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Dernière Danse por Killary

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Eres un encanto, eres perfecto

Pero simplemente no puedo esperar a que el amor nos destruya

No puedo esperar por el amor…

(Flawless – The Neighbourhood)

 

 

 

Paso seis: Si quieres algo… no te acobardes

 

 

 

Maldito imbécil…

 

 

Acelero el paso. Necesito llegar a casa y encerrarme en mi mundo. Si seré imbécil. Pensar que le gusto a Donato. Que me insinuaría y él caería inmediatamente… Es que no aprendo… Gael, que me juró amor eterno, ahora está con Meli… Y Leo… Pensé que le gustaba. Todo me lo demostraba… Cada sonrisa, cada atención, cada mirada… Y ahora está con su novia… Soy un soberano imbécil… El rey de los imbéciles… El imbécil supremo…

 

 

Entro al departamento como un torbellino. Golpeo todo a mi paso. No me preocupa ser escuchado, a esta hora Solange está con Becka… Por fin me introduzco en mi burbuja especial. El lugar dónde puedo despejarme… Cierro la puerta del cuarto de danza. Enciendo la radio bruscamente. La música llena toda la habitación. Le subo el volumen al máximo.

 

 

¿Es que ese estúpido no pudo entender que casi me tiré a sus pies? Sólo faltó que me bajara los pantalones y le pidiera que me follara. Pero claro. Sólo soy un niño para él. Un maldito virgen sin experiencia. Un crío que sólo ha tenido  un novio de besos y abrazos. Jamás pasamos a segunda base… Y Donato no se acuesta con niñitos inexpertos. Todas las conquistas que le conozco son chicos que se ven bastante… recorridos. No le gusta hablar de amor, le parece una tontería, ni piensa en una relación, ni noviazgo ni nada de eso… Dice que es una pérdida de tiempo… “Vivo el hoy muñeco, disfruto ahora, de este minuto, de este instante… El mañana está muy lejos…”  Suele decirme cuando, según él, me pongo muy “denso”.

 

 

Idiota…

 

 

Si te dieras cuenta de lo mucho que me gustas… Creo que me he enamorado de ti… Quiero que seas tú quien me enseñe… Noto como me miras, noto el deseo en tus ojos, las ganas en tus gestos… Pero…

 

 

La melodía empieza a llenarme. Me saco los tenis lanzándolos a algún lado. Empiezo a moverme. Necesito huir o explotaré.

 

 

El sonido me eleva… Un giro…

 

 

La camiseta aterriza en un rincón a medida que una ola de calor se apodera de mi. Acariciar mi torso desnudo mientras me muevo al ritmo de las notas me causa  mucho morbo. Siento como me enciendo.

 

 

Siento como si pudiera volar… Un giro más…

 

 

Los vaqueros terminan hechos un bollo a un lado de la radio. Me quedo en medias y ropa interior. Voy entre giros y saltos bailando en punta de pies, sintiéndome ligero. Mi cuerpo convulsionado y sudoroso se refleja en el espejo. Me siento condenadamente sexy. Si me vieras así no te me resistirías. Me tomarías aquí, ahora…

 

 

Pierdo el control de mí mismo…

 

 

Mis manos  acarician mi cabello, pasan por mi rostro, cuello, torso, llegando a mi entrepierna. Liberan mi miembro, duro, húmedo… Como me gustaría que sean tus manos la que me toquen… Seguro en este momento debes estar follando con míster bulto perfecto… Cómo se sentirá tenerte dentro…

 

 

Arriba, abajo, arriba, abajo… Fuerte… Rápido…

 

 

Me apoyo en la pared, sin detenerme. Se siente tan bien… Jadeo fuerte amparado por la música que lo llena todo. Imagino tu boca, engulléndome…

 

 

Donato…

 

 

Grito de placer al llegar al orgasmo… Me derramo sobre el pulido piso de madera. El sudor me baña. Respiro erráticamente… ¿Qué mierda acabo de hacer?... Empiezo a reír. Primero bajito y luego con sonoras carcajadas. Como si me estuviera volviendo loco…

 

 

Es tu culpa, maldito tonto…

 

 

 

+++++++++++++++

 

 

 

