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Azul profundo. por Ashtad

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Notas del capitulo:

Hola bellezas!!

No he podido responder a los hermosos RW, es solo que no me he sentido particularmente bien (ya saben, la escuela, la vida, a veces todo cae de golpe)  u_u  y no me gustaría responderles toda desabrida, ya que soy una amalgama de sentimentalismo xD.  


Pero saben que los amo!   *n* 

Espero les guste el capitulo. 

En las noticas se veía a Superman salir volando ocho metros hasta estrellarse contra la columna de un gran edificio en el centro de Metrópolis, por alguna razón sus movimientos habían entorpecido y se le notaba débil. Recibía más golpes de los que era capaz de acertar.

La gente se preguntaba qué le sucedía al gran y poderoso héroe de capa roja.

 

Un organismo cibernético con cerebro humano y un poderoso cuerpo de máquina que parecía tener una fuerza similar a la del superhombre era quien le golpeaba una y otra vez, lo recogía del suelo solo para volver a lanzarlo de un lado para otro mientras reía, en su pecho una pila de destellos verdosos le servían como fuente de energía y como arma para debilitar a Superman. Su nombre era Metallo.

 

Nadie comprendía que era lo que estaba sucediendo, sus fuerzas se agotaban como nunca antes hubiera experimentado, intentó volar para continuar con el enfrentamiento en algún otro lugar lejos de civiles, sus intentos rápidamente fueron frustrados al comprobar que con mucho esfuerzo y podía mantenerse de pie. Entre la gente corriendo del barullo, la reportera Lois Lane se colaba intrépida para poder grabar más de cerca las hazañas de su héroe. Era una mujer aguerrida y con una convicción efervescente que no temía ensuciar sus manos, se coló por entre una pared partida en dos esquivando el cableado eléctrico que colgaba sobre su cabeza, por entre el ventanal quebrado de un restaurante se asomo logrando divisar a Metallo sujetar una viga mientras sonreía y se acercaba hacia el cuerpo inerte del kryptoniano, las intenciones eran claras, sin dudarlo la mujer se aferró de una silla de madera y sin pensarlo corrió con la intención de impactar sobre el monstruo metálico.

 

Pedazos de astillas salieron desprendidos cuando el material chocó sobre la nuna del esbirro. Pero para desgracia de la reportera aquel contacto resultó tan insignificante como una brisa intentando derribar un árbol. Con paso lento retrocedió abatida solo para después enfrentarse con aquellos ojos que le respondian con burla.

 

-Superman no pudo hacer mucho con su fuerza sobrehumana, porque creíste que una simple silla de madera haria algo.

 

-No pretendía derrotarte- sus ojos analizaron las posibilidades- solo hago tiempo.

 

-¿Tiempo?- repitio entre risas cínicas- ¿A que le estarias dando tiempo?Aún crees que será capaz de…

 

Un impulso sagaz lo lanzó directo a un montón de rocas interrumpiendo su habla, la fémina cubrió su rostro impresionada y no salió de su trance hasta que una gigantesca sombra se posó frente a ella a modo de escudo, después escuchó una explosión y restos de guijarros alzaron altura del suelo. No era lo que ella o algún otro esperaba, todos mantenían la esperanza de que Superman se recuperara y acabar con Metallo. Sin embargo la verdad era que quien ahora le hacía frente no era otro más que el vigilante de la ciudad maldita: el murciélago de Gótica.

 

-Llevatelo.

 

Fue la orden que escucho salir del imponente cuerpo que le daba la espalda para volver a la lucha, esa voz ronca resonó como un eco en su mente pero de inmediato su cuerpo reaccionó al salir corriendo a donde se hallaba el hijo de krypton. Con todas sus fuerzas lo intentó ayudar a ponerse de pie, pesaba una tonelada y el traer tacones y falda no era más que un estorbo “desde mañana pantalones y deportivos Lane” pensó sacando y metiendo aire a sus pulmones a causa del tremendo brio que realizaba. Conforme se iban alejando del estruendo de estallidos y golpes le pareció notar como Superman iba pesando menos ya que él mismo daba los pasos. Ya a una distancia que considero prudente lo colocó en una banqueta y ella se tumbó de espaldas descansando el ardor en los músculos.       

