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Dernière Danse por Killary

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Dime algo, ¿no estás cansado tratando de llenar este vacío?

¿O necesitas más?

¿No es difícil esforzarse tanto?

(Shallow – Lady Gaga Ft. Bradley Cooper)

 

 

 

Paso treinta y cinco:  Flow like water

 

 

 

—Realmente… mmm… Realmente ¿tengo que irme?...

 

—Ah…ngh…  mon Dieu…

 

— ¿mmm?...

 

— ¡Joder!... Ah… Sabes que… ngh… sabes que… — Lo tomo de los cabellos y separo con pesar su boca de mi miembro — Sabes que no puedo dejar el bar ahora… Fabian y Donato están de viaje… Los chicos me necesitan… — Sus ojos de hielo brillan peligrosamente…

 

—También yo te necesito… — Sus dedos acarician peligrosamente entre mis nalgas — No sabes cuánto… — Suelto un grito al sentir la invasión de sus dígitos… No dura mucho… — Ven conmigo…

 

—No puedo… mmm…  — De pronto el vacío, un giro y mi rostro se hunde en la almohada… Dedos clavándose con fuerza en mis caderas…  

 

—Joder ven conmigo… — Muerdo la almohada con fuerza cuando siento su miembro clavarse hasta mis entrañas de una sola estocada — Manda todo a la mierda y ven conmigo… — Me mantengo en silencio — Hasta cuando… hasta cuando… — Llevo una mano a la cabecera para evitar golpearme cuando comienza el brutal vaivén.

 

Norman gruñe mientras me toma del cabello y hace que levante la cabeza. Gimo fuerte con cada estocada.  Mi mente está casi en blanco. Solo el deseo que está a punto de explotar… Cuando por fin me siento inundado de su caliente esencia, me dejo llevar… El orgasmo me golpea y solo puedo gritar… Mi cuerpo se laxa… Protesto quedito cuando Norman sale de mi. No dice palabra y sé que está molesto.

 

Hace cuatro años desde que volvimos a estar juntos… desde que retomamos lo nuestro y nos prometimos hacerlo funcionar. Él vive en América, yo en Europa… Al comienzo no hubo tanto problema, nos hablábamos diario, hacíamos video llamadas y Norman viajaba cada 2 o 3 meses a verme aprovechando los viajes de trabajo. También en sus vacaciones venía a pasar 20 días conmigo, los otros diez días los usaba para estar pegado a su sobrinito al que adoraba. Yo viajé un par de veces también… Pero luego de un par de años ya las cosas no eran tan sencillas. Norman me pidió mudarme con él… No podía dejar el bar, mi vida y Madie que está a un paso de distancia… Entonces le pedí que se mudase él conmigo…   tiene el trabajo en la empresa que le permite viajar, pero claro, no es lo mismo. Una vez debido a un problema de su trabajo pasamos 5 meses sin poder vernos… Y fue allí cuando las cosas se complicaron. Norman se volvió muy insistente con la idea de vivir juntos, de que me mude a América… Yo empecé a decir que por qué no era él quien se mudara a Italia…  Las discusiones por ese motivo se volvieron frecuentes…

 

—Rodrigo me ha pedido que permanezca por un tiempo en la central…  don Diego se ha puesto peor y me necesita cerca. —Está tendido a mi lado con las manos bajo la cabeza y la mirada fija en el techo — De verdad me gustaría que vengas conmigo. No sé cuánto tiempo estaré sin poder viajar, y la idea de estar mucho tiempo separados no me gusta.

 

—Norman…

 

—Que te ausentes del bar por un año no creo cause problemas, Donato se ausentó 6 meses cuando fue a Japón y todo bien, Fabián viaja seguido y no hay problema… ¿Por qué tú no puedes tomarte un tiempo?

 

—Yo… voy a consultarlo con…

 

—¡Consultar! ¡A quién! Eres tan dueño como ellos, lo único que tienes que hacer es informar que viajaras conmigo…

 

—Norman, tengo que conversarlo con ellos, entiende que…

 

—¡No entiendo! — Se levanta de la cama y em pieza a vestirse — Te pido que pases tiempo conmigo, ¿y lo tienes que consultar? ¿No escuchaste que dije que no iba a poder venir en un buen tiempo? ¿Es que eso no te importa?

