Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

CANTÁNDOLE AL AMOR por Himitsu furikou Akira

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 

Hola de nuevo. ( / * - * ) /

Esta historia hace mucho que la tenía por ahí guardada, hasta hace poco que me anime a reescribirla y pues aquí está, espero que les guste.

Se las dedico especialmente a mis queridas amigas e hijas de Facebook

Almaschmetterling

Luka Crosszeria

Más de medio año que vengo prometiéndoles esto y pues aquí esta, regalo de cumpleaños y navidad y año nuevo y… lo que  me falte. Gracias por animarme a escribirla, esta fue la primera historia que salió bien de mi cabezota.

Las quiero chicas.

Y gracias a ti también Gisesims por ayudarme con los horrores de ortografía, por leer todo lo que te envió.  Siempre te ando molestando. Gracia.

Pues bien no sé qué tan largo será pero este es el primer capítulo, espero que lo disfruten.

Notas del capitulo:

Todos los derechos de las canciones a su respectivo autor yo solo las usare para referencia de lo que sienta al momento de escribir y a Tadatoshi Fujimaki.

Desperté, sintiéndome cansado.

Pase la vista por toda mi habitación, deseando dormir de nuevo, cosa que no podía hacer. Semanas antes, había recibido de mi hermano, una interesante propuesta, y no pude rechazarla.

Me levanto, y perezosamente, me estiro, camino hacia el baño en el pasillo, para asearme y prepararme para ir a la escuela.

¿Qué es lo que me tiene tan cansado? La entrenadora sí que nos exige, pero no; no es eso, bueno, culpare a mis deseos de ganar un buen regalo para mi madre.

—Kouki cariño, llama a tu hermano. El desayuno está listo. — Ella se asoma por el pasillo, cuando me ve salir del baño.

—Ya voy, Mamá. —Camino a la habitación de mi hermano, toco su puerta, y entro sin esperar la respuesta.

—Kou, ¿Qué hubieras hecho si me encontrabas desnudo? —Me dice, haciendo un puchero algo tonto.

Bien, aquí tenemos a mi hermano Kouta. Tiene un ligero complejo de hermano, disfrazado de preocupación, pero le quiero de igual manera; solo que no se lo digo, cuestiones de no morir siendo abrazado.

—Ni quien quiera ver tus miserias… —Le digo divertido—. Es más, pensaría que estabas haciendo cochinadas.

—Más respeto, enano. —Me dice con fingida molestia, mientras alborotaba mi cabello, mismo que me costó medio adecentar. Yo solo sonrío cansado. Se me notan unas pequeñas ojeras. Suspiro, lo veo venir.

—No has descansado lo suficiente, ¿Verdad? —Pone sus manos alrededor de mi rostro, analizándome—. Mira nada más estas ojeras.

—Sí, lo que sea. —Le respondo, restándole importancia—. Mamá nos llama a desayunar.

Ambos listos, caminamos a la cocina.

—Dime, ¿Cómo va todo? Lamento lo de mi compañero, maldito idiota que no estudio… —Esto  último lo dice en un susurro. No le gusta que lo escuche decir groserías, es tierno, si supiera que las digo cuando de verdad me enfado.

—No te preocupes, Kouta. Le pediré ayuda a Takao, es muy bueno. Ya ves que el otro día nos sorprendió, intercambiamos números, y hemos estado en contacto.

—Bien, ese mocoso me cae bien. —Mi hermano se acercó a mi oído, ya que estábamos a unos pasos ya de la cocina— ¿Mamá no sospecha nada aun? Ya vez que es muy difícil engañarla.

—No, y eso es un milagro, somos pésimos guardando secretos.

—Hijos, ¡Se les hará tarde!                                                                              

De camino a la escuela, recordaba lo ocurrido en el cumpleaños de Kuroko. Muero de vergüenza cada que viene a mi mente, la bochornosa escena donde me desmaye nada más ver al Akashi Seijuuro.

Mi amor platónico, llevo mis manos a mi rostro que está más que rojo. ¿Cómo es que puedo decir que es amor? No lo sé en verdad, cuando lo conocí, solo sentí temor. Pero a pesar de eso, con el paso de los días, siempre el recuerdo de su rostro que; a pesar de ser atemorizante, tenía un aire de soledad y tristeza que solo hacia querer ayudarle y quererle, no dejarle solo.

Cuando Kuroko nos contó su historia, mi corazón se entristeció, y no pude más que llorar al llegar a casa, porque sabía, y me había dado cuenta de que no podía hacer nada por él, e inevitablemente lo que sentía era amor.

Iba sin ánimos caminando ya por el instituto, sin darme cuenta de mí alrededor, pensando en todo lo que me quedaba por hacer. Sentí la mirada de alguien en mi persona pero no me importo mucho.

