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Azul profundo. por Ashtad

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Notas del capitulo:

Este es el penúltimo capítulo donde las cosas le irán tan bien a nuestro chico de Gótica. ¡El teatro está por cear!

 

Gracias por leer y comentar. Los adoro mucho nenes.  :')

Cuando bajo a desayunar se limitó a solo saludar a Alfred, no es que fuera demasiado conversador pero se le notaba de mal humor. Su mayordomo conocía bien las actitudes de su joven amo, así que se limitó a preparar los alimentos, cuando Bruce le informo que tendrían la compañía del kriptoniano la ceja suspicaz del mayor se alzó crítica, ya comenzaba a comprender el cambio de actitud. “¿Gusta que lo sirva en la mesa del jardín joven Bruce?” el millonario movió la cabeza de forma afirmativa sin atreverse a mirarlo, se mantenía sobando su frente con pesadez, a pesar de los baños de agua fría que se había dado seguía cansado por sus enfrentamientos de la madrugada. Suspiro resignado, no significaba nada.

 

Cuando Clark arribo a la mansión llevaba con sigo dos mochilas que cargaba fácilmente al hombro, al ver a Bruce usando ropa casual se abalanzó hacia él para fundirse en un efusivo abrazo que muy a duras penas el millonario fue capaz de corresponder.

El reportero estaba feliz de volver a verlo, hace poco más de dos semanas que no sabía nada de él o lo había visto. Al principio le reclamó por lo haberse comunicado pero las pequeñas disculpas y excusas que el otro le ofreció le bastaron para calmar su temple.

 

-No importa, ahora ya estamos juntos y por una semana será siempre así.

 

Fue lo que dijo Clark al dar por concluidos sus reclamos iniciales. Ambos comieron algo ligero y después se subieron a unos de los tanto automóviles del heredero Wayne. El plan inicial lo habían acordado como que Clark volaría con Bruce en sus brazos, al inicio no se negó pensando que lo mejor seria estar el mayor tiempo posible ocupados en otra cosa, si tomaban algún medio de transporte estás seguro que el superhombre no paraba de hacerle preguntas, sin embargo después de la madrugada movida que vivió considero que lo mejor sería evitar el contacto lo más posible.

 

Una vez en la carretera se animó a preguntar por fin el destino de su viaje, después de todo él era quien manejaba.

 

-Me gustaria que conozcas a alguien, ella me ha insistido tanto en verte que no puedo negarme más- desde que salieron de Gótica no había quitado su sonrisa socarrona- espero no te moleste Bruce.

 

-¿Ella?- se animó a preguntar, si era lo que estaba pensando entonces la cosa solo prometia complicarse aún más. ¿Qué haría se estaba en lo correcto? En definitiva no estaba preparado para esto, hubiera preferido estar en medio de una fuga de Arkham. Sin embargo no se necesitaba ser un genio para saber a quien deseaba Clark presentarle. Reprimió un suspiro y se concentró en la carretera gris que lo conducía a la entrada del pequeño pueblo de donde venía Superman: Smallville.






-Miren quien esta aquí!- el abrazo cálido de Martha Kent fue correspondido por su único hijo- mírate Clark! ¿Estás comiendo bien?

 

-Hola Ma, llegamos un poco tarde lo lamento- la beso en la frente haciendo que la dama riera- ¿Eso que huelo es pay de manzana?

 

Bruce se mantenía estático dentro del costoso deportivo en que ambos se habían transportado. Escuchaba la conversación incómodo por cómo abordar el tema de presentarse, fue Clark quien le ahorro el trabajo al abrir galantemente la puerta del piloto para extenderle su mano y ayudarlo a salir.

La mujer estaba a tres o dos metros de distancia y contemplaba la escena, casi abre la boca cuando vio al hombre salir del auto. Su hijo le había contado acerca de él pero no la había dicho de lo atractivo que era, le recordaba alguien ese joven, no supo definirlo.

 

-Bruce- lo llamo como si ya se hubieran visto ciento de veces anteriormente- tenia muchas ganas de conocerte!

 

-Bruce te quiero presentar a mi madre.

 

-Un placer conocerla señora Kent.

 

Así fue como dio inicio una de las peores y mejores tardes en la vida del murciélago. Por primera vez comprendía las palabras de Alfred, lo que estaba haciendo no era lo más profesional que se le hubiera ocurrido. Pero tan enrollada estaba la situación que se abatía por cómo deshacerlo sin lastimar a nadie.

Ahora lo comprendía, necesito ver el cálido hogar de Kal para comprenderlo. No era una amenaza, no era su enemigo y no era un criminal a quien se le tuviera que dar caza.

