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Rompimiento del compromiso... ¿Un nuevo comienzo? por Teen Spirit

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Notas del capitulo:

Perdón, perdón por tardar tanto en tener listo el capítulo pero ya entré a clases y la universidad consume todo mi tiempo, disculpen y espero sea de su agrado. 

Sin más por el momento les dejo aquí la contunuación, que espero sea de su agrado~ 

Kyou Kara Maou no me perteece, ni sus personajes, es propiedad de Tomo Takabayashi. 

Como saben les dejo imágenes a lo largo de todo el capítulo y también les dejé unas melodías que espero les gusten pues al escucharlas fui constuyendo la última parte del capítulo. 

~Al día siguiente~

De nuevo estoy despertando solo… Me pregunto cuánto tiempo más podré soportar sin tenerlo aquí conmigo. El día de ayer Wolfram negó nuestro compromiso por primera vez, aunque anteriormente lo rompió por completo ésta vez habló como si estuviera convencido de que todo fue un accidente, sé que al inicio fue un malentendido, pero… ¿mantener el compromiso con Wolfram después de tanto tiempo habrá sido de verdad un accidente como siempre he pensado?

El Maou se encontraba nuevamente perdido en sus pensamientos, pero ésta vez ni siquiera se había levantado de su cama, sus días habían estado muy aburridos últimamente y ni hablar de sus solitarias noches.

~ ¿Cuándo es que empezó a importarme tanto lo que Wolfram hiciera o dijera?  –se cuestionaba el rey mientras se sentaba lentamente en su cama y miraba hacia la ventana–

El sol ya comenzaba a asomarse en el cielo que estaba teñido de un color naranja amarillento, era realmente hermoso ~Se ve realmente bello, me recuerda a ese día…

https://scontent-dft4-1.xx.fbcdn.net/v/t1.0-9/12509899_934396223310903_536700793591811437_n.jpg?oh=5895602c7e8aa6dc7e8cc6be4b9090a3&oe=590B4929 (ésta es una foto que yo tomé personalmente :3)

~Flashback~

Era temprano, demasiado, iba amaneciendo y deberían ser como las 7:00 de la mañana, estaba cansado pero de un momento a otro voltee a ver a mi lado y ahí estaba él… Tan perfecto y hermoso, Wolfram se encontraba profundamente dormido y lucía como un ángel, los rayos del sol que se colaban por los grandes ventanales de la habitación acariciaban dulcemente su rostro y tenía un leve sonrojo en sus mejillas como todos los días antes de despertar http://img25.imagevenue.com/loc457/th_41014_b27792458_122_457lo.jpg  Hace un tiempo, unos tres años más o menos, que él había dejado atrás sus malos hábitos para dormir, ya era tranquilo e incluso podía abrazarlo al dormir, se había vuelto una costumbre sin darme cuenta, me gustaba sentir su suavidad y su calor cerca, él al ser un usuario del majutsu de fuego siempre tenía ese calorcito tan reconfortable que me hace caer profundamente dormido, aunque seguramente no todo se debe a que controla ese elemento y tal vez sólo sea cosa de él.

Y su olor, ese olor que se siente tan dulce como la miel, no por nada Cheri-sama le ha dado ese apodo a él, Honey-chan…

Me quedé un largo rato contemplándolo dormir sin ninguna preocupación, después de todo él odia despertar temprano así que no me sorprendería viéndolo, no había peligro en ese aspecto… De un momento a otro, y sin pensarlo mucho, me acerqué a él y olfatee entre sus dorados cabellos mientras hundía mi nariz en ellos, eran tan suaves que me hacían cosquillas en la nariz y los labios, aspiré tantas veces como pude esa esencia –tratando de memorizarla– que lo caracteriza y que pocos, incluyéndome, hemos logrado conocer. Pasé un buen rato viéndolo dormir y oliendo su sedosa cabellera, de vez en cuando pasaba mis dedos por su cabello, pero ya no me bastaba con eso, quería sentir su suavidad y por primera vez me atreví a acariciarlo… Toqué levemente sus mejillas con el dorso de mi mano y eran realmente suaves, él soltaba ruiditos de vez en cuando, eran algo así como ronroneos “que tierno~” (pensaba yo).

En un momento y sin pensarlo mucho,  más que nada por un impulso, acerqué mi rostro al suyo y posé mis labios sobre los suyos, eran muy suaves y carnosos, aunque fue un toque simplemente superficial me emocioné bastante, y cuando sentí que iba a despertar me sorprendí tanto que sentí que el corazón se me iba a salir por el trasero del susto, afortunadamente sólo se reacomodó para seguir durmiendo. Un beso con Wolfram, después de todo no era la primera vez que sucedía, aunque ésta vez fui yo quien tomó la iniciativa… Además él es alguien realmente hermoso y me atrae bastante, pero nunca me he atrevido a aceptar estos sentimientos pues él y yo somos hombres, eso no es normal ¿verdad?

~Fin del Flashback~

Tampoco he pensado mucho en el compromiso pues lo evadí desde el principio aun cuando él me preguntaba constantemente sobre eso, últimamente ya no lo ha mencionado y hasta se atrevió a decir que fue un accidente, esa fue la primera vez que pude notar la expresión triste de Wolfram por culpa, lo he lastimado tantas veces y he sido un completo debilucho que ni siquiera me daba cuenta… Cuánta razón tienes en decirme así –río amargamente para sí mismo–.

Y además ahora te has alejado tanto de mí para pasar el tiempo con ese tipo –dijo de forma despectiva– de sólo pensar en eso se me revuelve el estómago –su corazón se estrujó en su pecho mientras dolía al recordar la confianza con la que ese tipo se acercaba a Wolfram y él no se quejaba de nada, parecía recibirlo gustoso– ¿Será que ya no me amas más a mí…? –se sorprendió de sus propias palabras, abrió los ojos como platos luego de escucharse y tapó su boca levemente con su mano derecha– ¿Pero qué estoy diciendo, en qué estoy pensando? Si siempre lo he visto como un buen amigo, un compañero de aventuras y travesuras –se cuestionaba así mismo mientras seguía pensando en el rubio y su corazón se la pasaba sintiéndose estrujado debido a sus cavilaciones– Wolfram sólo es mi amigo… ¿O no? –el Maou seguía absorto en sus pensamientos respecto al rubio cuando de pronto el toquido en la puerta de su habitación lo regresó de golpe a la realidad haciendo que se sobresaltara–

~Adelante –pudo decir después de tranquilizarse un poco y dejar sus pensamientos de lado, al menos sólo por ahora–

La persona que había tocado la puerta ingresó por la misma rápidamente.

~Heika, ¿por qué sigue acostado a éstas horas? –preguntaba confundido el consejero que lucía algo agitado– Hoy tiene la importante junta con los embajadores de países humanos sobre los tratados de comercio con Shin Makoku y demás, tiene que darse prisa –decía apurando al rey a levantarse y lo arrastró hasta el baño para que se diera una ducha y se cambiara rápidamente–

El consejero impaciente esperó al rey en su habitación mientras caminaba de un lado a otro rogando que el rey se diera prisa para la tan importante junta. Después de unos 20 minutos Yuuri salió del baño ya arreglado, llevaba su típico traje negro pero su saco ya era más largo de lo acostumbrado pues ya era mayor y le sentaba mejor al tener más porte. Una vez el consejero dio su visto bueno al rey salieron rápidamente de la habitación rumbo a un salón de juntas.

