Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La máscara (versión masculina) por Sakura015

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Fanaticos del Yaoi, aca traje el cap 2 y el ultimo.

Repito: NO busco ofender a nadie con esto. Quiero... hacer ver algo. Y entretenerlos, obviamente.

Sin mas que decir...a leer

Hiraki seguía conduciendo en las calles nocturnas, buscando el lugar donde Miyagi habría vivido anteriormente. Natsuki, por su lado, sólo veía por la ventana, pensando en lo que iban a hacer. No conocían a Shinobu, pero parecía que Miyagi de verdad le tenía cariño.

Ellas no pretendían matar a nadie, sólo ver en qué condiciones estaba ese chico. Miyagi mencionó que era “una mujer de lo peor”. A saber qué era lo que hacía. Podía ser pandillera, mafiosa, traficante de drogas... Algo que fuera terrible. La situaciones en eso lugares apartados no eras fáciles, como en muchos lugares sin comercio alguno. La gente de ahí vivía como podía.

-¿Crees que esa mujer sea algo de todo eso?-preguntó Natsuki.

-No sabría que decirte, pero seguro que Miyagi ha debido ver algo-respondió Hiraki.

Siguió conduciendo hasta que les dio hambre. Bueno, un descanso podían tomar. Hiraki se estacionó en una estación de servicio que estaba cerca.

 

Misaki se levantó para poder ir beber algo. Tenía la boca seca. Pero primero debía encontrar como zafarse de los brazos del escritor. El esfuerzo lo tenía que hacer siempre, puesto que Usami lo abrazaba como si fuera su oso de peluche. Todas las noches eran así.

Cuando logró zafarse, se dirigió a la puerta y al querer abrir, ésta no lo hizo. Forcejeó un poco y nada. Era extraño. No entró en pánico tan pronto. No le serviría de nada. Comenzó a llamar a las chicas. No lo escuchaban. Creyendo que estaban dormidas, decidió llamar a Hiraki a su celular para que les abriera con la llave de repuesto. Sonó varias veces. Uno, dos, tres... Siete veces... No estaba seguro, pero se rindió a sus intentos de contactarla. No quedó otra opción.

-Usagi-san. Usagi-san, despierta.

-¿Qué pasa, Misaki?-preguntó con fastidio. No le gustaba que interrumpieran su sueño.

-Quiero ir a beber algo, pero la puerta está cerrada.

-¿Qué? Pero yo no cerré con llave-exclamó levantándose y yendo a comprobar.

No abrió. Maldita sea, murmuraron. Buscó en los cajones y no estaba la llave de repuesto. Usagi le preguntó si había llamado a las chicas y le dijeron que sí.

-Maldición. ¿Ahora qué?-se exaltó Misaki.

-Cálmate. Encontraremos algo.

 

Las chicas habían parado a comer y beber algo en la estación de servicio. Hiraki se pidió lo más que pudo, porque siempre tuvo un gran apetito. Y Natsuki algo ligero. Estaban en la barra. Al terminar, Natsuki sacó el guardapelo de su bolsillo y lo miraron. Al abrirlo, en lugar de una foto, había un pequeño papel. Natsuki lo sacó y leyó: *Para Miyagi. Con amor: Shinobu.

Ellas intercambiaron una mirada. No sabían muy bien que pensar. Natsuki estaba tan pensativa que no notó cuando Hiraki estaba juntando sus labios con los de ella. Se sonrojó hasta las orejas. No estaba acostumbrada a dar sus muestras de afecto en público. Pero aun así, la correspondió gustosa. Hiraki era una experta besando. La mayor se separó de ella y contempló su rostro colorado. Se miraban fijamente, pero... un loco estampó su cara en el vidrio, y Natsuki gritó del susto.

-¡Oigan! No quiero gritos-regañó el cantinero. Se quedó mirando el collar-. ¿Ese no es el guardapelo de Miyagi?

-Sí. ¿Lo conoce?

-Sí, claro. ¿Ustedes son amigas de él?

-No, para nada. Pero por lo que vimos, él se siente terrible sin Shinobu-respondió Hiraki.

-Si, Shinobu también se siente muy mal sin Miyagi... Eso dos eran sumamente unidos. Pero a la novia de Shinobu, “Bad Girl”, no le gustaba que fuesen... tan unidos. Es una mujer muy, muy celosa-explicó.

-¿Sabe donde viven?

