Es lunes por la mañana, ChanWoo se ha despertado sólo en la cama en tan sólo ropa interior como ya era costumbre. No le molesta en absoluto caminar en esas condiciones a lo largo de su departamento, que con los pies descalzos se pasa por el piso de madera bien pulida y barnizada, tampoco le molesta beber un poco de agua antes de ir a la cocina e iniciar con su asquerosa rutina.
¿Por qué asquerosa? Porque él así lo considera, su vida se ha vuelto un completo desperdicio desde hace días. Es una especie de robot, su rostro carece de emociones y su mirada siempre está perdida en alguna parte, incluso su cuerpo ha dejado de reaccionar a los coqueteos de las modelos en la empresa y por si eso no fuera poco, ha dejado atrás a la persona que solía ser su fuente de vida y felicidad. Él está vacío.
Parándose frente a la mesa, toma la pequeña pastilla color perlado y la introduce en su boca para posteriormente tragarla con ayuda de un poco de agua. Como si eso no fuese suficiente, recurre a consumir una línea de aquel polvo blanquecino.
Desnudo en la ducha parece perdido, el agua escurre por su cuerpo y barniza sus tonificados músculos, resalta los tatuajes e inclusive alivia su pesar, le hace sentir como si no fuese él quien esta mojado bajo la regadera. Desliza sus manos por sus pectorales hasta llegar a la base del cuello, tantea la extensión del mismo y continua con el recorrido hasta llegar a su cabello para retirarlo de su cara.
Con una toalla reposando en su cadera se detiene frente al lavabo, checa su navaja y toma la crema para rasurar, untándola a lo largo de sus mejillas, mentón y zona de bigote. Él está sumamente extraño, ha manchado el espejo con crema y luego desliza la brocha de forma intencionada, está completamente fuera de sí. ChanWoo no reconoce al sujeto frente al espejo, aunque este sea él mismo. La crema que cubre el espejo le impide verse.
Después de rasurarse ha optado por vestirse, se ha colocado un traje negro con una camisa blanca, corbata roja y un cinturón que detenga su pantalón de marca. Ha peinado su cabello hacia atrás, fijándolo con un poco de cera, luce apuesto, hoy visitara a uno de los diseñadores más importantes de la firma y cabe destacar es su antiguo amante.
JinHwan se prepara, coloca tijeras por aquí y por allá más toma unas en especial y las coloca en su cinturón, ha escogidos sus favoritas de entre una variedad de más de cien tipos de tijeras. Revisa que todo esté en orden, ha dejado bastante espacio libre para la llegada de su modelo favorito y no puede esperar mucho para verle. Ha preparado algo especial, será una hermosa sorpresa para el modelo.
Los preparativos están completos, ChanWoo ha llegado y está parado de frente a él. Se observan, no hay palabras ni nada, sólo miradas calculadoras e inquisitivas, hace calor en la habitación a causa de la tensión. Ellos no han hablado en meses.
El modelo permanecía sentado, mientras el diseñador le escrutaba con la mirada.
—Ponte de pie y no me mires— ordena JinHwan dirigiéndose hacia ChanWoo, le toma del hombro y le guía a la ventana cuando el otro sigue sus órdenes. —Mira ahí afuera, tanta gente pasa de lo que sucede aquí arriba— murmura el diseñador, deslizando su mano por la espalda del modelo.
El diseñador inicia su trabajo, le observa con cuidado y analiza sus medidas, revisa la ropa que porta ese día ChanWoo. Le toma del brazo, le hace pararse derecho y mantener la vista fija al frente, a la ventana.
Le da vueltas, sus penetrantes orbes paseándose con descaro por el cuerpo del modelo, se detiene cuando está detrás de él. Masajea sus hombros sin delicadeza, para luego es tarde.
—Extiende los brazos— ordena yendo hacia el frente, le toma las manos y las observa. ChanWoo hace lo que le pide, obedece sin chistar a las peticiones de JinHwan.
Le acaricia los dedos, juega con la paciencia del modelo y JinHwan disfruta de forma indebida del control. En un acto grosero le empuja las manos para que vuelvan a su lugar y le observa directo a la cara, registrando aquellas facciones que adora ver repletas de emociones. Le toma por el mentón y analiza sus pómulos, le encanta cuando ChanWoo le ve con odio para después apartar la mirada.
