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El VALOR DE UNA MISIÓN. por TKarin

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Notas del fanfic:

Saludos fans de esta bonita ship, que lindo es cuando hay nuevo material ¿verdad? Me ha encantado lo bien recibidos que fueron mis fics anteriores  acerca de esta pareja, muchas gracias a todos TTwTT aquí traigo un nuevo aporte que espero también sea de su agrado y sin más los dejo para comenzar a leer esta historia.

Notas del capitulo:

...

En la época de los reyes, caballeros y castillos se encontraba el territorio de Teiko, una nación extensa con más de cien reinos conviviendo en paz e incontables victorias en guerras contra invasores que pretendían apoderarse de sus tierras más prósperas y los tesoros que, según rumores, eran resguardados por sus reyes, entre los gobernantes había un grupo especial de seis hombres que eran conocidos por toda la nación gracias a su talento único para el combate, habilidades que solo se ven cada muchas generaciones entre las familias reales, monarcas cuyo orgullo era también ser guerreros invencibles.

 

‘’Kaijô, el más cercano a la costa, estratega e informante con un aliado en cada reino que le ayudaba a mantener las naciones comunicadas y de esa manera poder ayudarse entre sí; su rey, Kise Ryôta, nació en la nobleza y siempre tuvo todo lo que necesitaba para convertirse en el mejor archetipo de un príncipe, pero su espíritu aventurero y su personalidad inquieta lo llevaron a interesarse en el arte del combate y pronto era capaz de aprender y recrear las tácticas de sus oponentes, haciéndolo tener un gran repertorio y conocimientos a su favor’’

 

‘’Seirin, gobernado por Kuroko Tetsuya, por mucho el soberano más benevolente, justo y visionario del grupo, su nación era pacífica y su rey había sido quien formalizó la unión y paz entre los reinos, convirtiéndolos de cien dispersos, a solo seis pero con un gran poder para defender el territorio que compartían contra ejércitos que los hubieran aniquilado uno tras otro si peleaban por separado, gracias a ello todos los demás reyes tenían su gratitud y también su amistad’’

 

‘’Yosen, se decía que era una fortaleza, con su ejército en formación, el territorio era inaccesible y sus guerreros eran tan fuertes como los muros del castillo, leales y poderosos caballeros que aunque con un ejército algo reducido en números, también se habían ganado su fama en el campo de batalla. Su rey, Murasakibara Atsushi, se ganó la lealtad de todos sus soldados y su pueblo cuando se unió al ejército durante una rebelión que casi termina devastando el reino completamente, arriesgó su vida pero gracias a su valor y poder logró triunfar y ahora era una de las figuras más distinguidas y respetadas entre la nobleza de la nación’’

 

‘’Touou, gobernado por Aomine Daiki, tenía una relación muy estrecha con Seirin, aliados desde el principio de los tiempos y lo mismo iba con sus gobernantes; conocidos por su gran fuerza y ferocidad en combate este ejército era temido como uno de los mejores y más poderosos, más aún desde la llegada del rey Aomine quien había estado involucrado en cada gran batalla haciéndolas legendarias’’

 

‘’Shutoku, estratega, con el rey más sensato que planificaba estrategias infalibles, Midorima Shintarô había formado su ejército mayormente de arqueros entrenados bajo su propia tutela, podía parecer calculador pero se preocupaba mucho por sus seguidores y cuidaba de su ejército así que hizo de los combates a distancia su especialidad, buscando que en cada batalla hubiera el mínimo número de bajas como fuera posible; su reino tan próspero como los demás, rodeado por bosque era armonioso con el entorno y cuidaban sus recursos que lo volvían tan rico y sustentable.’’

 

‘’Rakuzan, si cada ejército tenía sus prodigios en batalla, este estaba conformado en su totalidad por expertos, soldados de elite que podrían derrotar una pequeña armada cada uno por su cuenta, temibles en todos lados incluso por sus aliados que jamás pensarían siquiera en iniciar un conflicto contra ellos, aun así, el rey Akashi Seijûrô era gentil y un noble de muy altos valores, se había ganado el respeto de su gente y de los otros reinos no por medio del miedo o la fuerza sino por su destreza y buenas decisiones como gobernante; el reino en si estaba en su mejor condición desde hace muchas generaciones,  se encontraba bien resguardado por las montañas y con muchos recursos a su disposición que lo hacían muy próspero, atravesado por un amplio rio y tierras fértiles también lo hicieron el blanco de múltiples ataques por quienes quisieron apoderarse de él pero que aprendieron por las malas que sus posibilidades de derrotar al poderoso ejército de Rakuzan era poco más que imposible’’