-Ella y su grupo viven cruzando las vivas. Cuando saquen a Shinobu de ahí, denle saludos de... Taro.

Las chicas se encogieron de hombros y fueron al auto de Usami. Hiraki condujo unos veinte minutos hasta que llegó a las vías. Natsuki le dijo que no aparcara el auto cerca, puesto que Akane, o Bad Girl, podía darse cuenta.

Bajaron y se escondieron en un auto sin ruedas, completamente en ruinas. Escucharon que un auto se acercaba a toda velocidad. Se asomaron levemente y vieron ese auto que se estacionó frente a un edificio abandonado. Una mujer salió del lado del conducto. Vestía un abrigo de cuero, unos piercing en la oreja izquierda, en la nariz y labio. Llevaba calzas negras y botas de cuero. Otra mujer bajó, y estaba igual que la primera, con la diferencia de que tenía el cabello teñido de azul.

-¿Estás viendo lo que yo?-Natsuki parecía impactada.

-Sí. Son pandilleras sin lugar a dudas.

Una de ellas abrió la puerta de atrás y una mujer bajó. Se quedó mirando dentro.

-Muévete... Shinobu-ordenó tomando el brazo de un chico rubio, que tenía la mirada perdida.

-Shinobu-susurraron ambas.

Se quedaron viendo si pasaba algo más.

 

Miyagi estaba moviendo frenéticamente la mano. Al no sentir el guardapelo en ella, se desesperó. Se destapó y vio debajo de la almohada, pero no había nada. Salió de la cama y miró debajo de las mantas y de la cama. No lo encontró.

En la otra habitación, Misaki y Usagi estaban atando las cortinas y unas mantas para poder salir por la ventana, cuando de pronto...

-¡¡Noooo!!-escucharon un fuerte grito de Miyagi.

-Cielos-dijo Misaki, sorprendido.

-¿Dónde está? ¿Quién lo robó?... ¡Fueron esas mocosas! ¡Todas son iguales! Te quitan lo que más quieres.

-Usagi-san, Miyagi-san tiene problemas. ¡Sal por la ventana!

A Usami no le gustó mucho la idea. Discutieron un breve momento hasta que Misaki consiguió que saliera diciendo que se lo pagaría en otro momento. Ahí salió de inmediato. No le quedaba otra que esperar.

 En el lugar abandonado, Hiraki y Natsuki habían conseguido subir hasta el piso más alto y se habían asomado por la ventana para ver que tal era todo.

-Vamos, Shinobu. ¿Es que ya no te hago feliz?-preguntó la mujer-. ¿O es que sigues pensando en Miyagi?

-Ah...-suspiró el menor, que estaba decaído.

-¡Te dije que lo olvidaras!-reprochó ella-. ¡Yo te saqué de un mundo de segunda y te di clase! Y tú quieres hacerme a un lado.

Shinobu sólo la miraba tristemente. No entendía como se puso con alguien así. Una mujer que no estaba antes entró y le habló a Akane.

-Oye, el chico no tiene la culpa. Déjalo en paz un rato.  

-¿Qué? ¿Ahora eres blanda?-dijo con burla.

-No, pero él es un niño. No tiene que pasar por esto sólo porque los hombres no te hacen caso.

Akane se acercó a ella y en un movimiento rápido, sacó una pistola y le disparó en la cabeza. Natsuki se quedó sin aire y Hiraki se llevó una mano a la boca. Quedaron shockeadas. Entendieron que si era terrible esa mujer. Akane tiró el arma por ahí y Shinobu comenzó a llorar.

-Oh, Shinobu, tú sabes que eres mi chico. Hay que ser como antes. Ya sabes, felices-exclamó tomando sus muñecas y abrazándolo. Shinobu sin duda estaba aterrado-. Felices todo el tiempo.

El menor notó un pequeño gancho en la pared. Y la mujer llevaba un collar ajustado. Aprovechó eso y puso el collar. Eso le dio tiempo de alejarse de ella y tomar una maleta que tenía desde hacía un tiempo. Se dio cuenta que el gancho se soltaría en cualquier momento, por lo que se apresuró a salir. Pero cuando abrió la puerta, no contaba con que las secuaces de Akane estuvieran ahí.

-¿A dónde ibas?

Shinobu retrocedió asustado por esas mujeres, que eran más altas que él. Hiraki y Natsuki estaban viendo todo.

-¡Ah! ¡Déjenme ir! ¡Déjenme ir!-suplicó, pero fue en vano.