Ambos respiraban con notoria dificultad.

 

-¿Lois, qué… qué está pasando?¿Dónde está Metallo?- se incorporó despacio.

 

-No lo sé, Ba...Batman, él… solo llegó.

 

 -¿Batman?

 

 -¿Lo conoces? se te ha visto mucho por Gótica- ni en las peores condiciones dejaba de ser una periodista, algo admirable ante sus ojos.

 

 -No- sus fuerzas regresaban sosegadamente- voy por otra razón.

 

Se colocó de pie aún débil, se concentró y no escucho nada, al parecer la lucha había terminado.

 

 ***

 

 En la parte trasera de un jet de alta tecnología Batman volteaba al pseudo humano para verlo de frente. Este último solo era capaz de hablar.

 

 -¿Que rayos me hiciste?- grito áspero.

 

 -Te coloque un dispositivo que envía descargas a tu tallo neural y hacen que no puedas moverte- no le interesaba explicarle lo que había hecho lo que quería era conseguir todo lo que sabía- Aunque eres mas maquina que hombre tu cerebro es el único componente orgánico ¿no es así?

 

 -Sacame de aqui o…

 

 -O qué? Ni siquiera sabes donde estas, podría simplemente arrogarte tal como estas en el cráter de un volcán- uso una mirada que de haber tenido, le había helado la sangre- Así que ahora... hablemos.

 

 ***

 

“Bitácora de Batman investigación sobre Superman día 47:

 

Pese a sus espectaculares poderes, Superman tiene dos grandes debilidades:  La primera es la Kriptonita, cuyas radiaciones hacen que se debilite enormemente y lo envenenan, pudiendo causarle la muerte con una exposición prolongada. La segunda es la magia, que es capaz de causarle grandes daños. Aunque esta segunda debilidad no es ni mucho menos tan grave como su vulnerabilidad a la Kriptonita.

 

 Tipo de caso: Abierto”

 

 -¿Magia?

 

 -Lo mencionó una vez que quiso impresionarme con un truco.

 

 -¿Y funcionó?

 

 -¿El truco?

 

-Me refería a impresionarlo señor, desde muy joven ha sido difícil conseguir reacción parecida de su parte.

 

-No fue gran cosa, desaparecio un pañuelo de su mano, pero con su velocidad no hay mucho que deducir.

 

-Amo Bruce, tal vez no sea lo más correcto conseguir la información de esta manera- comentó cuidadoso su fiel mayordomo- El señor Kent realmente no parece ser un enemigo al que se le tenga que dar caza.

 

-Tal vez no ahora Alfred, pero que me dices de cuando se canse de ser el gran boy scout azul- suspiro con algo que al otro hombre le pareció resignación- debemos estar preparados.

 

-Lo entiendo señor, pero, entonces porque engañarlo?

 

-De haber sido de otra forma no tendríamos lo que hasta ahora sabemos.

 

-Señor, opino que no es correcto jugar con los senti…

 

-Basta Alfred, hago lo que es necesario, por un bien mayor- se repitió como lo venía haciendo tantas noches atrás “por un bien mayor”

 

***

 

Las luces se habían encendido hace apenas diez minutos atrás. La torre parecía más alta de noche y la gente se reunía para verla de lejos o cerca. Los cafés de París parecían cobrar más vida cuando el astro rey descansaba ya que las calles se despertaban de su letargo mostrando la vida nocturna parisina en todo su esplendor.

 

El cielo morado y lila adornaban como si fuera una gigantesca pintura la habitación de un prestigioso hotel.