 

>>> 

 Si bien las naciones estaban en paz, el terreno entre ellas podía ser hostil por los ladrones que merodeaban los bosques pero especialmente por el clima de las tierras más al norte, había costa a pocos kilómetros pero no era una playa donde disfrutar del sol desde la arena era una opción, eran riscos escabrosos con altas caídas directas al mar embravecido por el viento de las estaciones más frías, tampoco había nieve a menos que fuera invierno o en la cima de las montañas, no estaban tan al norte, pero morir de frío seguía siendo un peligro si uno quedaba desamparado lejos de algún refugio; la naturaleza proveía y protegía pero también era una fuerza despiadada que trataba por igual a todas las criaturas, aun así, no era nada que no se pudiera enfrentar si ibas bien preparado y con un buen sentido de la orientación; Un hombre con una misión recorría aquellas tierras alejándose cada vez más de su hogar hacia un lugar desconocido pero amistoso, o eso se le informó en las palabras de su mismísimo rey y amigo.

 

~FLASH BACK~

-Mitobe, tengo una tarea muy importante para ti-  decía el rey de Seirin, Kuroko, desde su trono en aquella gran y alta recámara de tonos cálidos y largas cortinas color rojo y negro, se levantó y bajó los pocos pero amplios escalones hasta estar en la alfombra que cruzaba de un extremo a otro el salón y definía como un pasillo hasta su trono, tocó el hombro de su camarada para que abandonara la reverencia que le hacía apoyando una rodilla en la alfombra y así hablarle de frente, lo llamó a él de entre el resto del vasallaje, si bien el rey tenía muchas personas a su servicio, había un grupo en especial que era muy cercano a él, consejeros, representantes, sirvientes básicos y por supuesto su guardia personal que contaba con un solo hombre, Kagami Taiga, que tenía una reputación tan espléndida como la de los mismos reyes guerreros pero prefirió quedarse al lado de su mejor amigo y aliado para protegerlo en vez de asumir por él mismo un título en la realeza; de entre todos ellos, esta vez Kuroko necesitaba un mensajero, también adiestrado para el combate aunque claro, nunca al nivel de los caballeros propiamente dichos  -verás-  siguió después con el tono calmo que siempre tenía  -hace unos días el reino vecino y el más cercano a la costa, envió un mensaje donde decía que han visto naves desconocidas en las cercanías, permanecen mar adentro pero no se van y el rey Ryôta teme que puedan ser barcos espías del exterior, por el tiempo que llevan los avistamientos podrían estar examinando el territorio y buscando un momento para atacar-  de inmediato se sintió la tensión por esa noticia hasta en los guardias que custodiaban la puerta, una nueva invasión podía causar serios problemas a todos los reinos, en especial si se trataba de extraños que venían de más lejos de lo que cualquiera conocía hasta ahora, había cierta confianza en la nación, sus ejércitos eran fuertes y de alguna manera se sentían inmunes pero no podían correr ningún riesgo, tras mucho esfuerzo se había conseguido la paz y ahora debía protegerse  -ve a Yosen’ más al norte y entrega este reporte lo antes posible, solo para que estén alertas e informen a los demás con sus halcones ¿crees poder hacerlo?-  preguntó y de inmediato recibió una afirmación en forma de otra reverencia por parte de su mensajero  -confío en ti-  sonrió apacible entregándole una carta con el sello de Seirin’  -no deberías tardar más de un día en llegar y estoy seguro que te darán refugio hasta la mañana siguiente, como sabes todos los reinos estamos en paz pero mandar a una multitud de manera tan repentina puede ser mal visto, tendrás que ir tú solo-  Mitobe aceptó, el camino a Yosen era usualmente seguro y no debería haber mayores complicaciones para llegar a él a salvo.