 

~~*~*~*~*~*~~***~~*~*~*~*~*~~

 

Un rubio iba abriendo lentamente sus esmeraldas debido a los rayos del sol que se colaban por la ventana y acariciaban dulcemente sus mejillas que tenían un leve sonrojo, como todos los días cuando despertaba, sus cabellos se encontraban algo alborotados y sus ojitos estaban soñolientos, poco a poco se iba incorporando en su cama con algo de desgano pues era muy temprano para que él ya se encontrara despierto. Lentamente se fue acercando a la orilla de la cama y colocó sus delicados pies en unas pantuflas peluditas de color blanco (cortesía de Miko-san, mamá de Yuuri), sin mucha prisa se levantó de la cama y se dirigió a su clóset para escoger algo de ropa y bajar a desayunar. En su clóset casi todo eran uniformes militares, lógicamente tenía más de uno, aunque también tenía ropa de la tierra, en sus raras visitas a la tierra Miko-san se había encargado de comprarle todo un guardarropa de moda porque Wolf era todo un adonis y ella le compraba cuanta cosa veía al imaginarse lo bien que se le vería al rubio, Miko-san estaba encantada al verlo usando las cosas que había comprado a él con tata ilusión y amor pues ya lo consideraba como a un hijo más. Al recordar todo eso su corazón se estrujó levemente y decidió concentrarse en vestirse para no tener tiempo de deprimirse más de la cuenta.

Se tomó unos veinte minutos decidiendo que ropa se pondría, quería estar casual pues tendrían hoy la visita de Kiriya y no se sentía con ganas de vestir su uniforme, finalmente, y después de desechar varias posibilidades, escogió algo de lo mucho que tenía y decidió ir a tomar una ducha para arreglarse después.

Pasados unos treinta minutos salió del baño y se cambió con tranquilidad, había demorado bañándose pues estuvo un buen rato pensando en el día de ayer, lastimosamente sus propias palabras y acciones seguían repitiéndose en su mente una y otra vez, por su cabeza no dejaba de aparecer insistentemente la escena que protagonizó ayer en el salón de música…

~Flashback~

~Entonces haré que me lo entregues por la fuerza–dijo el Maou mientras se acercaba más a ellos y estiraba su mano para tocar a Wolfram–

El rubio se encontraba en shock ante las palabras de Yuuri, pero ya no quería seguir engañándose con falsas esperanzas y se encontraba pensando que seguramente su amado lo hacía para proteger su orgullo y esa idea terminó por lastimar más su corazón y no pudo evitar estallar de molestia ante esa situación, él ya había cambiado y ya no era tan violento ni impulsivo… Pero había momentos en que no podía controlarse y su personalidad explosiva salía a flote nuevamente.

~ ¡No me toques! –el rubio golpeó la mano del rey que ya estaba a punto de tomarlo y se alejó un poco de él mientras tenía el ceño fruncido– Si no quieres nada conmigo deja de darme falsas esperanzas… –dijo casi inaudiblemente para los demás, pero el rey logró escucharlo mientras tenía una cara de gran sorpresa ante las acciones de su rubio–

~Wolfram, no… Yo… Esa nunca fue mi intención –explicaba algo nervioso el rey y con una cara de preocupación evidente– Déjame explicarte, es decir, estamos comprome –no pudo terminar pues fue interrumpido–

~ ¡No! Eso sólo fue un accidente, ¿no es verdad? –decía el rubio dolido– Entonces no te atrevas a decir que estamos comprometidos cuando nunca lo has aceptado… –se veía la profunda tristeza en el rostro del rubio– Si te la pasas negando nuestro compromiso cada que puedes… Yo haré lo mismo que tú –decía con voz quebrada y ojos a punto de dejar salir unas traicioneras lágrimas–

~Fin del Flashback~

Después de vestirse se sentó en el filo de su cama, tenía las piernas abiertas y sus antebrazos sobre las mismas, tenía su cabeza agachada y sin poder evitarlo comenzó a derramar lágrimas mientras se repetía una y otra vez las mismas preguntas ¿Por qué dije eso? ¿Cómo me atreví a negar el compromiso? ¿Qué es lo que Yuuri va a pensar? ¿Si ya acepté que fue un accidente se atreverá a romper nuestro compromiso de una vez por todas y definitivamente…? Ese tipo de pensamientos se aglomeraban en su mente y su estómago se revolvía mientras su corazón palpitaba con fuerza en su pecho y sus lágrimas surcaban sus mejillas sin poder contenerse. Mientras estaba absorto en sus pensamientos se recostó nuevamente en su cama y colocó su brazo sobre su cara tapando sus ojos que seguían llorosos y comenzaban a hincharse, el sonido de un golpe en la puerta de su habitación lo sacó de su acongojo y sorprendido se levantó de prisa de la cama, fue hasta el espejo y se limpió el rostro, terminó de arreglarse e indico que podían entrar a la habitación, tras la puerta apreció el apuesto príncipe que le hizo compañía el resto del día anterior, no lo dejó ni un momento, ni siquiera para cenar. Cuando lo vio entrar recordó todo lo acontecido la tarde anterior.  

~Flashback~

Después de salir corriendo de aquel lugar siguió hasta el jardín rápidamente y con Johann a rastras pues nunca disminuyó su agarre sobre la muñeca ajena, casualmente llegaron al mismo lugar donde había sido consolado anteriormente por el príncipe el mismo día que se conocieron, el rubio se detuvo súbitamente cerca de una banquita y se dejó caer pesadamente sobre ella, soltó el agarre liberando al oji-azul y por fin se sintió libre de derramar las lágrimas traicioneras que se habían agolpado en sus verdes ojos, lloró tanto como pudo y después de un largo momento (así lo había sentido él) logró recomponerse de su estado logrado tranquilizarse. El peli-negro presenció todo en completo silencio, cuando el rubio ya estuvo más calmado él se arrodilló frente a Wolfram regalándole una sonrisa cálida y con su pulgar limpió el caminito salado que se encontraba en las mejillas de ese tierno ángel, después de terminar se reincorporó del suelo y se sentó junto al rubio, éste atinó a recargar su cabeza en el hombro ajeno y ambos guardaron silencio esperando que el otro rompiera el silencio.

Pasaron unos cuantos minutos que parecieron una eternidad después de que ambos quedaron en silencio y fue el rubio quien se atrevió a hablar, ya se encontraba totalmente recompuesto.

~Gracias Johann y también perdóname, parece que lo único que hago es ocasionarte problemas y meterte en mis asuntos –dijo melancólicamente mientras le regalaba una sonrisa un tanto forzada–

~Wolf, no digas cosas como esas mientras pones esa cara –se acercó al rubio y tomó sus cachetes para jalarlos un poco y luego apachurrarlos, lo hizo unas tres veces aprovechando que Wolfram se sorprendió tanto que se quedó inmóvil y lo miraba con sus esmeraldas bien abiertas–

~ ¿Pe-pero qué cre-cresh que h-ha-hashes? [1]–preguntaba mientras el otro seguía divertido moviendo sus cachetitos–

~Deberías sonreír Wolfy-chan –decía al momento de soltarlo y sonreírle traviesamente–

~Justo ahora no tengo motivos para poder sonreír –decía cabizbajo–

~Siempre puedes encontrar un motivo, es más, sé tu propio motivo

~ ¿Ser mi propio motivo? –preguntaba confundido y con un brillo de esperanza en sus ojos–

~Sí, es decir, hoy te atreviste a gritarle al rey –se rio por lo bajo– Te aferraste a tu orgullo y por fin lo enfrentaste, seguramente habías querido decir eso desde hace un largo tiempo y no te atrevías, justamente hoy lo dijiste y deberías sentirte más liberado al haberle dicho algo que se merece

~Ese debilucho lo merecía, ¿verdad? –preguntó tímidamente–

~ ¡Claro que sí, después de todo él te ha hecho lo mismo por cinco años! –no pudo evitar subir su tono de voz– Perdón… Me alteré –dijo apenado–

~Creo que tienes razón… Además, su cara de atolondrado no tiene comparación –después los dos intercambiaron miradas cómplices y rieron a carcajadas un tanto descontroladas al recordar dicho suceso–

Mientras se encontraban sentados, y después de reír tan divertidamente, continuaron platicando de trivialidades, cuando creyeron conveniente se retiraron rumbo a las habitaciones pues para ese momento la cena ya debería de haber terminado y, por lo menos Wolfram, no tenía intenciones de ver a nadie. Cuando llegaron al cuarto del rubio éste abrió la puerta y entró con lentitud a la habitación que se encontraba entre penumbras debido a la hora.

