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Dernière Danse por Killary

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¿Cómo lo digo sin romperme?

¿Cómo puedo decirlo sin perder el control?

¿Cómo puedo ponerlo en palabras cuando es demasiado para mi alma?

(Hurts Like Hell – Fleurie)

 

 

 

Paso veintisiete: Pasado, presente, futuro…

 

 

 

“Papá, ¿mami ya no me quiere?”

“Claro que mamá te quiere… ¿Por qué preguntas eso, pequeño?”

“Porque ya no quiere tocar el piano conmigo… Ya lo hago bien pa, he practicado muchísimo, ya no me equivoco…”

“¿Twinkle Little Star?”

“No pa, ya no soy un niño, esa ya me la se… Me aprendí una canción para Sarah…”

“A ver hombrecito, ¿me la muestras?”

“¡Si!”

 

Mi padre se sentó a mi lado mientras con emoción le mostraba lo bien que podía tocar aquella melodía que me esforcé en aprender. Quería regalarle eso a mi hermanita en su cumpleaños número 3. Quería que se sienta orgullosa de su hermano mayor. Quería que mi madre se sienta orgullosa de mi…

 

Desde que nació Sarah,  sentí a mamá alejarse… Papá me explicaba que un bebé requería muchísima atención y eso dejaba agotada a mamá, que entendiera. Y a mis 7 años estaba dispuesto a demostrarle a mi madre que era lo suficientemente grande para comprender y ayudar. Pero a pesar de mis intentos, ella me alejaba. Sólo algunas veces se sentaba a tocar el piano conmigo, aunque la dulzura y paciencia que antes me demostraba, desaparecieron. Gritaba cada vez que me equivocaba, me hacía repetir las notas una y otra y otra vez hasta que mis manos dolían y aun así no dejaba de tocar y me mordía la lengua para no emitir quejido. Estaba sentado a su lado y me dedicaba su tiempo, lo demás no era importante.

 

Sin embargo por más esfuerzo, ella terminó alejándose.

 

Pero yo no estaba dispuesto a alejarme de ella. Así que trataba de estar cerca sin ser notado, casi espiando. Y de esa forma fue que descubrí esa canción que mamá le cantaba a Sarah cada noche antes de dormir. Entonces decidí aprenderla…

 

“Está preciosa, seguro a tu madre le va a encantar…”

 

Esa noche dormí con una gran sonrisa y planes de mostrarle la melodía a mamá por la mañana… Pero no todo sale como uno desea.

 

Desperté muy temprano y sin hacer ruido me dirigí a la habitación de mis padres. Ni bien me acerqué pude escucharlos discutir… Papá le recriminaba por el trato que ahora me daba, por el alejamiento, por el descuido… Regresé a mi habitación y me metí bajo las sábanas con los gritos aun en mis oídos… Ellos estaban discutiendo por mi culpa… Mamá seguro me iba a odiar… Lloré mucho ese día y me hice la firme promesa de nunca más quejarme de nada. Ni protestar por nada. Ni preguntar nada. Ni molestar por nada. Sería el niño más obediente del mundo.

 

Sin embargo las discusiones en vez de disminuir… aumentaron. Al comienzo discutían en su habitación, luego ya era en cualquier lugar. Ya no se escondían para hacerlo. Lo único que podía hacer era moverme sigilosamente, tomar a Sarah y sacarla del lugar. Le limpiaba las lágrimas, le explicaba que a veces papá y mamá discutían por tonterías, pero ellos se querían mucho y nos querían también. Que ya se iban a amistar y nos iban a llevar a pasear al zoológico. Me la llevaba a jugar al jardín y tomando el té  con el señor panda pooh se olvidaba del mal momento y volvía a sonreír como siempre.

 

Protegía a mi hermana menor y eso me hacía sentirme orgulloso.

 

Mamá comenzó a comportarse raro. Empezó a llorar en cualquier lugar y la escuchaba murmurar cosas que no lograba entender. Muchos días se quedaba en cama, no cocinaba, no hacía los quehaceres y yo tenía que ocuparme de cuidar a Sarah, preparar algo de comer, mantenernos aseados...  Aprendí por necesidad a usar la olla arrocera, el microondas, la lavadora…  Papá comenzó a viajar frecuentemente por el trabajo… Aunque yo creo que había llegado a su límite y esa era su manera de escapar… Poner distancia unos días y luego regresar con la paciencia renovada. Cuando no estaba en casa me llamaba todos los días a preguntar cómo estaban las cosas… Le respondía que todo iba bien… Quería preguntarle a papá lo que le ocurría pero no olvidaba la promesa que me hice de no incomodarlos… Así que preferí guardar silencio.

