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Azul profundo. por Ashtad

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Notas del capitulo:

HOLA HOLA HERMOSOS COMO OSOS!

Tarde más de lo que tenía planeado, pero mi horario ahora es de 7-6 asi que practicamente mi casa solo me sirve para dormir y bañarme  ;n;


Ok, sin mas, aqui el capitulo, espero sea de su agrado. >3<

El eco de un par de pisadas rebotaba sin ritmo sobre las paredes blancas de aquella firme construcción en Metropolis. Uno de los tantos reporteros se movia rapido pero torpe desde la planta baja hasta el octavo piso que era en donde se hallaba su lugar de trabajo. La última orden que tenía para dar por terminado aquel día era la misión de entregar un paquete de datos a la reportera ganadora del Premio Pulitzer. Después de eso tendría su pequeño y muy valioso periodo de vacaciones.

Aumento el paso pero cuidando que su emoción no lo sobrepasara para encontrar a la mujer quien hablaba por teléfono.

Al verla tan ocupada optó por dejar el paquete sobre el escritorio y retirarse, pero antes de siquiera depositar el contenido sobre la superficie fue sujetado de la manga recibiendo una clara mirada que le decía No te vayas”.

 

-¿Son los reportes de seguridad?- pregunto después de colgar el aparato y regresarlo a su lugar de origen.

 

-Si, tambien hay videos de varias cámaras que se encontraban a la redonda- videos que ya revise pensó afanoso por irse- tienes para rato Lois.

 

-Tal vez deba arrogarme de la azotea- comentó distraída mientras jugaba con un lápiz.

 

-No crees que es algo dramático- sonrió afable el reportero de grandes lentes- no deberias sentirte asi, ni siquiera la policía ha logrado averiguar algo.

 

-¿Qué insinuas Kent?- lo fulmino con sus claros ojos azules- ¿Qué no puedo con esto?

 

-NO, yo no quise sonar así, eso solo que…

 

-Olvidalo- sentenció sería, en verdad aquella mujer podía ser turbadora cuando se lo proponía, esa era una de las cualidades que la diferenciaba de muchas personas que Clark conocía- No me refiero a tirar la toalla, tengo que hablar con Superman.

 

-No Lois, no lo hagas, no creo que funcione así- si quería tener tranquilidad debía de persuadirla de no cometer algún atentado arriesgado- Superman debe tener mucho trabajo.

 

-Aggh- se quejo derrotada- lo sé. Pero como se supone que ate cabos, necesito verlo.

 

-Tranquila, ya veras que cuando sea el momento todo se revelara, lo revelaras- se corrigió intentando subir los ánimos de la reportera- por ahora puedes empezar con esto.

 

-¿Irás a Kansas?- pregunto ignorando el intento fallido de su amigo.

 

-Si, un par de días, después tal vez recorra parte este del país.

 

-¿Tú solo?- lo miro de reojo recargando su peso sobre el lado derecho de la cómoda silla- sabes Smallville, te noto raro.

 

-¿A qué te refieres?- subió ligeramente sus lentes desde el puente de pasta dura. Sintió la mirada afilada escudriñarlo.

 

-No lo sé, hace unos días tenías un humor de los mil diablos y ahora, como por arte de magia, andas por todas partes tirando rosas y brillitos.

 

Clark estalló en una carcajada alegre que se extendió por toda la redacción; un poco más y hubiera llegado hasta los oídos de su jefe en la oficina más alejada. Se despidió de su fiel amiga con un cariñoso gesto de mano y se fue del lugar dejándola aun con mas dudas, “ahora no solo es Superman sino que tambien tendre que investigar a Smallville?” se preguntó mientras lo veía andar hacia los elevadores despidiéndose de sus demás compañeros. Rodó los ojos desechando la idea, lo que fuera que estuviera pasando con el granjero estaba segura era menos importante y serio que lo que se había suscitado semanas atrás con el héroe de capa roja y Metallo.

Volvió a fijar la mirada en el ordenador y continuó con sus pesquisas minuciosas.

 

***

 

Los ojos de Bruce parecían los de una buhó esperando la completa obscuridad de la noche para dar inicio a su caza. Hacía tiempo que no sentía el  viento frío que se colaba entre las callejuelas de Gótica, incluso había llegado a extrañar el fétido aroma de las sucias cloacas que resguardaban a las escorias de la sociedad. Movió con elegancia la capa negra que cubría sus hombros y se deslizó hacia el interior de su lujoso automóvil.

 

Un tono, dos tonos…

 

-Bruce! Justamente estoy saliendo del diario, puedo ir a verte en diez minutos.

 

-Nos veremos mañana Clark, ahora tengo que resolver algunos asuntos antes de partir.

 

Hubo un silencio donde Bruce sospecho que el oído kryptoniano se agudizaba para localizar su posición. Le desagrada sentir que alguien le seguía los pasos pero cuando imaginaba que era precisamente el hombre más poderoso de la Tierra la sensación lo hacía estremecer, aun no comprendía bien la razón, pero por el momento no había tiempo de descifrar sus propios sentimientos, un campo difícil de transitar.

