Un joven de porte sumamente elegante y un tanto orgulloso, de cabellos negros, piel blanca y ojos color azul marino con una combinación de negro y unos toques rojizos se percató de la indignación y tristeza que se presentaban en el rostro de un precioso joven rubio de ojos esmeraldas que se negaban a dejar caer las lágrimas que se habían formado en esas hermosas joyas, así que sin pensárselo dos veces caminó con paso firme y apresurado hasta ese joven que lo había dejado sin aliento de sólo verlo, se acercó a él y cuando estuvieron frente a frente tomó su mano dándose cuenta de lo delicada y suave que era, la beso e inmediatamente se presentó ante ese ángel que lo tenía asombrado.
~Muy buenas noches tenga usted Excelencia, mi nombre es Johann, Johann Von Liebheart, a sus pies –dijo mientras realizaba una reverencia para después regalarle una sonrisa que dejo impresionada a más de una dama y hasta caballeros, sin embargo Wolfram casi ni se inmutó porque su mente se encontraba lejos de ese lugar mientras su corazón dolía– Siempre había escuchado que su belleza era impresionante pero es la primera vez que he tenido la oportunidad de corroborarlo con mis propios ojos, y déjeme decirle que los comentarios no le hacen justicia a su hermosura. –decía con una sonrisa galante que mostraba su blanca dentadura–
~Buenas noches y mucho gusto, no había tenido el placer de saludarlo, espero que disfrute la noche y que la velada sea de su agrado–respondió Wolfram después de que fue regresado a la realidad debido al carraspeo por parte de Conrad, que se encontraba a su lado, estaba dispuesto a marcharse para no seguir tolerando tal atropello por parte de Yuuri, pero su mano aún se encontraba aprisionada por el joven de misteriosos ojos– Si me disculpa, quisiera que me devolviera mi mano para así poder retirarme.
~Disculpe Excelencia, no fue mi intención –decía con una risa nerviosa al tiempo que soltaba la mano de Wolfram y pasaba su mano por su nuca– De verdad que lo lamento, no me había dado cuenta de qu- se vio interrumpido debido a la tierna risa que salía de los labios del rubio que tenía frente a él, al escucharlo no pudo evitar sonrojarse y pudo notar que el ángel también se sonrojo.
~Descuida –mientras seguía riendo– no te preocupes, no le des tanta importancia, ahora si me disculpa, con su permiso.
~Excelencia, espere yo –mientras pronunciaba esas palabras algo muy dentro de sí lo impulso a tomar la muñeca del oji-verde para evitar que se fuera de ahí, cuando esto volteó se dio cuenta que en sus ojos se habían formado lágrimas nuevamente pero se quedaban en su lugar con un gran esfuerzo, esto se debía a que Yuuri aún seguía bailando con esa joven– Disculpe mi atrevimiento, pero, ¿no es acaso Su Majestad su prometido? –ante esa pregunta Wolfram sólo pudo asentir mientras bajaba la mirada y sus cabellos cubrían sus ojos mientras una lágrima traicionera había escapado, cuando el peli-negro se dio cuenta rápidamente llevó su mano a la mejilla del hermoso ángel para limpiar su rostro sin dejar rastros de lo ocurrido– Este será nuestro pequeño secreto– decía mientras le regalaba una sonrisa que logró confortar el corazón del rubio –Excelencia, no me parece justo lo que ha hecho Su Majestad, es una terrible ofensa a su honor y las cosas simplemente no se pueden quedar así, ¿me permitiría el atrevimiento de realizarle una sugerencia?
~Yo no sé qué decir, a la vez entiendo el comportamiento de Yuuri ya que nuestro compromiso desde el principio fue un accidente y –se vio interrumpido por aquel joven que colocaba un dedo suyo en la boca del rubio para hacerlo callar, mientras se había quedado pensando ¿accidente?