 

Mi padre tenía un hermano que vivía en Europa. Una vez vino a visitarnos y la pasamos genial. Nos llevó al parque de diversiones, nos compró muchas cosas, nos contó historias de cuando él y papá eran pequeños… Tío Paul estuvo 5 días en nuestra casa. Claro que se dio cuenta de que algo andaba mal. Antes de irse tuvo una charla muy larga con papá. Estuvieron encerrados en el estudio y no pude escuchar nada de lo que hablaron.

 

Al día siguiente papá trajo a una señora y nos dijo que ella se encargaría del aseo y la cocina. Ella se llamaba Dorothea y era muy cariñosa y risueña. Venía por la mañana y se iba por la tarde, cuando la movilidad nos traía de la escuela.  A veces se quedaba un poco más cuando le pedíamos ayuda en algún deber… Jamás se negó.

 

Tenía 15 años cuando ocurrió.

 

Una noche discutían como siempre. Sarah vino a refugiarse a mi habitación. Los minutos pasaban y no paraban. Ruidos como de cosas rompiéndose…

 

“Quédate aquí…”

“No vayas…”

“Tranquila, regresaré pronto…”

 

Salgo con cuidado y sigo los gritos. Están fuera de su habitación. Mi padre intenta alejarse pero mamá lo tiene cogido del brazo. Él le pide que se calme, pero ella no parece escucharlo… Grita cosas como “te quieres ir con esa puta” “no me vas a abandonar” “si me dejas matare a tus hijos”… Papá le dice que no, que no se irá, que jamás dejaría a su familia, que todo se va a solucionar… Pero mamá está fuera de si, no cede, no deja de gritar, no deja de jalonearlo…

 

“Norman, regresa a tu habitación…”

 

La voz calma de papá me sorprende. No me di cuenta que había salido de mi escondite y estaba parado frente a ellos. Mamá camina hacia mi… Sus ojos furiosos y desorbitados me miran… Esa no es mamá… Mi padre la toma de la cintura deteniéndola… Ella grita que la suelte… Que va a acabar con todo de una vez… Forcejean… Caen por las escaleras… Desaparecen…

 

Silencio…

 

Necesito moverme…

 

“Norman… ¿Qué pasó?...”

“Regresa al cuarto… Llama a Dora…”

“Pero…”

“¡Llama a Dora!”

 

Siento la puerta cerrarse. Camino con miedo… Me asomo… Papá está tendido sobre el suelo boca arriba con mamá sobre él… Tiene los brazos laxos a los lados… Los ojos cerrados… Bajo despacio… Mamá se remueve… Se sienta a un lado… Se toca el cuerpo… Me detengo a la mitad… Ella se fija en papá… Lo llama… Lo toca… Lo mueve… Una mancha de sangre se deja ver a la altura de su cabeza… Al verla mamá parece enloquecer… Grita mientras sus manos esparcen aquella mancha que se hace más grande… Se araña el rostro, se jala los cabellos…

 

Papá…

 

Necesito moverme… No puedo…

 

Papá…

 

Necesito ir a su lado… Pero ella está allí… Sangre en su rostro, en sus manos…

 

Papá…

 

Cubro mis oídos y cierro los ojos con fuerza… Me siento dentro de una pesadilla…

 

Me toman unos brazos… Abro los ojos… Es Dora, está aquí a mi lado… Miro escaleras abajo… Dos policías retienen a mi madre con esfuerzo… Está esposada… Unos paramédicos levantan en una camilla a mi padre… Por fin mi cuerpo reacciona e intento soltarme…

 

“Tranquilo Norman, los llevaré en mi auto…”

 

Operaron a papá, dos veces… El tío Paul estuvo con nosotros cuando nos dieron la noticia que no resistió la segunda cirugía…

 

Nunca se lo perdoné. Desde ese día dejó de ser mi madre… Porque ella tenía la culpa de todo… La culpa de que papá no esté más con nosotros…

 

Aunque la conclusión fue que había sido un accidente…

 

“No es ella, está enferma…”

 

Esquizofrenia dijeron…

 

La internaron en un centro psiquiátrico. 

