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Touya & Yuki por AlexBane

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Notas del capitulo:

Me he tardado un poco, pero necesitaba estructurar los capítulos siguientes, jaja éste es uno especial también, un poco de paz a Touya y Yuki, espero les guste. 

Capítulo  7

En mi sueño perseguía lentamente una paloma blanca, que iba aumentando de tamaño hasta convertirse en un ángel, me miraba inexpresivo y radiante como solo un ángel podría ser, un aura de luz lo rodeaba y supe que era una buena señal ver algo tan precioso, me miro a los ojos y al parpadear pude ver que cambió y ahora era el rostro de Touya el que me miraba, me veía a los ojos y me decía que me cuidaría que todo estaba bien, que no me dejaría, luego el rostro volvió a cambiar y me encontré a mí en el cuerpo del ángel,  una versión más… sensual de mí mismo, tenía el cabello largo y pupilas rasgadas, casi se perdía mi aspecto pacifico, parecía retar, y ver hacia enfrente, siempre al objetivo, me sonrío y me llamo con una mano estirada, caminé sin tomarla y me situé enfrente de él con mirada perpleja.

-Aun no puedo elegir, si lo dejamos, dejaríamos un pedazo de nuestro corazón, eres mi forma humana Yuki, ¿Qué debo hacer? Entregarme al amor y….-  dijo y no se movió más.

-¿hacer qué?, ¿de quién hablas?-se movió, comenzó a caminar. Intenté tomar su túnica y jalar pero mi mano lo atravesó como si de bruma se tratase, lo vi caminar con la elegancia y gracilidad inhumana, sus alas vadeándolo, cuando me percaté ya se estaba alejando mucho en realidad, parecía como si hubiera encontrado la respuesta, camino son vacilar y como lo predije, sin mirar atrás. Me dejo ahí parado sin respuesta y con más confusión… lo vi marchar y alzarse contra el cielo de azul pálido, no lo volví a ver.

Abrí  los ojos cuando sentí los mareos intensos, intenté enfocar el techo y me di cuenta de que estaba en la casa de Touya, en su cuarto, él no estaba, y me sentí trágicamente solo, intenté levantarme, pero a cada movimiento mis músculos gritaban de dolor, sentía como si hubiera corrido en contra sentido hacia una manada de bestias, me dolía todo, cada centímetro, el mundo me daba vueltas, me incorporé lentamente, y me apoyé en la pared, daba pasos vacilantes hacia el baño, gire la perilla y entré. Me percate de mi aspecto en el espejo de Touya, perecía algo pálido y desubicado, nada fuera de lo común, le sonreí al tipo del espejo y pensé en no daría importancia, cepille mis dientes y satisfice algunas necesidades humanas más,  baje lentamente las escaleras los mareos habían cesado un poco, ahora tenía hambre, un hambre atroz. No escuchaba ruido alguno, era sábado probablemente el señor Kinomoto había ido a trabajar, y Sakura un dormía, baje las escaleras y llegue a la sala escuché ruidos en la cocina y me dirigí ahí, estaba Touya cocinando el desayuno con un delantal y una cara de satisfacción,

-Hola hermoso.- me dijo y me sonrió. Todo el mundo desapareció, estaba ahí Touya, recordé de súbito los sucesos de ayer, esos… locos, era un milagro que aun viviéramos, le  lance una sonrisa de regreso y caminé, casi corrí hasta donde estaba y le plante un beso, un beso apasionado que inmediatamente me devolvió, le rodee el cuello con mis brazos y él la cintura, mientras enroscaba su mano libre en las hebras de cabello de mi nuca me atrajo hacia él, casi olvidándonos de que debíamos respirar… me alejé un poco y susurré:

-¿cómo estás? ¿Qué paso?-  pregunte mientras lo besaba de nuevo.  Me empujo hasta la pared opuesta y me arrinconó al lado de la puerta de la cocina, su cuerpo cada vez más cerca del mío.

-Te lo explicaré todo, pero primero desayunemos.- me dijo y asentí, le besé de nuevo creo que nunca me cansaría de este chico….

-¿Terminaron?- pregunto una voz extremadamente familiar y peligrosamente pequeña, era Sakura, que había entrado en algún momento a la cocina y había visto… me separe de Touya lo más rápido posible y  me ruboricé al acto, el vaciló y me miro a mí y luego a ella alternativamente.

-¿hace cuánto estas aquí Monstruo? – dijo el con sonrisa burlona.

-lo suficiente, Yuki ahora es mi hermano, deberías saber que me parece adorable.-dijo la pequeña con aire de autosuficiencia.- y dime Yuki, ¿Cómo te sientes?