Hace una semana que no veo al muñeco. Una semana completa. 7 malditos días. 168 malditas horas… ¿Me está castigando?... Recuerdo su rostro sonrojado, su gesto altanero, su claro reclamo… Parecía celoso y muy disgustado… Parecía dispuesto… ¿Estaré equivocándome? ¿De verdad quería acostarse conmigo?... Es que no puede ser cierto… Él me conoce, sabe cómo soy, sabe cómo pienso, siempre se lo dejé muy claro… Y aun así… ¿Realmente lo quiere?... NO. Imposible. Solange me mataría. No Donato. Ni lo consideres. No. ¿Entendiste? No. Por una vez has es el esfuerzo de pensar con la cabeza que está sobre tus hombros y no con lo que tienes entre las piernas.

 

 

Mierda.

 

 

Necesito conseguirle un lindo novio tan inocente como él. Uno con el que si pueda hacer todo lo que desea… La cosa es… ¿De dónde saco un niño así? Y lo más importante… ¿Eso es lo que quiero? ¿Entregarle a otro a mi muñeco? Dejar que alguien más lo abrace, lo bese, lo folle… ¡No! Imposible… no, no, no, ni en un millón de años.

 

 

Joder, no tengo ni puta idea de que hacer. Por lo pronto voy a su casa a hablar con él. Basta de evasivas. Arreglaremos esto frente a frente.

 

 

Antes de que pueda tocar la puerta del departamento, esta se abre. La señora que viene a hacer la limpieza se aparece. Me conoce de las veces que he venido aquí.  Nos saludamos y me invita a pasar mientras se despide. Se le presentó una urgencia y tiene que salir volando. Ya había hablado con Solange.  Y me informa que Etienne está arriba, practicando. Le agradezco de corazón y cierro la puerta tras de mí.

 

 

La música me llega. Seguro tiene la puerta entreabierta porque su cuarto es insonorizado. Llego frente a su habitación de danza. “Hay ciertas cosas que no deberían decirse” escucho cantar a una mujer.  Wow, ¿será una indirecta? Quiero empujar la puerta de una vez… Pero mejor toco. No voy a tentar suerte.  Doy un par de golpes. La música se detiene. Un ruido como si algo fuese sido lanzado. Luego la puerta se abre.

 

— ¿Donato?... — Espera, espera, espera… ¿Quién es este niñito?...

 

— ¿Etienne?... — No puedo creerlo… Baja la vista algo avergonzado y pasa una mano por su cabello ahora muy corto… y muy rubio… Que carajos… — ¿Qué te hiciste?... — No puedo evitar preguntar. Su gesto cambia, su cuerpo se yergue, sus manos en puño, sus músculos tensos. Me da una mirada desafiante mientras enarca una ceja…

 

—Si has venido a burlarte, puedes irte por donde viniste. — Oh, oh, el muñequito está rabioso…

 

—No… Disculpa, es sólo que me sorprendiste… — Aun me mira con el ceño fruncido… — De veras muñeco, lo siento… — Suspira mientras se pasa una mano nuevamente por su, ahora, corto… muy corto cabello rubio…

 

—Estaba algo desanimado y Sol me llevo con Francis… —  Susurró mientras bajaba la vista y la piel porcelana de sus mejillas adquirían un tenue sonrojo… Joder, me follo a este niño… — Yo…

 

—No he dicho que te veas mal… Es más… Te ves muy sexy… — De pronto siento que me quedo sin palabras. Si señores, Donato Mancini se ha quedado sin saber que decir por primera vez en toda su puta vida… Mi muñequito me queda viendo con esos ojitos marrones curiosos. Le sonrío algo confundido. No me entiendo… ¿Qué me pasa?...

 

— ¿Quieres una soda? — Pregunta. Una tabla de salvación para mi alborotada mente.

 

—Sí, gracias. — De veras muñeco… Muchas, muchas, muchísimas gracias… Abre totalmente la puerta invitándome a entrar.

 

—Vuelvo enseguida. — Me da la espalda y me deleito unos segundos viendo como se aleja… Ese culito de ensueño se mueve enfundado en unos pants negros… Cálmate Donato, hace un minuto no podías ni pensar con claridad y ahora sólo puedes pensar en sexo... Joder, es que no me entiendo… Me apoyo en la pared dando un suspiro.