 

—No es eso…

 

—¡Entonces que es! ¡Dime! — Coge las llaves del auto de encima del velador y guarda su móvil en el bolsillo de su chaqueta con un suspiro — Prometimos hacerlo funcionar, los dos Etienne, una relación es de dos no de uno… Creo que no tienes eso claro…

 

—Solo digo que lo voy a conversar con los chicos, no veo porque haces tanto drama…

 

—Drama, claro… Mira, hagamos una cosa… Ve y conversa todo lo que quieras, tómate tu tiempo… Si luego decides que en tu vida tengo cabida, si soy importante… Sabes dónde encontrarme.

 

—Norman… — Sale de la habitación y escucho un portazo. No me toma ni un minuto sentir como el vacío me llena… Me levanto colocándome un pantalón de chándal y tomando una camiseta al vuelo corro descalzo fuera del departamento. No espero a que el ascensor esté de regreso, me lanzo por las escaleras… No quiero que se vaya, no así…  — ¡Norman! — Grito con la esperanza que me escuche… —¡Ah! — Resbalo y siento mi pie torcerse… Caigo hacia adelante por los escalones y termino de lado en el suelo… El dolor me inunda, pero la voz no me sale…

 

—¡Joven, por dios! — Una chica con mameluco se acerca a mi asustada. Tomo su mano para calmarla y calmarme — Lo siento, lo siento, puse los carteles de aviso…

 

—Por favor… el estacionamiento… Norman…

 

—¿Su esposo? ¡Voy a llamarlo!… — Se levanta y de un salto desaparece de mi vista.  Recién puedo ver los avisos de “cuidado piso encerado” … Que idiota soy… Muevo mis brazos y me siento con dificultad aguantando el dolor, mi pie derecho está intocable… Alcanzo la camiseta que quedo tirada a un lado y… esperen… esa chica… ¿dijo mi esposo?...

 

—¡Eti!... — Norman llega corriendo con la chica atrás diciendo “¡señor cuidado!”

 

—Norman, mi pie… — gimoteo al tenerlo a mi lado.

 

—Está bien cariño… — Me revisa con cuidado provocando que grite cuando intenta girarlo — Te llevaré al hospital. Déjame ponerte esto — Toma la camiseta y me la coloca cuidadosamente. — Cógete fuerte… — Me carga con ayuda de la chica de limpieza y me llevan al auto mientras sollozo imparablemente.

 

 

 

 

+++++++++++++++

 

 

 

 

Tengo la mano de Etienne entre las mías. Por fin se ha dormido luego de llorar por horas. Estamos en la sala de reposo. Tiene la pierna ligeramente levantada con el yeso fresco que le llega debajo de la rodilla. El doctor nos ha dicho que tiene que llevarlo por lo menos 2 meses…

 

Menuda mierda.

 

He aprovechado en llamar a Rodrigo para decirle que me tardaré una semana más de lo previsto. Le he explicado todo y me ha dicho que no me preocupe, que me tome el tiempo que necesite… Luego hablé con Sarah y también le conté lo ocurrido. Aunque le dije que ya todo está bajo control, obviamente se ha preocupado y me ha pedido que la mantenga al tanto. Y bueno, también intenté comunicarme con Fabian, pero no me contestaba el móvil así que no me quedó de otra que llamar a Donato, quien prometió estar de regreso en un par de días a lo mucho.

 

Queda esperar…

 

—Norman…

 

—Tranquilo cariño, aquí estoy… — Etienne abre los ojos y me queda mirando fijamente… — ¿Tienes dolor? ¿Quieres que llame a la enfermera?... — Niega con la cabeza…

 

—Cuando saliste del departamento me di cuenta de lo estúpido que había sido… — Empezó a decir con la voz algo enronquecida.

 

—No hablemos de eso ahora…

 

—No, tengo que decírtelo de una vez…

 

—Ya habrá tiempo, ahora hay que centrarnos en tu recuperación… — quieres replicar, pero sigo hablando — Intenté hablar con Fabian, pero no me contestaba así que llamé a Donato…

 

—¿A Donato?

 

—Claro, es el otro dueño, ¿no?... Pues él si me contestó y le conté lo sucedido… Prometió estar aquí en dos días… — Suspiras y te pasas una mano por los cabellos, echándolos hacia atrás.