 

Martha era una mujer fuerte y con firmes principios morales, le quedó claro casi al instante de conocerla en persona, ya con anterioridad la había investigado, madre de un único hijo y viuda de Jonathan Kent.

Bruce se maldijo una y otra vez esa tarde, sus sentimientos se comenzaban a mezclar con su objetivo principal: salvar al mundo.

Estar rodeado de esa calidad que emanaba las paredes de la granja lo transportaban a otra realidad. Ahí sentado en la mesa, escuchando historias del pasado tomó una nueva decisión. Le diría la verdad. Kal- El se lo merecía.




Clark colocaba la mesa cuando a la distancia, entre las ondas del aire, le llegó un sonido que bien reconocía. Se disculpó con los presentes y salió para apagar un incendio en un almacén de autos en Colorado. Cuando los dos humanos quedaron a solas, la atmósfera continuó siendo amena, estar con la señora de la casa era como y agradable. Bruce le ayudaba a lavar verdura mientras ella se dedicaba a cortarlos y así preparar una buena ensalada.

 

-Bruce- lo llamo suave, como solo las madres pueden hacerlo, el filántropo se estremeció recordando a la propia y sonrió por la memoria- ¿Puedo preguntar…- Martha se concentraba en cortar la verdura, al finalizar levantó el rostro mostrándose afable y atenta- que le viste a Clark?

 

No creyó responder tan rápido, pensó que tal vez tendría que analizar mejor la pregunta, pero sin necesidad de ahondar mucho, la respuesta le llegó a la boca y salio de su garagan sin dificultad.

 

-Sus ojos- la facie de la dama frente a él le indicaba que continuara, así lo hizo-  pese a lo que pueda parecer, son amables y parecen siempre estar mirando dentro del corazón de las personas- callo un momento y discretamente desvió la mirada- lo cual no sólo lo hace muy atrayente, sino que puede dar la impresión de que está viendo más allá de sus corazas... una de las razones por las que, a veces, es imposible no sentirse incómodo… pero tranquilo al mismo tiempo.

 

Ambos permanecieron en silencio, cada quien con sus propias cavilaciones. Por primera vez en mucho tiempo Bruce habló con la verdad, cuando estaba al lado de Clark experimentaba sensaciones que ya no catalogaba como desagradables, ahora su única confidente era esa mujer de cabellos plateados y ojos tranquilos.

 

-Gracias Bruce- soltó la señora Kent observando por la venta las hojas de los árboles mecerse por la brisa que llegaba del este- eres la primera persona que me responde lo que siempre he necesitado escuchar.

 

Volvo a fijarse en el hombre de camisa negra que se mantenía en silencio, sonriendole amable y con algunas lágrimas bajando por sus tersas mejillas pronunció terminado de expresar sus temores.

 

-Siempre tuve miedo de que Clark estuviera solo...- Bruce creyó sentir la obligación de consolarla, sin embargo al ver su radiante sonrisa supo que lo que en verdad percibió en su interior no era obligación sino que en realidad le nacía calmarla- siempre se aleja de todos por miedo a lastimar o a no ser aceptado, se reprime de muchas cosas y se deja para sí mismo en segundo plano poniendo la felicidad de los demás antes que la suya...- su voz se quebró por un instante cuando unos brazos la sujetaron con ternura- pero a tu lado, siento que mi Clark puede alcanzar cualquier meta... por favor Bruce, cuida a mi muchacho cuando yo ya no esté, sé que él hará lo mismo.

 

-Lo intentare- su mirada se perdió en algún punto del espacio- lo prometo.




***



La cena transcurrió de lo más normal para los Kent, entre risas y recuerdos el puré de papas y los guisantes sabían mejor. Las porciones que comió el playboy superaban con creces las que se animaba a consumir en su propia mansión, si Alfred lo viera estaba seguro que pensaría en que era alguna clase de milagro. Recordar a su fiel amigo lo hizo animarse aún más, aquel hombre era casi un padre para él, sería interesante una cena donde los cuatro participaran, su propio pensamiento no le disgusto.

 

Cuando el regocijo concluyó, fue Clark quien levantó la mesa mientras Martha y Bruce charlaban de forma grata, la mujer era sin duda inteligente y lo dejó muy en claro cuando la conversación tomó un giro científico sobre el universo pulsante.

“Cuando nos llegó Clark, estábamos aterrados, no solo éramos padres sino que nuestro hijo venía de las estrellas” comentó divertida dando pequeños sorbos a su taza de té “recuerdo que enviaba a Jonathan por los pañales y a la biblioteca por libros de física y astronomía se reía nadando serena entre los recuerdos.