~Bueno, hasta mañana entonces –estaba a punto de cerrar cuando el peli-negro lo impidió–

~Ni creas Wolfy-chan, déjame pasar –su petición sonó más bien a una orden–

~ ¿Eh? ¿Acaso te golpeaste la cabeza contra algo y ya no piensas correctamente? ¿O acaso eres estúpido?  No hay ninguna razón para que yo haga tal cosa–dijo con un dejo de altanería y mirada seria mientras se cruzaba de brazos–

~Que cruel Wolf, sólo es para que cenemos, tampoco creas que me atrevería a hacerte algo malo en éste lugar, aunque la idea es bastante tentadora –decía con voz sensual mientras daba unos cuantos pasos hasta ponerse frente al rubio y tomar su barbilla para alzarla y hacer que sus ojos se encontraran en un intenso duelo de miradas–

~Es-tás loco –dijo nervioso después de dar un paso hacia atrás para soltarse del agarre y romper el contacto visual, le dio la espalda al príncipe y con un ligero movimiento de su mano se prendieron todas las velas de la habitación haciendo que cobrara vida–  Algún día me harás enojar y me pagarás todas las que me debes –dijo tajante–

~Jajaja no seas tan malo conmigo –decía al observar toda la escena– Wolf, prométeme que aunque te enojes conmigo no me vas a rostizar –una gotita resbalaba detrás de su cabeza pues no dudaba que el rubio fuera capaz de hacerlo y no quería que su vida peligrara–

~Eso… No puedo prometerlo –dijo tranquilamente mientras miraba de reojo al príncipe que se veía algo nervioso– Es bro-ma –se soltó a reír divertidamente ante la expresión nerviosa y espantada del oji-azul–

~Eres todo un demonio –decía enfurruñado–

~Me sorprende que apenas te des cuenta –dijo divertidamente–

Después mandaron llamar a una de las sirvientas del castillo para pedirle que les llevara la cena a la habitación del rubio pues ambos comerían ahí, el rubio no pudo negarse pues estaba lo suficientemente cansado como para lidiar en ese momento con los berrinches de su caprichoso amigo que no lo dejaría en paz hasta conseguir lo que quería, por lo que aceptó derrotado ante las peticiones de Johann sin poder oponer mucha resistencia que digamos.

Cenaron mientras compartían anécdotas, Wolfram le contó como Anissina siempre torturaba a su hermano mayor que la mayoría del tiempo era su víctima y Johhan le habló sobre sus padres y las experiencias que había sufrido… Digo, tenido, con los experimentos de su madre. Fue una velada entretenida y al terminar el príncipe se retiró despidiéndose del rubio con amabilidad, antes de irse le recordó que mañana iría Kiriya al castillo para realizar su entrega secreta y ellos acordaron que lo acapararían toda la tarde.

~Fin del Flashback~

~ ¿Ya estás listo para bajar a desayunar, Wolfy-chan? –preguntó despreocupadamente mientras caminaba por la habitación con las manos entrelazadas detrás de su cabeza, él estaba vestido también de forma casual http://data.whicdn.com/images/125552275/large.png (me inspiré en ésta vestimenta ñ.ñ) tenía un pantalón color azul marino algo entallado, botines café oscuro, una camiseta blanca de manga corta, un chaleco negro y tenía puesta una bufanda del mismo color que estaba enredada de forma suelta en su cuello, tenía un lado de la misma en su pecho  y el otro lado en la espalda https://0darker0.files.wordpress.com/2010/04/kaichou-1d.png (algo así), sobre su bufanda saltaba a relucir el collar que era del mismo color esmeralda que los ojos de Wolfram–

~Si, ya estaba terminando de arreglarme –estaba acomodando los últimos detalles frente al espejo–

Finalmente el rubio terminó de acomodar todo su vestuario y después de darse el visto bueno frente al espejo se encaminó hacia la puerta en compañía del príncipe que iba caminando tranquilamente con sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón de forma casual. Iban caminando sin mucha prisa rumbo al comedor cuando de pronto se toparon en el camino con el Maou y el consejero que caminaban apresuradamente en una dirección distinta a la suya, los ojos negros como la noche se posaron en el rubio y sus miradas se encontraron por un momento nada más, siendo el de ojos esmeraldas quien rompió el contacto después de mover su cabeza con clara molestia hacia otro lado https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/564x/94/19/6e/94196e61ef919914aace7433eacba135.jpg. El príncipe y el rubio apresuraron el paso para salir de ahí rápidamente mientras el rey se quedó sorprendido y seguía observando a Wolfram, aun cuando éste ya se había alejado un poco.

~Wolfram –dijo casi en un susurro mientras seguía en su asombro después de haber visto al rubio– “Se veía realmente hermoso… “–pensaba el Maou–

El rubio iba vistiendo una camisa blanca de manga corta y tenía el primer botón desabrochado mostrando un poco de su piel que era blanca como la nieve debido a la falta de contacto con el sol, tenía una corbata roja a cuadros que estaba un poco desacomodada dándole un toque despreocupado, usaba un chaleco café  semi-oscuro desabrochado http://37.media.tumblr.com/81323a1546a85fbb63390821005feeeb/tumblr_n6gbqzjxPr1qevlfqo1_500.gif (se vería algo así ñ.ñ) También estaba vistiendo un pantalón blanco entallado que acentuaba su retaguardia y delineaba perfectamente sus piernas, usaba unos botines del mismo tono que su chaleco y el toque final era un sombrero igual café que completaba su atuendo https://mosaic01.ztat.net/vgs/media/catalog1/BK/05/2B/00/1C/11/BK052B001-C11@2.jpg (con un sombrero algo así pero del color del chaleco) pero un detalle que no pasó desapercibido para el Maou fue el collar azul rey que estaba usando el rubio –“su color es parecido a los ojos de ese tipo… y él usa un collar que es del tono de los ojos de Wolfram…” pensaba un poco molesto, su estómago se revolvió al recordar el momento en que hicieron su tan inusual intercambio de collares–

El rey se había detenido súbitamente cuando advirtió la presencia del rubio en el pasillo, lo observo bien y se impresionó, una vez más, por la hermosura de su prometido, lo siguió con la vista hasta que estuvo fuera de su alcance y después –tras un regaño por parte de Günter– retomó su apresurado camino rumbo a la sala de juntas. No podía negar que el rubio era muy guapo y era bien sabido por él mismo que Wolfram siempre había sido un codiciado mazoku por mujeres y hasta por hombres, eso último aún le sorprendía, pero no podía negar que el rubio tenía mucho encanto y con los años se había vuelto mucho más agraciado. Sus facciones se remarcaron en su rostro haciendo evidentes sus rasgos adultos y su cuerpo, gracias al entrenamiento, se mantenía delgado pero bien formado, eso lo sabía bien pues en una que otra ocasión tomaban la ducha juntos y lo pudo apreciar mejor que nadie, sólo él se podía dar esos lujos con el bello demonio de fuego –al pensar en eso un leve sonrojo apareció en sus mejillas– siguió caminando mientras seguía en sus cavilaciones sobre Wolfram.

Wolfram… Últimamente pasaba mucho tiempo del día, y la noche, pensando exclusivamente en él, hasta extrañándolo, ¿cuándo se volvieron así las cosas? Ahora se ponía nervioso al pensar en él, estaba ansioso por verlo y se distraía fácilmente de su trabajo como Maou para observarlo entrenar con su escolta personal por la ventana de su despacho –se había ganado varios regaños por parte de Gwendal debido a eso– le hacía falta para dormir bien por las noches y extrañaba su presencia cerca, también que le hablara por su nombre, hasta echaba de menos… Los celos de Wolfram, ¡Los celos de Wolfram! Es decir, ¡por Shinou! Eso ya era demasiado, después de todo esas escenitas nunca fueron nada grato de contemplar, y protagonizar, pero ahora pensaba tal vez un poquito –y muy en el fondo– que no sería nada malo si el rubio lo volvía a celar, después de todo eso significaba que lo quería… Espera un momento, ¿y yo qué siento por Wolfram…? –pensaba el rey de los demonios muy seriamente mientras se sorprendía a sí mismo una y otra vez por las emociones y pensamientos que Wolfram, sin saberlo, provocaba en él, después de todo seguía sin aclarar sus sentimientos–.

