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Mi mejor amigo y mi peor traición por Cielo20

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Notas del capitulo:

Un nuevo capítulo y antes de cualquier otra cosa, leamos...

Una fresca brisa de verano chocó contra su calmado rostro, un recorrido agradable mientras invitaba a los rayos del sol a posarse sobre él. No había mucho que pensar, más que el hecho que después de un mes saliendo a escondidas de todos sus conocidos, él y Jong In por fin podían ser llamados “novios” pues eso mismo eran.

 

Realmente Kyungsoo creyó que era un simple capricho, un pasatiempo sin importancia que terminaría mucho más antes de haber empezado y ahora se reía de lo patético que sonaba eso cuando salía de sus labios. Jong In solo podía describirse con una sola palabra “perfecto”, claro que eso no se lo diría de frente, él no sería responsable de aumentar mas su ego, suficiente ya con el que tenía que soportar.

 

¿Quién diría que su querido profesor sería tan respetuoso y condescendiente? Por supuesto que no le cumplía todos sus caprichos y lejos de molestarle, le encantaba que pusiera un freno a sus locuras más insensatas.

 

Sonrió como bobo dejando salir un ligero suspiro cuando recordó que vendría a su casa esta noche. No sería la primera vez que pasasen la noche juntos y tampoco quería que fuera la última. Jong In era la pasión encarnada cuando debía y un novio protector cuando quería, una combinación para nada desagradable que le sacaba sonrojos de donde no tenía idea.

 

El único problema que tenía y que le ocasionaba dolores de cabeza, era el flechazo que su exasperante amigo sentía por su novio. Y le fastidiaba más el que fuera tan insistente pese a que Jong In le dejara claro que no quería nada con él y que su relación sería meramente profesor-estudiante. ¿Por qué maldita sea Luhan no entendía algo tan simple? Sería mas sencillo si ellos gritaran a los cuatro vientos sobre su noviazgo, pero si en algo estaban seguros él y Jong In, era que con el tiempo se dieron cuenta que la prudencia correspondía a algo fundamental que los sacaría de muchas. No podían dar pasos en falsos y menos cuando el reglamento de la universidad consistía en que los profesores no podían mantener relaciones amorosas con sus estudiantes ni dentro ni fuera del campus.

 

Lo peor de todo es que Luhan insistía en que Jong In sentía una especie de atracción por él aunque no lo demostraba abiertamente y él deseaba arrancarle la lengua cuando se lo escuchaba decir ¿pero que podía hacer? Cualquier cosa que no fuera sacar a la luz la verdad sobre ellos, al menos no hasta que cambiara de curso y eso sería hasta dentro de dos meses más… Además que todavía no se enteraba que fue lo que le hizo elestúpido de Oh Sehun que aun era un haz bajo su manga si tenía que recurrir a metodos desesperantes, pero ya lo descubriría cueste lo que cueste.

 

   -Una moneda por tus pensamientos… - susurró aquella conocida voz a sus espaldas antes de dar pequeños besos juguetones por su cuello.

 

   -Ni con todo el dinero del mundo podrías comprarlos – sonrió divertido girándose para besarlo en los labios. Rayos, no podía haber algo más sexy del mundo que no fuesen sus exquisitos labios. –Tardaste mucho – dijo como pudo sin querer separarse de su adicción

 

   -El seminario fue un poco estresante, pero ya me tienes aquí – murmuró Jong In rompiendo el beso no sin antes dejar uno sobre la impecable frente de su pequeño novio. - ¿Listo para irnos?

 

Kyungsoo asintió y como un niño ilusionado, esperó el momento que tomara su mano y lo entrelazara contra la de él, tiempo escaso apenas de un par de segundos antes de que lo hiciera.

 

Fueron a pasear al centro de la ciudad, hasta quedarse metidos en una librería viendo libros antiguos sobre todo, los de reciente publicación parecían muy superfluos para sus gustos. Luego de comer algo ligero y dar una vuelta por el parque, decidieron que ya era hora de ir a descansar, aunque esa era una clara invitación a hacer algo más. 

 

Se suponía que primero verían alguna película cursi para pasar el rato, pero por alguna razón los incontrolables besos hizo que el moreno lo tumbara contra el sofá y de paso los vasos llenos de refresco encima.

 

Y ahora abrir la puerta de su habitación y encontrarlo con las piernas desnudas, apenas con una camisa que le cubría lo necesario, no podía imaginar algo más sensual que eso y si de por si ya estaba duro, ahora no podía describir exactamente lo que sentía.

 

   -¿Ansioso? – se burló Kyungsoo cuando lo descubrió mirándolo. Dibujó una sonrisa en sus labios mientras se acercaba hasta el moreno, empezado a desanudarle la corbata. –Realmente me fascinas en tu faceta de profesor.

 

Jong In apenas podía controlar su respiración y las ganas de estamparlo contra pared para follárselo de todas las formas posibles cada vez que se comportaba de esa manera tan sugerente.

 

   -A veces duele mirarte ¿sabes? – confesó abrazándolo embelesado, besando la punta de su nariz y luego sus labios, primero con lentitud y luego con desesperación.

 

Kyungsoo hacía lo propio, correspondiéndole, acariciándole la nuca y la espalda. Soltó un gritito de sorpresa cuando Jong In lo tomó de la cintura y lo cargó hasta depositarlo sobre la cama. Enredó sus piernas alrededor del moreno sin dejar de besarlo.

 

   -Ya no quiero seguir manteniendo esto en secreto – suspiró Kyungsoo en tanto su novio le acariciaba las piernas, con esa mirada tan oscura que le dificultaba saber lo que realmente estaba pensando.