Clark le había contado a su madre sobre que Bruce conocía su identidad de héroe, en un principio se mostraba reacia pero al conocerlo se calmó sorprendentemente bien. En algún momento de la velada Clark salió de la casa dejando que las dos personas más radiantes de su vida se conocieran mejor.




-No tienes que hacerlo sino quieres Bruce- se refería a la conversación que tuvieron Martha y él cuando Superman recién llegaba de haber apagado el incendio. Clark se encontraba con los brazos recargados sobre las vallas de madera que limitaban la propiedad Kent y los campos de maíz.

 

-Escuchar conversaciones ajenas es de mala educación Clark, y por lo que he visto eso no te lo ha enseñado tu madre- se coloco a un lado y contempló lo que creía que Clark miraba con entusiasmo.

 

-Siempre se preocupa de más- sujeto la mano fría de Bruce y entrelazo sus dedos buscando brindarle de su calor- soy Superman después de todo.

 

-Y ella tu madre, es normal que se preocupe- recargo la cabeza en el hombro de su compañero.

 

-Yo cuidare de ambos Bruce.

 

-Lo sé.

 

Permanecieron ahí, juntos, contemplando la bóveda celeste de Kansas. En silencio, dejando que lo único que se escuchara fuera el cantar de los grillos y las alas de las lechuzas. Miles de estrellas se agrupaban formando caminos en diferentes direcciones que iluminaban los tiernos brotes de maíz y la unión fragmentada de dos labios que se buscaban con ansia.

 

Volver siempre era lo más fácil.



 

***



-¿Comisionado Gordon?, Lois Lane del Diario el Planeta, me permitiría unos minutos?

 

La comisaría de Gótica no era muy diferente a la de otros lugares donde hubiera estado antes, pero por alguna razón las luces destellaban opacas y tristes como si te advirtieron de algo, casi toda la ciudad era así, sin importar que fueran las tres de la tarde. Por la hora, la reportera imagino que el oficial de policía se dirigía a comer algun rápido tentempié antes de continuar con su rutina laboral.

 

-Esta un poco alejada de casas no lo cree señorita Lane.

 

La voz de Jim Gordon era tenue pero entendible. Las oficinas se componían por varios escritorios colocados estratégicamente para atender las urgencias de la ciudadanía, las zonas de trabajos contaban con computadoras, teléfonos y montones de papeles que se apilaban uno sobre otro formando grandes pilares de informes. Cada oficial parecía conocer su propio desorden ya que cuando se les solicitaban algún papel, les bastaba separar los pilares para sacarlo de inmediato. La escena le recordó su propia zona de trabajo.

 

-Mi nuevo hogar es un agradable hotel a tres calles de aquí comisionado- lo miraba servirse café recién hecho de una pequeña máquina enfrente del mostrador principal.

 

-Ah está hablando de Goballe eh?- comento mientras vertía azúcar en su elixir de trabajo- lindo lugar , sirven buenos huevos fritos.

 

-¿Es una especialidad ó es cosa de polis?- preguntó con u7na sonrisa de medio labio- los dos días que he estado hospedada ahi es lo que más se pide.

Jim la miro intentando descifrar el camino que iba tomando la charla de unos “cuantos minutos”. No era un secreto, aun asi pregunto.

 

-Un poco de ambos, ¿Como sabe lo de los polis?

 

-Soy periodista, mi olfato está entrenado para este tipo de cosas- argumento orgullosa de sus habilidades.

 

-Es verdad, cuando se está de servicio es más cómodo un colchon de Goballe- antes de continuar dio un sorbo de su humeante café, parecía hacer efecto ya que de forma un tranquila continuo- ¿Y en qué puedo serle útil?

 

-Seré franca comisionad, necesito hablar con Metallo- lo miró sin titubear- se que esta aqui.

 

El comisionado la observó y dio otro sorbo. Durante todo ese tiempo la mujer no bajo sus claros ojos y los clavó directamente en los irises del hombre de cabellera blanca. No era tan grande pero la presión debió de haber pintado sus hebras antes de tiempo.

 

-No, usted no sabe tal cosa, apostaría un día de salario a que este en el tercer o cuarto lugar que visita- una oficial llegó a un costado y le entrego un folder que necesitaba su firma- estoy casi seguro que en esos otros lugares a soltado la misma afirmación con tal seguridad que haría creer a cualquiera que es verdad- comentó mientras su pluma se deslizaba sobre el papel.

