tu amor

Siempre quise…

Pero nunca fue así

(Heart – The Pretty Reackless)

 

 

 

Paso catorce: El Siempre no existe

 

 

 

—Bebe un poco de agua…

 

—No… Ah… Ugh… — Las arcadas vuelven… Un dolor insoportable en el abdomen… Donato me sostiene de la cintura frente al lavabo mientras los espasmos me atacan… No expulso nada… Ya no tengo nada en el estómago... No llevo la cuenta del tiempo que estamos en esta posición…  — Llévame a casa… — La voz me sale baja y rasposa. Siento que en cualquier momento me voy a desmayar… No aquí… Quiero salir de aquí… Necesito salir de aquí…

 

— ¿Quieres que hable con Solange?...  Si quieres puedo buscar una excusa… Tomar la responsabilidad… — Puedo sentir la duda y el temor en sus palabras, pero también la disposición de ayudarme por sobre todo.

 

—A tu sitio… Llévame a tu depa… — No dice nada más. Me sienta con cuidado sobre la tapa del inodoro y sale del baño por unos minutos. Vuelve vestido y con mi ropa en la mano. Como si fuera un muñeco de porcelana me viste, delicadamente. Abro los ojos de rato en rato, trato de mantenerlos cerrados la mayor parte del tiempo. Me marea hasta el respirar. El pantalón fue un problema. Intenté ayudar pero terminamos nuevamente frente al lavabo cuando las náuseas volvieron incontrolables.  Mientras me sostenía de los lados del tocador, Doni aprovechó en terminar de vestirme. Volvió a sentarme para poder colocarme las botas. Me abrigó con su chamarra al notar que temblaba.

 

—Vamos… — Me toma de la mano y hace que pase mi brazo por su cuello mientras me sostiene con el propio de la cintura. Muy a mi pesar abro los ojos para poder caminar.  Salimos del aseo y me golpea la imagen de la habitación. Dos cuerpos desnudos descansan sobre una amplia cama… — Vamos muñeco, no te detengas… — Donato prácticamente me arrastra fuera del lugar… Los recuerdos de lo sucedido giran en mi mente…

 

 

“¿Qué sucede Doni? No bebas de esa forma…”

“¿Eres mi madre acaso? Yo hago lo que me da la gana…”

 

 

— ¡Taxi! — Estamos en la calle… Subimos a un auto… — Descansa un poco, te avisaré al llegar… — Apoyo mi cabeza sobre su hombro… Cierro los ojos…

 

 

“¿A dónde vas? ¡Apenas puedes mantenerte de pie!”

“No me jodas muñeco… ¿O quieres acompañarme?... ¿Recuerdas cuando quisiste hacer el trio? Esto será mucho mejor…”

Ese par de tipos que acompañan a Donato se ríen. Son bien parecidos… Con ropa formal…Como de 30…  No puedo dejarlo solo… ¿Y si algo malo le pasa?... Nunca me lo perdonaría…

“Iré contigo…”

Vamos en un auto negro. La música retumba fuerte y ellos cantan a voz en cuello. Agradezco que no me tomen atención porque estoy muy nervioso…

“Estás tenso angelito, bebe esto te ayudará a relajarte…” El tipo de ojos oscuros se había girado del asiento delantero  alcanzándome una botella de cerveza.

“No, yo…”

“¡Vamos muñeco! No arruines la diversión.” Donato, que está a mi lado, me abraza y yo acepto la botella con una sonrisa. Bebo a sorbos pequeños. Tenía razón, me empiezo a relajar.

Entramos a una cochera. Bajamos del auto y tomamos un ascensor. Llegamos a una habitación amplia y bonita… Comienzo a sentir calor…

Donato y los tipos siguen bebiendo entre risas y toqueteos. Yo aún tengo el botellín de cerveza en mis manos. Estoy sentado en un sofá individual, observándolos…

“Muñeco, ven…” Doni extiende la mano, llamándome… Dejo a un lado la botella y me acerco con pasos tímidos… Llego a su lado y me toma inmediatamente entre sus brazos… El calor aumenta… Me besa invadiéndome con su lengua… Gimo sin poder evitarlo y me doy cuenta que estoy excitado… Muy excitado… Mi entrepierna empieza a doler atrapada en mis pantalones…

“Ngh… Doni… Duele…”  Tomo su mano y la llevo sobre mi miembro. Donato ríe sin separarse de mis labios.

