Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dernière Danse por Killary

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Entonces, ¿qué está bien?

¿Qué está mal?

Dame una señal…

¿Qué es el amor?

(What is Love – James Young)

 

 

 

Paso dieciocho:  Mi luz

 

 

 

—Ah… — Las manos  me recorren entero… Sus cálidos labios besan mi espalda… No hay mordidas, ni brusquedades… Gaël me trata suavemente… Es tan diferente… — Ngh… — Me invade lentamente con sus dígitos… Me cojo fuerte de las sábanas… Tengo el pecho pegado a la cama con el culo levantado y expuesto…

 

—Voy a entrar… — Me informa en un jadeo… Siento su miembro introducirse despacio… — Avísame si te hago daño… — Es tan delicado…

 

—Gaël… — Jadeo su nombre en el vaivén… Tiene sus manos en mis caderas sujetándome firmemente sin llegar a ser doloroso… Su pelvis chocando con mis nalgas en un sonido suave y erótico…

 

—Necesito besarte… — Susurra saliendo de mi y girándome para quedar cara a cara. Vuelve a invadirme cuidadosamente… Lo rodeo con mis piernas apresándolo… Busca mi boca y me besa dulcemente… Coge una de mis piernas y la coloca sobre su hombro sin dejar de besarme… — Me encanta que seas tan flexible… — Murmura lamiendo  mi labio inferior… Clavo mis uñas en su espalda cuando toca el punto exacto que me enloquece… Se da cuenta y todos sus movimientos van dirigidos a ese lugar… Mis gemidos aumentan junto a los suyos… La cama cruje bajo nosotros… Mis manos abandonan su espalda y se enredan en sus lacios cabellos jalándolos en una súplica silenciosa porque me tome con más fuerza… — Shhh… — Retira mis manos con las suyas, entrelazándolas. Un sollozo de frustración se me escapa… Estoy  excitado, a punto de llegar, pero… necesito algo más… Más fuerza… Más dureza…

 

—Gaël… Por favor… — No quiero que  piense que soy un enfermo así que no se lo pido directamente… Sólo ruego que entienda que es lo que deseo…

 

—Te amo Etienne… — Y esas palabras me desarman… Las lágrimas escapan de mis ojos entre espasmos en el momento que llego al orgasmo… Gaël me abraza con fuerza y besando mi hombro alcanza el suyo…

 

Nos quedamos así, abrazados y jadeantes…

 

Es tan diferente… Besos, mimos, caricias, te amos susurrados… Las veces que lo hemos hecho han sido tan dulces… ¿Esto es realmente hacer el amor?... ¿O pensaba que era virgen?... Nah… A estas alturas eso es imposible… Pero es que  Gaël me trata con tanto cuidado, como si fuera a romperme, como si fuera de cristal…

 

“no eres de cristal, eres de porcelana, muñequito”…

 

Cierro los ojos, no quiero recordar a Donato en estos momentos…  No debo pensar…

 

—No quiero que te vayas… — Susurra en mi oído…

 

—Ya son diez días, no puedo quedarme más… — Si, al final me quede los 10 días completos… por él…

 

—Quiero irme contigo…

 

—Ya hemos hablado de esto… — Se incorpora y sale cuidadosamente de mi.  Lo veo retirarse el preservativo, atarlo y tirarlo al tacho de basura que está a un lado del velador. Coge los pañuelos de papel y tendiéndose a mi lado nuevamente empieza a limpiarme delicadamente. Sonrío acariciando su rostro. Tiene ese puchero que suele hacer cuando está disconforme — No te disgustes, sabes que tiene que ser así por ahora… Te prometo llamarte todos los días…

 

— ¿Cuándo podré viajar a verte?... Puedo tomar un vuelo y estar en un par de horas contigo, pasar el fin de semana y…

 

—Gaël… Calma, ¿ok?... —  Mis dedos dibujan su perfil, delinean sus labios… — Ya te dije que los fines de semana trabajo… — Hace una mueca de desagrado — Y vivo con mi tía…

 

—Pero…

 

—Déjame organizarme, ver que fines de semana no estará y puedas quedarte conmigo… — Suspira resignado — Ella viaja una vez al mes…

 

— ¡Una vez al mes!... ¿Sólo te veré una vez al mes?... — Se ha sentado totalmente recto, dejando a un lado los pañuelos de papel.

