Era el día diez del mes de Enero, el frío del invierno se sentía en el aire, el moreno lo sabía porque gracias a las bajas temperaturas de esa mañana sus ojos comenzaron a abrirse poco a poco, no obstante no sabía muy bien donde estaba, aunque eso era habitual en él, siempre había tenido la tendencia a desorientarse al despertar y le tomaba unos minutos recordar que estaba haciendo antes de dormir, de lo único de lo que estaba seguro era que estaba en una cama y de que apestaba a alcohol, mientras en menos de dos segundos sintió como la cabeza se le partía en dos del dolor, la resaca no se había tardado ni un poco en hacerse notar, aunque la olvidó completamente en el momento en que algo cálido se adhería su piel sin tapujos ni restricciones, por lo que algo incrédulo y repitiéndose a si mismo que seguía ebrio se volteo para encontrar la sorpresa de su vida compartiendo sábanas con él.
- ¡¿KI-KI-KI-KISE?! - Exclamó dubitativo al ver al blondo abrazado a su torso desnudo como si fueran una pareja casada, mientras comenzaba a sentir el calor del sonrojo hasta las orejas, su solo contacto provocó que un escalofrío recorriera su espalda y un leve sonrojo se hiciera presente en sus mejillas.
¿Cómo podría si quiera comenzar a describir tal situación?, es cierto que hace más de dos meses la estrella de Tooo había notado que tenía sentimientos románticos hacia el modelo de revista, pero no estaba dispuesto a decírselo, más cuando le había tomado tanto trabajo aceptarlo, ¿acaso Kise seria capaz de creerle algo así sin pensar que le estaba tomando el pelo?, Aomine estaba seguro que no. Esa había sido su auto promesa desde aquel fatídico día en que lo derrotó en el juego que a ambos les apasionaba, llegando a entender al final del día por qué le molestaba tanto haber ganado, simplemente no toleraba el haber dañado tanto al pálido muchacho y se maldecía a sí mismo por esa razón.
- ¿Aominecchi?, ¿ya despertaste?, aún es muy temprano - Dijo el rubio, sacando de sus profundos pensamientos al más alto, mientras se frotaba los ojos adormilado y con una notoria voz de cansancio, ya que no tenía su euforia habitual, y aún peor, para la sorpresa de Aomine, éste se comportaba con total normalidad y calma, hecho que solo logro confundirlo mucho más.
- ¡¿Qu-Qué es esto Kise?!, ¡¿Qué rayos estamos haciendo?!, ¡¿Que hago aquí?!, ¡¿Que es este lugar?! - Vociferaba el moreno mirando hacia todos lados muy confundido, ante la divertida mirada de Kise, quien no se aguantó en soltar una pequeña carcajada ante tal reacción, para posteriormente comenzar a hablar con un temple un poco más serio.
- Veo que no recuerdas nada, Aominecchi - Exclamó casi a modo de susurro, desviando un poco la mirada, la cual reflejaba algo de decepción, dejando el momento divertido atrás.
-¿D-D-D-De que hablas? - Trató de articular la estrella basquetbolista, muy nervioso ante la reacción del blondo, esperando no oír que había cometido una estupidez la noche anterior, cosa que era muy probable en el estado en que se encontraba.
- Si no lo recuerdas no vale la pena hablar de eso, no paso nada malo para tu tranquilidad, pero deberías irte ahora - Exclamó con temple sereno, pero con un tono seco y cortante, mientras se levantaba de la cama y se ponía una camiseta, ya que solo estaba con el pijama inferior sobre el cuerpo, igual que su rebelde compañero.
- ¿QUE RAYOS DICES, KISE?, ¡¡EXPLÍCAME QUE ESTA PASANDO!!, NI SI QUIERA SE DÓNDE ESTAMOS, ADEMÁS YO... - Exclamó enojado el moreno, hasta que la mirada del estudiante de Kaijo lo fulminó, se veía tan serio como nunca antes lo había visto, lo cual lo intimidó y no pudo seguir hablando, como si le hubieran comido la lengua los ratones.
