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Touya & Yuki por AlexBane

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Notas del capitulo:

Hola, ¡Disculpen por la tardanza! Espero les guste el capítulo. 

Capítulo  5

Pasaron varios días antes de que Touya recobrara su estatus de niño decente en la escuela – incluso más frente al entrenador- que lo tenía castigado, en cuanto a Shaoran, hacia ejercicios extra con una especie de penitencia, no sabía en qué consistían los castigos, Touya me decía que no era necesario explicarlo, caminábamos habitualmente por la escuela, la gran diferencia, era que ahora me miraban diferente, me miraban… con duda  extrañamente.

-¿Cuál es su problema?- le pregunté a Touya mientras nos sentábamos en la cafetería el viernes durante el almuerzo.

-eres muy guapo y llamas la atención es todo-me dijo este y lanzo una mirada melosa mientras me acomodaba la silla, me senté y él me imitó.- creo que ya sé por qué…- balbuceé volví la mirada y lo vi.

-para ustedes- dijo el chico y nos tendió unos volantes, Touya los recibió y yo me limite a verlos a distancia: era un rótulo con caligrafía impresa un tanto técnico, Touya lo sostenía y leía rápidamente pasando los ojos por entre las líneas, era perfecto…

-nante…-terminó Touya y salí de mi ensoñación- ¿qué?- pregunté y él rio disimuladamente.

-Dije que es un viaje de generación a las montañas, será interesante, aprenderemos mucho Yuki- dijo y me paso el papel, lo leí, no me importaba en realidad a donde iríamos, solo me importaba ir con Touya. Sería un viaje largo al parecer, varios días, lo mejor,  tendríamos tiempo para nosotros… aparte de los deberes escolares.  Terminamos el desayuno y caminamos hacia nuestras últimas clases del día, el papá de Touya había vuelto de su viaje de negocios y estaba más que feliz –según Touya- en tenerme ahí para la cena. Lo cual me hizo todavía más feliz a mí…  pasamos a matemáticas y luego a lengua extranjera, después de dos horas por fin Salimos de clase y vislumbré lo que podía ser un dolor de cabeza si no actuaba, estaba colocada estratégicamente en medio del pasillo con los ojos en Touya, caminé más rápido a su lado y al estar cerca de ella, tomé  su mano y lo lleve en otra dirección antes de que siquiera pudiera saludarla, vadeando a la chica, mientras le guiñaba un ojo y me enviaba una mirada de veneno, no iba a dejar que lo tocara de nuevo.

-¿Qué fue eso?- pregunto Touya un tanto divertido.

-Eres mío- dije y me acerque más a él soltando su mano- no quiero que te voltee a ver siquiera.

-oh pequeño… entiende, solo te quiero a ti solo tengo ojos para ti, eres mi elección, mi razón…- se me había olvidado respirar, escuchar halagos de su parte me hacía flotar… sentí mi pulso desbocarse y tu ve que cerrar mecánicamente mis ojos y obligarme a pestañear, de verdad este chico es un sueño.

-Muchas gracias- contesté- si tú eres feliz, yo lo seré también- dije y salimos de la escuela,  caminamos por una calle muy transitada y cercana a nuestras respectivas casas, me tomó la mano mientras caminábamos… anduvimos a paso ligero temiendo la separación, pero finalmente llegó la calle que nos dividía, yo caminaba calle arriba y el hacia abajo, lo mire expectante unos minutos y sopese claramente:

-¿a qué hora quieres que este ahí?- dije mientras sonreía, su presencia me hacía feliz.

- A las siete treinta, Yuki, pero antes debo decirte algo…- dijo y me apretó más el agarre, se acercó más hasta casi completar un abrazo, con un brazo sostenía su mochila y con otro me sostenía la mano a mí, apretada, con excesiva fuerza, como si temiera que alguien me arrancara de su lado, su barbilla entre mi cuello, hablo lento a mi oído tan lento que su aliento me provocó cosquillas al hablar :- ¿Qué te parece la idea de contarle a mi familia? ¿De presentarte formalmente?

Se me fue el mundo a los pies, mi pulso volvió  a acrecentarse, sentía mis latidos en mis oídos, retumbando constantemente- ¿hablas enserio?-comenté finalmente justo antes de empezar a sonreír,  aun no nos separábamos, y después de ese comentario menos quería hacerlo, se separó solo un poco me miro directamente a los ojos y me dio un beso limpio y sincero en los labios, me atacó con una sonrisa, con una de las más sensuales y picaras que poseía, me sonroje, no podía evitarlo, fui consiente de un gritito de éxtasis provenientes de unas chicas al otro lado de la acera, no me importo, le sonreí imitándolo y volví la mirada a las chicas que se reían nerviosas y avanzaban-

-completamente.