 

Dora se quedó a su cuidado. Tío Paul nos llevó a vivir con él. Al ser el único familiar que teníamos asumió nuestra custodia.

 

De esa forma llegué a Italia. De esa forma entre a un nuevo instituto. De esa forma conocí a Etienne...

 

 

~~~

 

 

Me remuevo incomodo sobre el sillón.  El pasado… Sabía que recordaría… No me gusta estar aquí. La verdad es que no sé por qué diablos vine… ¿Cómo me dejé convencer tan fácil?...

 

Sarah…

 

A veces mi hermana tenía un poder supremo de convencimiento… “Te conseguiré la dirección del trabajo de Etienne…”  Claro que accedí… 

 

Y no me arrepiento…

 

 

Tenía muchas ganas de verlo. Mi hermana me dijo con lujo de detalles como llegar al bar en el que trabajaba los fines de semana. Sabía de ese trabajo, Etienne me lo había comentado muy superficialmente pero jamás pensé encontrarlo como lo encontré…

 

Bailando sobre la barra…

 

Mi mente viaja otra vez al pasado…

 

 

~~~

 

 

Viajé con la idea de sorprenderlo justo la noche buena… Fue fácil dar con el local, al entrar me recibió un tipo de facciones amables  que, luego de decirle que era amigo de Etienne y venía a visitarlo de sorpresa, se presentó como Fabián el dueño del bar, me dijo que Eti le había hablado de mi  y se ofreció amablemente a ayudarme.  Pero al entrar me quedé de una pieza al ver al italiano moviéndose al ritmo de Jingle Bell Rock junto a un pelirrojo.

 

“Lo convencimos de bailar, estaba algo decaído aunque trataba de disimular…”  Me explicó al ver que me había quedado asombrado viendo desde el rincón oscuro en el que nos encontrábamos.  “Bailar siempre lo anima ¿sabías eso?”  No lo sabía… ¿Cuántas cosas más no sabré de Etienne?... Niego sin poder quitar la vista de su cuerpo que se mueve sensualmente… ¿Tacos?... Si, está usando unas botas de tacón alto… Tiene los ojos delineados… Lleva un pantalón demasiado ajustado  que marca completamente ese culo perfecto… “Puedes esperarlo en el cuarto que usamos para descansar o cambiarnos…”  Muy a mi pesar tengo que apartar la vista no sin antes poder ver su sonrisa juguetona…

 

Fabián me conduce hacía aquella habitación y me deja con una disculpa pues tiene que ir a atender a sus invitados… Doy una mirada y salgo del lugar hacía el pasillo… Tengo una idea…

 

Desde las sombras puedo ver entrar a Eti, dejando la puerta entreabierta. Marco su número, ya lo había hecho un par de veces antes como para picar su curiosidad.  Este móvil no es el mío, lo conseguí en el aeropuerto porque con el apuro olvidé el mío en casa.

 

“¿Diga?”

“¿No te han enseñado a no contestarle a números desconocidos?... “

“¿Norman?...  Dónde… ¿Dónde estás?... “

“Viendo lo hermoso que estás esta noche…” Eti gira sorprendido y no puedo evitar sonreír…

“¡Norman!”  Corre y se lanza a mis brazos. Lo tomo por la cintura y entierro un poco el rostro entre sus suaves cabellos depositando un beso… Había extrañado tanto su aroma…. “Pero… ¿Cómo?...”

“Tenía muchísimas ganas de verte…”  Confieso, acariciando sus cabellos y colocando un mechón rebelde tras su oreja. “No me habías contado que bailabas sobre la barra del bar…”

“¡Oh dios! No, no, no…”  Verlo avergonzarse es delicioso…

“Me has sorprendido… Me encanta como te mueves…”  Lo pego más a mi cuerpo… Estoy embriagado de su presencia… “Aunque me pone celoso que los demás puedan verte de esa forma…” Acaricio su nuca… Lo noto ponerse nervioso pero no se aparta.  “Me encantas Etienne…”  Lo miro a los ojos aunque sus labios me atraen cual imanes… Lo veo moverlos como queriendo decir algo pero no articula palabra… Siento que no voy a poder contenerme más… “Discúlpame…”  Susurro antes de besarlo… Es como tocar el cielo… Al comienzo no mueve ni un musculo, pero luego con un jadeo empieza a corresponder… La necesidad imperiosa de tocar su piel me llena y cuelo una mano bajo su camiseta… Su piel es cálida y suave… Lo siento estremecerse… Lo siento suspirar…