 

-¿Pasaste toda la noche aquí?- se cruzó de brazos admirado.

 

-Si, tenía algunas reuniones importantes- nada más alejado de la realidad, la noche la había pasado en una de sus tantas bases estratégicas, una cercana a las montañas de Mónaco “entrevistando” a Metallo.

 

-¿Te fuiste en cuando me marche ayer?- su voz estaba tranquila pero claramente eso era un reclamo- ¿Tomaste un avión a las 11 de la noche para llegar temprano a una reunión que tendrás mañana? ¿Es así?

 

-A veces olvido las reuniones y los socios se enojan porque no llegó- su reunión era con un contacto de confianza que le ayudará a localizar ese tal material llamado kryptonita del que le había hablado el atacante de Metrópolis la noche pasada- No quería olvidar esta, es importante.

 

Ni siquiera Clack comprendí porque le reclamaba de tal forma, no llevaba mucho desde que le dieron la paliza de su vida, no podía localizar al extraño ser que lo atacó y él parecía más preocupado por en donde estaba Bruce. Tenía que calmarse y tratar el asunto antes de que se le escapara de las manos su nueva necesidad por estar con el playboy. Sonrío más tranquilo cuando fue el humano quien inició el contacto. Sujetando sus manos las colocó sobre su cintura y luego el lo abrazo por el cuello.

 

-Iré a Suiza por unas semanas- mentira nuevamente, estaría en una mina Serbia- no podremos vernos por un tiempo Clark- antes de que el superhombre se quejara lo callo de un beso, acaricio sus negros mechones con suavidad como si intentara consolarlo, cuando el beso finalizó, el reportero lo observó sin mencionar nada- no pongas esa cara Clark, así te estoy dando tiempo para que me sorprendas en Kansas.

 

Sin duda sabía cómo manejar las condiciones más críticas, si alguien hubiera dicho que hace solo unos segundos el ambiente había sido pesado no le creerían. Clark lo levantó del suelo en un impulsivo abrazo y lo hizo girar dos veces antes de besarlo por todo el rostro. Bruce se agobio pero mantuvo su sonrisa, estar con alguien como Kal le resultaba inquietante, constantemente se preguntaba cómo es que podía ser tan feliz. ¿Que acaso no sufria por nada?¿Tan perfecta podría ser una vida?

 

-¿Cuanto tiempo te iras?- comenzó a dar pequeños pasos con dirección a la cama- ¿me hablaras cuando tengas tiempo?

 

-No lo sé, puede que esté muy ocupado- procuro sonar como una broma apresar de que era la primera verdad que le decía en toda esa conversación. Clark sonrió sin comprender.

 

Antes de que hiciera alguna otra pregunta Bruce lo arrojó en el lecho que pretendía disfrutar a medias. Sorprendiendo a Clark por la rudeza y rapidez de los movimientos bajo las ropas del hombre de acero. Nuevamente sin darle oportunidad de expresar cualquier cosa comenzó a acariciar su aún dormido miembro. Lo restregó contra su mejilla al mismo tiempo que lo observaba fijo.

 

Ya en la fortaleza de la soledad le había practicado sexo oral pero las condiciones ahora eran diferentes, entre los violentos soplos de aire gélido se había visto arrastrado por sus impulsos básicos en un arranque frenético de placer mutuo. Ahora, en la ciudad del amor, ambos parecían más lúcidos.     

 

El miembro rápidamente se endureció, las caricias y ligeros golpes contra el rostro de Bruce se sentía muy bien, Clark echó la cabeza hacia atrás, ansiando lo que se aproximaba sonrió.

 

Cuando Wayne  noto que su amante estaba lo suficientemente erecto dio lamidas pequeñas desde la base hasta la punta, no tardó mucho cuando decidió que ya era momento para introducirlo, así que sin más se lo metió hasta la mitad en la boca, con una mano masturbaba la parte que no lamia mientras que la otra mano jugaba con los testículos del kriptoniano. Su lengua se movió de distintas formas, presionaba y acariciaba con maestría el miembro que había crecido sorprendentemente raudo.