 

—Sabías que no iba a ser fácil Gaël… No puedes salir corriendo abandonando todo aquí…  y yo tengo una vida allá… — Lo jalo a mi regazo. Apoya su cabeza en mi pecho y aprovecho en acariciar sus sedosos cabellos. —  Eso será al comienzo, nos acomodaremos ya verás…

 

— ¿Me quieres? — Por un momento detengo el movimiento de mi mano sorprendido por la pregunta — Sólo llevamos 9 días juntos y sé que es pronto para preguntártelo… No quiero que pienses que te estoy presionando… Es sólo que yo… — Suspira profundamente — Cuando te volví a ver yo… Fue como si no hubiera pasado el tiempo… Yo… Sé que sonará loco pero… Te amo… — “Te amo”… Recuerdo su voz diciéndomelo hace un momento mientras hacíamos el amor…

 

—Gaël… estoy confundido… — Toma la mano que tengo sobre su cabeza y la lleva a sus labios, besándola

 

—No tienes que decirme nada ahora…

 

—Escucha… Yo… Sólo dame tiempo, por favor…

 

—El que quieras… — levanta su rostro y me mira sonriendo… Pero puedo ver la tristeza en su mirada…

 

—Gaël…

 

—Vamos, vamos… ¿a qué hora sale tu vuelo? — Se sacude sentándose sobre sus rodillas sin soltar mi mano.

 

—Mañana a las 6…

 

—Entonces no desperdiciemos nuestra última noche… — Me abraza… Me besa… Nos miramos… Reímos… Tiene razón, no voy a desperdiciar esta noche… Estas horas que nos quedan juntos…

 

Nos volvemos a amar… Su suavidad y mi desesperación combinándose una vez más… Sus caricias y mis uñas… Sus labios y mis dientes… Sus jadeos y mis sollozos…  Tan diferentes, pero tratando de encajar…

 

Reencontrando nuestros sentimientos, volviendo a empezar…

 

 

 

Cada noche desde el día en que nos volvimos a ver, la pasamos juntos. Nos encontrábamos puntuales a las 8 de la noche, cenábamos conversando de nuestro día, hacíamos el amor, dormíamos y por la mañana él iba a su empleo y yo pasaba el tiempo hasta la hora de almuerzo en que iba a casa de mi madre a pasar la tarde con Madeleine.

 

No fue muy fácil. Mi madre y su esposo intentaron hacerme la vida imposible. Los primeros días intenté con éxito no cruzármelos. Pero al cuarto día se dieron cuenta de mi rutina y empezaron a llegar sobre las 5. Tenía que soportar por dos horas los comentarios sarcásticos de Marcel y los reclamos de mi madre. La discusión de todos los días era el por qué no me quedaba a dormir en esa casa.  Si toleré todo fue por Madie y la nana Marie… Oh si, al final terminé diciéndole nana. Le había agarrado mucho cariño. A las 2.

 

Me encantaba conversar con Madie y ayudarla en sus deberes. Tenía mucho talento para el dibujo, me había regalado varios en dónde estábamos ella, nana Marie y yo. Le había prometido llamarla seguido y regresar a visitarla. La nana Marie me había envuelto un pie de manzana, que sabía me encantaban, para compartirlo con Solange… La verdad que Gaël y yo ya nos habíamos comido la mitad…

 

Por una parte sentía alivio de que por fin volvería a Italia… A mi casa, mi rutina, mis amigos, mi trabajo, la academia de danza… Por otra, me daba tristeza alejarme de Madie y nana Marie… Y por sobre todo… no quería separarme de Gaël… Me siento otro a su lado… Más tranquilo, más seguro, más ligero… Me siento importante… y amado.

 

Gaël se remueve a mi lado. Me pega más a su cuerpo, como si de alguna forma supiera que estoy pensando en él. Su suave respiración choca con mi nuca. Al final se quedó dormido abrazándome, como cada noche.  Sé que está cansado con toda la rutina que adoptó desde que nos volvimos a ver. Madruga para el trabajo, al finalizar corre a casa a pasar tiempo con sus padres, coge una muda de ropa y regresa a mi lado. Sus padres creen que al fin ha conseguido novia y se escapa cada noche con ella, por eso no protestan y se hacen los desentendidos.

 

Si supieran…

 

Su teléfono vibra… Es Amélie por décima vez, como cada noche… Gaël me había explicado que ella siempre era así, lo llamaba todos los días, conversaban mucho, se veían cada fin de semana… Creo que no procesaba el hecho que de que él no quiera nada con ella, sólo amistad…

 

¿Y si contesto?