~Sin importar que haya sido un accidente, usted es su prometido legítimo y no debe comportarse de esa manera bajo ninguna circunstancia –dijo con voz decidida y mirada firme–
~Entonces, ¿qué es lo que usted iba a aconsejarme? – preguntaba un rubio confundido y lastimado, mientras la música dejaba de sonar y el baile de Yuuri con la joven había terminado.
Debido a que las acciones del Maou no fueron correctas nadie aplaudió después de que el baile hubiera terminado, y tampoco se unieron a él y su pareja porque esa era su forma de demostrar inconformidad, Yuuri no comprendía bien porque la gente se estaba comportando de esa forma y hasta la música se había detenido, pero mientras estaba absorto en sus pensamientos una pareja se iba acercando a la pista de baile, era un joven de cabellos negros y ojos misteriosos, poseedor de un porte sumamente elegante y una presencia que podría hacer estremecer a cualquiera y venía acompañado de nada más ni nada menos que de Wolfram, aquel rubio tan codiciado entre los habitantes del país, ahora más, pues se había puesto mucho más guapo con el tiempo, si eso se podía, ambos jóvenes venían tomados de la mano, con los brazos en alto, la mano del rubio se encontraba delicadamente colocada sobre la del extraño. Ya habían llegado hasta el centro de la pista donde aún se encontraba la pareja que terminó de bailar.
~Su Majestad, si me permite quería felicitarlo por su 20avo cumpleaños, en hora buena usted se convirtió en nuestro rey, ahora, si me disculpa –decía con voz neutral y una mirada que destilaba desaprobación mientras se alejaba poco a poco con el rubio, al que no soltó en ningún momento.
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Yuuri no pudo articular palabra porque todo pasó muy rápido, de un momento a otro se escuchó la música sonar nuevamente y sólo se quedó ahí observando como el desconocido tomaba a su prometido por la cintura con la mano izquierda y lo acercaba a su cuerpo mientras que el rubio colocaba su mano en el hombro izquierdo del peli-negro y se tomaban con sus manos libres. Todas las personas observaban con detenimiento tal escena pues les resultaba impresionante que dos jóvenes tan guapos estuvieran bailando, parecían una pareja de enamorados pues ambos estaban un poco sonrojados y de vez en cuando se sonreían mientras hablaban, se movían por la pista con elegancia, dando algunas vueltas y parecía que dejaban un camino de luz por donde pasaban pues aquel momento parecía mágico, la música de fondo que acompañaba esa bella danza remarcaba el hermoso momento.
~No sé cómo pude dejarme convencer por usted para hacer esto –decía un sonrojado Wolfram mientras pensaba en que ahora todas las miradas estaban sobre ellos, hasta la de su prometido se posaba en su persona–
Flash Back~
~Entonces, ¿qué es lo que usted iba a aconsejarme? – preguntaba un rubio confundido y lastimado, mientras la música dejaba de sonar y el baile de Yuuri con la joven había terminado.
~Darle celos a su prometido –le decía con una mirada de complicidad–
~ ¿Darle delos? Eso ni siquiera es posible porque Yuuri no siente nada por mí –declaraba un resignado rubio–
~Entonces por lo menos dejaremos en claro que él no puede burlarse de usted menospreciándolo, tiene que dejar en claro que siempre habrá alguien dispuesto a cortejarlo, que nadie puede pasar encima de usted, después de todo usted es un bello y orgulloso mazoku, ¿verdad?
El orgullo, esas palabras habían calado profundo en el rubio, el peli-negro tenía razón, él no iba a permitir que Yuuri lo siguiera humillando de esa manera, no se iba a seguir burlando de él de esa manera, ya había sido suficiente, suficientes desprecios y ya estaba harto… Más que harto, ya estaba muy lastimado y si las cosas seguían de esa manera su corazón no lo iba a poder soportar. Si el rey no quería bailar con él, bien, pero eso no significa que sea su única opción y él definitivamente no se iba a dejar vencer, iba a seguir demostrando que ante todo tiene orgullo y un honor que proteger, nadie iba a pasar encima de él.