“Déjame ayudarte…” El tipo de ojos claros se acerca. Doni me acomoda sobre su regazo de espaldas a él. Respiro agitado. Todo roce me quema. Gira mi rostro y empieza a besarme nuevamente. Siento que liberan mi falo… Suspiro de gusto y alivio…

 

 

—Vamos muñeco, ya llegamos… — Abro un poco los ojos. Estamos frente al edificio de Donato. Bajamos del taxi y entramos. Departamento 406B. — Será mejor que te duches… — Me introduce a su minúsculo baño. Abre la ducha y mientras el agua se tempera me ayuda a quitarme la ropa… Sigue tratándome como si fuera de cristal. Él se desviste hasta quedar en ropa interior. Me mete bajo el agua que ya estaba agradablemente tibia.  Sus cálidas manos me enjabonan… Cálidas manos… Cálidas…

 

 

Una calidez envuelve mi miembro… Gimo fuerte, retorciéndome… Doni no abandona mi boca… Ahoga mis jadeos con sus labios… Acaricia mis pezones… Muevo las caderas inconscientemente… Mis dedos se clavan en los brazos de Doni… Grito… Me derramo…

“Eres delicioso…”

“Buen chico, muñeco… Buen chico…”

“Vamos angelito, te toca devolverme el favor…”

El tipo que me hizo la felación se sienta en el sillón con los pantalones abiertos y su pene erecto fuera. Todo pasa frente a mis ojos pero lo siento lejano… Me siento muy mareado aunque sólo haya bebido un botellín de cerveza... El calor me aturde… Nubla mis sentidos… Sólo me dejo hacer… El  de ojos oscuros me separa de Donato y me lleva frente su compañero. Hace que me arrodille, empujándome hacia abajo… No me resisto… Aun respiro agitado y aunque he llegado al orgasmo, sigo erecto…

“Hazlo…”

Mi cabeza choca con la pelvis de aquel tipo…

“Abre la boca…”

 

 

—Listo. — Me siento envuelto en una toalla. Doni me seca con cuidado. Me lleva a la cama y sentándome me viste con una sudadera y un chándal. — Es mejor que descanses un poco… Voy a llamar a Pietro para que nos cubra, a estas alturas tu tía debe estar histérica…

 

—Piero…

 

— ¿Cómo dices?

 

—Se llama Piero…

 

—Vale… Piero… — Me recuesta y arropa como a un niño. — Duerme… Haré un poco de sopa para cuando te levantes, seguro estarás hambriento… — Besa mi frente y sale de la habitación cerrando la puerta…  Donato… ¿De veras te importo tanto?...

 

 

Estoy desnudo sobre mis rodillas y manos… Donato se clava en mí una y otra vez… Quiero gritar pero la verga que tengo en la boca me lo impide…

“Tienes una boquita de ensueño angelito…”

Un líquido espeso y caliente… Me toman de los cabellos e impiden que me aparte…

“Tómatelo todo…”

Me liberan… Pero no dura mucho… Otra vez ocupan mi boca…

“Veamos qué tan bueno eres…”

Donato se viene en mí… Lo siento besar y acariciar mi espalda como suele hacer… Tiemblo y mi semilla se dispara... Mis piernas pierden fuerza pero me sostienen impidiendo que abandone la tarea impuesta…

“Déjame follarlo…”

“No… Una mamada y eso es todo… Ese culo es sólo mío…”

“Está bien, está bien… Ven, bebe una cerveza mientras Ernesto termina y los llevaremos a casa como prometimos…”

Pasan unos minutos… No escucho a Doni…

“¿Ya está?”

“Totalmente dormido… No recordará nada al despertar, te lo aseguro… Mira a este angelito… Ya lleva 2 corridas y aún sigue erecto… “

Mi boca es liberada… Una mano empieza a masturbarme… Gimo sin poder controlarme… No sé qué me pasa…  No quiero esto… No lo quiero… Pero mi cuerpo… No puedo resistirme…

“Huele esto, precioso…”

Siento un olor extraño, no es desagradable pero tampoco es conocido…

“Deja eso, Oscar, no lo necesita… ¿Ves lo dócil que está?”