 

—Norman…

 

—El doctor dijo que apenas despiertes podíamos irnos a casa, me ha dado todas las indicaciones…

 

—Norman…

 

—Así que será mejor irnos de una vez, además mira la hora que es y ni hemos almorzado; tienes que comer algo por los antiinflamatorios…

 

—Si voy a irme contigo…

 

—Está bien, voy a pedir una silla de ruedas para llevarte hasta el auto…

 

—Idiota, que si, que me voy contigo… que viajaremos… que viviremos juntos… — Lo quedo mirando, está sentado sobre la cama y tiene una sonrisa en los labios…

 

—¿Estás seguro?... — Me acerco despacio y me siento a su lado.

 

—Como te dije, cuando te vi salir de mi departamento fue… sentí como si me arrancasen el corazón… se que suena cursi pero no sé cómo explicarlo mejor… — vuelves a tomar mi mano — Si, estoy muy seguro…

 

—No quiero que te arrepientas…

 

—Nunca…

 

 

 

 

+++++++++++++++

 

 

 

 

—Déjame verte mejor… — Tomo a Mateo de los hombros y lo alejo. Es como si viera al Mat de la escuela. Los rizos alborotados, la ropa ceñida, la sonrisa pícara, el brillo en los ojos… — Estás precioso…

 

—Oh vamos, no me avergüences… — Ríe con esa risa desinhibida que no le escuchaba hace años… — Norman ya me contó como fue que caíste… serás tonto, ¿eh? Vas a tener que estar en reposo un buen tiempo.

 

—Si, seré un inútil por los próximos 2 meses… —Me quejo. — Por cierto, ¿Dónde se metió Norman?... Apenas hemos llegado y ya desapareció… Ni siquiera he desempacado…

 

—Ha ido con Rick a comprar unas barras de seguridad para el baño… — Cierro los ojos y niego con la cabeza. — No puedes culparlo por estar preocupado… — Mat desaparece en la cocina y al rato regresa con dos latas de soda. — Salud por nuestro recuentro, que si no te rompes el pie seguro no nos vemos ni la sombra…

 

—Que exagerado, si he venido un par de veces…

 

—A quedarte un par de días que ni te vi, así que mejor ni te defiendas… Calladito te ves más bonito. — Chocamos las latas riendo y bebemos.

 

—¿Cómo te va con Derrick?...

 

—Bien, supongo…

 

—¿Supones?

 

—Pues si… Siempre me pregunto porque sigue a mi lado, ¿sabes? — Se sienta frente a mi en el suelo apoyando su espalda en el sofá que le queda detrás. — Solo espero el día en que me diga “pececito, tenemos que hablar” — hace una mala imitación de la voz de Derrick y suelta una risa sin gracia.

 

—Pero llevan ya varios años juntos…

 

—Claro, juntos… pero más como amigos que como amantes…   Y Rick no tiene la culpa… yo…

 

—No tienes la culpa de lo que sucedió…

 

—Lo sé, pero él merece estar con alguien... mmm… normal…

 

—Oh Mat, eres normal, qué te pasa…

 

— ¿Cuánto más crees que aguante mis pesadillas?... ¿Cuánto más crees que aguante mis desplantes?...

 

—Mat, no es…

 

—No es mi culpa, ya lo sé, y Rick me lo repite siempre… Me dice lo mucho que hemos avanzado, que pronto superaré todo, que no le importa esperar, que el sexo no es importante… Ja, ¿tú crees eso? Por favor…

 

—¿Por qué no creerlo? ¿No te lo ha demostrado con creces? — Mateo niega con un suspiro — Derrick ya está bastante grandecito como para estar de jueguecitos, nada le cuesta decir hasta aquí nomás y mandarse mudar… No quiere solo una buena follada cherié, ese hombre te quiere a ti…

 

—No es tan fácil… Cuando… cuando lo hacemos yo… me comporto como un puto virgen…  a veces me aterro… no es que no lo quiera, es que… simplemente no puedo ¿entiendes?... Es decir, todo va bien, los besos, los toques, pero de pronto…  quiero salir corriendo… Y él me da tiempo… No me toca en meses y espera que sea yo el que tome la iniciativa… Y otra vez lo mismo… tengo miedo de que se cansé de mi… ¿Quién no lo haría?... — Se cubre la cara y suelta un sollozo que me oprime el corazón— Todo era tan diferente al principio — susurra sorbiéndose la nariz — Y ahora… No puedo ser el de antes… no puedo… Creo que no podré superarlo nunca… es tan difícil…

 

—Pero no es imposible… — Me deslizo cuidando de no chocar mi bota de yeso, hasta sentarme en el suelo junto a él — No tienes que ser el de antes Mati, has madurado y crecido a su lado. Confía en Derrick, no subestimes lo que siente por ti… tanto tiempo juntos ¿y dudas de que ese hombre te quiere? — Mat se descubre el rostro y se limpia las lágrimas con las mangas de su sudadera. — Ese es mi chico valiente — Sonríe con un suspiro — Vamos cherié, no eres de los que se rinden… ¿dejarás que una furcia cualquiera se levante a tu hombre?