 

Lo empujo contra la pared mientras siento como me toma del cabello con fuerza. Araño su espalda en respuesta… Gime… Joder… Mi erección se vuelve tan dolorosa… No voy a poder contenerme más… Se restriega contra mi… Está tan empalmado como yo… Lo muerdo… Voy a bajarle esos malditos pantalones y lo voy a tomar en este momento…

 

[Donato]

 

Me detengo bruscamente, el recuerdo de su voz susurrando ese maldito nombre mientras estabamos en el baño de un bar... justo cuando con algarabía se escucha el conteo regresivo…

 

Dieci… Nove…

 

Es como un balde de agua fría que me regresa a la realidad. 

 

Otto… Sette… Sei…

 

Nos miramos respirando agitadamente… Intento relajarme…

 

Cinque… Quattro… Tre…

 

No puedo evitar las ganas de acariciar esos labios hinchados y húmedos… Deslizo un pulgar suavemente por ellos con necesidad de escucharlos suspirar mi nombre…

 

Due… Uno…

 

Gritos amortiguados y el sonido de los fuegos artificiales a lo lejos… El mal recuerdo se disipa… Nada importa, sólo sus ojos en los míos…

 

 

“Feliz navidad Etienne…”

“Feliz Navidad Norman…”

 

La risa se escapa llevándose la tensión y dejándonos totalmente relajados.

 

 

Pasamos los siguientes tres días juntos.  Eti me propuso quedarme en su departamento y no pude negarme. Claro que usé el cuarto de invitados. Quizá fue un poco decepcionante para él, pero la verdad es que no quería arriesgarme a hacer alguna cosa que vaya a arruinar todo lo que habíamos avanzado… Besos, abrazos, risas… No dijimos nada al respecto, no nos cuestionamos que estábamos haciendo ni en lo que nos estábamos convirtiendo… La verdad no lo sé… Me siento atraído a él como la abeja a la miel… Me enciendo con una sola de sus miradas… Tuve que hacer uso de todo mi autocontrol para no follarlo de las mil y una maneras que se me venían a la mente… No podía… Aun se me venía a la mente su voz llamando a ese tipo… Donato… Una rabia visceral me llenaba… Necesito que sea mi nombre el que gima mientras lo embisto… Que las lágrimas que bañen su rostro sea por mi… Quitar el sudor que perle su piel con mi lengua…  Que me suplique… Que me implore… Que me ruegue…

 

Voy a lograrlo… Aun no… Pero pronto…

 

Llevaría todo poco a poco…

 

 

Luego tuve que regresar a casa y al trabajo. Si,  ya no era un practicante más en la empresa de don Diego,  ahora tenía un puesto y mayores responsabilidades. Conocí a su hijo, Rodrigo, con el que congenié al instante. Teníamos caracteres similares y todo fluyo naturalmente.

 

Y claro, tuve que pagar la parte del trato. Cumplir la promesa que le hice a Sarah

 