Vacilé.-muy bien, creo un poco hambriento…- dije y me avergoncé, comencé a pensar que abusaba de estas personas.

-comamos entonces.- dijo ella y miro a su hermano, que lanzó un resoplido y empezó a servirnos el desayuno.

-si ya lo sabe, ¿puede venir Kero no es así?- pregunto un tanto divertida al ver a Touya hacer rabieta.

-No.- dijo el cortante.- aún no sabe nada, así que calla y come, súbele al gatito una rebanada de pastel, es lo que has hecho desde hace tiempo ¿no?- lo mire y no sabía que decía, pero no pregunté, se volvió hacia mí y me sonrió, luego me alentó a comer más. Y de verdad lo hice esa mañana de verdad comí, como si comiera por dos seres, era muy extraño, pero no se quejó me dio toda la comida que quise, y luego después de interpretar sus caras de sorpresa sonreí. –que rico, muchas gracias.

-OK.- dijo Sakura y se levantó.- voy por el gatito (hizo comillas exageradas con los dedos) vamos con Tomoyo, así que tienen la casa libre casi todo el día, cuando llegue quiero que ya lo sepa todo.

-¡No me presiones!- grito mi novio y me volvió a mirar.- ¿no quieres más?- preguntó con tono paternal.

-No, muchas gracias, tenemos que hablar.- dije lleno de dudas y me llevo a su cuarto.

 

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-¿Me estas tratando de decir que, soy una criatura de cuentos de hada?- pregunte con un tono fuera de lo común, un tanto exasperado y reacio a creer algo así, el asintió con una mirada solemne. -¿Enserio?-

-No exactamente.-decretó sincero.-pero si eres muy especial Yuki, eres… único.

Lo mire atónito, ¿Qué clase de… poder encerraba?

-entonces tu hermana… y yo, estamos ligados… a…- no sabía cómo continuar. Lo mire expectante.

-mi hermana es una captora de Cartas mágicas, y tu su guardián… digamos que aún no estás… entrenado, tus poderes… florecerán. – me dijo y sonreí automáticamente.

-¿Por qué no lo sabía?- pregunte incrédulo.

-No lo sé todo Yuki.- se acercó a mi e intentó abrazarme, lo permití.- pero vamos a superarlo juntos ¿ok?-

-OK.-dije y aunque las dudas florecían en mí no deje que me embargarán por completo frente a él, claro que sabía que había algo en mí, lo había notado, no era normal,  tenía ciertas habilidades inexplicables. Ya me derrumbaría luego.

-¿entonces soy como un súper héroe?- bromee.

-claro, eso y más.- me miro seductor y me lanzó a la cama, lo cual me sorprendió, ya que solía ser muy tierno conmigo.- Yuki, ahora sé que eres… resistente. – me volvió a mirar con ese aire de hombre depredador, una… confianza que no había visto nunca en él. Sonreí.

-Más de lo que crees.- concordé y lo atraje con más fuerza de la necesaria encima de mí. Comenzó a besarme apasionadamente, como si continuáramos lo que comenzó en la cocina, estaba yo tumbado en su cama con el posicionado encima de mí, esta vez no tenía restricción, me daba caricias salvajes y mordidas ocasionales, jadeaba, sabía que podía ser... fuerte.  Correspondí y me entregue a mis instintos, jale su camisa con tanta fuerza que la rasgue en el acto, obteniendo como respuesta una risa sonora por parte de Touya, su espalda quedo al descubierto y jale hasta sacarla hecha girones.- No me equivoque contigo, Yuki.- susurro a mi oído entre gemidos mientras tocaba cada centímetro de mi cuerpo,  me gustaba, este nuevo Touya me encantaba, si mis nuevas habilidades me permitían esto, claro que las agradecía, me tomo de las caderas y comenzó a bajar mientras besaba, no iba a aguantar mucho, esta nueva interacción lujuriosa me gustaba,  probaba nuestra… naturaleza.  Comencé a gemir lentamente al compás de su lengua, ya no tenía camisa y mi pantalón estaba en mis rodillas, me quitó el bóxer lentamente mientras su lengua cada vez más experta me examinaba a conciencia, mi erección notoria lo hizo sonreír y subir de nuevo hasta mi boca, besándome con más intensidad si es que se puede, intenté rodar sobre mí mismo y quedar sobre él, pero me detuvo, con una mano aprisiono la mía y con la otra comenzó a masturbar mi miembro rígido, mis gemidos aumentaban a cada movimiento, era como fuego extendiéndose desde mi interior hasta mis labios, que Touya apagaba con sus besos y caricias.