 

 

Observo la habitación. He estado aquí muchas veces pero nunca me tome la molestia de verla con detenimiento. Sólo tenía ojos para el muñeco. Pero hoy es diferente… Y lo que me está empezando a joder es el no saber por qué carajos siento todo distinto… Las paredes llenas de espejos, la barra horizontal a un lado, el piso brillante de madera, muy buena iluminación, un pequeño equipo de sonido… Me acerco curioso y lo enciendo. La melodía que estaba bailando el pequeño suena. “Esta vez nene, seré a prueba de balas…” Desato mis borceguís mientras doy unos giros contagiado por la música, me los saco y cuando los voy a dejar en un rincón… las veo. Unas botas negras de tacón alto… ¿Serán de Solange?... Las tomo con curiosidad… No creo que sean de Sol, parecen un par de tallas más grandes…

 

—Aquí tienes… — Giro asustado y me encuentro con Etienne que me extiende la mano con una lata de soda.  No me di cuenta que había regresado.

 

—Gracias… — Tengo que coger la lata pero tengo en las manos la bota. El muñeco me mira enarcando una ceja en un gesto que lo hace ver muy sexy… — Lo siento, yo sólo… Las vi y…

 

— ¿Te gustan? — Me descoloco un poco con su pregunta pero al ver su sonrisita burlona me relajo al instante.

 

—Pues si… Aunque creo que no son mi talla…

 

—Son mías… — Esta vez sí me sorprendo totalmente. Debo haber puesto una cara muy cómica  porque Eti empieza a reírse. — Vamos, cierra la boca… Me avergüenzas… — Me empuja suavemente mientras se sonroja. — Yo… bailo con ellas…

 

— ¿Bailas?... No me jodas… ¿En serio? —  Estoy que muero de curiosidad. — ¿Me mostrarías?... Por favor… — Realmente tengo que verlo…

 

—Oh, no, no, no… Nunca he bailado así frente a nadie… — Pone las latas de soda sobre el equipo de sonido, me quita de las manos la bota y la coloca junto a la otra en el rincón.

 

—Vamos Etienne,  por favor, por favor, por favor… ¿Siiiiiiii? — Le ruego como un niño. Aunque está de espaldas a mí puedo ver su sonrisa a través del espejo. — Por favoooooooor… — Escucho su risa y sé que lo he convencido.

 

—No te burles, ¿eh? — Se sienta en el suelo, me echa una mirada con sus ojitos entrecerrados y comienza a colocarse las botas. Mi corazón empieza a latir de forma acelerada.

 

—Te juro por lo más sagrado que no lo haré…

 

—No sé  por qué  hago esto… merde, merde, merde… — Lo escucho mascullar bajito… Su voz maldiciendo en su idioma  se escucha tan sexy… Quisiera tenerlo clavado, en cuatro, gimiéndome en francés… Joder… Recuerda Donato, ese culito está fuera de tu alcance… Si es que quieres mantener las bolas y todo el equipo en su sitio y operativo… Ya conoces a Sol… Contrólate…

 

—Lo prometiste… — Vuelve a decir mientras se arrodilla frente al equipo de sonido y busca una melodía. Verlo de espaldas, agachado, es demasiado. Me acomodo el paquete que está duro como una roca… Después de esto necesitaré meterme un par de buenos polvos con alguien dispuesto… Quizá alguien pequeño, delicado y suave como el muñeco… Cuando por fin encuentra la que desea, suspira y se para en medio del salón…

 

 

Una nueva melodía empieza a sonar…  Me sorprendo… ¿Realmente va a bailar esa canción?... ¿Tiene una maldita idea de lo que está haciendo?... ¿Será que eso es lo que quiere decirme?...  Su delicioso cuerpo empieza a moverse… Sexy, hipnotizante, caliente como el infierno… De repente todo el ambiente se vuelve sofocante… Mis ojos no pueden apartarse de él, ni siquiera parpadean…

 

 

Giras, te agachas, mojas tus labios pasando lentamente la lengua por ellos mientras me miras y sonríes de lado…

 

 

Joder…

 

 

A la mierda el autocontrol…

 

 

 

+++++++++++++++

 

 

 

