Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dernière Danse por Killary

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

¿Es esto la vida real?

¿Es sólo fantasía?

Atrapado en un derrumbe

No hay escape de la realidad

(Bohemian Rhapsody – Queen)

 

 

 

Paso siete: Realidad distorsionada

 

 

 

Una semana había pasado desde que casi hago el amor con Donato… No… Una semana había pasado desde que casi tengo sexo con Donato. Así es. Aunque duela, así es.

 

 

Mi tía sospechaba que algo había ocurrido, aunque lo negué muchas veces. Y es que ese mismo día había visto la tremenda marca que me dejó Doni en el cuello… Le juré que sólo nos habíamos besado, que no pasó nada más, pero ella no me creyó… Claro, como me iba a creer si cuando me encontró estaba echo un mar de lágrimas… Me prohibió volver a ver o hablar con él. Y lo despidió del trabajo… Me sentía tan culpable…

 

 

Intenté muchas veces comunicarme con él. Nunca me contestaba el teléfono. Dejó de ir al estudio. Se mudó de la casa de Leo… No sabía cómo hacer para contactarlo…

 

 

Donato simplemente desapareció de mi vida.

 

 

Fue doloroso y desesperante. Pero con el transcurso de las semanas fui aceptándolo y resignándome. 

 

 

Quizá Donato se había aburrido de mi.  De un niño estúpido que echo a perder la oportunidad de oro de tener su primera vez con el hombre más sexy que había conocido. Con el hombre que había puesto su mundo de cabeza. Con el hombre que le gustaba... Con el dueño de sus fantasías más íntimas.

 

 

Con el hombre que quería.

 

 

No. No voy a rendirme. Lo voy a encontrar. 

 

 

Juro que lo voy a encontrar...

 

 

Empecé a cursar el último año de instituto. Sólo un año más y sería libre. Seguiría mi pasión: la danza. Lo tenía todo decidido y estudiado. 

 

 

Los meses pasaron lentos y tortuosos.

 

 

 

+++++++++++++++

 

 

 

—Vamos Etienne, anímate…

 

Estaba sentado con un grupo de mis compañeros de aula en un lugar apartado del patio. La verdad que sólo éramos 4 chicos, inseparables dentro del instituto, compartíamos gustos en común y eso nos había unido mucho este último año en el que por fin acabaríamos los estudios.

 

—No tengo ganas Piero… — El pequeño se acomodó un poco sus anteojos de pasta gruesa para mirarme muy serio con sus ojos chocolate.

 

—Será como nuestra despedida Eti, sabes que me iré a América con mis padres… — Hizo un puchero gracioso arrugando su naricita respingona y llena de pecas. — Stefan se va al otro lado de la península con sus abuelos… — El rubio sonrió tímidamente al escuchar su nombre. — Y Mateo…

 

—Y yo me largaré. Mandaré a mis viejos a la mierda y me voy a Ibiza a vivir mi vida… — Interrumpió el aludido. Se acomodó el cabello marrón y ondeado tras la oreja sonriendo pícaramente. — Voy a reunirme con Antonio y follar como si no hubiera un mañana… — Entorno los ojos poniendo una cara muy cómica que nos hizo reírnos a carcajadas.

 

—Eres una puta Mateo… — Solté sin dejar de reír.

 

—Y tu un virgen reprimido, chérie… — Respondió en tono burlón.  — Anímate Eti, vamos a provechar que el primo de Piero nos está invitando a ese bar… — Piero nos había dicho que su primo, Vincenzo, era dueño de un bar y por ser nuestra graduación nos invitaba a todos… A mí la verdad no me entusiasmaba mucho pero…

 

—S-si tú n-no vas y-yo tampoco… — Tartamudeó Stefan, restregándose las manos y con la mirada gris escondida tras su flequillo.

 

—Oh oh po  po  por fa favor  me me métela… — Una voz aguda y burlona se escuchó tras nosotros.  Levanté la vista para ver a  2 imbéciles carcajeándose y celebrando su estúpida broma, mientras que un tercero estaba parado a un lado como si no le importara lo que sucedía. Stefan dio un respingo y se ocultó detrás de Piero aunque eso era casi imposible porque Piero era mucho más bajo. — Pero miren, trata de esconderse tras la pulga cuatro ojos… ¿Son novios?...