“No quiero arriesgarme…”

Me acarician... Me estremezco… Me derrito… Me quemo…

“Vamos angelito… Déjanos llevarte de vuelta al cielo…”

 

 

Me remuevo en la cama… Escucho el sonido de la tele que viene de la sala… Tapo con la almohada mi cabeza he intento volver a dormir…

 

 

Abro los ojos… Estoy en una gran cama, desnudo. Me levanto, aturdido… Veo a un lado a Donato y al otro los dos tipos totalmente dormidos… Recuerdo… Recuerdo todo lo ocurrido… Las náuseas me atacan… Corro al baño… Me arrodillo frente al inodoro y vomito… Expulso todo entre dolorosas arcadas… El pensar en que me tragué el semen de esos tipos provoca que no pueda detenerme…

Un toque en la espalda hace que me sobresalte, pero al escuchar la voz de Doni me tranquiliza.

“Muñeco, ¿estás bien?”

 

 

Vuelvo a despertar. Creo que no conseguiré conciliar el sueño nuevamente. Salgo de la cama con cuidado. Abro la puerta, Doni está de espaldas frente a la estufa. El olor me hace suponer que es caldo de pollo. Sonrío. Cosas sencillas como esa son las que me llenan de felicidad. Pequeñeces que me demuestran que soy importante para él…

¿Lo soy?...

 

 

“Joder, está tan apretado… Con razón Dona no quería cederlo… Hijo de puta egoísta…”

 

 

Sacudo la cabeza… No quiero pensar… Si Donato hubiera estado en sus cinco sentidos no hubiera permitido eso… Si… Estoy seguro… Porque él se preocupa por mi… Porque él siempre me ha cuidado… Porque él me quiere, a su manera, pero sé que lo hace…

¿Lo hace?...

 

—Muñeco… ¿Por qué lloras?... — Me llevo una mano al rostro y compruebo la humedad… ¿En qué momento comencé a llorar?... Doni me abraza fuerte. — Tranquilo… Estoy aquí…

 

— ¿Por qué?...

 

— ¿Por qué qué, muñeco?... — Me trago las palabras… ¿Qué voy a reclamar?...  ¿Por qué permitiste que pasara?...  No me obligó, nadie me obligó… Muevo la cabeza, negando… — Eti… Lo siento… Yo… No recuerdo nada y no sé… ¿Te… te forzaron?... Porque si te obligaron a algo yo…

 

—No… — Me aprieta más fuerte en el abrazo… No pienso decirle nada… ¿Para qué?... Fue mi entera responsabilidad lo sucedido…

 

—Cuando te vi en el baño yo… Mierda… Casi me muero, Etienne… — Besa mi sien — Si por mi culpa te pasara algo no me lo perdonaría… — El peso de la culpa… Claro… Un dolor en mi pecho aparece… Una tristeza resignada se instala… Me separo lo suficiente para mirarlo a los ojos y con esfuerzo, sonreírle. Parece que ese gesto lo calma. — Vamos, necesitas comer algo.

 

Me toma de la mano y me lleva hasta una mesita en la pequeña cocina. Me sienta en una de las únicas dos sillas existentes. Saca un plato de la repisa y sirve con cuidado. Lo veo maldecir mientras intenta no quemarse. El dolor en forma de nudo que llevo en el pecho aumenta… Quiero echarme a llorar… Pero me muerdo la lengua y cuando coloca el humeante plato frente a mi, le sonrío nuevamente.

 

—Gracias…

 

—No soy un experto, pero creo que me quedó bastante bien — Su sonrisa le ilumina el rostro… Tomo la cuchara que me alcanza, la lleno con el caldo y soplando un poco me la llevo a la boca.

 

—Está deliciosa…  — Digo sinceramente. Me guiña un ojo y se sirve, sentándose frente a mí. Como en silencio. Mi estómago aún está resentido pero más puede el hambre y en pocos minutos me acabo el contenido.

 

— ¿Quieres un poco más?

 

—Oh, no, no gracias… — Asiente y continúa comiendo. Lo observo… Su cabello oscuro algo largo y ondeado estaba alborotado dándole un aire infantil. Esos ojos caramelo de vez en cuando me miraban curiosos y divertidos. Sus labios que se separaban suavemente para dejar pasar la cuchara… Su lengua relamiéndose…

 

— ¿Por qué me miras tanto?