-¡Quítame esta mierda!-le dijo a una de las chicas-. ¡¡Sujétenlo!!

-¡Todas las mujeres son iguales! Arpías. ¡Arpías es lo que son!-gritó mientras las mujeres lo ataban a una silla. 

Las menores ya no sabían qué hacer.

 

En la casa, Miyagi estaba desesperado por poder salir de ahí. Desde que perdió el collar, se puso como loco.

-¡Sáquenme!

-¡Ya para de gritar! Te sacaré-dijo Usagi, tratando de abrir la puerta con un destornillador, que se rompió luego del intento-. Herramienta barata.

-¡Quiero salir!-gritó el pelinegro golpeando la puerta.

Dejó escapar un gritó de frustración y empezó a buscar algo para poder salir.

El tiempo pasó y Misaki seguía encerrado en la habitación. Estaba desesperado por salir, sin mencionar que le dieron ganas de ir al baño.

-Usagi-san, date prisa-pidió.

Miró el suelo y encontró un pasado. Seguro era de Natsuki.

-Que oportuno-dijo tomando el pasador.

Luego de unos minutos, pudo abrir la puerta y fue corriendo al baño.

-Qué alivio-dijo al salir.

Fue hasta la puerta del cuarto de Miyagi, y vio que Usami todavía no podía abrir. Estaba molesto.

-Ten. Prueba con esto-dijo el menor, tendiéndole el pasador.

Usami abrió la puerta y al entrar, vieron que todo era un desastre. Las sabanas estaban en el suelo. La cama en cualquier lado. Y había cosas en el suelo. Se asomaron por la ventana y vieron que algunas mantas fueron usadas para salir por la ventana.

Intercambiaron una mirada, Y Usami vio que había dejado su máscara.

-Qué extraño-soltó el menor.

-¿Qué cosa?

-Cuando le estábamos preparando el cuarto, le pregunté por qué no se quitaba esa cosa.

-¿Qué te respondió?

-Que no quería enfrentarse a la realidad.

Ambos se quedaron muy pensativos. Pero tampoco iban a estar todo el día con ese tema. Misaki fue a la habitación de las chicas, y se asomó por la puerta. Vio unos bultos en la cama, así que cerró y se fue con Usagi. Allí, se acostaron y se quedaron dormidos, pensando en lo larga que pudo ser su noche.

 

Las chicas esperaron a que Akane se fuera con las otras dos, y se asomaron para ver a Shinobu. El pobre estaba atado a una silla, que parecía estar pegada al suelo. Hiraki dio golpecitos en la ventana para llamar su atención. El rubio comenzó a despertar un poco. Miró a la ventana.

-¿Eh?-vio que las dos chicas le hacían señas-. ¡No! ¡No! ¡Más mujeres no!

Natsuki puso un dedo en sus labios, dándole señal de que guardara silencio. Sacó el collar de su bolsillo y se lo enseñó.

-Ah.... Miyagi...-susurró-. Ayúdenme antes de que regresen

Trataron de abrir la ventana, pero estaba trabada desde adentro.

-¿Ahora qué?-preguntó Natsuki.

-Mmm... Tranquila, tengo la solución-Hiraki fue hasta atrás de ese balcón y se tiró de espalda contra la ventana-. No me dolió.

Ambas se acercaron a Shinobu y comenzaron  desatarlo. Aunque estaba bien ajustado.

-Ahí vienen-dijo el chico, asustado.

-Natsuki, escóndete detrás de él.

Hiraki se puso a un lado de la puerta, con una pala en las manos. Las dos chicas, secuaces de Akane, entraron y examinaron el lugar con la mirada. Sintieron un olor extraño. A hombre. Y es que Hiraki usaba desodorante de hombre. Miraron al costado y la vieron.

-¿Y tú quién diablos eres?-preguntó la chica de cabello azul, a punto de sacar su pistola.

La chica apagó la luz y se escucharon terribles golpes, y luego unos disparos. Shinobu y Natsuki se quedaron en silencio, completamente petrificados.

-Hiraki-pronunció la menor.

La luz se encendió y las mujeres malas estaban en el suelo, con un disparo en el vientre cada una.

-Siento mucho que vieran esto-dijo la mayor.

-He visto peores cosas- dijo Shinobu, que casi estaba desatado.

Cuando por fin lo sacaron, él se acercó a la puerta, pero al ver que ella se acercaba cerró de golpe.

-¡Ay, no! ¡Ahí viene Bad Girl!