Se detuvo detrás del consejero justo a tiempo, estuvo a punto de chocar con él pues Günter se detuvo súbitamente, ya se encontraban frente al salón de juntas y al abrirse la puerta pudo observar que todos los que debían estar presentes ya se encontraban dentro del lugar, bueno todos menos él, y se sintió mal por llegar tarde gracias a que estuvo perdiendo el tiempo mientras estaba metido de lleno en sus pensamientos al despertarse.

~Disculpen mi tardanza –pronunció el Maou mientras ingresaba a la habitación y todos en ella volteaban a verlo–

~No se preocupe Su Majestad, no llevamos mucho tiempo esperando –dijo tranquilamente Flynn Gilbit, estaba ahí representando a Caloria–

~ ¿Cómo ha estado Flynn-san? –preguntaba animadamente el rey al acercarse para tomar asiento donde le correspondía y llevar a cabo la reunión–

~Bien, Yuuri Heika, todo ha marchado bien en Caloria y yo me he sentido muy a gusto –explicaba amablemente la bella gobernante–

~Me alegra escuchar eso –dijo mientras invitaba a los presentes a sentarse con un gesto de su mano–Si no hay ningún inconveniente me gustaría dar inicio a la reunión ahora mismo –dijo finalmente después de que todos se encontraron sentados–

En la reunión estaban presentes Flynn Gilbit en representación de Caloria, estaba el Rey Antoine Jean Pierre de Francshire http://moe.animecharactersdatabase.com/uploads/chars/5688-1631307518.jpg  que había aprovechado la ocasión para venir de visita con su esposa Laila y su primogénito, también se encontraba Hristo Cruyff por parte de Cabalcade que había traído a Beatrice con él para que viera a la princesa, aunque se visitaban muy a menudo, hasta Saralegui estaba presente en aquella reunión. 

Ésta era la última reunión para afianzar los detalles respecto al tratado de comercio que se iba a llevar a cabo entre Shin Makoku y algunos países humanos que habían aceptado unirse, era el principio y aún no se ponían en marcha los planes, pero ya después de la reunión que tenía lugar en aquella sala podrían dar comienzo con los preparativos que se habían hecho cuidadosamente en los últimos meses.

~Bien, entonces ya está todo listo para firmar el tratado y comenzar cuanto antes –dijo el rey tranquilamente–

~ Si –corearon todos los presentes con agrado–

Con la reunión se obtuvieron buenos resultados gracias al trabajo duro que habían realizado en sesiones anteriores, finalmente todo estaba listo para llevar a cabo el plan. Se pusieron de acuerdo sobre cómo funcionaría el intercambio de mercancía y servicios que serían beneficiosos para todos los países involucrados gracias al acuerdo. Todos los presentes aceptaron gustosos las decisiones finales después de debatir adecuadamente los pros y contras de las propuestas con mayor probabilidad de ser agregados al tratado. Habían pasado largo rato enfrascados en terminar de afinar los detalles sobre el proyecto pues todos estaban impacientes por ponerlo en práctica. Pero el más ansioso era el rey de los demonios pues sus planes de unificar a humanos y mazokus iban viendo en popa, se sentía feliz y emocionado al ver que podría llevar una relación amistosa con más países humanos, ya que eso era lo que quería desde que conoció la historia de Shin Makoku y aceptó formalmente su cargo de Maou. El conseguir realizar el tratado de comercio con algunos países humanos era un paso sumamente importante para convencer a los demás de unirse y con el tiempo forjar una nueva era en donde las guerras entre las dos razas fueran sólo un amargo recuerdo del pasado.

Al terminar los asuntos pendientes todos fueron invitados a comer por el rey, a lo que los demás aceptaron gustosos. Yuuri mandó llamar a una de las muchachas que trabajaban como sirvientas en el palacio y le pidió que en la mesa prepararan más lugares para los invitados que se quedarían a comer.

 

~~*~*~*~*~*~~***~~*~*~*~*~*~~

~Mientras tanto~

 

Habían salido sin prisa de la habitación del rubio y caminaban tranquilamente por los pasillos del castillo rumbo al comedor, como no tenían nada que decir ambos estaban en silencio. De repente el rubio alzó su mirada, que había estado perdida viendo al piso, y se encontró con esos ojos negros que avasallan sus sentidos y destruían la racionalidad que tenía, haciendo estragos en su estómago y su corazón. No se miraron por mucho tiempo pues el rubio volvió el rostro a un lado en lo que pareció una mueca de molestia –que realmente era de angustia por no saber cómo actuar en ese momento y frente a él– salió de ahí a paso apresurado seguido por el peli-negro que lo acompañaba.

¿Por qué tenía que verlo en ese preciso momento? Su corazón y su mente no estaban preparados para ese momento, aún seguía repitiendo en su cabeza lo acontecido en la sala de música el día de ayer tratando de encontrar una explicación a su propio comportamiento y pensando en lo que pasaría con su compromiso después de eso. Pero tenía que aparecer él, que reacomodaba todos sus pensamientos volviéndose el protagonista de ellos, y le provocaba emociones tan complejas que a veces ni el mismo sabía que era lo que sentía en esos momentos. Estaba perdidamente enamorado de Yuuri y lo sabía desde hace años, ¡casi 5 malditos años!

El mismo se sorprendía por haber aguantado tantos años de rechazos, desaires y negaciones afectuosas, siempre pensó que en algún momento Yuuri podría enamorarse de él, se había esforzado por cambiar para bien, por mejorar como persona en gran parte por él. Durante esos años fue paciente y esperaba que sus acciones y palabras llegaran a su prometido y decidiera tomar el compromiso en serio para algún día llegar a casarse. Sus esfuerzos de conquistarlo decaían considerablemente muchas veces porque los desprecios del peli-negro causaban estragos en su orgullo y mermaban sus fuerzas, al final recuperaba sus fuerzas y obtenía nuevas esperanzas que sabrá Shinou de donde las sacaba. Pero. Últimamente estaba comenzando a sentir que sus esperanzas no tenían sentido y se cuestionaba si debía continuar con ese compromiso que sólo había conseguido ilusionar y al mismo tiempo lastimar su frágil corazón, en ocasiones sentía que sus esfuerzos eran inútiles y que Yuuri jamás lo miraría con amor. Ya no quería seguir sintiéndose así pero se negaba a romper el compromiso pues en el fondo –muy en el fondo– aún guardaba una pequeña esperanza de que su amor pudiera ser correspondido, para saber que al final todos esos años de espera habían valido la pena. Sus fuerzas ya estaban llegando al final y ya no se sentía capaz de seguir soportando el tener tan cerca, y a la vez tan lejos, a su persona amada sin ser correspondido. Había comenzado a pensar seriamente en romper el compromiso y huir de ahí para no volver jamás. Amaba demasiado a Yuuri y quería hacerlo feliz, aunque quería hacerlo él mismo estaba dispuesto a darle su libertad para que fuera capaz de encontrar la felicidad. Justo cuando estaba cerca de dejarse llevar por sus impulsos y mandar todo al carajo apareció Johann que le brindó el apoyo y la comprensión que buscó todo ese tiempo y que no había obtenido por nadie, ni si siquiera por parte de su familia, después de todo no había nadie que entendiera sus sentimientos por su enclenque e infiel prometido [2]. Gracias a la repentina aparición del príncipe en su vida había recobrado los ánimos que sentía perdidos, él le prometió ayudarlo a ser feliz con Yuuri, pero justo ahora estaba dudando de que esa “posibilidad” fuera a cumplirse.