- Ésta es mi casa y sólo para que lo sepas llegaste sin que nadie te llamara... - Vociferó firme logrando que el moreno se avergonzara de sí mismo, luego Kise desvió la mirada y caminó hasta la puerta mientras le ponía punto final a la incómoda conversación: - Vístete rápido, te llamaré un taxi -, lo último que se escuchó fue el sonido de la puerta cerrándose.
Pasaron unos instantes en que el más alto no supo qué hacer, quería respuestas, eso estaba claro, pero la prueba irrefutable de que Kise tenía todo el derecho de estar molesto y no decirle nada era que él mismo se había buscado toda esa situación, estaba en la casa de su amigo, sin recordar nada y con indicios de haber bebido lo suficiente para cometer la mayor idiotez de su vida, eso era lo que más le remordía la conciencia, había estado ocultando sus sentimientos por el blondo mucho tiempo como para haber metido la pata borracho, no quería que Kise pensara que estaba jugando con él o que su comportamiento era como el de un niño, pero ahora sabía lo que debía hacer, si Ryouta no iba a decirle nada, debía acudir a sus amigos y pedirles una explicación sobre como había terminado así, luego de tener el rompecabezas de la situación armado se disculparía con el afectado como correspondía, además no podía dejar de preguntarse, ¿cómo era posible que de haber estado bebiendo con Kagami y Kuroko la noche anterior haya terminado en la cama con su platinada debilidad?, algo no calzaba y lucharía por saber la verdad, tanto por él como por su amado secreto.
Ya vestido, salió de la habitación, sorprendiéndose con lo espacioso del lugar, la casa del "copia perfecta" era inmensa y muy bella, digna de una persona que se dedica al modelaje y vive solo, tenía mucha clase y estilo, por lo que mientras se embobaba mirando alrededor como un niño al entrar a una juguetería, fue sacado de sus pensamientos por la melódica pero a la vez cortante voz del níveo de piel, quien estaba parado justo a un lado de la puerta de salida.
- Tu taxi está aquí - Sentenció con un tono seco y molesto, mientras abría la puerta para no demorar ni un segundo más la partida del moreno.
- Esta bien... - Dijo la Ex estrella de Teiko, mientras caminaba hacia la puerta sin poder mirar al rubio a los ojos, la vergüenza le carcomía, pero antes de cruzar el portal que los separaría físicamente soltó sin pensarlo: -...Lamento si te cause algún problema, Kise - para luego salir del lugar mientras se cerraba la puerta tras de él, su instinto lo movía en ese momento, no podía irse simplemente sin decir nada.
- Si tan solo supieras lo mucho que me gustaría que recordaras - Susurró para sí mismo el blondo, mientras reprimía su llanto apoyado contra la pared de su espacioso hogar, su corazón dolía, sintiéndose un juego para su amigo, ya que lo que Daiki no sabía, o al parecer no recordaba era que si bien él estaba reprimiendo sus sentimientos por dos meses... Kise lo había estado haciendo por dos años, ambos tenían el mismo secreto.
Pasaron veinte minutos en que Aomine logró llegar a su hogar, tomo una ducha, se cambio de ropa rápidamente, para luego tomar su celular y contactar urgentemente a Kuroko, quien había estado con él la noche anterior en ese bar y para ventaja del moreno no bebía ni un poco de alcohol, probablemente debido a que es muy débil en ese tipo de cosas, por lo que ese detalle lo convertía en el más indicado para ayudarlo con este dilema.
Mientras pasaban los segundos el tono de marcado solo lo desesperaba, sentía que le iba a explotar el cerebro si no resolvía esto, si no conseguía recordar, ¿sería capaz de ver los hipnotizante ojos dorados de Kise una vez más?, solo considerar una negativa lo estaba enloqueciendo, esos pensamientos estaban haciendo estragos en su mente, hasta que una calmada voz en la otra línea lo saco de ese trance y le devolvió los pies a la tierra.
- ¿Diga? - Preguntó tranquilo el peli celeste.
- ¡Tetsu! - Exclamó Aomine emocionado.
