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Dernière Danse por Killary

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¿Qué esperas para ti?

¿Qué se está rompiendo?

Nada es para siempre

¿Estás seguro de eso?

(Clock Strikes – One Ok Rock)

 

 

 

5. Paso cinco: El corazón nunca aprende

 

 

 

—Ya no sé qué más hacer…

 

—Es algo temporal Sol, así son los adolescentes…

 

—Pero Leo, estoy desesperada… Se la pasa encerrado en el cuarto de baile, sólo sale de allí para comer, ducharse y dormir… Casi ni pronuncia palabra…

 

—Pues a mí tampoco me quiso decir nada…

 

—Disculpa si te estoy molestando… ya sé que intestaste hablar con él…

 

—No me molestas Sol…

 

—Es que estás con Sam y…

 

—Eres mi amiga, siempre tendré tiempo para ti, mujer.

 

—Gracias…

 

 

Hace ya dos semanas que Etienne cambió radicalmente. No quiso ir más a la academia, se la pasaba encerrado en casa metido en su cuarto de baile y apenas me dirigía la palabra. Por más que pregunte qué era lo que pasaba no me lo dijo. Sólo soltaba un “estoy bien, sólo cansancio.” Pedí ayuda a Leo para ver si  conseguía averiguar algo ya que se habían vuelto muy amigos pero ni con él quiso sincerarse.

 

 

— ¿Sol?

 

—Dime Leo, disculpa tengo la cabeza en la luna…

 

—Creo que aún podemos probar algo… si estás de acuerdo…

 

—Dime, lo que sea…

 

—Donato… ¿Recuerdas que te conté que se conocían? Ellos estuvieron juntos el último día que vino al estudio… Quien sabe…

 

—Joder Leo… — ¿Donato?... Era buen chico pero muy… ¿Cómo decirlo? Muy “sociable”. La verdad  era un depredador, casi se había follado a media ciudad… Lo conocía muy bien ya que llevaba un tiempo trabajando de mesero en mi restaurant… — Debo estar loca… Pero acepto.

 

—No te preocupes, ya le he dejado en claro que Eti es tu sobrino y está fuera de su alcance. Hoy no tiene turno, ¿verdad?

 

—Es Lunes, asi es…

 

—Por la tarde estará allá… Dale la oportunidad que converse a solas con Eti, quizá entre jóvenes se entiendan mejor… Confía en mí…

 

—No me queda de otra, estoy desesperada…

 

 

 

 

+++++++++++++++

 

 

 

 

Aun retumba la voz de Solange dentro de  mi cabeza. Joder que esa mujer si sabía gritar. Por poco me dice hasta de que voy a morir si es que me atrevo a tocarle un solo cabello a su preciado sobrino… Si yo no le quiero tocar los cabellos… Con que me deje tocarle el culo es suficiente… Va, a quién engaño… Quiero follarme a ese niño bonito. Que sea sobrino de la tirana de mi jefa sólo complica las cosas. Y que sea protegido de mi primo también. Y bueno, que me caiga bien es el mayor de  mis problemas… Realmente no me entiendo…

 

 

Y  después de los gritos, advertencias y amenazas… Me pidieron que hablara con él. Me explicaron lo que sucedía y Leo me dijo que yo era algo así como su última esperanza. Que dramáticos. Hasta me dejaron solo en la casa con Etienne. Claro que él no tiene ni idea de que estoy aquí. Quien entiende a estos locos.

 

 

Aquí me tienen, parado  frente a la puerta del cuarto del niño bonito.  Me debato entre llamar a la puerta o salir corriendo. Podría irme e inventarle cualquier cosa a Leo. Pero a Sol… Además, la verdad es que también estoy preocupado por el niño.

 

 

La música se escapa por una pequeña abertura de la puerta mal cerrada… “La próxima vez seré más fuerte, seré mi propio salvador cuando el trueno venga por mi…” Conozco la melodía. Me encantaría escabullirme y verlo bailar… Pero no, es mejor que no… Me conozco, no sería bueno intentar hablar con el muñeco con una tremenda erección…

 

 

 Inhalo fuertemente y exhalo despacio para calmar mis nervios y algo más... Paso las manos por mi cabello en un intento de hacerlo presentable. Desisto y me coloco el gorro que tengo entre las manos. Así está mejor… Vamos Donato, tu puedes. Toco un par de veces antes de que por fin me abran la puerta. El niño bonito está frente a mí con cara de asombro.