¿Qué es lo mejor? ¿Qué debería hacer? ¿Debería seguir intentando o darme por vencido de una vez? –pensaba el rubio que seguía aturdido por esos ojos negros que, después de tantas veces de verlos, estaban grabados a fuego en su memoria mientras caminaba por los pasillos alejándose de ese lugar– ¿Acaso debería tratar de olvidarme de él y buscar mi felicidad en los brazos de alguien más…? –seguía pensando cuando de un momento a otro ya se encontraba frente a la puerta del comedor y sólo atinó a detenerse sin sentirse capaz de abrirla y entrar, a su lado se encontraba el príncipe expectante de lo que haría–

~No puedes dudar ahora, sé que has soportado mucho, pero ésta será la última oportunidad que le darás para que llegue a amarte y que te darás a ti para conquistarlo, olvida el pasado por ahora y concéntrate en ese único objetivo –dijo el peli-negro que parecía haber escuchado los pensamientos del rubio– Si las cosas no salen como esperamos no dudes que estaré ahí para ayudarte a salir adelante, te llevaré conmigo y no tendrás que volver a verlo o saber de él nunca más si así lo deseas, sólo debes seguir siendo fuerte por ahora –volteó a verlo con esa mirada azul rey que era muy profunda y con ella le expresaba la sinceridad de sus palabras y al mismo tiempo le daba apoyo–

~Gracias, Johann, si no fuera por ti ya me habría dado por vencido sin considerar una última oportunidad –tenía ojos tristes y una expresión dolida, pero ya estaba más calmado–

~Bien, no hay que perder más tiempo y desayunemos, ¿te parece? –decía casual mientras le abría la puerta al rubio para ingresar al comedor–

~Cierto, después de todo Kiriya vendrá pronto y debes estar muy emocionado, ¿no? –decía juguetonamente–

~La verdad es que sigo impresionado por haberlo conocido, me ha llamado tanto la atención como para considerar ir en serio con él –tenía mirada decidida y una risita escapaba por sus labios–

~ ¿Es que acaso nunca has ido en serio con nadie? –enarcó una ceja en señal de curiosidad–

~No –dijo a secas– Pero no me malinterpretes, tampoco he buscado relaciones casuales ni nada por el estilo, no había conocido a nadie, hasta ahora, que me hiciera intentar algo con alguien

~Tu actitud dice otra cosa

~Lo sé, mi madre también me lo ha dicho, y me dice que nadie me tomará en serio si me comporto como un conquistador –no pudo evitar reír–

~Pero dejarías de ser tú al comportarte serio y formal

~ ¿Verdad que sí? –preguntaba retóricamente–

~Claro, no hay duda de eso –ambos rieron y finalmente llegaron al gran comedor para tomar el desayuno–

Ya sentadas a la mesa estaban Cheri-sama, Anissina, Lila (reina consorte de Francshire, les dejo su imagen por si la habían olvidado xD http://vignette1.wikia.nocookie.net/kyokaramaoh/images/6/60/Laila.jpg/revision/latest?cb=20150103061835 ) y su pequeño hijo de nombre Julien –de unos 3 años humanos con pelo rubio cenizo como su padre, piel blanca y ojos oscuros como los de su madre– Greta también estaba presente y acompañada de Beatrice http://vignette2.wikia.nocookie.net/kyokaramaoh/images/2/25/Beatrice.jpg/revision/latest?cb=20150201123305 (no olviden que ambas ya son todas unas señoritas). Todas se percataron del rubio y el peli-negro que ingresaron juntos al comedor mientras iban platicando muy amenamente.

~Wolfy, Wolfy –repetía insistente la ex-reina que se levantó de su asiento para correr y estrujar a Wolfram entre sus pechos…. Digo, brazos–

~Ma-dre –apenas y podía pronunciar el rubio– Me as-as-fi-xias –se notaba por sus palabras que le faltaba el aire y sólo entonces Cheri-sama decidió soltarlo–

~ ¡Wolfy! –chillaba emocionada después de soltar al pobre rubio– Es que no pude evitarlo, te ves muy guapo –decía feliz–

~Gra-cias –pronunciaba con la respiración aun entrecortada decido al abrazo sofocante que recibió– ¿De verdad me veo bien, madre? –preguntaba algo dudoso mientras acomodaba su sombrero–

~ ¡Claro que sí! –gritaba y de sus ojos salían chispitas centelleantes– Miko-san tiene un excelente gusto

~Si, eso creo –decía algo nervioso–

Después de terminada la conversación todos caminaron hacia la mesa y tomaron sus puestos para comenzar el desayuno, Doria y Sangria se acercaron para comenzar a servir la comida mientras intercambiaban miradas cómplices debido a que estaban muy atentas al príncipe ya que, desde que llegó, se mantenía todo el tiempo cerca de Wolfram y eso no había pasado desapercibido por nadie y claro, mucho menos por ellas.

El desayuno transcurrió sin interrupciones y de vez en cuando surgía una plática casual entre los presentes. Al terminar Wolfram y Johann se retiraron despidiéndose adecuadamente de todos y emprendieron su camino a la entrada del castillo donde esperarían a que Kiriya llegara.

~ Entonces, ¿qué es lo que viene a entregar Kiriya? –preguntaba curioso el rubio que se atrevió a romper el silencio que se formó entre los dos durante el trayecto hasta la puerta del castillo–

~No puedes saberlo Wolf, por lo menos no ahora –sonaba algo serio pero a la vez tenía un tono divertido–

El rubio hizo un puchero y se cruzó de brazos sin decir nada más pues tampoco se iba a poner a rogarle para que le contara, ese no era su estilo. El silencio entre ellos no era incómodo y no tenían ningún problema en mantenerlo pues de vez en cuando se miraban y eso era suficiente comunicación entre ellos. Después de caminar unos cuantos minutos finalmente llegaron a su destino y Wolfram se recargó en uno de los pilares mientras Johann optó por sentarse en el inició de las escaleras de la entrada al castillo. https://scontent-dft4-2.xx.fbcdn.net/v/t1.0-9/16426042_1229769907106865_6471875806700767834_n.jpg?oh=e55a08a15c0e8a6c7c0434932ddf1f85&oe=590A6D5E (aquí una imagen para que se acuerden mejor).

Después de un corto tiempo de espera escucharon que se aproximaba un caballo a todo galope y alzaron la vista encontrándose con la figura de Kiriya que venía montado sobre un caballo de pelaje color negro y tenía una mancha blanca en la frente, era muy parecido a Ao (el caballo de Yuuri) peor sus  patas eran de color blanco https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/564x/fc/23/29/fc2329c0895af0cf5dfe53c2890edf2f.jpg (uno así :3), él estaba vestido con un pantalón entallado color azul marino y botas largas oscuras que terminaban antes de sus rodillas, usaba playera blanca de manga corta con una chamarra del mismo tono que sus cabellos y en su pecho saltaba a la vista el hermoso collar que le había ido obsequiado.

Se detuvo frente a las escaleras del castillo y su caballo sólo daba pasos pequeños de adelante hacia atrás mientras sus amatistas se habían encontrado con esos ojos misteriosos del príncipe en un duelo de miradas, pero detrás de Kiriya llegó corriendo Dorcascos con un semblante asustado e irrumpió el momento con sus tan acostumbrados gritos y voz chillona.

~ ¡No puede entrar así al castillo! –replicaba tratando de acercarse al caballo para guiarlos a la salida a ambos–

~Lo lamento pero tengo asuntos pendientes aquí –dijo con tranquilidad, pero debido a los intentos de Dorcascos por tomar las riendas de su caballo éste se echó para atrás en dos patas y relinchó dando a entender que no se movería a menos que su dueño lo ordenara–

~Bien, todo está bien Dorcascos, es un invitado nuestro –finalmente el rubio, que se encontraba al inicio de las escaleras, había irrumpido en la extraña, pero a la vez cómica escena que protagonizaban el soldado que trataba de sacar a los “intrusos” y el caballo renuente que se negaba a moverse de su sitio–

~ ¡Excelencia! –dijo mientras abandonaba sus intentos de sacar a los recién llegados y hacía una leve reverencia ante el rubio– ¡Lo siento! No se me informó que su Excelencia recibiría un invitado hoy –volvió a hacer una reverencia pero más exagerada que la anterior–

~Si, ya todo está bien, puedes retirarte para seguir cumpliendo tus deberes –dijo Wolfram mientras bajaba las escaleras para acercarse al joven que estaba bajando de su caballo en ese momento–

El de ojos amatistas bajó tranquilamente de su caballo y le entregó las riendas a Dorcascos pero sin soltarlas.