- ¿Aomine-Kun?, pensé que estarías durmiendo a esta hora, ayer estabas muy ebrio - Contestó con su típico tono de voz, sin entender muy bien el porqué de la llamada.
- Justo de eso necesito hablarte, ¿podemos vernos en media hora?, necesito que me ayudes a saber qué rayos sucedió anoche, es urgente, termine en el peor lugar posible - Dijo algo desesperado.
- Puedo imaginar a qué lugar te refieres, si ese es el caso... ¿Debería decirle a Kagami-kun que vaya tambien? -Sugirió la pequeña sombra esperanzado con poder prestarle ayuda a su acongojado ex compañero.
- Sí, claro, dile al idiota también, ahora necesito toda la ayuda posible, los espero en el Maji Burger del centro en unos veinte minutos - Especificó el desesperado adolescente, ya un poco mas aliviado al saber que contaba con algo de cooperación.
- Muy bien, nos vemos Aomine-Kun - Se despidió tranquilo el peli celeste, sin entender muy bien que estaba pasando, pero conociendo a su ex compañero esperaba lo peor.
- Ok, gracias Tetsu - Concluyó la conversación partiendo inmediatamente al lugar de encuentro, ya que de los tres era el que vivía mas lejos de la tienda de comida rápida.
Cuando la hora de la reunión llegó el mejor amigo de Momoi ya se encontraba en el lugar, algo impaciente al no ver señales de sus auxiliadores, estaba comenzando a molestarse mientras los minutos pasaban, golpeaba sus dedos con impaciencia en la mesa, en tanto mostraba una mueca de disgusto en el rostro, que de paso lucía una ojeras terribles.
- ¿Donde rayos podrán estar?, ya llevan quince minutos de retraso - Mascullaba algo enojado, sin mencionar que tenía mucha hambre y los estaba esperando para poder comer algo juntos, si bien no era lo que solía hacer, era lo mínimo considerando que irían hasta allá por su causa.
- Llevo aquí más tiempo que tu Aomine-Kun - Se escucho una calmada voz sentado frente a él.
- ¡AHHHHHHHH! - Gritó horrorizado el más alto notando la presencia del peli celeste, quien lo observaba con su típica expresión neutra mientras degustaba una malteada de vainilla.
- No deberías hacer tanto ruido, estamos en un lugar público, la gente va a pensar que eres extraño - Exclamo con total normalidad la pequeña sombra , sin descuidar su bebida y soportando una mirada de enojo por parte de su acompañante, quien aun se recuperaba del ataque cardiaco que le había provocado.
- Odio que hagas eso, hace mucho no me pasaba, ¡SI ESTABAS AQUI DEBISTE DECIRLO APENAS LEGUE!... - Le recriminó ya un poco más tranquilo:-... ¡¿Por qué rayos hiciste eso?!- Preguntó sin dejar de lado su ira característica.
- Pensé que sería divertido - Exclamó como si nada el más bajo, sin si quiera cambiar su expresión, ganándose otra mirada fulminante por parte del peli azul, para luego continuar diciendo: - ...Oh, ahí viene Kagami-Kun -Vocifero desviado levemente la mirada, mientras Aomine volteaba la cabeza hacia la puerta, donde divisó a su eterno rival.
- Al fin llegas idiota, te estábamos espe... - No pudo seguir hablando al ver que algo extraño ocurría con el rostro de la estrella de Seirin: -¡¿Qué le sucedió a tu ojo?!, ¡ESTA MORADO! - Se impactó ante tal escenario, tanto así que se levantó de su asiento por reflejo, pero Kuroko no parecía inmutarse.
- ¡¡Tú deberías saberlo mejor que nadie, agradece que estoy aquí después de lo de anoche!!, ¡imbécil!- Vocifero muy enojado, para en el acto sentarse en una silla junto a Kuroko.
- Siéntate Aomine-Kun, tenemos mucho que contarte - Sentenció Kuroko, con un tono de voz muy serio, ante el cual el moreno no pudo negarse.... era momento de comenzar a armar el rompecabezas de una buena vez.