 

— ¿Donato?... ¿Qué… — Oh por los cielos, se acuerda de mi nombre… Mis ojos viajan de su rostro a su cuello… Su cuerpo… Mierda… La camiseta sudada se le pega al torso… Puedo adivinar tras ella unos suaves pezones suplicando por ser lamidos… Esos pants le quedan de maravilla… Joder que piernas… Y su cu… — ¡Donato!

 

— ¿¡Qué!? —  Aparto la vista de su hipnotizante cuerpo… Su rostro ceñudo me mira… Creo que se dio cuenta… — Lo siento…

 

— ¿No escuchaste nada de lo que dije, verdad? — Giro la vista avergonzado al sentirme descubierto.  — Por cierto, estas babeando… — Mis manos viajan a la velocidad de la luz hacia mi boca… Una carcajada y la sequedad de mi piel me revelan que sólo era una broma… No soy de sonrojarme pero en esta ocasión siento que el rostro se me enciende como una bombilla de navidad… Pero al segundo me doy cuenta de que el muñeco está riendo. Así que hacer el ridículo valió la pena, ¿verdad?

 

—Lo siento… No escuché un carajo… — Su risa es música para mis oídos.

 

—Te pregunté qué haces aquí… ¿Cómo entraste?

 

—Bueno… Vine a visitarte, hace un par de semanas que no te apareces por el estudio… — Su risa se corta y esconde sus ojos tras su cabello al inclinar la cabeza. Oh no, no quiero que vuelva a estar triste… — ¿Sabes que tu tía es mi jefa? — Mi estrategia surte efecto. Levanta nuevamente el rostro con ojos brillantes y curiosos.

 

— ¿Tu jefa? ¿En serio?... ¿Trabajas en el restaurant?

 

 

Y le cuento. Hablo y hablo de cómo entré a trabajar con Sol, de su amistad con Leo, anécdotas graciosas de mis inicios  que lo hacen reír con ganas… Me siento victorioso al verlo reír y limpiarse una que otra lagrimilla producto de las carcajadas. Me invita a pasar a su habitación que no era tal sino una sala de baile... Sigo hablando sin descanso. Podría hablar por horas, tengo tantas cosas que contar y la mayoría son muy cómicas… El muñeco participa, al comienzo tímidamente pero luego bromea, se burla y ríe. Estamos conversando animadamente sentados en el suelo… ¿En qué momento nos volvimos tan amigos?... Hace apenas unas semanas habíamos hablado por primera vez…  

 

 

El tiempo pasa sin que lo notemos.  Etienne me ofrece un refresco y parándose de un salto me da la espalda y camina hacia la puerta… Joder que culo… Nunca me cansaré de repetirlo... Desaparece  mientras yo prácticamente estoy babeando con la imagen de sus nalgas moviéndose acompasadamente mientras se alejaba… Oh, vamos Donato deja de pensar con el pene

 

 

Me levanto tratando de sacudirme los pervertidos pensamientos… Solange te va a cortar las bolas si le tocas un cabello a su precioso sobrinito, Donato…  Me recuerdo mentalmente. Instintivamente me acaricio los genitales. Amo mis bolas y mi polla. Y sé que no soy el único… Sonrío ante las imágenes que me llegan. Recuerdos de muchos y excelentes polvos… La mayoría sin rostro, sin complicaciones… Así como me gustan... Así como siempre tiene que ser…

 

— ¡Donato! — Lo escucho llamarme. Me levanto de un salto y salgo de aquel cuarto. — ¡Donato!

 

— ¡Voy! — Camino por el gran departamento buscandolo… Sol cabrona debes cagarte en plata y me pagas un sueldo de hambre… Pedazo de casa que te manejas. Y yo viviendo de arrimado en un cuartito. Suerte de mierda la mía… — Muñequito, muñequito ¿dónde te metiste? — Canturreo. Lo encuentro en la cocina. Veo la mesa con algunos emparedados que supongo preparó… Joder, que lindo. — ¿Quieres café o té?... También tengo sodas y jugo… O agua… — ¿Por qué no me ofreces tu cuerpo? Juro que me lo devoro enterito sin dejar migaja…

 

— ¡Donato! 