~Te recomiendo que tengas cuidado, es un caballo difícil –al momento de soltar ese comentario el animal soltó un relinchido y golpeó el suelo con sus patas delanteras en señal de protesta– Tranquilo Raven, sabes que es verdad –finalmente soltó las riendas y sólo atinó a decir un “buena suerte” a Dorcascos. El caballo al verse soltado por su amo comenzó a correr rápidamente por toda la entrada del castillo e iba arrastrando consigo al pobre soldado que había tenido la mala suerte de quedarse a su cuidado. Todos los que contemplaron aquella escena tenían una gotita de sudor resbalando por la parte trasera de sus cabezas, bueno casi todos, pues el dueño del animal ya estaba perfectamente acostumbrado.

~Bien, Excelencia Wolfram se ve tan bien como siempre –hizo una pequeña reverencia– Excelencia Johann ya he venido por fin a entregar su encargo –hizo nuevamente una reverencia pero ahora ante el peli-negro que también había bajado ya las escaleras–

~Kiri-chan, no seas así, ya te he dicho muchas veces que me hables sin formalidades –chilló el oji-azul con actitud infantil–

~ ¿Kiri-chan? ¿Muchas veces? –preguntaba confundido el rubio–

~Bueno, es que cuando tú estabas en tus misiones y me abandonabas yo iba al pueblo a visitar a Kiri-chan –decía con sonrisa deslumbrante–

~Excelencia, ya deje eso por favor, yo tengo que hablarle con respeto –pedía tímidamente–

~No, Johann tiene razón, no es necesario que nos hables de esa manera

~Pero exce –se vio interrumpido por Wolfram que negaba con la cabeza–

~No, dime Wolfram que no te cuesta nada, anda Wol-fram repite conmigo –le hablaba como a un niño pequeño, cosa que no le gustó al de ojos amatistas que empezaba a mostrar un puchero en su bello y fino rostro– Anda, hazme caso, sólo di Wol-fram, oye… ¿Es que acaso no me escuchas? –se acercó un poco más a él y pasó su mano por su cara para llamar su atención– Oye, ¿te ha comido la lengua el gato o por qué no respondes? –preguntaba curioso–

~Lo has logrado, aquí viene –decía maliciosamente el príncipe al observar que el puchero ya se había transformado en una auténtica muestra de enojo–

~ ¿Eh? –alcanzó a articular el rubio con nerviosismo al observar a Kiriya con atención–

~No soy un niño para que me estés tratando de ese modo, ¿¿acaso crees que soy estúpido y qué no puedo pronunciar yo solo tu nombre?? –dijo con un tono de voz alto y una mirada fría que fácilmente podría asesinar a cualquiera– Bien, si quieres que te hablé así lo haré, Wol-fram –dijo separando burlonamente las sílabas– ¿Ya estarás… contento…? –dijo finalmente en un susurro después de haberse percatado de a quién le estaba hablando así– 

Sólo se escuchó la carcajada del príncipe y Kiriya sólo pudo hacerse bolita en el piso mientras rayas azules aparecían por todo su rostro, sus ojos estaban abiertos como platos y parecían sin vida, tenía las manos sobre su cabeza con preocupación y se había quedado sin habla a pesar de que movía los labios tratando de articular palabra alguna http://i.imgur.com/SfrmZj3.jpg (algo así xD).

~Bien, fue tu culpa por hacerlo enojar –dijo finalmente Johann–

~ ¿Qué… fue… eso…? –dijo el rubio con la mirada fija sobre el angustiado Kiriya, tenía los ojos bien abiertos y una gran sorpresa impresa por todo su rostro–

~Esa es la personalidad explosiva de Kiri-chan –dijo con los ojos cerrados y la cara hacia un lado, los brazos estaban ligeramente levantados y doblados un poco hacia arriba con las palmas medio extendidas– No tiene mucha paciencia que digamos, pero estamos trabajando en eso –tenía pose pensativa, su mano estaba en su barbilla– Además tú fuiste quien lo provocó al tratarlo como retrasado –soltó una risita burlona sin querer y se tapó la boca en seguida volteando a otro lado haciéndose el desentendido–

Kiriya seguía en el suelo lamentándose el haber explotado de esa forma con Wolfram, pero cierto era que se desesperaba con facilidad, y si bien al tratar con los clientes en su tienda hacía uso de un gran aplomo y paciencia, no era lo mismo cuando trataba con cualquier otra persona porque entonces ya no sentía la necesidad de comportarse correctamente y en varias ocasiones hasta había llegado a los golpes con personas igual de temperamentales que él. Pero ésta vez se le había ido la mano y seguramente había enloquecido como para hablarle así al adonis rubio, justamente tenía que haberse comportado así con el gran y orgulloso mazoku de fuego, el hijo de la antigua reina de Shin Makuko, Wolfram Von Bielefeld. Se le caía la cara de vergüenza y no se atrevía a alzar la vista para encarar a la actual víctima de sus arrebatos.

~Bien, creo que ya todo está bien –el príncipe se puso de cuclillas frente al de ojos amatistas y acercó sus manos a su rostro para juguetear con sus cachetes–

Kiriya estaba absorto en sus pensamientos, donde su mente iba saltando de escenario en escenario y las opciones más viables a volverse realidad eran 1) Se veía siendo rostizado por Wolfram en un parpadeo o 2) En el caso más extremo el mismo Maou se enteraba de todo e imponía justicia haciendo valer su título como prometido del adonis rubio pateando su trasero en repetidas ocasiones… Todo lo que iba pensando era peor que lo anterior y en todas salía mal parado.

Al sentir como sus cachetes eran estrujados y jalados salió de sus alucinaciones y sus ojos cobraron vida, sus mejillas se encendieron adquiriendo un color rojo intenso debido a la cercanía del peli-negro. Cierto era que tenía un carácter de los mil demonios, pero a pesar de eso el caprichoso príncipe siempre conseguía ponerlo en aprietos y hacerlo actuar tímidamente, casi como una chiquilla enamorada.

Podía sentir en sus mejillas el ardor y también el calor ajeno que le brindaba tranquilidad a su alma, pero lograba provocar un sinfín de emociones en su corazón que latía apresuradamente y su estómago daba un vuelco cada que lograba tener a ese príncipe cerca suyo. Nunca había logrado sentir nada como eso con ninguna persona antes y sin saberlo ya estaba comenzando a caer por él, sólo con su cercanía lograba ponerlo nervioso y cuando lo tocaba ponía su mundo entero de cabeza sin enterarse de lo que provocaba en él.

Se quedaron mirando fijamente, los ojos azules como el zafiro y con toques rojizos destellaban con emoción y los ojos amatistas correspondían encantados. La mano del príncipe se había quedado quieta en la mejilla izquierda de Kiriya que estaba sentado en el suelo y sin moverse ni soltar palabra alguna. Un carraspeo rompió el momento e hizo que ambos se sonrojaran evidentemente.