Después del incidente en la cafetería, cuando Donato se fue con “míster bulto perfecto”, traté de alejarme de él. Los celos que sentí aquel día aun me duraban. Seguía molesto. Dona me mandó innumerables mensajes pidiendo vernos, pero le puse excusas, que tenía que salir con mi tía, que tenía que ir al instituto a inscribirme, que tenía una reunión con mis compañeros del curso pasado… Siempre le prometía que lo llamaría para quedar, claro que nunca cumplía… Hasta que hoy se aparece dentro del departamento, tocando la puerta de mi santuario. No me lo esperaba… Y él tampoco se esperaba encontrarme convertido en rubio…  Me dolió cuando me preguntó que qué me había hecho… Le contesté mal… No le iba a decir que realmente estaba tan cabreado que en un arranque de locura fui donde Francis y le pedí un cambio radical de look. Total, estoy de vacaciones y no hay problema con el instituto… Me cortó el cabello y me lo tiñó, y al verme me sentí… sexy… Solange casi se muere de un infarto, pero me dijo que me veía adorable… Y viene este italiano estúpido a bajarme de mi nube y estrellarme contra el suelo. Aun así, como el tonto que soy, traté de explicarle de manera simple lo sucedido… Pero luego creo que se dio cuenta de lo que había dicho y me pidió disculpas… Y dijo eso que quería escuchar… Que me veía sexy…

 

 

Al verlo sonreír me olvidé de todo. Los celos, la rabia y el dolor se fueron por el drenaje. La felicidad de verlo nuevamente me lleno por completo. Nos miramos sin decir palabra. Mi corazón acelerado amenazaba con salirse del pecho. Le pregunté si quería beber algo sólo para tener una excusa y salir de allí a calmarme un poco. Felizmente aceptó.

 

 

Cuando volví, lo vi con mi bota en la mano. Al comienzo me puse nervioso y no supe que decir. Pero  bueno, era Donato con el que estaba. Así que entre bromas le dije que era mía y que bailaba con ellas… Gran error. Lo tuve suplicándome para que le mostrara. Nunca había bailado en tacones frente a alguien. Jamás. Era un secreto. Mi secreto. Pero allí estaba el dueño de mis sueños húmedos rogándome que le baile… Y acepté. Maldiciendo pero acepté.

 

 

Al agacharme para buscar la música, una idea loca me asaltó… Me iba a lanzar de cabeza con todo por conseguir lo que quería. Por conseguirlo a él… La oportunidad estaba pintada, sólo había que aprovecharla. Encontré la canción perfecta… Me paré frente a Donato que me miraba con ojos brillantes y una súper erección mal disimulada dentro de sus vaqueros ajustados… Saber que le provocaba esas reacciones me lleno de valor… Suspiré y empecé a moverme.

 

 

Mírame Donato… Sólo bailo para ti… Cada movimiento es tuyo… Mírame…

 

 

La música me envuelve… Tenerte frente a mi me calienta… Casi me siento arder… Tus ojos abiertos de par en par me miran hambrientos… Tu boca entreabierta me tienta… Quiero acercarme y saltar sobre ti… Rogarte que me enseñes el placer del sexo… El placer de hacer el amor… Estoy excitado… Quiero…

 

— ¡Ah!… — Me empujas contra la pared… No lo vi venir… Tu boca contra la mía… Siento tu lengua ardiente arrasar con todo… Tus manos se pasean por mi cuerpo… Tu dureza se frota con la mía… Te alejas un segundo para tomar aire y atacas mi cuello con una mordida… — Dona… — No me dejas terminar…Vuelves a invadirme… Gael nunca me beso de esta forma…

 

—Me vuelves loco… — Susurras casi arrancándome la camiseta… Levanto los brazos para que puedas sacarla sin dañarla… Cierro los ojos mientras llevas tus labios a mi pecho y acaricias mi espalda con tus dedos… Dejo que mi voz escape en suaves gemidos… Tus dientes se adueñan de mis pezones… Los muerdes suavemente y luego los lames… Creo que en cualquier momento me voy a venir por el placer que me haces sentir… Te pones de rodillas frente a mi sin dejar de besar mi torso… Juegas con mi ombligo… Me sostengo de tus hombros para no caer… Abres mis pants y los bajas junto a mi ropa interior, despacio… Tiemblo de excitación y miedo… Va a pasar… Mierda, va a pasar…