 

—Eres muy guapo…

 

—Pues gracias, se hace lo que se puede. — Se ríe. Su risa me contagia… Pero a pesar de que estoy riendo junto a él… Me sigo sintiendo triste… Es una risa dolorosa… Se levanta, recoge los platos y los lleva al fregadero.

 

—Donato…

 

— ¿Mmm?

 

“Hazme el amor”… “Di que me amas”… 

 

—Creo que es hora que regrese a casa…

 

“Abrázame”…

 

—Te llevaré…

 

 “Pídeme que me quede”…

 

—No te preocupes… Puedo tomar un taxi…

 

“No me alejes”…

 

—Por lo menos deja que te embarque…

 

“No me dejes ir”… 

 

—Está bien… Puedes… ¿Puedes prestarme una polera?

 

“No me rompas”…

 

—Claro. — Entra a su habitación y al rato sale con una polera azul con capucha y unas tenis. Me coloca todo, despacio. Me alcanza una bolsa. — Está tu ropa, las botas, tu billetera y el celular.

 

“Por favor”…

 

—Gracias…

 

“Por favor”…

 

— Vamos. — Me toma de la mano y salimos del departamento y del edificio. — Le diré a Fabi que no irás al bar hasta la próxima semana, ¿está bien? — Afirmo con un movimiento. Estamos parados en la calle, esperando que aparezca un taxi. Suplico mentalmente que ningún auto pase… No quiero irme… — Me llamas al llegar, ¿vale? — Vuelvo a afirmar sin poder decir ni una palabra.  Un maldito taxi aparece y Doni lo detiene. Nos acercamos, aun de la mano. Le dice algo al conductor y luego abre la puerta de atrás. — Cuídate muñeco… — Me abraza y me da un suave beso en los labios. No tengo tiempo de corresponder. Rápidamente ya estoy dentro del auto y Doni cierra la puerta. Mientras me alejo, lo veo a través de la ventana. Se hace cada vez más pequeño… Como mis esperanzas…

 

 

Decido ir a casa de mi tía. Hablo con el conductor y le doy el nuevo destino. No parece importarle mucho con tal que le pague.   Busco en la bolsa que Doni me dio y saco el móvil. Intento encenderlo sin éxito. Imagino que la batería se agotó. Me acomodo en el asiento y cierro los ojos un momento. Sólo quiero llegar rápido y encerrarme en mi habitación. No tengo ganas de contarle lo sucedido a nadie. Ni a Piero.  Quiero olvidar ese día. Borrarlo. Pero sé que es imposible… Recuerdo a Donato besándose con esos tipos… Besándome a mi… Y entonces lo veo todo claro…

Donato no me ama… Nunca lo hará…

Jamás seré suficiente para Donato…

Siempre seré sólo uno más…

Siempre…

 

 

Dejo que las lágrimas fluyan libres. El taxista me mira con curiosidad a través del espejo pero no dice nada. Agradezco su silencio y desinterés.

 

 

Llego a mi destino. Pago y con un escueto gracias bajo del auto. Entro de prisa. Subo al departamento y busco la llave en la bolsa. La encuentro y abro la puerta. Ni bien pongo un pie dentro, oigo voces. Una es de Solange, la otra no la reconozco. No es Rebecca… Entro tratando de hacer el menor ruido dispuesto a correr a mi habitación…

 

— ¿Eti?  — Me congelo. Sol está en la puerta de la cocina, mirándome con una ceja enarcada. — ¿Y esas fachas?

 

—Yo…

 

—Ya, ya, después hablaremos de eso. Ven un momento, por favor. — Desaparece dentro de la cocina nuevamente.  Dejo la bolsa a un lado. Suspiro pasándome la mano por mis cabellos, tratando de acomodarlos. Me acerco cauteloso. Entro.

 

—Buenas tardes… — Saludo quedándome en la puerta. La mujer con la que conversa mi tía está de espaldas. Al escucharme voltea mirándome con una gran sonrisa… — ¿Mamá?...

 

 

 

 

Notas finales:

Les cuento que estuve escuchando a Mago de Oz y su Siempre durante el cap entero xD Pero ya había decidido poner parte de Heart (q me encanta)  En fin...

La prox nos reencontraremos un poco con el pasado (cofcofcofgaëlcofcofcof) 

 

XOXO


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