 

Nunca lo había considerado pero… Ya me voy así que… ¿Por qué no?... Me levanto despacio, cuidando no despertar a Gaël… Tomo su móvil y me encierro en el baño…  Vuelve a vibrar… Inspiro…

 

Allô ?...  — Silencio… — Pronto?

 

Quiero hablar con Gaël… — Su temblorosa voz… Me relamo de gusto…

 

—Lo siento, está durmiendo… Déjame el recado, apenas se despierte se lo doy… — Claro, así como le diste mi carta…

 

¿Etienne?... — Joder, ¿se sorprende?...

 

—Si… Cómo estás, Amélie…

 

¿Sabías que era yo?

 

—Por supuesto… tu nombre salé en la pantalla… — Ahogo una risita… Ella guarda silencio unos minutos…

 

¿Por qué… por qué está Gaël durmiendo…

 

— ¿Conmigo?...  ¿No es más que obvio?... Decidimos intentarlo, retomar lo que dejamos hace 6 años… ¿No te emociona?... Me animaste tanto en ese entonces para que lo acepte… Y ahora estamos juntos otra vez… ¿No es increíble?... Es el destino, ¿no te parece?... — Hablo rápido, lo suelto todo, quiero refregárselo en la cara… Nuevamente el silencio… Aunque podría jurar que escucho sollozos ahogados… Me siento bien… — Tengo que colgar, no quiero despertarlo, está muy cansado… Tú entiendes… — Rio bajito… Ella sigue sin decir palabra… — Au revoir cher…

 

Corto la llamada y apago el celular… Miro mi reflejo en el espejo… Tengo las mejillas encendidas y una gran sonrisa en la cara… Inhalo con ganas y suelto de a pocos…

 

Salgo del baño tratando de hacer el menor ruido posible. Miro la hora antes de volver a la cama, van a dar la 1 de la mañana… Me meto entre las sabanas y abrazo a Gaël… Este da un quejido de protesta, seguramente porque estoy helado, pero aun así toma mis manos enredándolas con las suyas. Pego mi rostro a su espalda y poso una pierna sobre la suya. En un par de horas tengo que levantarme para ir al aeropuerto… Pero en este instante no voy a pensar en eso… Quiero disfrutar del calor, de la dulzura, del amor de Gaël…  Cierro los ojos sintiéndome feliz…

 

Podría estar así toda la vida…

 

 

 

+++++++++++++++

 

 

 

—Saliste corriendo como si hubieras visto al diablo… — Entro al cuarto de descanso del bar. Etienne está sentado en el sofá con las piernas encogidas y la cara escondida entre sus rodillas. — ¿Qué pasó? — No me contesta… — ¿Es por ese tipo rubio que entró? — Lo veo temblar… Bingo — ¿Quién es?... ¿Quieres que le diga a Doni que lo eche?... — Niega con la cabeza — ¿Me dirás?...

 

—Es Rodrigo… — Su voz apenas audible.

 

— ¿Tu Rodrigo?... — Asiente… Eti me había contado toda la historia así que sabía muy bien de quien se trataba…  — Da igual, si quieres lo echamos… — Vuelve a negar…

 

—Sólo… sólo no quiero que me vea… — Suspiro. Abro la boca para decir algo más pero el sonido de mi móvil me detiene. Lo saco del bolsillo de mis jeans y veo en la pantalla el nombre de Gaël… Sonrío inconscientemente mientras contesto. — Bonjour l’amour…

 

Te extraño, te extraño, te extraño… — La risa se me escapa…

 

—También yo… En dos semanas tendremos el departamento sólo para nosotros… — Respondo bajito refugiándome en un rincón.