—Abre la boca— una nueva orden que ChanWoo acata sin objeciones, separa sus labios y deja al descubierto su lengua, dientes y una pequeña sección de su garganta. —Ciérrala—indica el diseñador caminando por detrás del modelo. Pero en ningún momento deja de observarle, no aparta sus ojos de gacela de ChanWoo.
Con toda calma se dirige a la mesa a un costado del modelo, registra sus tijeras y toma unas en cada mano, hace tronar las cuchillas al chocarlas unas con otras. ChanWoo le observa con detenimiento, ahora recuerda el tipo de juegos previos que gustan al diseñador.
JinHwan desgarra el traje que ChanWoo porta sin ningún cuidado, le despedaza la ropa sin piedad. El diseñador se comporta como una fiera, parece frío, distante y por dentro grita de placer. El modelo hace amague de observarle mientras arranca una de las mangas de su saco.
—Observa al frente— ordeno con fiereza y en sus pupilas estallando el deseo irrefrenable que siente por el modelo.
Le arranca la ropa o partes de esta, le hace tiras el saco. Le hace levantar las manos, y luego, se deshace de los primeros dos botones de su propia camisa. Desgarra prenda por prenda, primero el saco, luego la camisa y posteriormente le corta la corbata, raja sus pantalones hasta deshacerse de ellos. Le deja en tan sólo ropa interior y el cinturón prendado a la cintura, los tatuajes sobre su piel lucen majestuosos a lo largo de su espalda y pecho. Un dragón en el pectoral derecho, y un tribal en el omoplato izquierdo.
Y cuando JinHwan ha terminado con esos juegos, ChanWoo esta duro. El diseñador toma el borde del bóxer del modelo y lo desprende de ellos, dejando su erección al aire. Con ello, retira el cinto del cuerpo ajeno.
JinHwan trae un espejo entre manos, redondo y con bordes blancos, se detiene frente al modelo y le indica que lleve sus manos al frente, le coloca el espejo y le ordena que lo sostenga con fuerza. El diseñador está detrás del modelo, susurrándole al oído.
— ¿Qué es lo que ves? — cuestiona sin apartar la mirada del espejo.
—Veo mi alma— contesta sin parpadear, jugando con sus labios pero nunca baja el espejo y lo sostiene a la altura de su cara.
—No— asegura el otro, negando con levedad. — ¿Qué ves?
—Eso veo— dice con cuidado, más el diseñador niega con ímpetu.
—Que no— exclama viéndole con la ira acrecentándose en su cuerpo. — ¿Qué es lo que ves? —vuelve a preguntar, advirtiéndole con la mirada a ChanWoo.
— ¿Me veo? — susurra, más parece una pregunta más que una respuesta y obtiene una negativa. — ¿Te veo? — y el diseñador vuelve a negar.
—No, voy a tener que mostrarte— aseguro sin más, cerrando los ojos con suavidad.
—Deja de jugar conmigo, no es divertido— exclamo el modelo, su mirada luciendo ligeramente perdida.
JinHwan se introdujo entre el espejo y el modelo, más no le dejo que lo soltase. Sus dedos acariciaron la cara externa del muslo de ChanWoo, e hicieron un recorrido por sus costados hasta llegar a su cuello, tirando de su cara hacia adelante para rozar sus labios contra el mentón del modelo. Él no le beso, sólo deslizo sus labios hasta que hubo estado lejos de su piel y de su cara, cayendo de rodillas frente a su pubis.
Le tomo de la cadera con fuerza, y con los ojos cerrados…
ChanWoo saboreo el momento, gimiendo de forma ronca y volcando sus expresiones en placer, sus dedos aprietan el espejo mientras siente algo húmedo rodear la punta de su extensión. Aprieta los labios y tira la cabeza hacia atrás, disfrutando de las sensaciones que JinHwan le regala con aquellas acciones tan propias de él.
JinHwan le tomaba en su boca, lamiendo, succionando y chupando la punta, luego un poco más y más, y más, hasta que lo hubo tomado completamente. No, él no uso sus manos para ayudarse, simplemente con la boca le masajeo y le llevo al paraíso, le hizo perderse entre las nubes que hoy se posaban sobre el cielo diurno.