 

   -Una semana precioso – dijo Jong In besando el largo de su cuello

 

   -¿Qué pasará en una semana? –preguntó el menor

 

   -Ya verás – contestó mordiéndole la piel de su cuello, arrancándole suaves gemidos

 

Kyungsoo dejó de pensar y se concentró en las sensaciones maravillosas que estaba sintiendo, envolvió con mas fuerzas sus piernas alrededor de la cintura de este, sin dejar espacio, rozando ambos miembros con ímpetu mientras sus bocas se buscaban para saciarse.

 

Kyungsoo cambió de posiciones, quedando ahora él arriba, encargándose de besar y lamer toda piel que encontraba a su paso, hasta llegar a la masculinidad bien erguida de Jong In. No dudó ni un poco antes de metérselo todo a la boca, mirando las expresiones que el moreno tenía para él cada vez que lo hacía, no le gustaba, le encantaba. Sus ojos cerrados, su entrecejo fruncido y la respiración entrecortada…perfecto. Subió y bajó a través de ella, succionado y acariciando a su antojo, joder, él también lo disfrutaba de alguna manera.

 

   -Ya…precioso – jadeó Jong In, ante eso Kyungsoo succionó con más fuerza la virilidad, más insistentemente, hasta dejar al moreno explotar en un delicioso clímax.

 

Kyunsoo tragó todo sin pensárselo, estaba realmente excitado cuando se tiró a sus brazos, logrando quedar debajo en un repentino movimiento. Acarició los bien trabajados brazos de su amante mientras este le miraba deseoso de más.

 

   -Solo hazlo ya – musitó pasando sus manos por el pecho de este, tirando un poco de él para besarlo. El moreno estiró su mano hasta el buró y con desesperación buscó la botella de lubricante y un condón.

 

   -Siento como si hubiesen pasado meses sin poder tenerte así – dijo mientras derramaba una generosa cantidad de la sustancia viscosa en sus manos, frotándola hasta calentarla. 

 

   -En tu defensa, diré que pasaron dos semanas… -rio Kyungsoo arqueándose al sentirlo preparándolo, una angustiante tortura cuando lo que quería es que lo destrozara sin importarle lo que vendría más adelante.

 

Kyungsoo abrió más las piernas dejando que el moreno se deleitara con semejante vista mientras se acomodaba mejor, fue un poco difícil dilatarlo puesto que los músculos internos eran demasiado apretados. Tomo su tiempo pero lo logró, y su mirada no dejaa de recorrerlo mientras se colocaba el condón con prisa y ansias dignas de plasmarse en un lienzo.

 

   -Eres exquisito – gruñó antes de penetrarlo con ímpetu, el menor apretó los ojos esperando acostumbrarse alguna vez a la sensación dolorosa que eso conllevaba, de alguna forma también resultaba doloroso para Jong In, tener que quedarse quieto mientras las paredes asfixiantes de Kyunsoo lo apretaban deliciosamente. Besó sus labios y masajeó rítmicamente su miembro olvidado, mirándolo con un rostro excitado y furiosamente rojo.

 

Las estocadas dieron inicio, suave al principio como le gustaba para luego hacerse más profundas y vehementes. Kyungsoo empujó su trasero buscando un contacto más allá de lo normal.

 

   -¡Más…más fuerte! – chilló

 

Jong In lo sujetó firmemente de las caderas para volver a penetrarlo más fuerte ya sin cuidado. Si seguía de esa manera, Kyungsoo terminaría por volverlo loco.

 

   -¿Te gusta? – preguntó enterrándose cada vez más dentro

 

   -Si…joder si – contestó Kyungsoo sintiéndose ser desgarrado por dentro. Arañó la espalda ancha del moreno indicándole el buen trabajo que hacía. Gimió al sentirse cerca del orgasmo, su respiración era vacilante y se volvió aún más errática al sentir un cosquilleo en la parte inferior de su vientre y lloriqueó de placer. –Ya…Kai…ya – dijo apenas antes de venirse en un sonoro grito cuando el orgasmo lo sacudió aferrándose a la espalda del otro que lo seguía penetrando incrementando el placer del orgasmo que acababa de tener.

 

La cara de Kyungsoo y los músculos internos contrayéndose alrededor de su pene fueron suficiente para que Jong In llegara también al éxtasis en un santiamén, corriéndose dentro del látex. Besó las coloradas mejillas del menor quien se refugió en su pecho sumamente agotado.

   -Me llamaste Kai - recordó el moreno acaricandole las piernas

 

   -Lo sé - reía Kyungsoo apoderándose de sus labios en un tierno beso -Me gusta llamarte así...¿te molesta? No tendría porque pero si resulta difícil para tí, dejaré de hacerlo.

 

   -No me importa cuando lo haces tú. Me encanta - declaró quedándose dentro un poco más.

  

Jong In salió con cuidado de él y se encerró en el baño para limpiarse y luego hacer lo mismo con su pequeño amante que para ese entonces ya estaba envuelto entre las sábanas y soltaba pequeños ronquidos. Le acarició los cabellos y le besó la frente. Se sentía completamente satisfecho, pese de que al inicio las cosas se dieron complicadas no podía quejarse del resultado final. Era afortunado y no dejaría que se le escapara de las manos, aun así tenía miedo de cómo reaccionaría cuando le contara algo que no creyó conveniente hacérselo saber por el momento.

 

   -Eres mío precioso, solo mío. – dijo mientras se acomodaba a su lado, abrazándolo con devoción.

 

 

Notas finales:

Lo acabo de escribir a las cinco de la mañana...jajaja, pero es que el sueño se esfumó como por arte de magia, en fin gracias por leer.


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