 

— ¿Y qué te importa? ¿Estás celoso? — Me paré de un brinco y  enfrenté a Emiliano, el estúpido chico que había hecho su deporte favorito el molestar a Stefan. Todos sabíamos que entre él y Stefan algo había pasado durante las últimas vacaciones. Pero no pudimos sacarle palabra al rubio. Desde entonces Emilio se dedicó en cuerpo y alma a molestarlo cada vez que podía. Y nosotros nos dedicamos a protegerlo. Stefan era demasiado tímido, nunca contestaba, nunca se defendía, nunca pedía ayuda… Sólo agachaba la cabeza y lloraba…

 

 

El jefe del trío de imbéciles, un rubio de mirada de hielo lo hizo a un lado y me encaró. ¿Cómo es que se llamaba este idiota?... Ah sí, Norman creo… Él imbécil que llegó de Norteamérica a cursar el último año… Era tan frío e indiferente que le pusieron como sobrenombre el príncipe de hielo…

 

—No te metas, muñequito… — Su voz grave de acento raro me estremeció… Pero sobre todo el que me haya dicho muñequito… Sólo Donato me llamaba así…

 

—Ya, ya, cálmense… — Mateo se metió entre nosotros. — Dejen de molestar y váyanse por donde vinieron…

 

—Nadie habla contigo, puta… — Emiliano se puso al lado de Norman…

 

—Vete Emiliano si no quieres que… — Se acerca y le susurra algo bajito que hace que los colores huyan del rostro del chico. Norman sin expresión alguna se da media vuelta y empieza a alejarse. Emiliano blanco como el papel lo sigue junto a Guido, el tercer estúpido de ese trío de bastardos. Los veo alejarse maldiciéndolos internamente. Antes de que desaparezcan detrás del edificio de ciencias, me topo con la mirada de Norman. Nos conectamos por unos segundos. Me niego a girar el rostro aunque me den un escalofrío esos ojos vacíos… De verdad parecen de hielo… Todo este año he sentido esa mirada sobre mí. Al comienzo traté de ignorarla pero luego que el rubio se juntó con Emiliano y Guido fue imposible. Emiliano siempre iba tras Stefan… Guido y Norman lo acompañaban… Y empezamos a enfrentar miradas. Pero nunca me había hablado… Hasta hoy… Me dijo muñeco… Me estremezco recordando… No quiero que nadie me diga así, sólo Donato… Mi Donato… Donato…

 

—Ya no llores Stefano… — Me espabilo al escuchar la voz de mis amigos. Giré. Piero tenía abrazado al rubio que se sacudía levemente. Me acerqué al igual que Mateo, uniéndonos al abrazo.

 

—Vamos Teffy, se te hincharan los ojos y no podrás ligar esta noche… — Bromeó Mateo.

 

—Sí, te tienes que ver guapo para esta noche… — Dije, logrando que Stefan levantara el rostro lleno de lágrimas y me mirara. Le guiñé un ojo. — Iremos a ese bar a divertirnos como nunca…

 

 

 

+++++++++++++++

 

 

 

—Vincenzo nunca me dijo que era un bar gay… — Dijo Piero mientras sorbía con una pajilla un líquido de colores de un alto vaso decorado con una sombrillita.

 

— ¿Y qué esperabas? ¿Qué sentido tenía invitarte a una marisquería cuando odias los mariscos?... — Mateo se movía al ritmo de la pegajosa canción que se escuchaba mientras lamía la sal del borde de la copa de su tercera Margarita. —  Tienes un primo inteligente. — Le dio un golpecito en el hombro con una gran sonrisa. Luego volteó a verme. — Es ahora o nunca Eti… Mira que chicos tan guapos… — Di una mirada despreocupada alrededor y si, había chicos muy guapos… Pero ninguno era Donato…

 

—He venido a pasarla bien con ustedes, no a ligar con un cualquiera… — Respondí sorbiendo de mi trago rosa. — Esto está muy bueno, ¿cómo es que se llamaba?...

 

—Pantera Rosa… — Contestó Stefan a mi lado con una sonrisa. Llevaba largo rato jugando con la copa de su Cosmopolitan al que sólo le había dado un sorbo. Cuando estaba relajado y no se sentía amenazado casi no tartamudeaba.

 

—Gracias… Voy a pedirme otro. — Caminé a la barra y mientras esperaba mi trago, observé al rubio disimuladamente. Hoy estaba radiante. Sonreía tímidamente y cada vez que lo miraban de más o le hacían un guiño se sonrojaba adorablemente. Esa belleza andrógina que poseía resaltaba aún más en el conjunto blanco que llevaba. Parecía un ángel con el cabello dorado suelto cayéndole a los lados… No me cabía en la cabeza que se haya enrollado con el corriente de Emiliano… Ese tipo era un vulgar matón… A su lado, Mateo era todo lo contrario. Un total demonio sexy y salvaje, vestido con unos pantalones tan entallados que parecían su segunda piel, la camisa azul como sus ojos y el cabello marrón alborotado. Reía y coqueteaba con descaro… Y completaba el cuadro Piero. Podría decirse que era la voz de la razón del grupo. El más centrado. Aunque era el más bajo de nosotros, era el que nos infundía confianza y fortaleza cuando la necesitábamos. Hoy había dejado sus anteojos para usar lentes de contacto, cosa que hacía muy rara vez.