 

~~~

 

 

Lo que me lleva al presente. A este instante. Este incomodo instante…

.

 

La persona sobre la cama emite un suspiro en sueños. Su cabello corto canoso deja entrever el rubio del que hizo gala hace algunos años.  Su rostro luce relajado y tranquilo, muy diferente a la mueca de angustia que suele tener cuando está despierta. Agradezco el que esté dormida. No soporto ver sus ojos… No soporto recordar que son iguales a los míos…

 

 

Me levanto de la silla intentando despejar esa sensación de tristeza que se quiere apoderar de mi. Camino hacia la ventana. Observo el gran jardín lleno de hermosas flores y árboles. Sarah trasladó a su madre a este lugar hace   un par de años. Antes estuvo en el psiquiátrico del estado… La verdad a mi me tenía sin cuidado donde estuviera esa señora.

 

—Diga… — Contesto el móvil que comenzó a vibrar en el bolsillo de mi chaqueta,

 

— ¿Sigues con mamá?...

 

—Si, está durmiendo…

 

— ¿Hablaste con ella?

 

—No tengo nada que decirle…  

 

—No seas terco Norman, ella estaba tan ilusionada cuando le dije que la visitarías…

 

—Dudo mucho que recuerde quien soy… — Escucho un chasquido desde la otra línea — Además la encontré dormida, la enfermera me pidió que no la despertara, que había pasado una noche difícil…

 

—Debe haber sido la emoción…

 

—Sarah, ya cumplí. He estado casi una hora aquí… Es suficiente….

 

Oh por favor, espera a que llegue… En una hora máximo debo estar allí… Por favor Norman… — ¿Otra hora?... Joder, si ya no aguanto ni un minuto más… — Por favor…

 

—Sarah…

 

—Gracias, gracias, gracias… Te quiero hermanito… — El sonido del bip bip bip indicándome que había colgado. Regreso al sillón, derrotado.

 

 

El tiempo pasa lento pero finalmente Sarah llega. No hablamos mucho por la necesidad casi vital de salir de aquel lugar. Me excuso diciendo que debo volar a la empresa por unos documentos importantes... Mi hermana se traga a medias mis palabras y se despide a regañadientes.

 

Agradezco al cielo que esa mujer no haya despertado mientras estuve allí. No tengo idea como hubiera reaccionado ella, menos yo.  La verdad es que no me interesa mucho tampoco. Sólo quiero alejarme, olvidarme…

 

Quiero que mi pasado quede allí justamente, en el pasado… Bien enterrado…

 

El pasado no va a ensombrecer mi presente…

 

 

Subo al mi auto y conduzco hacía la empresa. Tengo que recoger algunos documentos. Encuentro la luz del despacho de Rodrigo encendida. Me asomo y lo veo. Su cabeza reposa sobre el escritorio. Parece dormido. Toco la puerta y carraspeo. No se mueve. Lo llamo un par de veces. Nada. Entro y me acerco. Coloco una mano sobre su hombro y lo muevo llamándolo. Por fin reacciona. Levanta el rostro y me mira algo desorientado. Joder, esté hombre debe estar enfermo. Tiene el rostro totalmente pálido y unas grandes ojeras.

 

— ¿Te encuentras bien?... Te llamé varias veces y no contestabas…

 

—Lo siento, debo haberme quedado dormido…

 

—Necesitas descansar… — Miro los papeles esparcidos, anotaciones por aquí y por allá, números telefónicos y nombres resaltados — Ve a tu departamento y duerme apropiadamente, el lunes tenemos una importante reunión, ¿recuerdas?

 

—No puedo, tengo que estudiar estas propuestas…

 

—Déjamelas, yo lo haré… El viaje del que te hablé fue cancelado así que tengo todo el fin de semana libre, un poco de trabajo me vendría bien…

 

— ¿Te canceló tu novia? —  Una pequeña sonrisa se asoma en su demacrado rostro. 

 

—Algo así… — Si, le había contado que estaba interesado en alguien y lógicamente asumió que era una mujer. No lo corregí. — Vamos, si don Diego te ve así se va a preocupar…

 

—Mis padres están en un crucero… — Cierra los ojos y se toca las sienes — Pero si, me vendría bien algo de ayuda… Tengo un dolor de cabeza que me está matando…

 

—Es falta de descanso, nada que un analgésico y 8 horas de buen sueño no solucionen…

 