                                                     &

 

A lo lejos, Kuroko veía extrañado, el actuar de su amigo. Eso ya venía sucediendo hacia un par de semanas atrás, y le estaba causando mucha curiosidad y preocupación por igual. El castaño había tenido pequeños accidentes que habían podido evitar, como casi caerse de las escaleras, o cuando estaba intentando comer un bollo aun con el empaque puesto.

—Kagami-kun… —Lo llamo acercándose.

— ¡Kuroko! —Se sobresaltó al escuchar su voz de repente— Maldito, ¡¿De dónde saliste?!

—De mi casa Kagami-kun, pero eso no es lo importante.

—Sí, bueno… ¿Qué quieres?

—Que poco cariñoso eres con tu novio, Kagami-kun. —Kagami enrojeció hasta las orejas, avergonzado.

— ¡K U R O K O!

—Ya, ya entendí Kagami-kun, es que me gusta verte así. —Un casi imperceptible sonrojo le cubrió el rostro— ¿No has notado a Furihata-kun algo extraño? Más nervioso, y despistado de lo usual. Además, no suelta ese cuaderno por nada del mundo. —Dijo señalando con la mirada, el cuaderno que este traía entre sus manos.

—En los chihuahuas es normal, ¿No? Aunque tienes razón, pero no te preocupes, ya nos lo dirá cuando esté listo.

—Siempre puedo utilizar mis métodos para hacerlo hablar. —Kuroko lo dijo mientras un aura un tanto siniestra le rodeaba, mirando a cierto chihuahua distraído.

Desde la distancia, Furihata Kouki sintió escalofríos, y pensó «Este no es mi día, definitivamente no lo es» Mientras escribía un mensaje de texto a cierto halcón hiperactivo, y se dirigía a su salón de clases.

                                           &

 

Estando en los vestidores del gimnasio, después de tan agotador entrenamiento dado por nuestra espartana entrenadora, Kuroko se acercó a mi lado. Claro que no me di cuenta de esto hasta que me hablo, y grite por el susto.

—Furihata-kun, ¿Puedo pedirte algo?

— ¡Kuroko! ¿Cuándo…? Olvídalo, dime que necesitas.

—Bueno veras, este fin de semana, nos juntaremos unas cuantas personas para jugar un partido amistoso, y quiero que nos acompañes.

La determinación casi homicida de Kuroko me sorprendió.

—Y-Yo, y-yo…

—Si Furihata-kun, tu, o es que, ¿Acaso no te agradan mis amigos?

Temblé un poco asustado. Creo que sospecha mi actuar, y no le culpo, yo también me preocuparía si estuviera en su lugar, así que suelto un suspiro ya más tranquilo.

—Claro que iré, n-no tengo problema, solo que es muy repentino… —Aunque si lo pensaba, sería una excelente oportunidad para ver a Akashi-san más de cerca, y hasta quizás me anime a hablarle, pero también tenía mucho en que pensar, no había recibido la respuesta de Takao y eso me estresaba por que la necesitaba.

                                                        &

Kuroko solo veía el debate interno de su amigo, y más le intrigaba la razón del porque se encontraba así. Justo en ese momento, el celular suena, e interrumpe los pensamientos de ambos chicos.

De: Takao.

Hey, Furi-chan, me agrada tu propuesta. ¡Digo que sí!

Pero este fin tendré una cita con Shin-chan, bueno es

un partido. Un llamado del enano rojo, pero si Kuro-chan

te invita, charlamos ese día.

                                                                                                                             &

Imaginaba a Takao haciendo pucheros y caras al escribir el mensaje, y eso me hizo sonreír ampliamente. Bien, ya tenía más motivos para querer ir, y por dentro saltaba de emoción, ya que  mataba dos pájaros de un tiro.

Vería a su amor platónico, y las cosas se pondrían en marcha para sus otros planes, e incluso sopesaba la idea de ya contarle a Kuroko lo que le traía tan distraído.

—Está bien Kuroko, solo dime la hora y el lugar, ahí estaré.

Vi a Kuroko sonreír complacido por mi respuesta, y eso me causo escalofríos. Si Kuroko sonríe, se acerca el fin del mundo o algo parecido, bueno, usualmente al único al que le sonríe es Kagami.

—Nos vemos entonces, Furihata-kun. Te enviare los datos por mensaje de texto. —Kuroko dio la media vuelta, pensando en planes para hacer a su amigo hablar. Tenía sus sospechas. Sería algo raro, más no imposible. El cree que a su castaño amigo le gusta su ex capitán.

                                                                                                                         &

 

De camino a su casa, al finalizar la jornada escolar y de entrenamientos, iba tarareando melodías que invadían mi cabeza, como venía sucediendo muy a menudo.