 

-...¿estás seguro de esto? Kuroko-  llamó el caballero real una vez que el mensajero se alejaba  -él...-

 

-estoy muy consciente de su voto de silencio-

 

-¿qué pasará si pierde la carta? ¿cómo entregará el mensaje?-

 

-por favor Kagami, puede escribir otro, si lo envío a él es por la confianza que le tengo, a pesar de todo hace bien su trabajo-

 

-de acuerdo, además ni que fuera una misión peligrosa…-

 

~FIN DEL FLASK BACK~

               

Tras recibir la orden también se le dieron algunas provisiones y lo equiparon con un caballo de los que usaban en el palacio, un animal tosco de tonos marrones y con patas fuertes que resistía sin problemas el clima y terreno de la región; así fue que el mensajero inició su viaje, sin mucho equipaje pero bien abrigado con varias capas de ropa entre colores verde oscuro y negro, en su camino no pudo evitar pensar en lo que pasaría si resultaba que en verdad venía otra invasión y se desataba una nueva guerra, él había estado en las anteriores batallas ya hace varios años, pero no en el centro de la verdadera pelea dónde los reyes que ahora los gobernaban hicieron historia peleando juntos, él no tuvo oportunidad de ver eso pero su rey siempre les decía que también ellos, el resto de los soldados, habían ayudado peleando en otras regiones y que sin su ayuda los reyes no lo hubieran logrado, Kuroko siempre era tan gentil, Mitobe sonrió ante ese pensamiento, seguramente solo no quiso hacerlos sentir mal de no haber participado más; por ahora se concentraría solo en su misión actual y si tenía que luchar de nuevo lo haría, pero hasta llegado el momento.

 

Pasó un par de aldeas antes de llegar a lo que era bien conocido como el territorio de Yosen, también había visto grupos de caballeros y varios guardias pero seguramente eran solo los vigilantes del reino asegurándose que no hubiera criminales en sus distritos, obviamente lo miraban por ser un forastero pero al no representar peligro lo dejaban seguir su camino, donde si fue detenido fue a las puertas del palacio, tuvo que pasar por dos formaciones de guardias antes de que lo dejaran entrar y a los que mostró la carta con el sello de Seirin para demostrar que era solo un mensajero, lo dejaron entrar pero siempre acompañado por un guardia, Mitobe no llevaba armas, Kuroko confió en que no tendría problemas en el camino hasta Yosen y además, llevar algo así al castillo de otro rey podría causar problemas.

 

-espera aquí- dijo el que lo escoltaba luego de llevarlo a un salón que parecía puesto para reuniones. El escolta salió del lugar y regresó acompañado de nada menos que el guardián personal del rey, un hombre bien conocido incluso por el mensajero.

 

-bienvenido- saludó cortésmente y Mitobe hizo una pequeña reverencia como respuesta, extendiendo después la carta para que él la tomara, no se le veía tan peligroso de cerca, pensó el mensajero, especialmente ahora que parecía estar descansando y sus ropas eran casuales pero finas como era propio de los ocupantes del castillo  -ya veo, yo me encargaré de lo demás, haz hecho un buen trabajo- le sonrió y el mensajero no supo cómo responder a eso así que solo hizo otra reverencia, este hombre era tan amable como había escuchado decir  -gracias por venir desde tan lejos-

 

-…Himuro, te dije que me avisaras si algo pasaba- dijo otra voz y Mitobe miró hacia la puerta por donde el escolta y el guardián habían entrado y se asombró de ver entrar al rey de Yosen en persona, era la primera vez que lo veía y su figura era realmente imponente, reforzada aún más por su atuendo extravagante, sus ropas eran finas pero no tan delicadas como las que usaba Kuroko, su capa era gruesa y de un color púrpura aún más oscuro que el de su cabello, con adornos de piel color blanco en los hombros y aunque era de aspecto pesado se deslizaba suavemente detrás de los pies del rey.

 

-majestad-  le respondió Himuro casi con sarcasmo, solo él tendría la confianza de hablarle en ese tono  -no es nada importante, solo un mensajero-

 

-no importa, cualquier cosa es mejor que estar aquí sin hacer nada... pero si eres de Seirin ¿verdad?-  Mitobe se había perdido admirándolo y tardó unos segundos en saludarlo como debía y asentir a su pregunta  -hace mucho que no veo a Kuroko pero he oído que su reino es muy tranquilo-  Himuro le había dado la carta y él la abrió para leerla  -entiendo... la verdad yo no le daría mucha importancia-  dijo después volviendo a doblar la carta y regresándosela a su caballero  -Kise suele ser muy exagerado-

 

-de todas formas debemos avisar a los demás, ya que el rey Kuroko se molestó en hacértelo saber a ti, debe pensar que es importante-  comentó el guardia real.