Recogimos los papeles en una carpeta que me llevaría. Salimos de la empresa, le ofrecí llevarlo a su departamento a pesar de que sabía que tenía auto más debido a la preocupación que me producía su semblante, pero se negó. No me agrada la idea de dejarlo ir, Rodrigo es alguien que aprecio mucho y es de las pocas personas a las que le tengo confianza… ¿Debería detenerlo?... ¿Buscar una excusa?... ¿Obligarlo a acompañarme?...  

 

El sonido de un motor termina de raíz con mis cavilaciones… Veo alejarse el auto de Rodrigo y lo sigo con la mirada hasta que desaparece al salir del  estacionamiento.

 

Subo a mi propio auto. Iba a encenderlo cuando el sonido de mi teléfono hace que me detenga. Es una video llamada de Etienne… Había intentado comunicarme con él todo el día pero me saltaba la contestadora…  Saco cálculos antes de contestar… Deben ser como las 4am por allá…

 

— ¿No deberías estar durmiendo?... — Digo mientras veo la imagen en la pantalla de mi móvil. Un Etienne somnoliento, con la cabeza apoyada en la almohada y los cabellos desordenados — Ni siquiera te has levantado de la cama…

 

—Me acabo de acostar… Recién regreso del bar, además tenía que hablarte… Ya se solucionó el problema, puedes venir si deseas… — Muerde su labio inferior, sabe que ese gesto me pone mucho…

 

— ¿Ya se amistó tu amiguito con su novio? — Esté fin de semana habíamos hecho planes, ría a visitarlo. Nos pusimos de acuerdo hace más de dos meses para poder acomodar horarios y juntar libres para pasar el fin de semana juntos…  Pero resulta que su amigo Ezio llegó de improviso, había terminado con el novio y no se qué más y claro Etienne tenía que consolarlo…  Su estadía se alargó más de lo previsto y nuestros planes se fueron por el drenaje. Y ahora me llama tan lindo a decirme que si podía viajar…

 

Tuve que intervenir un poco para que entre en razón y por fin está rumbo a su casa… — Sonríe y gira, ahora tiene el móvil apoyado supongo que en la cabecera de la cama y él está boca abajo, con el mentón sobre sus manos enlazadas.

 

—Me encantaría ir… Pero a estas alturas es imposible… Cancelé el vuelo y me he comprometido en terminar de examinar unas propuestas… — Le muestro la carpeta llena de papeles. Hace un puchero y pone carita triste…

 

— ¿Entonces cuándo podremos vernos?...

 

—El lunes tenemos una junta, si todo sale bien me ofreceré para ser el que viaje a llevar la documentación y echar un ojo… Justo es en Europa… Quizá en un par de semanas me tengas por allá…

 

¡Eso sería genial! — Se sienta con fuerza haciendo que el móvil se mueva y la imagen desaparezca, pero vuelve casi inmediatamente. Tiene nuevamente el teléfono frente a él — Espero que todo salga… ¿Estás en tu auto?...

 

—Si, estoy saliendo de la empresa… — Lo veo tratar de ocultar un bostezo — Ve a dormir Eti, más tarde te llamo… — Intenta protestar pero antes de que diga algo lo detengo — Vamos mándame un beso, de esos que me gustan tanto…

 

Es usted muy astuto señor Johnson…  — Se relame esos labios perfectos  dejándolos húmedos y brillantes… Se acerca a la pantalla cerrando los ojos y haciendo ese puchero con la boca suelta un “muack” que me llega directamente a la entrepierna… — Voy a soñar contigo…

 

—Eso espero mon chérie…  Buenas noches casi días…

 

Bonne nuit…

 

 

Cortamos la llamada y me quedo  viendo la pantalla donde hace un  momento estaba la imagen de Etienne… Sonrío como idiota… ¿Qué me pasa?... Ni si quiera hemos follado… bueno la vez del instituto no cuenta…

 

Donato…

 

Ese nombre de mierda… Ese maldito hijo de puta… No ´puedo creer que Etienne se haya fijado en un tipo como ese…  Nadie niega que está muy bueno, tiene un cuerpo espectacular y  una personalidad atrayente… Claro que busqué información completa de su vida… Claro que hasta hoy me mantengo informado de lo que hace… Donde está, hacia donde va… Lo sigo en redes sociales, en las noticias del medio… Hasta he ido a algunas de sus presentaciones sólo por curiosidad… Y puede que me lo hayan presentado de pura casualidad…

 

No es que sea un acosador, o un obsesivo… Sólo soy precavido nada más…

 

Quiero a Etienne en mi futuro… Y lo quiero sólo mío…

 