~Creo que se han olvidado de mí por completo –se quejaba el rubio que estaba de brazos cruzados y con el rostro hacia un lado con un leve puchero–

~Wolfy-chan, perdóname –chilló Johann desde el piso con nerviosismo y a punto de caerse por completo al suelo–

~ ¡Perdóneme, excelencia! –logró articular Kiriya después de incorporarse del suelo y hacer una reverencia de lo más formal– No sé cómo pude decirle todo eso, y de esa forma, no quería ofenderlo pero es que a veces pierdo la poca paciencia que tengo y ésta vez no me pude controlar, le rugo me disculpe y… –una carcajada lo interrumpió–

~Jajaja está bien –decía el rubio– Perdón, perdón, no me estoy burlando –decía entre risas a un confundido y sorprendido Kiriya– Es sólo que hablaste demasiado rápido y me sorprendí –dijo finalmente ya sin reírse– Ah, acepto tu disculpa, eres interesante, nadie nunca se había atrevido a hablarme de esa forma

~Gracias –dijo inclinándose nuevamente y agradeciendo a Shinou el seguir vivo–

~Pero… –usó un tono serio que espantó a ambos chicos e hizo que una gota de sudor frío resbalara por la frente del de ojos amatistas– Sólo si dejas de usar tantas formalidades, a mí deberás decirme Wolfram y a secas, lo mismo va para con Johann –dijo con una sonrisa, los ojos cerrados y la mano acomodada delicadamente en su cintura–

~Pero excelen… –un escalofrío recorrió su cuerpo sin permitirle terminar esa oración–

~ ¿Osas desafiarme? –dijo con un tono de voz serio, ojos cortantes como cuchillas y una postura intimidante, alzó ligeramente ambas manos hasta la altura de su pecho y de cada una brotó una llama de fuego, el fuego cambiaba de lugar de una mano a otra–

~ ¡No! –alcanzó a decir antes de que el corazón de le saliera por la boca debido al susto–

~ ¿Ah, sí?

~Si… Wol… fram… –dijo casi en un susurro y algo apenado–

~Bien, así está bien –dijo el rubio regresando a su pose tranquila y la sonrisa volvió a su rostro, él sí que podía llegar a ser intimidante–

~Genial Wolf, lo has logrado, ahora kiri-chan usará nuestros nombres sin formalidades –decía contento mientras ponía su mano en el hombro del rubio–

~Sí, ¿por quién me tomas? –infló el pecho con orgullo– Después de todo Kiriya ya es nuestro amigo y no me siento cómodo si se la pasa diciendo excelencia a cada rato

~Nee, kiri-chan, ven a pasear un rato con nosotros

~Ah no, eso sí que no –dijo con un ligero puchero en su rostro–

~ ¿Eh? –alcanzaron a decir ambos–

~Si yo les hablaré por sus nombres, exijo el mismo trato –pidió mientras adoptaba una pose relajada pues ya se había tranquilizado–

 ~ ¿Así que eso quieres? –Johann se acercó peligrosamente a él y habló con voz seductora–

~Ammm… Pues… –apenas alcanzaba a emitir balbuceos y articular unos cuantos monosílabos mientras trataba de dar pasos hacia atrás pero sus piernas no respondieron– Yo no… Mmmm ah…

~ ¿Eso es lo que quieres? –preguntó casi en un susurro pues ya estaba a escasos centímetros de él– Ta-ka… shi-chan… –dijo sensualmente cerca de su oído haciéndolo estremecer mientras su corazón se disparó en su pecho, sus manos empezaron a sudar debido al nerviosismo y sentía su estómago revuelo–

~Si, ya ha sido suficiente –dijo Wolfram mientras tomó a Johann del cuello de su playera y lo arrastró hasta las escaleras del castillo haciéndolo subir sin escuchar sus protestas–

La mañana transcurrió sin más inconvenientes, se habían dedicado a mostrarle el castillo a Kiriya, pasaron por los pasillos, y recorrieron los salones, hasta pasaron por el despacho del rey y la biblioteca. En un momento llegaron a la sala de música y decidieron estar ahí un rato.

~Oh, es genial –decía con una mirada llena de sorpresa y emoción al observar el lugar lleno de butacas para el posible público y el escenario con el piano sobre él y algunos estuches de instrumentos, que pudo reconocer, colocados o apoyados sobre unas sillas–

~ ¿Te gusta la música? –indagó Wolfram con curiosidad al notar su expresión–

~ ¿Gustarme? –negó con la cabeza y desconcertó un poco a ambos por su comportamiento tan contradictorio– A mí me encanta la música –dijo finalmente con una sonrisa de felicidad y los ojos cerrados–

~Eso es genial –dijo el príncipe– y dime, ¿sabes tocar algún instrumento?

~ ¡Claro! –chilló con entusiasmo– Sé tocar violín, algo de piano y hasta el violonchelo –explicó con una sonrisa deslumbrante–

~ ¿Ustedes tocan algún instrumento? –su rostro reflejaba curiosidad–

~Bueno, yo sé tocar violín –expuso el rubio– Y Johann es muy bueno con el piano

~ Oh, tengo una buena idea –comentó risueño– Toquen algo para mí ya que fui forzado a ser su invitado el día de hoy –dijo con un enojo fingido–

~Bien, bien, lo haremos, pero por favor… –pidió con fingido dramatismo el oji-azul– Por favor no vayas a enojarte

~No prometo nada, a menos que toques algo que conmueva mi corazón, de lo contrario te moleré a golpes –dijo con voz tranquila y una sonrisa algo que sonaba a una tremenda amenaza, pero en su rostro tenía una linda sonrisa que sólo hacia todo más tenebroso–

Con tranquilidad Wolfram y Johann subieron al escenario. El príncipe fue hasta el piano y tomó su lugar en el banquito frente a el. El rubio, por su parte, fue hasta una silla y abrió un estuche blanco y sacó con delicadeza un violín del mismo color – http://img01.cp.aliimg.com/imgextra/i3/1732511490/T2hYQ7XltXXXXXXXXX_!!1732511490.jpg la vez pasada no había podido usar ese porque estaba en mantenimiento, pero ahora ya podría tocarlo– lo tomó con ambas manos y lo acarició por unos instantes, después sacó el arco que era también blanco y caminó hasta ubicarse frente al piano. Kiriya se había ubicado en una de las butacas y se sentó en la primera fila para no perder detalle del espectáculo que estaba a punto de presenciar. En lo que él seguía acomodándose en su asiento Wolfram y Johann estaban intercambiando unas cuantas palabras respecto de lo que iban a tocar a continuación.

https://www.youtube.com/watch?v=PD7M7j1OM8U

Un momento después el sonido del piano inundó todo el lugar, parecía ser una melodía nostálgica y algo triste, unos segundos después comenzó a escucharse también el violín con ese sonido agudo y profundo. Ambos estaban concentrados en su música y Kiriya desde su asiento los observaba con una expresión de suficiencia y una sonrisa traviesa que adornaba sus delgados, pero bien definidos labios – https://scontent-ort2-1.xx.fbcdn.net/v/t1.0-9/16508912_1232521136831742_7447809219985856400_n.jpg?oh=d89c6406d30ab79dcf1488403df9265a&oe=593DCBA4 – después de un momento cerró sus ojos para concentrarse mejor en la melodía.

Su música llegaba a lo más profundo de su corazón pues evocaba recuerdos tristes que guardaba muy en el fondo de sus memorias, sin darse cuenta una delgada y fina lágrima surcó su mejilla derecha sin su consentimiento. Rápidamente la limpió con el dorso de su mano y segundos después el sonido melancólico dejó de escucharse.

Se levantó de su asiento y aplaudió con efusividad, había sido una interpretación llena de sentimientos muy palpables, pudo sentir como el violín expresaba la tristeza que sentía quien lo estaba tocando, pudo escuchar el dolor de su corazón y darse cuenta de cómo el piano trataba de reconfortarlo con su dulce y delicado sonido. En ese momento su corazón se oprimió en su pecho y se debía a que sintió un poco de envidia, pero no logró percatarse de ese sentimiento que brotó en él repentinamente.

~He sido capaz de escuchar algo maravilloso, gracias –decía feliz– Me gustaría seguir escuchando más de ser posible –pidió tímidamente–

https://www.youtube.com/watch?v=VvVX-6zb5N8

Sin dar respuesta el piano comenzó nuevamente con un tono bajo y entró el violín creando nuevamente una atmósfera triste, Wolfram con aquella música expresaba las dolencias de su ser en esas notas que brotaban tan delicadamente debido a sus dedos que se movían con maestría por las cuerdas del instrumento. La melodía tenía altibajos, era enérgica y a la vez se abandonaba a la tranquilidad y era arrastrada por el dolor, en ocasiones el piano dejaba de escucharse para dar paso sólo al violín. El sonido se estaba volviendo un tanto agresivo y cada vez más agudo mientras se acercaba el final. Con movimientos rápidos creaba ondas ilusorias que inundaban todo el recinto y en cuestión de instantes la música terminó. A lo largo de la presentación el corazón del único espectador había dado brincos, saltos y vuelcos debido a todas las emociones que se estaban arremolinando en su interior con tan sólo unos cuantos minutos de escuchar la melodía.