 

-...supongo que sí, está bien, pero envía halcones mensajeros, el camino hacia los demás reinos es más largo-

 

-entendido, enviaremos la alerta en un momento-  dijo Himuro y después Mitobe le extendió otro escrito donde Kuroko también pedía dar refugio a su mensajero hasta el día siguiente y explicando el voto de silencio que tenía, si bien el trayecto a Yosen había sido de menos de un día ya comenzaba a atardecer y el clima afuera por la noche era aún más peligroso que los animales salvajes que podían encontrarse  -de acuerdo-  le sonrió de nuevo y luego se dirigió a su rey  -el mensajero será huésped en el castillo esta noche, parece justo, ya es algo tarde -

 

-está bien...-  Murasakibara miró después al escolta que aun los acompañaba  -tú, búscale una habitación a... ¿cómo es que te llamas?- 

 

-su nombre es Mitobe- respondió Himuro mostrando al rey el otro papel con las peticiones de Kuroko  -ha hecho un voto de silencio pero sigue cumpliendo su deber, si hay algo que tú quieras hacerle saber a Kuroko él podría llevarlo mañana cuando se vaya-

 

-es curioso ver a un mensajero que tenga un voto de silencio, parece algo... impráctico-  Mitobe solo sonrió apenado y levantó un poco los hombros, se lo explicaría si pudiera pero ahora no era posible  -igual no creo tener nada que decirle a Kuroko, lo pensaré bien y te aviso mañana, espero que estés cómodo-  el rey se despidió de esa manera y regresó por donde vino llevándose la carta de Kuroko con él.

 

-seguramente tendrás que llevar otro encargo-  siguió Himuro hablándole al mensajero  -es muy orgulloso para admitirlo, pero siempre está hablando de los otros cinco reyes, son amigos suyos y creo que los extraña bastante-  Mitobe lo escuchó con atención  -pero en fin ¿por qué no vas a descansar de una vez? El camino hasta acá debió ser largo, y descuida, tu caballo ya fue llevado a los establos y te lo regresaremos mañana-  era muy amable para ser un guerrero de tal categoría, después indicó al escolta que llevara a Mitobe a una habitación para huéspedes como el rey había ordenado antes.

 

-te quedarás aquí, si necesitas algo hay guardias en los pasillos- Mitobe agradeció al que fue su guía y después se quedó solo en esa habitación, era demasiado sencilla, apenas dispuesta para no morir de frio durante la noche pero no le importó, solo estaría ahí hasta mañana; se preparó para descansar tratando de no preocuparse demasiado, en los días siguientes se vería si las advertencias de Kaijô tenían razón de ser.

 

 La mañana siguiente el mensajero despertó muy temprano escuchando el cambio de guardias que había en el pasillo afuera de su habitación, esperó un poco a que todo estuviera más tranquilo y salió para indicar que era momento de irse, otro guardia lo acompañó a la salida y le entregó el caballo con el que había llegado el día anterior.

 

-ve con cuidado- lo despidió el guardia antes de que se fuera, Mitobe sabía que no era necesario que se le avisara al rey que él ya se había ido, no era nadie importante y además su misión ya estaba cumplida, entregó el mensaje como se le ordenó y no había nada que Murasakibara quisiera enviar a Seirin, ahora solo debía volver a casa.  Había cabalgado muy poco en el espacio de campo abierto que separaba el castillo del pueblo más cercano cuando notó algo extraño que lo hizo detenerse, de la aldea a la que se dirigía salía humo de algunas casas, alcanzaba a ver personas alejándose del pueblo y correr hacia el bosque al rededor, y por las calles, directo hacia él, avanzaba un ejército con sus caballos a toda velocidad, algunos dispersándose a otras calles donde pasaban derribando personas en su camino que caían al suelo y no volvían a levantarse, al mensajero le tomó una fracción de segundo percatarse de lo que pasaba, el ataque ya había comenzado y ese batallón se dirigía hacia el palacio de Yosen.

 

Dio la vuelta inmediatamente y cabalgó lo más rápido posible de nuevo hacia el castillo, si llegaba antes y daba la alerta podrían tener algo de ventaja para defender el castillo y poner a salvo a su rey, ahora tenía un nuevo mensaje que entregar.

Notas finales:

Muchas gracias por leer y comenzar esta historia conmigo, sé que tal vez me mandé con el prólogo/introducción de los reinos pero prometo que se pondrá mejor, me encantaría leer lo que opinan de los capítulos así que un comentario siempre es bienvenido y si piensan seguir leyendo aviso que voy a actualizar cada lunes y jueves, hasta entonces, bye <3


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