 

—Ah… Lo siento… — Mierda, otra vez me quede alucinando…

 

—Vives en la luna…

 

—Una soda estaría bien… — Digo riendo.

 

 

Me fui muy tarde de su departamento. Era tan fácil pasar el tiempo con él. Le prometí que lo visitaría mi próximo día libre. Y luego el próximo. Y el que siguió… Terminamos viéndonos casi todos mis días de descanso, y algunas mañanas también. Y casi todos los malditos días Sol me recordaba el peligro que corrían mis genitales…

 

 

Lo convencí de volver a ir al estudio de baile. Comenzamos a practicar juntos. Le agarré cariño. Y por eso mantuve mis deseos pervertidos a raya. Era un delicado muñequito de porcelana. Y yo un animal torpe y brusco que seguro lo rompería si es que intentaba jugar con él.

 

 

Podía decirse que nos volvimos amigos. Le conté un poco de  mi vida, me contó un poco de la suya. Salimos a comer, al cine, al parque de diversiones… Me era tan sencillo mostrarme tal cual, sin necesidad de fingir… No tenía que impresionarlo, ni tampoco conquistarlo… Aunque realmente tenía unas ganas terribles de llevármelo a la cama… Pero no podía, no, no,no…

 

 

Conoció a algunos de mis polvos ocasionales y me daba su opinión sincera. A unos los aprobaba con 10, a otros ni se molestaba en darles nota. Era gracioso escucharlo decir “mon Deu, Doni es que no ves que ni siquiera tiene un culo decente, ¿tan desesperado estás?” Y me reía como loco al escucharlo hablar tan abiertamente sin ningún tipo de vergüenza. Obviamente nadie iba a tener un culo decente si lo comparaba con el suyo…

 

 

Un día mientras comíamos un helado nos pusimos a buscar los tipos con el bulto más grande. Ganó uno de los meseros. Un moreno impresionante, con el cabello al rape, unos ojos negros profundos y unos labios súper carnosos. Y por supuesto una súper polla se dejaba entrever oculta tras esos pantalones café de su uniforme. Lo hicimos venir a nuestra mesa varias veces con cualquier excusa. Verlo caminar hacia nosotros era excitante. Verlo alejarse también.  Si hubiéramos hecho un concurso de culos, seguro también ganaba. Si es que el muñequito no entraba en la contienda, porque el sublime culito que se manejaba era el mejor de todos los que conocía… Pero estábamos hablando de aquel bombón de chocolate en este momento. Puse en juego todo mi encanto seductor. Quería… No… Necesitaba llevármelo a la cama. Follármelo. O que me folle. La verdad no me importaba.

 

 

Le pregunté a Etienne que le parecería si metía en mi lista de conquistas a “míster bulto perfecto”. No tuvo problema... Supongo. Aunque me pareció ver un atisbo de molestia en sus ojos por un segundo... O serán pareceres míos... Bueno, ya que...

 

 

Luego de 20 minutos de miradas intensas, sonrisas, frases en doble sentido; aquel súper caliente pedazo de chocolate entró en el juego. Nos dijo que salía en 30 minutos, que podíamos esperarlo… ¿Podíamos?...

 

—Dulzura, esto es entre tú y yo… El muñequito queda fuera… — Pasé suavemente una mano por su brazo.

 

—Oh, pensé que haríamos un trío… — Devoró a Etienne con la mirada, relamiéndose. Luego volvió a mirarme con una sonrisa de lado. — Pero está bien. Tú y yo.  En 30. — Me guiñó un ojo y se fue. El muñeco soltó una risita contenida.

 

— ¿En serio quería un trío?

 

— ¿Quién no quisiera tenernos? Somos dos tíos malditamente guapos y sexys. — Comencé a reírme a carcajadas. Eti sonrió a duras penas. Creo que no le hizo mucha gracia el comentario. — Ya, disculpa, sé que tú no…

 

—Shhh no lo digas. — Enarqué una ceja.

 

— ¿Hablas de pollas y culos como si nada y te avergüenza aceptar que eres virgen? — Apretó las manos en puño sobre la mesa, bajando la mirada.