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No me imaginaba la escena que se avecinaba ante mí, ¿Qué pretendía decir?, -¿Hola señor, soy el novio de su hijo?- No, definitivamente no, debo estar loco, no, tampoco, Touya está loco, es muy pronto, para este momento. Acababa de salir de la ducha, estaba vestido y “peinado” justo a las siete con quince minutos, caminé calle abajo con el corazón martillando en mi pecho, me las apañaría para salir de esta, debía hacerlo, “solo ten confianza en ti mismo” me decía una y otra vez, solo tienes que… enfrentarte a su familia.

Llegue a la casa de los Kinomoto y cruce la verja, entre en el porche y toque lentamente la puerta, una pequeña risueña de cabellos alborotados abrió la puerta, llevaba un vestido rosa, sus ojos me recordaron a los de mi Touya, color chocolate intenso… le sonreí con todas mis fuerzas tratando de esconder mis deseos de salir corriendo.

-hola pequeña Sakura, ¿Cómo has estado?

-hola joven Yukito muy bien, ¿has venido a ver a mi hermano?- asentí me invitó a pasar y a ponerme cómodo, me senté en el sofá mientras ella se ofrecía a llamar a su hermano, mientras desaparecía escaleras arriba, me quedé quieto viendo las pequeñas fotografías en una mesita al lado de uno de los sillones, la que seguramente era la esposa del señor Kinomoto y la madre de Touya y Sakura, y fotos de ellos mismos en versión pequeño, eran casi iguales, a excepción de Touya, que en ese momento carecía de ese semblante relajado y confiado, pero al mismo tiempo atento, rallando a la sensualidad  que ahora poseía, sonreí, como quería a ese chico…

-Hola joven Yukito- su voz me sacó de mi ensoñación de la visión de su familia, levante mi rostro y pude ver al señor Kinomoto en persona quitándose el delantal y ofreciéndome una mano en forma de saludo, me incorporé y avance hacia el correspondiendo:- buenas noches señor, ¿Cómo está?

-Excelente, muchas gracias-dijo con una sonrisa mientras continuaba-pero creo que yo debería preguntarte lo mismo, supe de tu accidente, ¿cómo estás? ¿Te sientes mejor?

-estoy mucho mejor, señor gracias, sin duda por los cuidados de su hijo- dije y sonreí automáticamente, era mi reacción al hablar de él.

-me alegro mucho, de verdad Yuki- decía mientras ambos volteábamos al oír el sonido de las escaleras, era un Touya un tanto apresurado pero sonriente que llevaba a Sakura de la mano, más bien jalaba, le pequeña jadeaba y sonreía al mismo tiempo.

-disculpen, Sakura tardó en avisar…- me dirigió una mirada, de esas en las que me perdía y me limite en sonreír, tenía que aferrarme a la realidad, tenía que luchar y no caer en mis pensamientos, desvié la mirada y en cuestión de segundos el señor Kinomoto nos llamó a la mesa. Nuestros asientos eran: Sakura y su padre de un lado, y Touya y yo en el otro, comimos en silencio por unos minutos y luego, empezamos con temas determinados de conversación, muy propios, el señor Kinomoto nos preguntó cómo iba la escuela y nos interrogó sobre el viaje de generación para la investigación. Touya sentía mi tensión, la emanaba estaba intranquilo, me sonrió y me tomo la mano por debajo de la mesa, “todo va a estar bien pensé…”

-Papá- comenzó Touya, y ocurrieron varias cosas a la vez, el señor Kinomoto se quedó inmóvil como una estatua, sin moverse, sin hablar, sin nada más que una expresión fría ante su hijo, las luces parpadearon inestables sobre nosotros mientras Sakura se levantaba de su silla y se arrancaba su medallón del cuello, al parecer una llave, y por último, un rugido potente desde la planta de arriba, tal sonido hizo que Touya me acercara más a él y mirara a las tres figuras acomodadas en la sala, se incorporó intentando avanzar, pero lo detuve, y los miramos, un tanto asombrados por su peculiar aspecto…

 

El primero estaba sentado en el sillón individual situado casi en le entrada de la casa, parecía tener la edad de Sakura, un niño con rasgos occidentales, muy pálido cabello muy lacio y unos lentes algo torcidos, llevaba una túnica morada y un cetro con una especie de sol en la punta, la segunda, situada atrás del primero, con una mano en el respaldo del sillón vestía de negro con un cabello tono rosáceo que le cubría hasta las caderas, su piel pálida, igual que su compañero, pero con una expresión más… sombría, sus ojos eran una combinación de carmesí y rosa… clavaba su mirada en mí, mientras sonreía angelicalmente.  Sus alas al estilo mariposa se movían lentamente extendidas, mientras las mostraba rebosante. Por ultimo una criatura del tamaño de una pantera inmensa estaba  situada enfrente de la puerta, el felino nos miraba con sus ojos azules y sesgados, tenía pegado a su lomo una especia de tela impermeable, azul, tal vez… no lograba distinguir.