 

-¿Estas manejando?

 

-De la oficina a la mansión. ¿Algún problema Clark?- atravesó a gran velocidad un túnel, patrullaba como de costumbre.

 

-Lo lamento Bruce, es solo que te extraño- utilizó una voz suave al disculparse.

 

La tarde escondía multicolores en el cielo, las nubes dejaban de ser blancas y las aves comenzaban su regreso a los nidos preparándose para descansar las alas. El día tenía que morir para que la noche naciera y viceversa, una realidad consumidora de sueños.

Una de las tantas y nuevas razones por las que el kryptoniano se sienta tan cómodo al lado de Bruce era por su humanidad. Cuando hacían algo simple como hablar por teléfono se sentía tan normal como cualquier otro como si no existiera diferencia alguna entre sus genes extraterrestres y los terrícolas que le rodeaban desde siempre.

 

-Marcame en la noche- Batman freno el vehículo al divisar un asalto en progreso, lo que había estado buscando desde que las oscuras sombras nocturnas empezaron a nacer arrebatadoras- intentare hacer menos fría tu noche.

 

Soltó con sensualidad sin darle tiempo para contestar, cortó de tajo la comunicación y de un brinco salió para propinar golpes a cuatro sujetos quienes atacaban a una estudiante que regresaba a casa, los puños y patadas eran una rapsodia violenta pero eficaz, terminó pronto para continuar con los pasos del guardián.

Su ciudad lo reclamaba celosa de su ausencia y Batman como un amante fiel la complacía.

 

Las horas transcurrieron animosas del retorno, con cada enfrentamiento su sangre se golpeaba furiosa sobre las paredes de las venas de todo su cuerpo, parecía una velada movida pero sin ningún grado como para definirla como difícil. La mayoría eran chicos queriendo ser hombres o escorias de baja monta que temblaban con solo su presencia, en casi ningún enfrentamiento tuvo que hacer ningún movimiento, pero este último exigía alguno que otro desplazamiento bien planeado para no salir herido.

La batalla era llevaba por la sensual y peligrosa Poison Ivy. Era la segunda vez que se confrontaban frente a frente, la mujer había infectado a poco más de una docena de oficiales de policía convirtiéndolos en sus sirvientes que vaciaban sus pistolas contra el vigilante de Gótica.

La contienda se liberaba en un laboratorio botánico que estudiaba los componentes de diferentes plantas venenosos con la finalidad de hallar curas a personas o animales infectados; Poison Ivy los buscaba con la intención de aumentar su colección y de paso liberales de los experimentos de los humanos. Estaban igualados en fuerza pero la agilidad del murciélago fue ganando terreno, el sentido común de la mujer le indico que tenia que retirarse, no buscaba enfrentamiento así que sacudió sus ardientes hebras rojas para abrirse paso por la maleza, su primer propósito ya estaba cumplido, tenía en sus manos las hermosas Nerium oleander, ahora el segundo:

 

-Batman, siempre me he preguntado porque no te metes en tus propios asuntos!- grito antes de arrojarle su nuevo juguete. Un humo púrpura se levantó desde el suelo, con la capa se cubrió a medias mientras corría hacia donde la mujer lo contemplaba altanera. Lo último que esta vio fue la palma de caballero oscuro impactar contra su mandíbula dejándola inconsciente. “Qué lástima” pensó al despertar de regreso en su celda en Arkham “hubiera sido divertido”.

 

 

***



Todo marchaba con intranquila normalidad. Había dejado a la pelirroja en manos de Gordon y se había marchado directo a la cueva. Miro el reloj de su costoso automóvil “tres cuarenta dos, ojala Alfred esté descansando”. Nada se había presentado después del altercado con la bella dama de ojos y piel verde; no hasta que se encontró a dos kilómetros de llegar a su morada, cuando sintió la cabeza volar y el cuerpo contraerse para luego relajarse, las glándulas de saliva con una producción en excedente y la respiración que pronto se volvió una ventilación agitada. Su pulso y temperatura aumentan. “Maldición”. Ahora sí que deseaba que al llegar no se encontrara su mayordomo esperándolo.

 

Agradeció distraídamente al universo al no encontrar a nadie, con paso tambaleante logró salir de su batmovil y llegar hasta su habitación sin ningún contratiempo. Estaba por comenzar a quitarse la parte superior de su traje cuando el tirón brusco en su anatomía lo dobló de dolor. Bruce supo de inmediato que había sido aquel humo morado de Poison Ivy. Respiro concentrando su mente en dominar sus impulsos.

Cuando sintió calmarse, decidió distraer sus pensamientos con algo de trabajo. Gran error.