Fin del Flash Back~
~Ahora todos nos están mirando, éste fue un gran atrevimiento de mi parte, y sobre todo en el cumpleaños de Yuuri –murmuraba el rubio–
~Excelen– hizo una pausa– Wolfram… –eso produjo un nuevo sonrojo en el rubio, e incluso era más fuerte y notorio que el anterior– Disculpa mi atrevimiento al llamarte tan repentinamente por tu nombre, pero quisiera que nos pudiéramos tratar con más normalidad ya que tantas formalidades no me gustan mucho que digamos, prefiero hablar de una forma más natural contigo, si es que me lo permites, claro está.
~Johann entonces –ambos se sonrojaron nuevamente, se estaba volviendo una costumbre y ahora ya se trataban con más confianza, algo que alegraba al peli-negro– ¿Por qué me invitaste a bailar?
~Porque me di cuenta, pude notar la tristeza en tu rostro cuando Su Majestad comenzó a bailar con esa joven, en ese momento actué sin pensarlo dos veces ya que lo único que quería en ese momento era poder colocar una sonrisa en tu rostro, de esa forma luces mejor.
~Johann… Yo… Muchas gracias –decía mientras bajaba su mirada tapando sus ojos con su flequillo, para después alzar la vista y con los ojos un poco llorosos le entregó a su acompañante una sonrisa deslumbrante, desde el fondo de su corazón, que sólo logró cautivarlo aún más– Si no me hubieras convencido de bailar contigo probablemente estaría llorando en mi habitación mientras maldecía a mi enclenque e infiel prometido.
~ ¿Enclenque? Vaya, esa si es una palabra adecuada para describirlo jaja aún sigo sin poder creer que teniendo a un hermoso ser como tú de prometido se haya atrevido a bailar con una chica más del montón y disculpa que me exprese así pero te estoy hablando con plena sinceridad –bufó molesto al recordar la cara triste del rubio y sus lágrimas que, afortunadamente, él pudo limpiar antes de que alguien más las viera–
~Jajaja es divertido ver cómo te expresas de Yuuri, él es el rey y deberías guardarle respeto
~Será el rey, pero el respeto se gana y a mí me ha dado una muy mala impresión Su Majestad –decía enfurruñado mientras hacía un puchero–
Su baile había terminado así como la música, aunque su plática no, y en ese momento el salón irrumpió en ruido, los aplausos y las felicitaciones ante aquella demostración no se hicieron esperar ésta vez, todas las personas estaban encantadas con la pareja que seguía aún en la misma posición pero ya se había detenido.
Cherry-sama se acercó a la joven pareja que seguía en el centro de la pista, pero ya se habían soltado y agradecían con una sonrisa y una mano levantada las felicitaciones de las personas.