No voy a permitir que ese tipo se vuelva a acercar  otra vez…

 

 

Conduzco rápidamente al departamento. Quiero una ducha, comer algo y descansar. Seguro Mat me está esperando con la cena. Hoy los chicos tenían compromisos y Mateo no quiso acompañarlos… No es novedad, él ha mejorado muchísimo pero aún le falta un largo camino que recorrer… Y mientras así lo desee, estaré a su lado. Es como un hermanito al que siento que debo proteger…

 

Dejo el auto en la cochera y subo rápido.  Abro la puerta y la oscuridad me recibe… ¿Al final Mat habrá decidido acompañar a los chicos a su reunión?... Prendiendo las luces a mi paso llego a la cocina. Todo está tan ordenado como en la mañana. Que Mateo no haya cocinado ya se me hace extraño… Había tomado la cocina como una terapia de relajación, cada día sin falta tenía algún platillo nuevo que presentarme. Yo era como su conejillo de indias, probando sus preparaciones. Lo bueno es que por lo menos se dejaban comer…

 

Llego a su habitación, Doy unos golpecitos antes de entrar. Mateo está sobre la cama, cubierto con las cobijas hasta la cabeza. Me acerco y me siento a su lado.

 

—Mati, ¿qué sucede?... — Lo siento estremecerse y ahogar un sollozo… Si está llorando es porque algo debe haber ocurrido… Esto ya no me gusta nada…  Intento destaparlo pero no me deja — Vamos Mat, sabes que puedes decírmelo… — Tiro nuevamente de las cobijas y estás se deslizan.  Cojo a Mat que está hecho un ovillo, logro levantarlo un poco y lo abrazo. Su llanto se hace más fuerte y sus manos temblorosas sujetan mi camisa. — Ya pequeño, ya estoy aquí…

 

—Lo vi… — Susurra bajito con voz ronca… Tengo una idea de por qué está así pero quiero confirmarlo…

 

— ¿A quién viste?

 

—A Derrick… — Lo sabía… Tarde o temprano iba a suceder… Hubiera preferido que sea más tarde, aún Mat no está listo… — Salí corriendo y dejé las compras… No hice la cena…

 

—No importa, pediremos algo… Mat, ¿te dijo algo?...

 

—Quería hablar conmigo… Me tomó de la muñeca y yo… Intenté… Pero él estaba allí… Él me vio primero… Él me dijo… Me advirtió… Y yo… yo… no puedo…

 

— ¿Quién? — Mat está sollozando nuevamente, pero tengo que saber lo que ocurrió — Dime Mateo, ¿Quién es él?... — Se remueve inquieto e intenta soltarse de mi abrazo pero no lo dejo — Mateo…

 

—Daniel…

 

— ¿Daniel el niño que vive pegado a Derrick? — Asiente con un movimiento de cabeza. ¿Será que Mat está celoso? ¿Será que aún está enamorado de Derrick?... — No tienes que preocuparte… Derrick me ha dicho que no tiene nada serio con ese muchacho… Mateo, creo que es hora que hables con él… Puedo invitarlo aquí y así tendrían privacidad… — Niega repetidas veces poniéndose a temblar — Hey, calma, sabes que no te dejaría solo; estaría en mi habitación y tu podrías…

 

—No… No puedo…

 

—Vamos Mat, si puedes… Tienes que avanzar…

 

—Tú no entiendes… No puedo… Daniel…

 

—Ya te dije que ellos no tienen nada…

 

—No es eso… Tú no entiendes…

 

—Entonces ayúdame a entender… — Sus hombros caídos, su cabeza gacha… Los sollozos se detienen…  Mat deja de luchar y se queda quieto…

 

—Daniel… dijo que si yo me acercaba nuevamente… si yo… — Le tomo fuerte de la mano como infundiéndole confianza para que siga hablando — Él dijo que… que pasaría de nuevo… que si lo decía… nadie me creería… — Su respiración se acelera…

 

—No comprendo de que hablas…

 

—Daniel fue el que me hizo… eso… — Su voz sale en un hilo, tan bajita que dudo si es cierto lo que he escuchado. No puede ser… Voy hilvanando todo y varias cosas toman sentido… Pero no… Simplemente no puedo creerlo… He escuchado mal… Ese niño tan dulce… Mi mente queda en blanco y sólo puedo rogar estar equivocado…

 

— ¿Qué fue lo que hizo?...

 

—Daniel… Daniel fue el que me mando a violar…

 

 

 

Notas finales:

Holas... ¿hay alguien por alli?... 

Siento la tardanza...

Espero que se entienda el cap, esta un poco enredado entre el pasado y el presente de Norman... Ojala haya ayudado las cursivas y los ~

Intentare no tardarme tanto...

 

 

XOXO

 


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