Al mirar su celular noto las más de diez llamadas perdidas que tenía, todas venían del mismo número. Aún no era dueño por completo de sus acciones, lo supo cuando escuchó el primer tono.

 

-¿Bruce?

 

“Mierda mierda mierda… solo cuelga”

 

-¿Bruce estás bien? ¿Donde estabas?

 

-Clark- su voz apenas un susurro sin embargo el oído desarrollado al otro lado de la línea lo escucho claramente como si estuviera a un costado de él.

 

-¿Estás en casa?

 

“Nononono! ¿Qué estoy haciendo?”

 

-Bruce!- la voz dura lo remontó inevitablemente a París- ¿Qué está pasando?

 

-Na...nada... ugh...- soltó un gemido involuntario a causa del roce de su traje JODER! se gritó mentalmente, Clark lo había escuchado y ahora se mantenia expectante al siguiente movimiento del hombre de acero.

 

-¿Estas con alguien?

 

Estaba por irse todo al caño por culpa del afrodisiaco de Ivy y su mal concentrado autocontrol. Tenía miles de salidas al problema pero su mente desviaba solo se pudo enfocar en la más rápida y placentera. Después de todo, la naturaleza siempre es más fuerte.

 

-No… estaba pensando en ti Clark… mmm- la respiracion se volvio a irregularizar, con el celular en la mano se tundo de bruces sobre su amplia cama, quejándose por las toxinas que ya hacían estragos en su cuerpo.

 

-Estas…- no necesito terminar de preguntar, sonrió desbordando alegría- puedo llegar en cinco minutos Bruce- el tono de su voz bajó una décima haciéndole entender que ya no estaba enojando.

 

-Nos pueden sorprender Clark- ¿Enserio Bruce? le gritó su parte más lúcida, una parte muy pequeña- ademas es mas divertido así…

 

-Le diré a Alfred que olvide mis lentes- sonaba juguetón y animado.

 

Bruce era un experto en la materia, sin embargo ahora estaba bajos efectos tóxicos de una planta desconocida, luchando por mantener alejado al ser más rápido que conocía, capaz de estar a su lado en solo cuestión de minutos, un gran problem teniendo en cuenta que aún portaba el uniforme del vigilante. Comenzó a distraer su atención al viaje que realizarian y lo emocionado que estab por estar juntos durante una semana completa.

Por su parte Clark se encontraba fascinado con solo escuchar los gemidos de Bruce y saber que él también ansiaba el viaje juntos. Su imaginación siempre fue acelerada y antes de planearlo, porque claro estaba que lo haría, ya estaba imaginando el cuerpo perfecto de heredero Wayne.

 

A Duras penas Bruce fue capaz de quitarse la parte superior de su armadura, por algún motivo se sentía como un adolescente cuidándose de que sus padres lo descubrieran, en este caso, en despertar a Alfred quien sin importarle entraría con una escopeta en mano y usando su graciosa pijama inglesa.

 

La parte inferior era un gran problema por una razón, se removió buscando un respiro para su miembro pero el deslizar de las telas le causaban dolor. Cansado optó por simplemente restregarse sobre las sábanas de seda blanca y dejarse envolver por la seductora voz al otro lado de la línea.

 

-Dios Bruce, no sabes cuanto desearia estar entre tus piernas ahora mismo- jadeaba con los ojos cerrados imaginando que su mano era la cálida entrada de su novio- y hacerte el amor una y otra vez.

 

La declaración le acarició toda la espalda enviando descargas intensas entre sus células. ¿Cómo podía decir ese tipo de cosas y salvar gatos la misma persona? Movió más sus caderas buscando apagar el fuego de sus entrañas.

 

-¿Donde lo haríamos Clark?- preguntó ya sin pudor, las toxinas se habían movido entre todo su torrente sanguíneo hasta su hipotálamo dejándolo su control.

 

-La pregunta correcta es ¿en donde no?

 

Así continuaron por algunos minutos más hasta que ambos, a diferentes tiempos llegaron al clímax. Clark se escuchaba satisfecho pero lo de Bruce iba más allá de eso. Antes de que volviera a cobrar vida se despidió del reportero y acordaron verse en la mansión antes de partir.

Lo que resto por esa noche Clark la disfruto como ninguna otra, descansando con una sonrisa en los labios.

 

Encambio Bruce pasó el resto de esta hora acariciándose a sí mismo curándose del tóxico con  un hombre en sus pensamientos.

 

“Cla… Clark”

Notas finales:

Ahora la pregunta es ¿Qué pasará en ese viajecito a Kansas?  ¬u¬

¿Lo pasaran bien? ¿tendrán problemas solo con el fin de aumentar la tensión? ¿Me volé la barda con esa llamada entre ellos? ¿actualizar mas seguido?  :o

Todo esto y más en el próximo capítulo, no se lo pierda.  xD


JAJAJA siempre había querido hacer eso... No, ya hablando serios, intentaré actualizar el martes... así que, BESOS A TODOS!


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