 

—¡Claro que no! — Responde entre risas.

 

—Salud por eso — Chocamos las latas nuevamente sin dejar de reír.

 

 

 

 

+++++++++++++++

 

 

 

 

El departamento está a oscuras. Me muevo con cuidado de no hacer ruido. Dejo el maletín y el abrigo sobre el mueble y camino hacia el dormitorio. Etienne está tendido sobre la cama. Su respiración es pausada.  Entro al baño y me doy una ducha rápida. Busco ropa limpia y me visto. Me acerco a Eti y lo cubro con una manta, pero por más cuidado que pongo él se remueve con un suspiro.

 

— ¿Norman? — dice al sentirme.

 

—Si cariño, siento haberte despertado…  

 

—¿Qué hora es? — Se talla los ojos y me mira.

 

—Es muy tarde… — Suspiro pesadamente. — Don Diego tuvo una recaída… los médicos no dan ya esperanzas…

 

—Oh dios… ¿Rodrigo?

 

—Mal, encima Ezio está de viaje y no ha podido comunicarse con él… Solo vine a avisarte y cambiarme…

 

—Dame un momento que te acompaño…

 

—No cariño, sabes que no se puede… Para todos eres Leticia, no te conocen como Etienne…

 

—Pero…

 

—No te preocupes, te mantendré informado de todo… — Me tiendo junto a él y lo abrazo — ¿Tú estás bien? ¿Tienes dolor?

 

—No, pero Norman, quiero acompañarte…

 

—Lo harás cariño, pero hoy no… las cosas están difíciles allá, solo estamos doña Paula, Rodrigo, yo y los médicos… Te prometo que te llamaré seguido…

 

—No has dormido nada… — dices tomándome la mano.

 

—Ya habrá tiempo… — beso tu frente y tus labios — descansa cariño. Voy a avisarle a Mat para que te acompañe…

 

—No necesito niñero — haces ese puchero que me encanta.

 

—Lo sé, pero así estaré más tranquilo — Dejo un último beso sobre tus suaves cabellos y me levanto. Aun seguimos tomados de la mano así que me agacho un poco para dejar un beso en tu dorso antes de que con pesar la suelte. — Vuelve a dormir…

 

 

En el auto estoy en un dos por tres en casa de Rodrigo. Lo encuentro sentado en las gradas de la entrada, fumando. Me siento a su lado en silencio.

 

—Sigue sin contestarme… — Me dice soltando el humo.

 

—Ya te dije que posiblemente se haya quedado sin batería… no sería la primera vez…

 

—Llevo llamándolo todo el día…

 

—Te llamará, tranquilo… — pongo una mano en su hombro y le doy unas palmaditas — ¿Tu madre?

 

—Dentro, con papá… — Da la última calada y tira la colilla al suelo, pisándola.

 

—Vamos a comer algo, no has cenado ni yo tampoco…

 

—No tengo hambre…

 

—No te pregunté si tienes hambre, he dicho que vamos a comer y vamos a comer — Me levanto y tiro de su brazo hasta ponerlo de pie también — Tienes que comer, Paula te necesita fuerte — lo jalo adentrándolo a la casa y dirigiéndolo a la cocina. Lo siento en una de las sillas de la mesa y busco algo en la nevera que poder calentar. Rodrigo coge su celular y empieza a marcar. — Deja ese móvil en paz y ayúdame.

 

—No me trates como un niño…

 

—No te comportes como tal. — Saco una fuente con Ravioles y sirvo una porción en cada plato. Rodrigo ha sacado una cerveza y una botella de jugo de arándanos. — ¿no prefieres café?

 

—Estoy cansado del café… — Caliento la comida en el horno. Nos sentamos frente a frente y empiezo a comer. Rodrigo ve el plato y comienza a revolverlo con el tenedor sin dar ni un bocado.

 

—Come — me mira con fastidio, pincha dos ravioles y se los mete a la boca. — Mejor… — sonrío y el me enseña el dedo medio. Justo como un niño haciendo berrinche.