 

—Donato…

 

—Shhh… — Me callas poniendo tus dedos sobre mi boca… Tus labios se abren y atrapas mi miembro dentro… Suelto un grito y echo la cabeza hacía atrás… Clavo mi vista en las luces del techo sintiendo como lames y chupas mi falo… La vista se me nubla… Introduces tus dedos dentro de mi boca y sólo atino a chuparlos entre jadeos… El orgasmo me llega de una manera salvaje… Pierdo la noción del todo por un momento… Hasta que uno de tus dedos haciéndose paso entre mis nalgas me devuelven de golpe a la realidad…

 

—Don… — Te levantas sin abandonar tu tarea a la vez que vas más allá y te siento dolorosamente dentro, me besas acallando mis quejidos… Mi sabor en tu boca hace que me distraiga por un momento… El dolor aumenta de pronto sacudiéndome… Son dos dedos ahora… — No… — Intento empujarte… Agarras una de mis manos y la bajas colocándola sobre tu miembro, largo, duro, pulsante… No voy a poder hacerlo… Tengo miedo… Un dedo más, como si me atravesara una daga… — ¡No! —Logro empujarte, trastabillas y caes sentado. Me miras desconcertado... — Donato…

 

—Lo sabía… — Susurras sonriendo de lado apartando la mirada… Empiezas a reír… Me duele tu risa…

 

—Doni, yo…

 

—Shhh, no digas nada muñeco. — Buscas tus borceguís, los coges y te los pones. Te levantas y acomodas tu ropa. — Vamos, vístete. — Recoges mi camiseta y me la lanzas. Me la pongo con manos temblorosas y subo mis pants. Me siento avergonzado.

 

—Lo siento…

 

—No muñeco, yo lo siento. No debí hacer eso sabiendo que eres un niño- — Tus palabras me hieren. — No volverá a pasar, nunca más. — Caminas hacía la puerta y antes de que salgas corro y te tomo del brazo.

 

—Donato, por favor… — Bruscamente apartas mi mano de un manotazo. Una clara muestra de rechazo que se me clava en el alma. Las lágrimas empiezan a caer de mis ojos. Das un paso y te detienes al escuchar un sollozo mal contenido. Es como si te debatieras entre girarte y verme o  irte. 

 

 

Luego de un par de minutos que se me hacen eternos, sales por la puerta cerrándola con un golpe seco.

 

 

 

+++++++++++++++

 

 

 

 

Casi me follo al muñeco… Joder… Lo tuve desnudo, a mi merced… Esa piel suave, esos labios dulces, la sensación de su culo apretándome los dedos… Su sabor en mi boca…

 

 

¿Qué mierda he hecho?

 

 

Salgo corriendo del departamento. Pero claro, con la puta suerte que tengo, me tropecé con Solange que venía entrando con Rebecca… Soy hombre muerto.

 

—Hey Doni, ¿ya te vas? — Pregunta Rebeca tan amable como siempre, mientras Sol me da una mirada amenazante.

 

—Sí, tengo… tengo una urgencia… — Joder, no puedo controlar los nervios. Y encima aun cargo la erección…

 

— ¿Y Etienne? — Sol se para frente a mi, impidiéndome la huida. Me mira como si supiera que algo ha pasado. Maldita loca…

 

—Arriba, se quedó practicando.

 

—Vamos cielo, déjalo ir. Mira que lo estás asustando… — Becka me guiña un ojo y toma la mano de Sol llevándosela dentro. — Nos vemos Doni.

 

 

Llego al departamento de Leo y me encierro en mi habitación. No puedo sacarme la expresión del Etienne. Sus ojos cerrados, su boca entreabierta, sus gemidos… La forma en que llegó al orgasmo…

 

Mierda…

 

Necesito follar. Necesito olvidar.

 

 Tomo el celular y marco.

 

—Diga…

 

—Thiago,  soy Donato…

 

—Que sorpresa…

 

— ¿Estás libre? ¿Puedo ir a tu departamento?... — Maldita sea, odio sonar necesitado…

 

—Para ti siempre estoy libre.

 

—Paso en 15 minutos.

 

—Te espero.

