Un flash seguido de quien sabe cuántos más. Sus sonrisas opacaban todo alrededor, no eran más que máscaras falsas de hipocresía dirigidas entre sí y a todos sus fans por decirlo de algún modo. Un abrazo amistoso por los hombros, miradas cómplices y encantadoras risas compartiendo de un paseo por el parque. Si, Byun Baekhyun y Xi Luhan bien podrían audicionar para algún protagónico en alguna telenovela o película porque actuaban de maravilla que cualquier ingenuo bien podría creer que ellos eran los mejores amigos del mundo.
-Terminamos, buen trabajo chicos – felicitó el fotógrafo antes de ir a escoger las mejores fotografías que se utilizaría en la revista Casanova de la semana entrante.
Baekhyun, luego de una pequeña reverencia borró todo rastro de falsa felicidad plantada en su rostro y miró con desdén a Luhan que hacía lo mismo. Caminando hacia su camerino pensó en lo rápido que habían pasado los meses, no había conseguido mucho con respecto a su estúpido matrimonio arreglado y jamás lo conseguiría si el idiota de Chanyeol no lo apoyaba. Tendría que tragarse su orgullo y pedirle ayuda pese a que no lo creía necesario.
-Hoy haré una pequeña fiesta, espero no te moleste y te quedes encerrado en tu habitación o yo que sé, lárgate a tu casa. – advirtió Baekhyun acicalándose el cabello, mirando por el espejo
-Define pequeña – exigió Luhan ordenando a la chica que le ayudaba a quitarse el maquillaje a que se retirara –Habla
-Unas diez personas, ya sabes lo exclusivo que soy con mi círculo social.
-Dirás los amigos que careces. Bueno no los culpo por huir de ti, después de todo quien no querría estar kilómetros lejos de ti –atacó con burla, terminando de limpiarse todo rastro de maquillaje sobre su rostro. Era patético ponerles eso, no lo necesitaban pero si requerían acentuar aun más esas celestiales facciones.
-Púdrete – masculló el rubio colocándose sus gafas de sol. –No te quiero cerca hoy.
-Lo que desees querido, disfruta ahora porque cuando te cases ya no habrá marcha atrás –soltó lleno de placer al ver como el rostro del otro se distorsionaba.
-¿Co-cómo sabes…
No podía creer que Luhan lo supiera. Todos menos él que ya estaba gozando a costa de sus desgracias.
-Me llegó la invitación a tu boda justo hoy – dijo el castaño sacudiendo una tarjeta plateada muy elegante –Pese a ser tú, tengo que admitir que tienes buen gusto – añadió fijándose en la tarjeta –Claro menos en el novio – rio echando la cabeza hacia atrás
Maldita sea. Baekhyun respiraba furiosamente. Le arrebató la maldita invitación de las manos y leyó lo que decía: “Muy contentos de invitarlos a nuestro matrimonio….” Firmado por ambos novios ¿en serio? ¿Qué estúpida broma fue esa? Y sobre todo ¿Quién demonios lo hizo?
Miró con horror la fecha descrita en él y casi se desmaya, ¡en un maldito mes se desposaría con el gigante nerd!
-Sonríe mientras puedas Luhan, no es a mí a quien humillaron de la forma más espantosa las personas a quienes más apreciabas – contraatacó no sintiéndose muy orgulloso de hacerlo, sabía de sobra que ese tema era muy delicado para el castaño y su expresión congelada y melancólica se lo hicieron ver, pero él se lo buscó por hacerse al gracioso.
Luhan se levantó de su asiento mirándolo amargamente y sin decir una palabra más, salió del camerino azotando la puerta en el proceso.
¿Tenía que recordárselo? El camino hacia el departamento que compartía con Baekhyun nunca le pareció tan corto. Entró al ascensor y metido en sus ideas no fue capaz de esquivar a la persona que lo chocó al entrar intempestivamente.
-Fíjate idiota – masculló levantando la mirada –Vaya, pero si eres tú.
Jongdae soltó una risa antes de apretar el botón correspondiente. No podía creerlo, luego de dos meses y recién podía ver a Luhan que parecía escabullirse cada vez que podía. Realmente al castaño parecían caerle de maravilla los años y eso apenas con sus 22 años, no lo culpaba, lo llevaba en los genes o eso suponía.
-Ya no lo llevas rubio – comentó tocándole el cabello a lo que el castaño solo se encogió de hombros – Sigues siendo tierno – sonrió pellizcándole las mejillas
-Eso duele – se quejó Luhan dándole un manotazo para que dejara de hostigarlo – No sabía que vivías con tu abuela.
-No lo hago, solo la ayudo un poco y como paga me deja quedarme en esta preciosidad. ¿No es lo máximo?
Luhan asintió un poco cohibido. Fue un tiempo largo el que no conversaba con Chen –como prefería que lo llamasen – y no porque no quisiera sino porque este estaba de lado de Sehun y eso significaba una gran barrera en la amistad que alguna vez tuvieron.
El ascensor se detuvo en el décimo primer piso y ambos salieron agradecidos de acabar con el ambiente tenso que vivieron allí.
-Deberías venir a visitarme… Minseok vendrá la próxima semana por si te interesa – dijo Chen caminando a su lado.
La noticia de que el pequeño cachetón llegaría de Londres lo tenía emocionado, él ya lo sabía pero enterarse de que visitaría al troll lo dejó boquiabierto.
