—Lo siento.
La rabia inundó el razonamiento de Peter, que fue el único en escucharlo a esa distancia. Con mucho cariño, acarició la mejilla de Stiles para después darse la vuelta y caminar a pasos pesados hacia su único familiar vivo.
Cuando estuvo frente a su sobrino, lo tomó de su chaqueta de cuero negra y lo arrastró afuera del instituto al bosque, bajo la atenta mirada de los pocos estudiantes que quedaban, de la manada y los dos humanos.
Stiles fue el primero en reaccionar y salir corriendo por el mayor, empujando a los lobos y a toda persona que se interponía en su camino.
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Peter llevó a Derek a un claro, casi en el centro del bosque y un poco alejado de la escuela, lo lanzó contra un árbol con tanta fuerza que dejó marca en la corteza casi cayéndose.
—¡¿Crees que con un lo siento vas a arreglar todo lo que hiciste?! -grito.
Derek no dijo nada, sólo bajó la cabeza y apretó la mandíbula, trataba de contenerse para no atacar a su tío.
—¡Tienes idea por lo menos de las consecuencias que provocó tu acto tan infantil! -el moreno asintió.
—Los escuché en la dirección. -dijo —Pero jamás creí que eso iba a pasar.
—No, claro que no. Tú no tienes idea de nada. Todo lo tiene que hacer alguien más por tí, y ese alguien es Stiles. -Derek soltó un gruñido.
—Cállate.
—No, no me voy a callar. Es hora de que alguien te diga la verdad, la verdad de que en realidad eres un niño deprimido que en vez de avanzar se quedó estancado en el pasado.
—¡Cállate!
—¡Le tienes envidia a Stiles porque él es más listo que tú, porque a diferencia de tí él siguió adelante y aunque sea humano es más fuerte y leal que cualquiera de tus betas! -Peter avanzó un paso a su dirección —No soportas ver cómo un humano es mucho mejor que tú, por eso lo echaste ese día.
—Eso no es cierto. -murmuro.
—¿Entonces Derek? -preguntó, notando la presencia del humano detrás de un árbol.
Derek no había notado al intruso.
—Eso no te incumbe a tí, Peter. -dijo —Yo… lamento todo lo que provoque, lo que causé.
—¿Crees que con palabras vas a resolver todo? ¡Pero claro! Eres el gran Derek Hale, el causante de la muerte de su propia familia. -grito con cinismo —¡Lo único que sabes hacer es eso, traer desgracia!
Un Derek completamente transformado saltó sobre el mayor. Los golpes, zarpazos y mordidas junto con gruñidos de ambos eran lo único que se escuchaba en el bosque.
—¡Basta! -se escuchó —¡Peter, basta!
El nombrado paró en seco justamente cuando estaba a punto de enterrar sus garras en el pecho de su sobrino, fue ahí cuando se dió cuenta de lo que había hecho.
Stiles estaba asustado y preocupado tratando de aguantar las ganas de llorar por ver a los dos hombres así de malheridos. Puede que Derek le tuviera desprecio pero eso no quitaba el hecho de que se preocupara por él.
La manada apareció detrás del castaño. Cuando vieron el estado de su alfa rápidamente sus instintos fueron defenderlo y apoyarlo mostrando hostilidad hacia el Hale mayor que no le tomaba importancia.
—Peter. -llamó su atención —Ya basta, es hora de irnos, las clases ya comenzaron.
—Stiles… yo… -empezó Derek.
—Lo siento Derek, no puedo hablar ahora, tengo clase y voy tarde. -le dedicó una sonrisa falsa —Vamos Peter. -dijo tomando la mano del mayor para arrastrarlo lejos de los lobos.
Sin ser un lobo Peter sabía cómo se debería de estar sintiendo Stiles y eso lo hizo arrepentirse de sus actos. Quiso disculparse pero antes de articular palabra el menor habló.
—No tienes la culpa. Sé que lo has hecho para defenderme pero… -detuvo su caminata —No está bien lo que dijiste. -abrió la boca para defenderse pero de nuevo el humano lo interrumpió —No importa que lo hayas hecho por “mi bien”, hiciste lo mismo que él me hizo a mí y eso estuvo mal.
—¿Estás tratando de defenderlo? Después de lo que te hizo. -la rabia había vuelto a él.
—No, solo trato de evitar que tú te vuelvas igual a él. -dio la vuelta dándole la cara llena de lágrimas que caían por sus mejillas y tomó el rostro del mayor entre sus manos —No quiero que eso pase, no contigo.
El mayor tomó una de sus manos y besó la palma.
—Lo siento, pequeño. -susurro —Yo no soy como él.
—Lo sé.