Le quite el cinturón y acto seguido el pantalón, la erección estaba marcada en su bóxer, me éxito aún más y me llevo a acercarlo más a mí, lamí sus labios y sus mejillas, baje a su cuello y mordí dejando leves marcas rojas, para ese momento me soltó la mano y lo abrace, arañando su espalda, y provocando un gemido estridente, de verdad estaba excitado, estaba al límite, me sonrió y con una mirada tan suya, tan picara, ese deseo contenido en su bóxer quería salir, y lo ayude. Saqué el bóxer, y lentamente baje hasta su miembro lo tome desde la punta a la base y masturbe lentamente, lo tumbe de espaldas y subí en él, lo besé despacio, como si temiera que se rompiera, baje hasta su entrepierna y lamí lentamente. Después de unos minutos de gemidos, me tomo de la cintura y me volteo hacia la cabecera de la cama, estaba de rodillas y apoyado  en ella con los dos brazos, Touya se acercó por detrás totalmente desnudo ya y me abrazó, acercando su cuerpo más al mío, tocando cada parte de mi mientras besaba mi espalda, mi cuello, y ocasionalmente mi boca, daba un ligero vaivén, que ocasionaba el contacto entre mis glúteos y su miembro erecto.- ¿Yuki, lo deseas?- ronroneo entrecortadamente, él sabía que sí, lo que quería era que se lo pidiera, siguió con el vaivén lento y continuo, me llevaba al límite.- Touya, sabes lo que quiero…- casi no logre terminar la frase, estaba perdido en el deseo.

Apenas lo dije volvió a lanzar una sonora risa de triunfo y anhelo, llevo  su miembro a mi entrada y lo introdujo en un solo movimiento, fue un tanto doloroso, pero esa sensación fue remplazada por el inmenso placer al momento de las estocadas fuertes y continuas, se movía suave y firme dentro de mí, me mordía, y me besaba, era estar en el paraíso, era perfecto, era Touya. Se vino dentro de mí ocasionándome el orgasmo, e inundándome de felicidad.

Cuando desperté de la ensoñación seguida de nuestra actividad física, estaba en el pecho de Touya, con el cuerpo un tanto rojo por las marcas, lo  había arañado tanto…  me ruborice, y me alegre al darme cuenta que, yo estaba intacto, como si mi cuerpo fuera de mármol…  Le vi el cuello, el pecho, la espalda, marcas rojas y ligeras.

-¿Estas bien?- pregunte cuando sentí su movimiento, enfoco la mirada en mí y sonrió.- claro que sí, ¿porque no estaría bien? – me sonrió y apretó más.

-te lastime.- dije levantando la vista.

-¿No lo sientes?- pregunté y le acaricie el rostro.

-Yo me lo busqué, pero oye…-cambió a un tono “serio”. –mi cama no tenía la culpa.- dijo y mire hacia la cabecera, tenía pedazos arrancados y astillas en el suelo, me ruborice y mire a Touya,

-discúlpame, yo no…- comenzó a reírse, fruncí el ceño.- me encantas Yukito.- dijo y me beso.

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Al bajar a la sala con todo limpio y ordenado Touya me dijo que su papa estaba trabajando en un proyecto y que llegaría tarde, así que nos dispusimos a ver televisión, estábamos cerca uno del otro, acostados en el sillón grande de la estancia, por primera vez en días, poníamos atención al programa en vez de a nosotros… escuche girar el picaporte y volví la mirada incorporándome, era Sakura con un peluche en manos, le sonreí abiertamente.

-Iba a llenar a los bomberos, para que te bajaran de donde sea que te hayas subido…- empezó a decir Touya con una voz cargada de mala intensión pero Sakura le callo pisándolo fuerte en la punta del pie, reí bajito.

-Ahora que ya lo sabes todo, Yuki, quiero que conozcas a tu compañero, Kero.- dijo y puso lo que yo creí era un peluche en la mesa. Era un.... una especie de felino, amarillo, tenía los ojos excesivamente grandes y una cola con la punta esponjosa como un conejo, tena unas pequeñas alas en la espalda que parecían de juguete, de hecho a simple vista podía pasar como…

-¿No me vas a saludar?- preguntó él sacándome un buen susto, tome el brazo de Touya y me aferré.

-Puede hablar…- apenas pude articular palabra.

-pues… ¡claro!, si soy un guardián y como tú, soy una criatura mágica.- dijo con una voz un tanto chillona, cantarina en exceso diría yo, sonreí y mire a Sakura, tenía una expresión encantadoramente maternal, y luego a Touya, me besó la mejilla, sonreí hacia la criaturita, tenía suerte, tenía mucha suerte, tenía a mi familia, conmigo para superar lo que fuera, lo que se avecinara.

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer, nos vemos pronto, esta semana subiré el siguiente. 


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