 

Me dijiste que sería pronto… Han pasado dos meses Eti… Ya no aguanto estar sin verte… — Y era verdad… Hace dos meses regresé de Italia, y como se lo prometí busqué la forma de vernos lo más pronto posible pero… No tuve suerte… Solange no viajo como siempre y nuestros planes de encontrarnos se aplazaron… Aunque hablábamos por teléfono todos los días no era suficiente…  Pero ahora por fin mi tía se iría en dos semanas y sería la oportunidad perfecta…

 

—Sólo dos semanas más chérie… — Lo escucho bufar… Puedo imaginar a Gaël con el ceño fruncido y ese puchero tan dulce que pone cuando está disconforme… Me encantaría poder abrazarlo… Sonrío sintiendo una calidez en el pecho…

 

—Muñeco, afuera es un caos… — Donato había entrado a la habitación y al verme con el móvil en mano y la sonrisita boba en el rostro enarca una ceja… — Fabi te necesita ya… — Se cruza de brazos taladrándome con la mirada… La sonrisa se me borra… Siempre me cuidé de contestar el móvil lejos de todos, generalmente me encerraba en el baño… Y hoy…

 

—Tengo que volver al trabajo… — Murmuro incómodo… Siento suspirar a Gaël al otro lado de la línea y me contengo de sonreír nuevamente…

 

Je t’aime… Je t’aime… No tienes idea cuanto… — Sus palabras me derriten… Pero me mantengo estoico sin cambiar de expresión…

 

—Bisous… Te llamo luego…  — Me manda un sonoro beso que hace curvarse mis labios hacia arriba casi imperceptiblemente… Corto la llamada fastidiado por la interrupción… Guardo el aparato y despidiéndome con la mano de Ezio que había abandonado su escondite y ahora estaba mirando todo con curiosidad. Intento salir pero al pasar al lado de Doni este me atrapa entre sus brazos y pega mi cuerpo al suyo…

 

— ¿Te conseguiste un nuevo amiguito en tu viaje?... — Muerde el lóbulo de mi oreja y me estremezco… — Un francesito como tú, ¿eh? — Baja dando lamidas hasta mi cuello… — ¿Igual de ardiente?...

 

—Tengo que volver al trabajo… — Intento zafarme repitiendo la frase,  pero no me deja… Mi corazón se acelera… No…

 

— ¿Vamos al almacén?... — Susurra en mi oído… Su aliento caliente logra que sienta un tirón dentro de mis pantalones… No puedo… Joder no debo…

 

— ¿No que Fabi está desesperado? — Logro separarme con esfuerzo, Doni me mira directamente la entrepierna notando mi incipiente erección… Maldita libido… Sonríe ladinamente…

 

—No te me escaparás muñequito… Ya te has escabullido desde que llegaste de viaje... No más...  Tenemos toda la noche… — Tira de mi y me besa… Su lengua ardiente barre mi boca y mi razón… Clava sus dedos en mi cadera dolorosamente restregándome su bulto duro y caliente… Muerde con fuerza mi labio… Gimo… Se separa satisfecho… — Nos vemos luego… — Me da una palmada en el culo que resuena por toda la habitación. Sale del cuarto y me quedo parado relamiéndome la boca en el lugar donde palpita por la mordida… Mi cuerpo sigue estremeciéndose… Siento que ardo… No me quiero sentir así… No debo sentirme así… Cierro los ojos maldiciéndome… No puedo hacer esto… Estoy con Gaël ahora…

 

—Se les ve muy bonitos juntos… — La voz de Ezio me regresa a la realidad. Está sentado recto y me mira fijamente con esos ojazos celestes y una sonrisa.

 

—Eso es bueno para el número… La química es importante en el baile… — Replico pasándome la mano por los cabellos, ignorando la insinuación… Sé que Eti siempre pensó que éramos novios… — Sólo somos amigos chérie, nada más…

 

—Pues parece que Donato piensa diferente… Esos días que estuviste de viaje no dejaba de hablar de ti… Me hizo llamarte todos los días…

 

—Eso no significa nada… — Acomodo mis pantalones comprobando que ya todo estaba relajado — Sabes bien que él tiene un séquito de amantes, uno para cada día de la semana… — Intento ser gracioso — Era su jueves, a veces su viernes…

 

—Él te quiere… — Suelto una agria carcajada

 

—Mon chérie, eres tan inocente… — Me siento junto a él y lo abrazo — Espero que nunca cambies… — Beso su cabeza cariñosamente y vuelvo a ponerme de pie. — Quédate aquí, vendré a avisarte cuando tu acosador se haya ido

 

—Gracias.

 

 

Afuera el bar está a medio llenar. Veo al rubio parado aun en la esquina en el que lo deje.  Va enfundado en un sobretodo oscuro ceñido al cuerpo, tiene una cerveza en la mano y se apoya en una de las mesas altas que está allí. De vez en cuando barre el lugar con la mirada. Se nota que está buscando algo… O a alguien.