Un vaivén constante acompañado del ruido sordo que provoca el que JinHwan suelte la erección de ChanWoo, dejarla al descubierto. La cara del modelo, hundida en deseo, que poco a poco cree poder menos con la tarea de sostener el espejo, más él es tan obediente que no va a soltarlo en ningún momento para tomar con firmeza los cabellos castaños de JinHwan.
El vaivén continuo, JinHwan traga cada vez un poco más y luego hace esos ruidos sucios e incitantes, le fascina saber que tiene el control y esta tan excitado que toma al otro de las caderas para poder continuar. Rodea el rededor del glande con la lengua y succiona con suavidad, repite esta acción en constantes ocasiones hasta que siente que el modelo está al borde.
JinHwan sonríe con cinismo mirando a ChanWoo a los ojos, se acerca y rodea el cuello del otro con los brazos, le atrae hacia sí y le besa la comisura de los labios.
—Bésame— y esa es una orden que ChanWoo debe acatar como las demás, entonces lo hace, le besa sin prisas aunque el otro luzca como un desesperado. Sus labios se rozan, luego se chocan con frenesí y ellos están ahí, besándose con hambre y deseo. Con aquel deseo y necesidad característico de una pareja de amantes.
Se rozan, se mecen, se balancean… Sus cuerpos se amoldan y siguen besándose, que con los ojos cerrados pueden sentir la respiración del otro impactar contra sus labios, más nadie dice nada, sólo se tocan, se acarician y se van compenetrando, pronto serán uno.
JinHwan se aleja y va a sentarse en las escaleras a un lado de la puerta, separa sus piernas y libera la presión que había en sus pantalones. Su erección está expuesta y él está seguro de que ChanWoo no dudara antes de ir ahí y devorarla.
Entonces la sesión de felaciones continúa, ahora es ChanWoo quien traga el miembro del diseñador con devoción, lo lame, lo succiona y lo chupa.
Después de unos minutos viene un beso, luego otro y otro, poco después JinHwan está desnudo con ambas manos sobre la baranda de las escaleras.
—Follame— ordena a ChanWoo, antes de sentir como este se posiciona detrás de él. Que tomándole de las caderas se acomoda entre sus muslos, e inicia la intromisión junto con una cadena de besos sobre su espalda. No, JinHwan no necesita lubricación porque él ha estado esperando eso a lo largo de la mañana.
Las embestidas comienzan y JinHwan muerde su muñeca para contener un gemido, las caricias continúan y los movimientos rítmicos controlan el lugar. Los sonidos eróticos y el olor a sexo invaden el ambiente, la humedad cubre sus cuerpos y el calor les hace sudar.
Estocada tras estocada pueden escucharse los gemidos de ambos, que son la música del lugar. Un beso, una caricia y un vaivén salvaje de penetraciones, un paraíso de placer de amantes de una noche o un día, en este caso.
JinHwan se masturba a la par de las embestidas, muerde su hombro en busca de ahogar su necesidad de morder algo.
ChanWoo se cierne sobre JinHwan, le hace soltar la baranda y apoyar las manos sobre el escalón al igual que las rodillas, está en cuatro a su merced.
Las posiciones ya van, ya vienen… Sus rostros deformados por el éxtasis, que alcanzan al llegar al clímax. Ellos estallan a causa del otro, JinHwan sobre la madera y ChanWoo se vacía sobre la espalda del diseñador, después viene un beso y se reinicia el ciclo.
Más besos, más caricias y más penetraciones, es igual a más sexo entre ellos.
—No puedo creer que en eso te hayas convertido— susurró una voz cerca de la puerta, saliendo a prisa del lugar.
YunHyeong se encerró en su oficina, recargándose contra la puerta se cubrió la boca con el dorso de la mano. —No puedo reconocer que ya no eres mío— bramo, más bien parecía un gemido de dolor y angustia, él se hundió en su pesar. Él lloró porque el “Para siempre” fue una promesa más y lo que era peor, él aún quería a su hombre de vuelta.
Él lo quería en casa, a su lado.