 

 

Corto la llamada. Tomo mi chaqueta y salgo como alma que lleva el diablo.  En 10 minutos estoy frente al departamento de “míster bulto perfecto.” Toco la puerta. En un minuto tengo a esa deliciosa escultura de chocolate frente a mi, descalzo y con solo unos vaqueros con el botón y la cremallera abiertos.

 

—Pareces desesperado…

 

—Tú también…

 

 

Entramos y como los salvajes que éramos, nos devoramos enteros. De todas las maneras imaginables.  Thiago era lo opuesto a Etienne. No tenía que ser delicado con él. No tenía que enseñarle. No tenía que hacerle promesas. Sólo era follar y nada más… ¿No es eso lo que quiero?... Entonces, ¿por qué no puedo dejar de pensar en el muñeco?...

 

 

Después de varias sesiones de sexo, caímos rendidos.  No solía quedarme a dormir con nadie, pero estaba tan cansado que simplemente me desconecté.

 

 

El sonido de Smells Like Ten Spirits proviniendo de mi móvil, me despertó. Abrí los ojos y me encontré tendido en la cama de Thiago. Él estaba dormido dándome la espalda, lo cual agradecí. Hubiera sido desagradable despertar y descubrirme abrazándolo o peor, que me esté abrazando…

 

 

Me levanté y caminé desnudo por el departamento buscando el teléfono. Lo hallé tirado junto a mis pantalones, en la sala. Miré la pantalla “Bruja” decía… ¿Por qué mierda me llamaría Solange?... ¿Le habría pasado algo a Etienne?...

 

— ¿Si?

 

— ¡¿Qué mierda le hiciste a Etienne?! ¡Maldito enfermo, pervertido de mierda! ¡Te advertí que no lo tocaras!...

 

—Yo no…

 

— ¿Tu no qué?... ¿Te lo follaste, verdad?... Voy a matarte cuando te vea…

 

—No me lo follé…

 

—No me mientas hijo de puta… Juró que voy a matarte bastardo…

 

— ¡Te estoy diciendo la verdad!

 

—No quiero volver a verte… Ni que te acerques a Eti de nuevo… ¡Te lo prohíbo! ¡Y búscate otro empleo que nunca más entrarás a mi restaurant!

 

—Sol…

 

—Eres una basura…

 

 

Me quedé estático con el móvil pegado a la oreja. Sol ya había cortado pero yo no podía moverme. ¿Etienne se lo habrá contado?... No, no creo… ¿Cómo lo descubrió entonces?...

 

 

Joder, me quedé sin empleo… Y encima por hacer nada… Ni siquiera me follé al muñeco… Mierda… y ahora ¿qué hago?... Leo me va a matar cuando se entere… A lo mejor me echa de su depa…

 

 

Regreso a la habitación mientras voy recogiendo mi ropa que está por todas partes. Llego a la cama y me siento bruscamente. Thiago se remueve.

 

— ¿Ya te vas? — Pregunta somnoliento. Doy un suspiro desganado. — ¿Qué pasa?

 

—Acabo de perder mi empleo… — Me sincero.  — Joder, no sé qué mierda voy a hacer ahora…

 

—Puedo ayudarte… — Me giro sorprendido de sus palabras. Él me mira aun tendido sobre la cama, de lado, con la cabeza apoyada en un brazo. — Un buen amigo mío trabaja en un bar, justo hace un par de días me comentó que se le fue uno de sus chicos… Y no quiere meter a nadie que no sea de confianza… Me lo propuso pero la verdad no me va bien trabajar de noche.

 

— ¿Hablas en serio? — Es que no podía creerlo…

 

—Claro… ¿Lo quieres? — Frunzo el ceño… — El empleo, ¿lo quieres?

 

—Por supuesto.

 

—Le hablaré a Fabi luego y le diré que encontré a su chico… — Se levanta de un salto y me tira sobre la cama, posicionándose sobre mí. — Ahora muéstrame tu agradecimiento…

 

 

 

 

Notas finales:

Canción que baila Etienne al comienzo: Feel the Melody de S3RL.

La que escucha Doni al llegar es (esta vez si) Bulletproof de La Roux

La q le baila a Donato: Bottoms de Pussycats Dolls

Como alucino xD

 

XOXO


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