 

Intento imaginar a Ezio con este tipo… Parecen tan diferentes… El rubio se le ve serio y formal… Muy pijo para mi gusto… Pero bueno, no voy a juzgarlo sin conocerlo… Caras vemos…

 

Entro a la barra y empiezo a ayudar a Joan que me sonríe agradecido. El movimiento va aumentando con el paso de los minutos. Adamo y Gerard van y vienen con pedidos. El pelirrojo últimamente anda muy serio… Ya no me manda indirectas ni bromea con el resto… Por cierto, ¿dónde andará Doni?...

 

—Mierda… Eti por favor, ve a traer una caja de vodka del almacén… — Joan me mira suplicante… Sé que se siente culpable porque a él le tocaba el abastecimiento de la barra… Le sonrío y asiento, total de paso aviso a Ezio que su acosador ya se fue…

 

 

Me dirijo a cumplir la tarea y me detengo un segundo  para avisar a Ezio que ya puede salir. Me agradece y sale disparado hacia la barra. Sonriendo sigo mi camino y llego al almacén… La puerta está entreabierta… ¿Ladrones?... Me asomo silenciosamente listo para salir corriendo y dar la alarma… Escucho sonidos… Trago fuerte… Esos no son ladrones…

 

Detrás de una pila de cajas está Donato embistiendo a un tipo… Tiene la mano en su boca por lo que los gemidos salen ahogados… Los pantalones por los tobillos… Sus ojos cerrados… La boca entreabierta…

 

Salgo del lugar con la opresión en el pecho… ¿Por qué me duele?... ¿Acaso es algo nuevo?... Donato es así… Siempre ha sido así… ¿Pensé que iba a cambiar alguna vez?... No… Menos por mi… No somos nada… Nunca fuimos nada… Un día de la semana… Un número en su estadística… Soy sólo uno más… Siempre fui uno más…

 

No debo sentirme así… Lo que haga no debe significar nada para mi… Tengo una relación con alguien dulce, responsable, bueno… Alguien que realmente me quiere… Alguien a quien yo… Yo… Mierda…

 

Soy una total basura…

 

—Joder, por qué demoras… Joan está a punto de enloquecer… — Gerard aparece por el pasillo. Estoy parado al lado de la puerta del almacén sin poder moverme. Me mira con curiosidad… Luego ve la puerta entreabierta… Vuelve a mirarme enarcando una ceja… Camina despacio y se asoma… Sale y se para frente a mi… —Ya veo lo que te entretuvo… — Sonríe  con burla… — Karma, ¿eh? — Lo miro sin poder contestar…Tengo la mente en blanco… Sólo siento como se me revuelve el estómago… — Vete, yo llevo el vodka… — Me empuja apartándome y entra nuevamente — Permisito, no se incomoden sólo ignórenme… Vengo por una caja y me voy… — Logro escuchar su voz cantarina antes de que mis pies logren funcionar nuevamente y logre alejarme a encerrarme en el baño.

 

Apoyo mis manos en el lavabo… Miro atentamente mi reflejo… Soy un imbécil… Un soberano imbécil… No sé qué buscaba… No sé qué quería… No sé qué  esperaba… ¿Por qué me siento traicionado?... No somos nada… Donato y yo no somos nada… ¿Es que acaso no quedó claro aquel día de la maldita orgía?... ¿Acaso pretendo caer aún más bajo?... ¿Acaso no tengo orgullo?... ¿Amor propio?...

 

Debo olvidar… Concentrarme en Gaël… Esforzarme en corresponder sus sentimientos… Él se ha entregado a mi, me ha abierto el corazón, el alma… Me ofrece todo… No se merece que lo engañe… No se merece que le mienta… No se merece que lo oculte…

 

No se merece a una mierda como yo…

 

¿Por qué sigo dándole vuelta a lo mismo, una y otra y otra vez?... ¿Por qué simplemente no puedo olvidar?...  ¿Por qué me empecino en seguir siendo un agujero para alguien sin corazón?... ¿Por qué no puedo arrancarme a Donato del pecho?...  ¿Por qué mi cuerpo reacciona a su sola mirada?... ¿Por qué?...