 

Después de terminar y dejar todo en orden, fuimos a la sala a tratar de enfocarnos en los pendientes de la empresa. Bueno, por lo menos yo porque Rodrigo seguía dale y dale con el móvil. Eran casi las 8 de la mañana.

 

Un grito desgarrador nos hizo saltar y correr escaleras arriba. Paula era sostenida por un médico y una enfermera. La puerta de don Diego estaba semi abierta. Rodrigo corrió dentro y yo solo pude quedarme a lo lejos viendo como se abrazaba al cuerpo ahora inerte de su padre.

 

 

 

 

+++++++++++++++

 

 

 

 

La casa estaba llena de gente. Rodrigo parecía un robot, se movía en automático recibiendo a las personas, agradeciendo y atendiendo a todos. No tenía ninguna expresión en el rostro. Al contrario de Paula que estaba sentada totalmente acabada, junto a otra mujer que recién conocía y que resultaba era su media hermana menor. Recibo una llamada y me alejo buscando algún lugar tranquilo para contestar. Al final opto por entrar al despacho. Es un cliente que no sabe lo sucedido. Busco un lapicero para anotar unos datos. Abro el cajón y saco lo que necesito. Tomo nota y me despido. Antes de guardar la pluma, algo llama poderosamente mi atención. Es un cheque que está separado de la chequera y lleva el nombre de Ezio… Lo tomo y salgo de allí. Me escabullo al jardín para poder pensar y también para llamar a Etienne y decirle que pasaría la noche aquí y a que hora iría por él. Le había prometido que me acompañaría al sepelio.

 

—Necesitaba aire… — Escucho con un suspiro a mis espaldas. Giro y es Rodrigo que de dos pasos ya está a mi lado. Saca un cigarrillo y lo enciende.

 

—¿Lograste comunicarte?

 

—Ayer hice un último intento… al final solo dejé un mensaje… — Saco el cheque de mi bolsillo y se lo entrego.

 

—Quizá esto te ayude a entender… — Rodrigo lo mira curioso y luego su expresión cambia de sorprendido a aliviado. — Lo encontré en el despacho…

 

—Gracias.

 

No volvemos a tocar el tema. El día pasa volando en un parpadeo y ya es día del funeral.  Paso a recoger a Etienne como se lo he prometido, de paso que aprovecho en darme una ducha y cambiarme de traje,  y vamos juntos al cementerio.

 

No me gustan los sepelios.

 

¿Ya se los había dicho?

 

Me traen horribles recuerdos de el de mi padre. Si pudiera no estaría aquí. Pero debo. Y felizmente Etienne está a mi lado. Ayuda que esté con las muletas que le facilitan movilizarse así me permito tocarlo más de lo socialmente permitido sin levantar sospechas. La ceremonia transcurre mientras trato en lo posible de despejar mi mente de recuerdos rebeldes, que a pesar de Eti, se empeñan en regresar. Miro atrás al momento en que el ataúd desciende.

 

Y lo veo.

 

Ezio está escondido tras unos arbustos, viendo a lo lejos como un criminal.

 

Regreso la vista al frente y busco a Rodrigo que está junto a Paula. Nuestros ojos se encuentran y se que lo ha visto también.

 

Felizmente todo termina, me despido rápidamente y vuelvo al lado de Etienne para ir a casa. Me siento totalmente agotado, los días de desvelo me están pasando factura.  Agradezco el haber dejado el auto en casa porque ya intuía que esto pasaría. Llamo al taxi que contraté para que nos transporte hoy.  Ayudo a Eti a subir y me acomodo junto a él… cierro los ojos y cuando los abro ya estamos en casa y Etienne me está sacudiendo.

 

Entramos y lo único que quiero es dormir. Etienne parece entender perfectamente y cuando estamos en la habitación me ayuda a desvestirme a pesar de su limitación. No tengo idea de como lo hace, pero me recuesta en la cama, me cubre con las cobijas y se tiende a mi lado.

 

—Descansa… — susurra dándome un beso. — algo cálido se instala en mi pecho…

 

—Te quiero…  — respondo en un susurro. Sus ojos negros brillan y me sonríe.

 

—También te quiero…

 

Cierro los ojos con una sonrisa. Estoy en casa. ¿Y saben qué?

 

Soy feliz.

 

 

 

Notas finales:

Siento q han pasado mil años... 


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