-¿Qué es esto? ¿Quiénes son? ¿Qué quieren?- soltó Touya que me acercaba más contra él- mire a Sakura de reojo y ya no estaba en su lugar si no frente a su hermano, cubriéndolo con una versión de su llave pero en grande, muy parecida a un cetro.

-¿Qué es lo que quieres Eriol?- preguntó la niña tajante, su hermano apenas se creía que hablara con tata seguridad.

-Sakura, mi querida, veo que aún no llevas a cabo mis… sugerencias…- dijo este con una voz suave, suave como la seda, y hasta yo supe que eso le daba un matiz más siniestro…

-No hay nada que llevar a cabo, no hay ninguna sugerencia que deba hacer valida- respondió molesta.

-Ya veo…- respondió un Eriol en tono sereno- pero que descortés soy, permítanme presentarnos, mis queridos amigos-hizo una reverencia con la cabeza y nos miró a Touya y a mí, que estábamos asustados, y al mismo tiempo Touya molesto por la intromisión- Soy el Eriol, la reencarnación del Mago Clow. Y estos, son mis guardianes- vi que levantaba una mano hacia la mujer- ella es Rubimoon y el –señaló al felino- es Spinner.  Verán, la razón para estar aquí, es para evitar esto precisamente…- dijo señalándonos.

-¿evitar que?- preguntó Touya un tanto preocupado.

-evitar su unión, por supuesto.

-Sakura ¿no se los ha dicho?

-Basta Eriol…

-¿decirnos qué?- Touya volteo hacia mí y luego a Sakura

-Un guardián jamás debe tener una…distracción, mientras esté al servicio de su señora, y menos con un humano-Eriol notó nuestra cara perpleja y aclaró:- Tu hermana les debe muchas explicaciones, mis queridos muchachos, ella pertenece a un mundo muy especial Touya, y creo que lo sabias… pero mejor que ella lo aclare…. Lo único que diré es lo siguiente, si sigue gastando tanta energía-dijo clavando la mirada en mi- desaparecerá, y no podrán hacer nada, necesita fuerza vital, necesita magia, Sakura, sino lo alimentas tú, tienes que separarlo de tu hermano, Yue lo sabe, ¿Cómo accedió a esto sabiendo lo que le puede pasar?-

-lo intento- dijo Sakura- pero es difícil… solo dame tiempo…

-es lo que no tienes, ¡tiempo!- zanjo Eriol- es una falta de etiqueta enorme, no es posible…

-¡Ya basta!-grito Touya, me soltó y se abalanzó contra Eriol-fuera de mi casa necio- visualicé el peligro mucho antes de verlo actuar, Rubimoon esperaba a Touya con una especie de cristal del tamaño de su brazo, dio unos pasos hacia él mientras sonreía, dio un golpe certero en el pecho de Touya  girando casi artísticamente sobre sus talones, y lo alejó de Eriol.  Touya se tambaleó y ella aprovechando el momento con su mano derecha lanzaba el golpe final, como un agujón de abeja… No me lo pensé dos veces, tomé su mano en el aire segundos antes de que el cristal impactara a Touya, la vi a los ojos, su sonrisa se había ido,  mi rapidez fue casi inhumana en cuestión de segundos. La arrojé contra la puerta que se destruyó al impacto haciéndola llegar hasta el porche. ¿Cómo había hecho eso?

El felino al ver a su compañera en el suelo se envaro y rugió en mi dirección, no tenía miedo, mi único objetivo era proteger a Touya de ellos, de esas amenazas. Se adelantó, una masa de cabellos rubios se lanzó sobre el primer felino, asocié el rugido de león inmediatamente, rodaron en una maraña de colores negra y amarilla y los perdí de vista mientras volvía a la casa una Rubimoon con expresión crispada, casi alterada, que desentonaba con su actitud fría y calculadora, ya no tenía el cristal, pero pensé que no importaba, por su semblante estaba dispuesta a matarme con sus propias manos, y algo me decía que podía, se veían tan frías y duras… como hielo. Me coloqué más cerca de Touya, esperaba localice su semblante y estaba todavía más asustado y sorprendido que antes…

Y entonces vino hacia mí, la veía moverse certera, mortífera, segura… mientras perdía la vista, la oscuridad me tragaba, estaba a unos pasos….

Notas finales:

Si todo va bien, prometo subir uno nuevo hoy en la noche o mañana en la tarde, Gracias por leer. 


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