~Vaya, vaya, mi Wolfy encontró a un guapo joven que además es también un excelente bailarín –la ex-reina comenzó un pequeño puchero– Nee Wolfy, ¿por qué sigues sin presentarme a éste joven? >.<
~Ah cierto –carraspeó un poco antes de proseguir con la presentación– Madre, él es Johann Von Liebheart
~Mucho gusto Cecilie-sama, es un verdadero placer conocer a la persona que le ha dado vida a tan bella creatura como Wolfram, es usted igual de hermosa que su hijo, lamento haberme presentado ante usted hasta ahora –decía Johann con una voz galante mientras hacía una reverencia y tomaba la mano de la rubia para depositar un delicado beso y después regalarle una sonrisa a madre e hijo–
~Kya, Kya, Wolfy, has encontrado a todo un caballero~ aplastaba al rubio contra su pecho mientras lo asfixiaba y él forcejeaba tratando de escapar de ese agarre, pero algo los interrumpió–
~Jaajaja –reía el peli-negro un poco escandalosamente mientras unas lágrimas escapaban de sus ojos debido al esfuerzo– Disculpen jaja mi intención jaja no era burlarme jajaja pero es que jajajaja –ambos sólo siguieron con la risa de aquel muchacho y se encontraban en un ambiente muy ameno–
Mientras tanto…
~Es que no sé qué pasó Murata, no lo entiendo –decía un soukoku confundido y tratando de encontrar respuestas–
~Ahhh Shibuya~ exclamaba el otro soukoku mientras soltaba un suspiro de desaprobación – Eres un tonto de verdad –sentenciaba Murata mientras miraba a su amigo con el rostro enojado y un tanto enfurruñado– Seguramente te estarás preguntando por qué nadie aplaudió cuando terminaste de bailar con aquella joven, o la razón de que nadie se atreviera a unirse al baile con ustedes, o la actitud de Von Bielefeld al bailar con ese MUY APUESTO –remarcando evidentemente esas palabras con su tono de voz mientras sus gafas se volvían blanquecinas por el reflejo de la luz– joven de cabellos negros y mirada misteriosa, también debe intrigarte el hecho de que a ellos si les aplaudieran después de bailar~
~Murata… Eso es… ¡Eso es exactamente lo que he estado pensando! No entiendo nada~
~Shibuya, a pesar de que han pasado 5 años realmente sigues siendo un tonto – sentenciaba mientras apuntaba a Yuuri con un dedo acusador–
~Mou no me estés molestando ahora y por favor explícame ya la situación >.<
~Que remedio –y así el gran sabio comenzó a explicarle las barbaridades que acababa de realizar– Shibuya, lo que has hecho fue una gran falta de respeto hacia tu compromiso con Von Bielefeld y eso no le agradó a ninguno de los presentes
~ ¿Una falta de respeto? –replicaba un confundido Maou–
~Realmente no sé cómo Shinou pudo escogerte como su Maou –decía Murata mientras se acomodaba los lentes y frotaba su frente porque se estaba enojando en serio con su amigo–
~Murata, ya sé que no soy el mejor rey y que puedo ser bastante despistado, es por eso que recurrí a ti para que me expliques lo que ha pasado, puedes regañarme después todo lo que quieras, ahora sólo necesito entender la situación
~Tú debías inaugurar el baile, y lo hiciste, pero no debes olvidar que en estos momentos aun te encuentras comprometido con ese rubio adonis, ese a quien el pueblo ya considera tu consorte real y lo ven con ojos de amor, él es tan apreciado y respetado como tú por Shin Makoku, no olvides que es el ex-príncipe de éste país así como el noble heredero de una de las 10 casas nobles y el desaire que le has hecho ésta noche dará mucho de qué hablar entre los nobles y el pueblo. –al ver que no terminaba de entender del todo el Gran Sabio decidió replantear la situación–
Te lo pondré fácil, imagina que estás en la tierra, en un baile, y tienes novia, asistes con ella al evento, piensa también que son una pareja querida por todos, pero en el momento de bailar invitas a otra chica, es exactamente lo que has hecho y los chismes y habladurías no se harán esperar, quien se vería más afectado sería él ya que lo ofendiste despreciándolo para inaugurar el baile con otra persona. Por eso nadie aplaudió tu comportamiento, sin embargo… Von Bielefeld no se quedó de brazos cruzados y te restregó en la cara que si tú no estás dispuesto a bailar con él siempre habrá alguien más que sí lo esté, ahora quien quedará mal parado serás tú ya que tu prometido no se dejó de ti y te la regresó, y mira que no haber aprovechado para bailar con él… Vaya que tu cordura como Maou, como hombre, incluso tu vista será puesta en duda
~Mattaku… ¿Cómo pude ser tan tonto? Wolf perdóname, no me di cuenta… –murmuraba por lo bajo, aparentemente, ese joven de ojos negros que no tenía idea de cómo enmendar su fatal error–