 

— ¿Etienne? — Escucho fuerte al otro lado de la puerta junto a un par de toques. Es la voz de Ezio… Cierro los ojos con fuerza… Suspiro un par de veces, calmándome… Me mojo el rostro con el agua fría del grifo. Cojo una toalla de papel del dispensador y me seco. Camino hacia la puerta, me enderezo, doy un último suspiro, y la abro. Ezio me mira  con cara preocupada. — ¿Estás bien?... Demorabas y me preocupé… — Me escrudiña con sus ojos cielo. Si nota algo extraño en mi no lo dice…

 

—Disculpa… Estoy bien no te preocupes…  

 

Caminamos uno al lado del otro en silencio hasta la barra. Gerard me mira con un brillo perverso en los ojos pero no dice nada. Me enfrasco en la atención, sirviendo copas, llevando pedidos a los box que ya están llenos, limpiando… Cualquier cosa para no pensar… Moviéndome como un robot programado…  Necesito desconectarme… Necesito salir de aquí…

 

—Fabián, discúlpame… No me siento bien… — Está en su pequeña oficina al lado de la entrada del local, sumergido en papeles… He entrado con la chamarra puesta y mi bolso colgado al hombro… Me aseguré que nadie me viera sacar mis cosas y tampoco avisé que vendría a hablar con Fabi…

 

— ¿Qué pasa peque? ¿Te duele algo? ¿Te has golpeado? ¿Alguien te ha molestado?  ¿Te llevo al hospital?... — Se levanta de la silla con rapidez preguntándome atropelladamente, toca mi frente, acaricia mi cabeza, me toma de la barbilla y la gira de un lado a otro… Preocupado y protector como siempre…

 

— ¿Podría irme por hoy?... Me duele mucho la cabeza… No creo poder bailar… Yo… — Trato de explicar pero no puedo…

 

—Vamos déjalo, no te preocupes, lo importante es tu salud… ¿Quieres que te lleve?

 

—No, no…  Llamaré un taxi… Discúlpame…

 

—No seas tonto peque… Ve, descansa y si mañana sigues igual sólo llámame y quédate en cama, ¿ok? — Besa mi frente con cariño — Si quieres Donato puede acompañarte…

 

—No… Yo… — Trago fuerte y desvió la mirada… No puedo permitirme flaquear de nuevo…  — ¿Puedes avisarle que no bailaré, por favor?... — Digo volviendo a mirarlo.

 

—Vale, vale… Ve pequeño…

 

 

Salgo con rapidez del bar sin avisarle a nadie más.  Ya el taxi está esperándome en la puerta. Lo abordo y me dirijo al apartamento. Tengo la mente embotada. Estoy agotado de intentar no pensar… Quisiera arrancarme del pecho esto que siento… Quisiera borrar a Donato de mi sistema… Quisiera impregnarme del amor de Gaël hasta la médula… Quisiera volver a ser el de antes…

 

Llego a casa. Pago el taxi y bajo. Me quedo parado mirando la fachada del edificio. No me apetece entrar, pero obligo a mis pies a caminar. Los arrastro sin ánimos.  Abro la puerta tratando de hacer el menor ruido posible. Dentro está oscuro. Voy por el pasillo cuando escucho ruidos. Son risas ahogadas que vienen del cuarto de Solange. Debe estar con Rebecca. A veces… Muchas veces me pregunto si no seré un estorbo para ella, para su relación… Supongo que quieren vivir juntas, como una pareja normal pero… Me pregunto si es por mi que no lo hacen… Creo que debería  considerar seriamente en conseguir un lugar… Alquilar una habitación o un departamento… Tengo guardado el dinero del bar, quizá juntando un poco más podría pagarme algo decente… Ya tengo 20 años, no voy a seguir de arrimado…

 

Cierro con seguro la puerta de mi cuarto. Me tiro en mi cama totalmente agotado. La tenue luz nocturna se cuela por mi ventana. No tengo ganas ni de correr las cortinas.

 

Tomo el móvil, busco hasta encontrar con aquella foto que le tomé dormido a Gaël… Delineo con suavidad su rostro… Sus cejas pobladas, su nariz recta, sus labios delgados…

 

“¿Realmente me amas?... Si supieras todo lo que he hecho, ¿me amarías igual?... ¿Permanecerías a mi lado?... ¿Te convertirías en mi luz?...

 

Dejo el teléfono a un lado con un suspiro, me acomodo en la cama, cierro los ojos y me obligo a dormir.

 

 

 

 

Notas finales:

No pongo lo q signifcan las palabras en frances porq son pocas y son muy obvias :)

Intentaré no demorar

 

XOXO


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).