 

Clark lo contemplaba fascinado mientras ya empezaba a gemir, le acarició los cabellos, en un principio con dulzura, pero conforme los movimientos de la boca se volvían más rápidos la mano del hijo de krypton lo sujetaron con saña para marcar el ritmo que le gustaba, un ritmo en verdad dinámico. Movió sus caderas para que la punta de su falo pudiera tocar la garganta del hombre que tenía entre sus piernas. Cuando Bruce sintió aquel impulso, se alarmó por perder el control de la situación, así que con una mirada crítica le advirtió de sus acciones, recuperando el aire que se la había escapado saco por completo el trozo de carne palpitante del que ya brotaba líquido preseminal.

 

-¿Qué ocurre Bruce?- preguntó lastimero buscando el alivio de esos carnosos labios- No te detengas.

 

Sin responderle soplo sobre el pene que parecía acero al rojo vivo, vio como Clark tembló ligeramente. Aquella acción fue una mala idea por su parte ya que encuanto termino de liberar el aire Kal- El lo levanto del suelo para ponerlo boca abajo de él, con tres movimientos destemplados lo despojo de los pantalones, dejándolo únicamente con la camisa blanca de Armani que le cubría afortunadamente el tórax y las heridas de la noche anterior.

Le abrió las piernas y se colocó entre ellas.

 

 -Cla… Clark, espera…- hablo turbado.

 

 -Tranquilo Bruce, no te haré daño.

 

Hubiera preferido penetrarlo de un solo golpe, pero el millonario no estaba preparado y hacerlo en esa condición significaba causarle dolor y molestia, cosas que no deseaba provocarle por nada del mundo. El problema era que él ya no aguantaba más; así que el único remedio que le quedó fue buscar el calor de las pieles. Abrió sin pudor el trasero de Bruce y coloco su miembro chorreante entre el. Ambos se estremecieron. Comenzó a restregarse entre las posaderas controlando su impulso por embestirlo. Soltó bramidos ahogados cuando las nalgas del joven filántropo apretaron su virilidad, el sudor se le bajaba por la frente y el olor a sexo se impregnaba en las paredes de la costosa suit.

 

Ese era el cielo y el infierno combinado en un solo cuerpo. Bruce alzó las caderas y continuó con el movimientos de sus nalgas hasta que sintió la esencia kriptonia en la parte baja de su espalda y entre sus piernas.

 

Escucho su nombre en un susurro provocando que el pecho se le oprimiera, había sido tan cuidadoso, no permitió que sus instintos lograrán más que la conciencia de cuidarlo.

 

Tal vez, solo tal vez, Superman no representaba una amenaza. Ese fue su último pensamiento antes de volverse a entregar al hombre más poderoso de la Tierra.  

 

 ***  

 

Entre una extensa vegetación un hombre se movía para poder llegar a un pequeño y secreto yacimiento muy bien resguardado. La operación debía ser lo más discreta posible, motivo por el que pidió a su contacto confiable ser él la única persona, sería un trabajo arduo donde se vería obligado a buscar por su propia mano aquel extraño mineral, no habia mas opcion, las cosas debían ser de esa forma.

 

De su primer encuentro con la mina habían pasado aproximadamente dos semanas y medias, tiempo en el que solo se había comunicado una única vez con su fiel mayordomo para darle instrucciones y saber sobre la situación en Gótica, ni siquiera se preocupo cuando Alfred le comento de las constantes visitas y llamadas del reportero. “-Luce algo molesto señor. -Dile que volveré en tres días”.

 

Ya en Kansas pensaría con contentarlo.

Notas finales:

BESOS!  MUCHAS GRACIAS POR LEER.


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