Desde pequeño, se me había dado bien componer canciones, y cuando me di cuenta de que a Mamá le hacía feliz, empecé a hacerlo con más alegría. Aunque yo pensara que era algo insignificante, mi hermano siempre pensó que mis composiciones eran un don. La verdad es que yo no pienso que sea así, al menos no es un don que me sirva de mucho.

Ahí estaba de nuevo esa noche, forzando la risa, fingiendo las sonrisas. El mismo viejo y cansado lugar. Me gustaría ver una sincera sonrisa en el rostro de Akashi-san… —Pienso—. Tus ojos susurraron: ¿Nos conocemos? A través de la habitación, tu silueta se empezó a acercar a mí.

Una traviesa conversación empieza rebatiendo todas mis observaciones, como si nos pasáramos notas en secreto.

Todo lo que puedo decir es que fue encantador haberte conocido.

Ohh Sei, yo creo que estoy encantado de haberte conocido.

La noche es chispeante, no la dejes pasar, impactado, sonrojándome mientras voy a mi casa, me pasare la vida preguntándome si tu sabias que estoy encantado de haberte conocido.

 

Me detengo en medio de la calle, y me agacho tapando mi rostro, que peleaba con los diferentes tipos de tonalidades del color rojo.

—Oh pero que vergonzoso, jamás podría siquiera acercarme y decirle esto, apenas y cruzamos palabras aquella vez en la fiesta de Kuroko.

Sigo caminando para llegar pronto a casa. Desde que me he enamorado, las letras vienen como torrentes cada vez que le recuerdo, y depende del humor en el que me encuentre. Este pensamiento, es el más embarazoso hasta la fecha.

—Estoy en casa. —Dejo mis zapatos en la puerta, y boto la mochila en el piso.

—Bienvenido Kou… ¿Pero qué te paso? ¿Acaso estas enfermo hijo? ¡Estas todo rojo! —Había levantado la mirada, y Mamá me había visto sonrojado. Bien, lo que me faltaba, ahora la he preocupado.

—No Mamá, estoy bien, no te preocupes. Veo que llegaste antes, ¿Cómo te fue en el trabajo? —Decido cambiar de tema, para que no se enfoque en mi rostro. Mamá siempre está trabajando, quiero que descanse, quiero que deje de preocuparse por el futuro aunque sea un tiempo, tengo que esforzarme por ella, ganare ese concurso, y le daré el descanso que se merece.

—Si hijo, hoy fue un buen día, la cena estará lista dentro de poco, ya los llamare a ti y tu hermano. Anda, sube y cámbiate ese uniforme.

—Sí, Mamá. —Le doy un beso en la mejilla, y me dirijo a la habitación de mi hermano. Veo la puerta abierta, y me acerco a donde se encuentra, sentado frente a su computadora. Me apoyo en su cabeza desde atrás, y le digo —: Hermano, buenas noticias, Takao ha aceptado ayudarnos, nos encontraremos en una reunión a la que estamos invitados. —Para ese momento, ya me había sentado en la cama, y estaba ligeramente nervioso. Mi hermano suele interrogarme con locura acerca de con quien salgo.

—Oh, me parece bien. —Mi hermano me escanea de pies a cabeza, buscando algo que le haga hacer más preguntas, moviendo sus manos como si tuviera un par de baquetas, haciendo movimientos en el aire.

Kouta es un chico más alto que yo. Se parece a Mamá, cabello castaño mucho más oscuro que el mío, piel ligeramente más clara, y de intensos ojos verdes. Según él, un don juan con las chicas, muy diferente que yo. Si a mí me llaman chihuahua, apodo que aborrezco, el sería un rottweiler, sí; le queda.

— ¿Qué te sucede? ¿Sigues nervioso por el concurso? Tú mismo dijiste que lo harías, ten más confianza.

—No es eso, es solo que… ¿Y si no les gustan? ¿Y si no gano? Yo de verdad quiero darle ese regalo a Mamá.

Kouta se levantó de la silla en donde se encontraba sentado, se acercó a mí para revolverme el cabello con cariño, y viéndome a la cara, me dijo:

—Tus canciones son hermosas, reflejan tus sentimientos, aunque algunas letras…

— ¿No te gusta? —Le pregunto algo alarmado. La opinión de mi hermano siempre me es de vital importancia, si el llegase a decir que no son buenas, creo que me derrumbaría fácilmente.

—No es eso, es solo que…— Saca unas hojas que tenía en el cajón de su escritorio, y palidezco. Su rostro se torna sombrío— ¿Me podrías decir a quién demonios le dedicaste ESTO?

 

Hoy no es mi día, estoy muerto.

Notas finales:

Punto para quien sepa que cancion es la que penso mi querido Kouki.

Nos vemos en el siguiente capitulo.

Gracias por leer. ( / * - * ) /

 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).