-No gracias, prefiero verlo en otro lado – se disculpó
-¿Por qué no quieres visitarme, y por qué me esquivas Luhan? – inquirió Chen de repente sin que él mismo sepa por qué solo quería una respuesta inmediata.
-No sé de qué me hablas – Luhan se apresuró a sacar sus llaves –Me tengo que ir.
Chen bufó y se cruzó de brazos recostándose sobre la pared, impidiéndole el paso.
-Quítate – exigió el castaño con la poca paciencia que le quedaba.
-No huyas y enfrenta la realidad, dime por qué.
-No te voy a dar explicaciones a ti Chen – apretó los puños antes de empujarlo, logrando muy poco – Largo.
-No quiero – si, Jong Dae podía ser la persona más testaruda del mundo. –¿No será que sigues resentido con Sehun? Sería una estupidez Luhan, ya han pasado años y tú como la persona de buen corazón que eres debiste de perdonarlo rápido y darle otra oportunidad, todos cometemos errores y créeme que el único error de Sehun es solo ser un idiota de buenos sentimientos.
Y eso fue la gota que derramó el vaso.
-¡¿Tú qué diablos sabes?! – explotó –No te metas en mi vida. Si el imbécil de Oh dejó que te inmiscuyeras en la suya ese es su jodido problema, no el mío.
-Luhan
-¿Buenos sentimientos? – rio con amargura -¡¿Que buenos sentimientos podría tener ese infame que se metió con la perra a quien yo quería como una madre?!
Chen tembló un poco, tal vez no fue buena idea hacerlo rabiar de esa forma. Uno no sabe nunca con quien ha de encontrarse y definitivamente ese chico de enfrente no era el Luhan que conocía.
-Eso no es así y si tú hubieras…
-¡Cállate de una maldita vez! –gritó Luhan tapándose los oídos con ambas manos. Joder, eso era una pesadilla que no quería rememorar su mente.
-¡Deja de ser tan egoísta! – gritó también Chen sujetándolo de ambos brazos –Por favor Luhan, la culpa se la lleva esa mujer…
-¡Suéltame, yo los vi, los escuché! – vociferó respirando agitadamente, a punto de colapsar, las lágrimas habían hecho un perfecto trabajo consiguiendo hacerlo ver deplorable una vez más. –¡Ellos lo hicieron en MI casa y esa zorra no disimuló para nada! –siguió diciendo retorciéndose porque lo soltara de una vez. –¡Sus asquerosos gemidos, su puta sonrisa!
Parecía que Luhan iba a colapsar, pero no le importó y siguió diciéndole todo lo que se había guardado hasta ese momento.
-Eso no te da derecho a humillarlo con tus groserías. Él también siente Luhan y sufre aunque no lo parezca, no puedes seguir siendo tan pendejo como para no darte cuenta. - increpó sintiéndose impotente, pero Sehun no tenía porque cargar con toda esa mierda solo.
-¡Se lo merece! Ahora déjame…-sollozó Luhan ya sin poder contener sus lamentos. Tan difícil fue forzar a su mente a borrar esa escena y ahora parecía más nítida que nunca.
Unas pisadas, un jalón improvisto y una mirada desafiante fue con lo que Jong Dae se encontró antes de un fuerte empujón que lo hizo caer al suelo.
-No vuelvas a hacerlo si no quieres arrepentirte por lo que te queda de vida, maldito troll – la voz de Baekhyun sonó dura y grave, algo nuevo por lo visto. -¡Quítate! – ordenó avanzando hasta su puerta con un nervioso castaño en brazos que no dejaba de temblar entre sus brazos.
Cerró la puerta con rapidez y con ambas manos tomó el rostro desvalido del castaño que se negaba a mirarlo.
¿En qué carajos estaba pensando el troll cuando le increpó toda esa mierda a Luhan?
Él más que nadie había vivido ese fatídico presente junto a él y como un buen amigo se negó a dejarlo y lo apoyó hasta donde pudo.
-Yo la quería como si fuera mi madre…- confesó Luhan
Y como no saberlo si desde que recordaba, el castaño prácticamente la idolatraba y es que la mujer se lo había ganado por completo.
-Y a él lo amaba más que a nada – lloró – Ambos me traicionaron y yo no sabía que hacer Baekhyun… mi padre no me habla desde entonces, piensa que lo hice solo para calumniar a su adoraba mujercita. Y-yo…
-Tu padre es un imbécil, tu madrastra una puta desgraciada y Sehun un infeliz ¿bien? – dijo volviendo a abrazarlo. No podía ignorarlo puesto que sabía de las crisis que había sufrido en el pasado. –Todo está bien Luhan, lamento habértelo recordado. Solo…olvídalo ¿si?
El castaño asintió hundido en el abrazo. Agradecía internamente al rubio por hacerlo sentir mejor, lo necesitaba más que nunca y es que Baekhyun era el único que sabía toda verdad y no solo una pequeña parte.
Ambos lloraron, uno por recordar y el otro por haber sido testigo de algo tan cruel que a veces también se le dificultaba poder olvidar.
-Lo veo y no lo creo, irónico ¿Qué significa esto Luhan? – soltó el recién llegado –¿Perdonaste al ruin de Byun?
Luhan no pensó que ese día a Kyungsoo se le diera la gana de visitarlo. Mierda, no debió de haberle dado una copia del juego de llaves.
Por su parte Kyungsoo se sentía incómodo y Baekhyun lo mandaba hacia Alaska de una patada en el trasero. Genial.