 

—Aquí tienes precioso… — Llamó mi atención el chico tras la barra con una camiseta ajustada con el logo Chameleon en el pecho mientras me acercaba el trago. Le agradecí con una sonrisa y regresé a la mesa junto a mis amigos.

 

 

Cuando iba por mi sexta copa, ya estábamos riendo como tontos y bailando entre nosotros con desenfado. Muchos tipos con cara de depredadores nos rondaban pero Piero se encargaba de espantarlos con tan sólo nombrar a su primo Vincenzo… Era el único que se mantenía algo sobrio… Hasta Stefan ya estaba con las mejillas sonrosadas y la risa escapaba de sus rosados y apetecibles labios… Mierda… No puedo ver a mi amigo con deseo… Es mi amigo joder… Pero me estaba empalmando…

 

 

En un segundo en el que Piero fue a pedirse una cerveza, le susurré a Mateo que iba al baño… Caminé tambaleándome entre la gente hasta que me adentré a un pasadizo que llevaba a los servicios… Entré y me acerqué al lavabo. Abrí el caño y me mojé el rostro tratando de calmarme. Me había empalmado sólo por pensar en lo sexy que se veía Stefan… Mierda, Mateo tenía razón. Necesitaba follar. Tengo que buscar a Donato… Ya ha pasado casi un año, quizá ahora si tenga suerte. Leo debe saber… Joder… Masturbarme me estaba poniendo estúpido… Donato, Donato, Donato… ¿Es en el único que puedo pensar?... Me reí cómo loco. Felizmente no había nadie… ¿El espejo está bailando?... Debo estar bien borracho.  Volví a mojarme el rostro cuando una mano fría me cubrió los ojos y antes que pudiera reaccionar una voz baja y sensual nubló mis sentidos.

 

—Muñeco…

 

— ¿Donato?... — Balbuceé atontado… Un cuerpo se pegó al mío y pude sentir la dura erección queriendo taladrar mi cadera… Mi Donato está aquí… Gemí sin poder evitarlo… — Doni… — Me empujaron dentro de un cubículo sin soltarme. No opuse resistencia. La mano que cubría mis ojos fue reemplazada por una suave tela… — Doni… — Estaba tan excitado que sólo podía gemir su nombre…  Me pegó a lo que supongo era una pared y puso mis manos a cada lado de mi cabeza. Cuando intenté moverlas para tocarlo, gruñó y las volvió a colocar contra la dura superficie. —  Donato…

 

—Muñequito… — Sentí sus labios en mi cuello y sus manos recorrer mi pecho… Me deshice en jadeos… Se coló bajo mi camiseta pellizcando con saña mis pezones… Su respiración chocaba con mi nuca… Sus manos bajaron y rápidamente abrieron mis pantalones y deslizaron mi ropa interior… Una comenzó a masturbarme y la otra se internó entre  mis nalgas… Sentí algo frío y viscoso…

 

—Donato… Oh Doni… — Me retorcía en placer sin embargo obedientemente no separaba mis manos de la pared… Mis ojos vendados sólo intensificaban las sensaciones… — Ah… — Dejó de acariciar mi entrada… Algo duro se presionó en ella. — Dona… — Su mano ahora libre tomó mis dos muñecas con fuerza sobre mi cabeza… La otra se posó sobre mi boca… y empujó… Grité de dolor cuando lo sentí entrar en mi… Un grito que fue acallado por su fuerte mano. Su cuerpo me presionaba impidiendo moverme… Se quedó un rato jadeando en mi oído… Empecé a sollozar…

 

—Shhh… — Comenzó a moverse despacio… Salía y entraba haciendo que mi cuerpo golpeé la pared mientras emitía quejidos que poco a poco fueron bajando de intensidad. Soltó mis manos y las dejé allí echas puño. Liberó mi boca y empezó a masturbarme de nuevo.

 

—Donato… — Sollocé. El placer empezó a llegarme de a pocos mientras estimulaba mi miembro haciendo que vuelva a ponerse duro y necesitado… El dolor quedó a un lado.  Por un rato sólo fueron nuestros gemidos, el sonido de su piel chocando con la mía y la melodía que nos llegaba desde la pista de baile.

 

You tear down my reason… It’s your sex i can smell… — Cantó  entré jadeos en un perfecto inglés, siguiendo la letra de aquella canción que yo escuchaba distorsionada a lo lejos. Sus movimientos aumentaron y yo me sentí explotar.

 

—Doni… Voy a… — Pude balbucear antes de que el orgasmo me asaltara violentamente. Entre espasmos pude sentir que me cogía fuertemente de las caderas y ahogaba un jadeo en mi hombro.

 

 

Después de eso… Todo se volvió negro…

 

 

 

Notas finales:

Cap chico lo se -u- 

La canción q escucha distorsionada es Closer de Nine Inch Nails 

<3

 

XOXO


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).