~Bien, es momento de tocar algo más alegre o terminaremos deprimiéndonos todos –dijo con un gruño de ojo hacia quienes lo escucharon–

https://www.youtube.com/watch?v=KpvjNWGk4ss

Comenzó tocando unas cuantas teclas del piano con un espaciado de pocos segundos –el violín comenzó a escucharse por lo bajo– iban acompasados ambos instrumentos y el violín –ésta vez– emitía sonidos dulces y amigables. Las notas bailaban envolviendo el salón en un ambiente relajante y de ensueño, era una música agradable y risueña, ambos se divertían al tocarla y Kiriya estaba encantado ya que su corazón podía respirar tranquilo sin sentirse abrumado por tantas emociones que oprimían su corazón y dolía.

Wolfram se sentía mejor al crear música con sus dedos, él no era muy dado a expresarse con palabras y sus sentimientos siempre se quedaban guardados y reprimidos en un baúl con llave y múltiples cerrojos dentro de su corazón, pero al poder tocar se liberaban las cargas que provocaba el callar todo y guardárselo. Esa era su forma de desahogarse, al tocar había encontrado el refugio que nunca encontró con ninguna persona, no había sabido confiar en alguien plenamente como para abrir su corazón pues no estaba dispuesto a salir lastimado. A pesar de su orgullosa y fría actitud era una persona muy sensible que prefirió adoptar esa faceta para no ser dañado, su madre había sido distante en su niñez debido a su cargo como vigesimosexta Maou de Shin Makoku, Gwendal no era tan dado a demostrar afectos con cualquiera y Conrad había ocultado su naturaleza mestiza, tenía a su tío Waltorana que le consentía pero también era estricto y hasta cierto punto reservado –eso hizo que el rubio fuera cerrando su corazón poco a poco–.

Pero sin previo aviso apareció Yuuri en su vida arrastrándolo a un compromiso que le hizo conocer el amor, al conocerlo los cimientos de las barreras que construyó en su corazón habían temblado y amenazaban con derrumbarse en cualquier momento. Poco a poco fue cayendo por su amabilidad, su tenacidad y su puro corazón, trajo felicidad a su vida y la pintó de colores que le maravillaron, cada día descubría algo nuevo de él que lo sorprendía y lograba enamorarlo más y más hasta quedar completamente prendado de él.  Sin embargo, su amor siempre fue unilateral y el no ser correspondido le dolía, le partía el alma cada que negaba su compromiso, ¡sí fue un accidente! Pero… Lo mantuvo tantos años por algo, ¿no?

Cada que coqueteaba con alguien sentía los celos hervir en todo su ser, ¿por qué con él no se comportaba así? Siempre lo trataba como a cualquier otro y ya no se sentía con ánimos de soportarlo, una última oportunidad y nada más… Aunque después de negar su compromiso tan estrepitosamente comenzaba a dudar que siquiera fuese a tener esa “oportunidad”.

Finalmente concluyó la melodía dulce que había logrado tranquilizar su corazón acallando las dolencias de su ser, la música le reconfortaba y le ayudaba a salir adelante, a liberarse y cada vez quitar un cerrojo más a su baúl de sentimientos. Al tocar revivía todas y cada una de las emociones que había vivido, felicidad, tristeza, nostalgia, enojo, ira, dolor… amor también.

Se sentía mejor después de tocar y después ambos bajaron del escenario para encontrarse con Kiriya que los esperaba emocionado.

~Eso fue maravilloso, deberíamos seguir con el recorrido, ¿no? –preguntaba emocionado–

~Bueno, debido a la hora deberíamos comer algo primero –decía el rubio con expresión pensativa–

~Si, eso suena bien, no lo había pensado por estar en el recorrido y luego con la música, pero mi estómago exige comida con urgencia –Kiriya se sobaba repetidamente su panza con una mueca de dolencia–

Todos rieron ante esa acción y se encaminaron al jardín, pues Wolfram no estaba listo para ver a Yuuri nuevamente, por lo menos no ahora, tenía la duda de lo que pasaría con su “compromiso” y eso le agobiaba en sobremanera. Tratando de despejar su mente alejaba los pensamientos desesperados de su cabeza para enfocarse en la visita que tenían y así no pensar tanto en él.

En el camino se encontraron con Doria y Sangría, les pidieron que llevaran los bocadillos –pedidos previamente– al jardín pues comerían al aire libre, ellas respondieron con un enérgico ¡Si, Excelencia! Seguido de una reverencia y su consiguiente partida para cumplir con las ordenes recién recibidas. Ambas sirvientas –después de alejarse considerablemente– comenzaron a platicar sobre la visita enigmática que se encontraba en el castillo, su apariencia era impresionante y el poder observar al príncipe, al demonio de fuego y al misterioso visitante en ropa casual y conviviendo tan tranquilamente, riendo y disfrutando había sido demasiado.

 

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Ya se encontraban todos a la mesa, el rey estaba a la cabeza y todos los invitados dispuestos a lo largo de la misma. Yuuri hizo un ademán con su mano para que Lazania se acercara y le preguntó por Wolfram pues ya era hora de comer y él no hacía acto de presencia. La joven –con un poco de nerviosismo– explicó al rey que no vendría al comedor pues comería en el jardín con el príncipe y la visita que tenían. Con molestia dio la orden de servir los alimentos y se quedó con un amargo malestar en su corazón que no lo dejaba tranquilo.

La comida trascurrió sin muchos acontecimientos de relevancia, la plática fue enérgica debido a los que se encontraban presentes como invitados especiales del rey. Pero él se sentía ausente y su mente divagaba pensando una y otra vez en el rubio adonis que tenía como prometido, no podía dejar de pensar en cómo se veía con esa ropa, aún en la reunión había estaba absorto pensando en él. Se sentía frustrado por no entender lo que le pasaba, pareciera que estuviera ena… mo… ra… do…

¿¿Enamorado de Wolfram?? ¿Acaso eso era posible?

Sus ojos se abrieron de golpe ante ese pensamiento, su estómago dio todo un vuelco de tan sólo considerar esa posibilidad, su corazón se disparó amenazando con salirse de su pecho y con un estrepitoso sonido de la silla arrastrándose en el suelo el Maou se levantó de su lugar azotando las palmas bien abiertas en la mesa. Su cabeza estaba agachada de tal forma que los mechones de su flequillo cubrían sus ojos perfectamente y nadie pudo notar su expresión –estaba impresionado y un adorable sonrojo apareció en sus mejillas– se sentía como una chiquilla experimentando su primer amor. Pidió disculpas a todos los que se espantaron ante su actitud y salió de ahí a paso apresurado –casi corriendo– necesitaba escapar de ahí, se sentía sofocado y quería verlo, necesitaba verlo, sentía que si lo hacia todos sus sentimientos se podrían aclarar, pero al llegar al jardín se encontró con una escena que deseo no haber visto nunca en su vida…

Wolfram estaba acostado en el pasto del jardín y Johann estaba encima de él, sus rostros estaban a tan sólo centímetros y pareciera que sus labios se juntarían en cualquier momento fundiéndose en un beso.

…Continuará…

Notas finales:

[1] Escribí a propósito los diálogos de Wolfram, así sonaría cuando alguien juega con tus cachetes, pueden intentarlo también y se imaginan cómo sería xD

[2] Ésta frase si la dice Wolfram en la serie, no así exactamente, pero aparece en la tercera OVA que trata sobre sus miedos más profundos. 

Espero les haya gustado, una vez más les pido perdón por la tardanza y espero guste dejar algún comentario C: 

Cualquier sugerencia, reclamo, idea o petición es bien recibida :3 

Mil gracias por leer y espero que sigan la historia~ 

Hasta el próximo capítulo~ 


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