Las chicas gritaron y Hiraki se lanzó por la ventana otra vez, rompiendo más el cristal. Les hizo una seña a los otros dos para que salieran.

-¡¡Shinobu!!-gritó Akane. No lo vio por ningún lado.

Las otros habían bajado por la escalera que estaba colgando. Hiraki dejó que ellos dos bajaran primero. A pesar de no ser la mayor, quería asegurarse de que nada les pasaría. Cuando estaba por bajar, Akane se asomó por la ventana y vio a Hiraki. Trató de acercarse para golpearla, pero ella logró sacar el gancho que sostenía la escalera. La caída iba a ser dura, pero logró saltar antes de que impactara contra el suelo.

-¡Wow! ¡Qué temeraria!-exclamó Shinobu.

-Gracias... ¡Ahora, corran!-ordenó.

Se alejaron lo más rápido que pudieron de ese edificio.              No querían usar el auto para no dañarlo y enfrentarse a la ira de Usami.

Escucharon a sus espaldas el ruido de un motor. Se les heló la sangre. Akane iba en su auto, rumbo a buscar a Shinobu, o atropellarlos a todos. Llegaron hasta las vías, y no tenían mucha idea de que hacer.

Shinobu se fue por un lado, desesperado. No quería que esa mujer lo atrapara de nuevo. El auto dobló.

-¡Natsuki, quédate aquí!-dijo Hiraki, corriendo detrás del auto.

-¡Hiraki!-gritó la menor.

Ella corrió, tratando de alcanzar el auto. Era increíble que corriera casi a la misma velocidad que ese vehículo. Aun sudando como nunca, logró subirse  sobre el baúl del auto. Uso uno de esos movimientos de película y entró, quedando en el asiento. Tomó el volante e hizo que el auto siguiera por las vías. Estaban por golpearse, pero miraron al frente y... un tren se aproximaba. Gritaron de igual forma. Hiraki trató de abrir la puerta, pero...

-¡Oh, no!-la tomó del brazo y la tiró contra ella-. Si muero, morirás conmigo.

Forcejearon. Hiraki vio que ella tenía ladrillos en el suelo. Estirando la mano como puedo, tomó uno y la golpeó, dejándola atontada. Claro, el rencor era parte de ella: dejó el ladrillo en el acelerador y se lanzó del auto. Rodó en el suelo y al caer, se cubrió la cabeza.

Natsuki y Shinobu, que no estaban muy lejos de ahí, vieron todo. Cuando el auto impactó contra el tren, se cubrieron de las partes del vehículo. Finalmente, era libre. Por fin. Miraron a Hiraki y se acercaron a ella. La ayudaron a sentarse.

-De verdad, son chicas muy valientes-les dijo y las abrazó-. Gracias por ayudarme.

-¡Shinobu! ¡Shinobu!-escucharon. Miraron y Miyagi iba en el tren.

-¡Miyagi!-el rubio se levantó y corrió detrás del tren-. Miyagi, esas chicas salvaron mi vida. ¡Salvaron mi vida!

-Me equivoque. ¡No todas son malas!-exclamó extendiéndole la mano. Lo subió, se puso su collar, y de pasó, el rubio también tenía uno. Ambos se abrazaron-. Ahora estemos juntos sin importar que.

Se separaron y los collares se habían enredado. Hicieron un sonido exagerado y luego comenzaron a reírse, sin separarse. Las chicas veían con ternura esa escena.

-¡Gracias, niñas! ¡Gracias por todo!-gritó Miyagi.

Ellas los vieron alejarse. Se levantaron y abrazaron. La mayor levantó el rostro de la pequeña y la besó con desesperación. Y luego se volvieron a abrazar más fuerte, acordando nunca mencionar lo que pasó.

Si quieren saber que pasó después, volvieron a la mansión antes de que los otros dos despertaran y guardaron el auto, que no tenía ningún rayón. Fueron rápido a su habitación y se acostaron, durmiéndose al instante.

Respecto a Miyagi y Shinobu... Bueno, ya saben que pasó con ellas. Ahora son felices juntos, acordaron no hablar de lo sucedido. Ah, y ya se llevan bien con las mujeres. Entendieron su error. Lástima que Akane ya no iba a entender el suyo. No en el infierno.   

Y...listo.

Notas finales:

Bueno, espero que les haya gustado y que no haya estado dificil el... "mensaje". No el de Miyagi y el rubio. El otro.

Chauchis.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).