 

-¿Cómo lo supo?- pregunto un poco decepcionada pero no sorprendía, conocía la reputación del comisionado, para controlar bien a la escoria de Gótica se debía de tratarse de una persona extraordinaria- los demás me han conducido hasta acá.

 

-Su maquillaje.

 

-Mi maqui…? ¿Qué tiene de malo?

 

-Lo ha retocado pero la mascarilla está un poco caída eso indica que ha empezado su investigación desde temprano- la mujer parecía más sorprendida de la forma en que fue sorprendida que por el hecho en sí- tengo una hija.

 

-Deacuerdo- soltó con las manos el alto como si se rindiera- no se si lo tengan aquí o no, pero...si se que Metallo paso por Gótica.

 

-¿Y cómo lo sabe madam?

 

Era extraño que fuera ella quien respondiera las preguntas, sin embargo, para conseguir algo tenía que cooperar.

 

-Oh vamos- recargó su peso en la pierna derecha- uno ochenta, ochenta y siete kilos de músculo, mirada aterradora, voz gruesa y una capacidad increíble para confundirse entre las sombras.

 

-¿Batman?- por primera vez en su conversación fue sorprendido. Lois lo noto y continuó ganando seguridad.

 

-Fue él quien salvó Metrópolis aquella ocasión… y se llevó consigo a Metallo. Lo vi.

 

-¿Qué está buscando señorita Lane? acordamos ser directos- la condujo a un espacio más despejado de gente.

 

-No fue casualidad que Batman llegara; como usted bien dijo Gótica y Metrópolis están bastante lejos la una de la otra. Su murciélago llegó hasta alla específicamente por alguien o por algo- callo cuando un grupo de auxiliares de fiscal entraron- Necesito saber el porqué.

 

-Si eso fuera el caso- continuo cuando volvieron a encontrarse solos- y no estoy afirmando nada. ¿Por qué piensa que le permitiría a un miembro de la prensa hablar con Metallo?

 

-Como le dije, estoy convencida de que su vigilante buscaba algo específico. Superman y él no son amigos, el kryptoniano me lo confirmo. Así que lo que sea que quería Batman ya lo tiene… Le ofrezco una ayuda mutua comisionado- No hubo ni una pizca de inseguridad.

 

-¿Mutua?

 

-Si Batman ya tiene lo que necesitaba y les entregó a Metallo significa que no los ayudará a interrogarlo. Sus hombres no infundirán nada sobre ese montón de metal; pero a mi me vio en el enfrentamiento.

 

-¿Así?- cada vez se sorprendía más de las situaciones no tan erradas de la reportera.

 

-Quise noquearlo con una silla, mala idea- le resto importancia- como le decía, a mi me vio, es algo personal, hablara lo sé, lo haré hablar.

 

Después de pensárselo por un rato percibió el destello de sus jóvenes ojos no necesito más para comprenderlo, la entrega a la investigación, esa mujer lo estaba haciendo por sus sentimientos hacia Superman. La convicción efervescente que mostraba logró convencerle de ayudarla, después de todo, el caso no sería llevado por Gordon, el FBI estaba siendo demasiado meticuloso a pesar de eso la ventaja la tenía la reportera: ella había visto a Batman, algo que ningún otro persona pudo. Si no conseguía nada con él estaba seguro que iría a mover cada piedra hasta hallar al esbirro metálico.

 

-Metallo será transferido a Alcatraz- comenzó a caminar hacia la salida con los pasos de la dama muy cerca- el caso está fuera de mí jurisprudencia, solo soy el intermediario.

 

-Entonces aun esta en Gótica- comento siendo una afirmación.

 

-Me agrada señorita Lane, me recuerda a mi hija. Muy bien la llevaré con él, solo serán cinco o diez minutos cuando mucho, le recomiendo que valla pensando lo que dirá.

 

-¿En donde lo tiene?- sonrió triunfante.

 

-¿Conoce el infierno en la Tierra?


-Arkham.

Notas finales:

Este capítulo es menos movido y hasta cierto punto tedioso, pero es necesario para darle un poco de trasfondo y sentido. Segun mis calculos, todo se explicara en los siguientes capítulos.

Donde descubriremos a que llego nuestra hermosa reportera.  ;)

 

***

 

Mis amores, me tendré que ausentar indefinidamente. No sé si volveré pronto.   :c

 

Tengo que ponerme al corriente con la escuela (saque cero en mi primer examen)  xD  :'c


Les deseo mucho exito en todo lo que hagan y les mando muchos besos y abrazos. <3<3


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