 

— ¿Eso que tiene que ver?... ¿Tú no lo harías conmigo?... — Oh por la santa mierda… Claro que te follaría de todas las maneras imaginables e inimaginables también… Si tan sólo pudiera… Pero no, no, no, no…

 

—Eres un crío, Etienne…

 

— ¿Soy muy niño para ti?... ¿O el problema es que soy virgen? — Joder, joder, este muñeco me lo está poniendo difícil… — He visto como me miras… Sé que me tienes ganas… — Por favor… No puedo, no puedo…

 

— Te miro como miro a todo el que tiene un buen culo… Me conoces Eti, no tomo a nadie en serio… — Hizo una mueca de disgusto. — Te mereces algo más que un polvo al paso sin compromisos para tu primera vez… Vamos, sólo tienes 16 años, ya encontrarás al amor de tu vida que te follará hasta dejarte inconsciente, te casarás con él y vivirás feliz por siempre bla, bla, bla… ¿Recuerdas?

 

—Casi tengo 17… — Murmuró levantándose. — Además eso te lo dije hace mucho… Ya no pienso igual… — Realmente muñeco… Voy a mandar el control al carajo y te voy a tirar sobre esa mesa y… — Me voy, hablamos luego… — Giró dispuesto a irse… ¿Estará disgustado?...

 

—Hey, espera…  Lo tomé del  brazo, deteniéndolo. — ¿Te molestó lo que dije? — Lo sentí tensarse, aún de espaldas a mí. — Lo siento… Siempre bromeamos con eso… No pensé…

 

—Bromeas… — Corrigió. — Y no estoy disgustado… — Volteó mirándome con una sonrisa. — ¿Quieres que me quede para hacer el trío?

 

— ¡No!... Quiero decir… — Casi grité la negativa… Creo que media cafetería volteo a vernos. ¿Por qué me molesta tanto la idea de que alguien toque a Etienne?... Que imbécil, como que por qué… Obvio que soy yo el que quiere follarse al muñequito… Quiere pero no puede… Ni podrá… — ¿Me avisas cuando llegas a casa? — Asintió con la cabeza.  — ¿Te llamo mañana?

 

—Y me cuentas como te fue… — Sonriendo se acercó y besó mi mejilla. — Ciao. — Lo vi desaparecer tras la puerta. Que bien se ve de espaldas…

 

 

Me senté nuevamente, dando un gran suspiro. Le tengo tantas ganas al muñeco… Tantas que varias veces he imaginado que me lo follo. Una vez exclamé su nombre cuando llegué al orgasmo mientras clavaba a un chico que conocí en un bar… Pero no puedo… No puedo… En estos meses de conocerlo le he agarrado cariño. Para colmo, un día me contó que nunca había tenido sexo, y que le gustaría que su primera vez sea por amor y todas esas estupideces que los niñitos inocentes tienen en la cabeza. Por eso prefiero follarme cualquier otro culo para dejar de pensar en el suyo. Aunque grite su nombre en el proceso.

 

— ¿Listo? — Levanto la vista y veo ante mí a aquel monumento de chocolate. Se me hace agua la boca. Lo siento Etienne, eres demasiado inocente. Mejor alguien con experiencia, que sepa lo que hace y con el que no necesite andar con cuidados especiales. Polvos fuertes, rápidos, salvajes. Así me gustan.  Si te toco, seguro te rompería… Y no quiero eso… No a ti…

 

—Más que listo, dulzura. — Me levanto con una sonrisa engreída y lo sigo fuera de la cafetería. Ni bien giramos la esquina, me estampa contra la pared y sin permiso ni delicadeza invade mi boca con un salvaje beso.

 

—Mi departamento está cerca. — Susurra a mi oído, mordiendo un poco mi pabellón auricular.

 

— ¿Qué esperamos? —  Respondo en un jadeo al sentir su dureza en mi muslo.

 

 

Creo que esta será una estupenda noche.

 

 

 

Notas finales:

Adelantandome xq este fin de semana estare super ocupada :) .

Turning Tables de Adele es la canción que escucha Donato... (acabo de corregirlo xq Bulletproof es la del prox capitulo xD Cuando no yo enredandome)

Hasta la prox <3

 

XOXO


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