Cuando llegaron nuevamente a la entrada de la escuela se encontraron con un preocupado John que en cuanto los vio corrió hacia ellos.
—Peter, ¿pero qué te pasó? ¿están bien? ¿no les hicieron nada? ¿Porque te comportaste así? -preguntó mientras los revisaba con la mirada por si tenían algún otro rasguño además de los que se veían a simple vista del mayor.
—Papá. -hablo el castaño.
—¡Acaso quieren povocarme un infarto!
—Papá.
—Porque si es así lo están consiguiendo.
—¡Papá! -el sheriff se detuvo —Estamos bien.
—Gracias a Dios. -los abrazo con fuerza —Me estoy volviendo igual que tú hijo.
—Papá. -se quejó haciendo un puchero a lo que ambos hombres rieron —No se rían. -Stiles se cruzó de brazos.
—Bien hijo, es hora de que entres a tu clase. Nosotros nos tenemos que ir, hay cosas por hacer. -dijo mientras llevaba casi a rastras al Hale mayor a su coche —Ten un buen día hijo, te quiero. -se despidió dándole un beso en la frente.
Peter fue hacia donde Stiles dándole un suave beso en la comisura de sus labios. —Si pasa algo solo llámame, vendré enseguida.
El castaño solo asintió con su rostro rojo por tales caricias recibidas. Le gustaba el trato que Peter le proporcionaba pero no estaba seguro de si decirle o no, por más que quisiera estar con el lobo, aún no podía olvidar los sentimientos que tenía hacía el sobrino de éste.
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La manada había llegado justo en el momento en el que Peter se despedía de forma demasiado cariñosa del menor, pudiendo escuchar lo que le susurraba en el oído.
Cuando Peter y John se fueron, Stiles pudo darse cuenta de las miradas por parte de la manada; pena por parte de Scott y Boyd; curiosidad por parte de Lydia, Jackson y Allison, y enojo por parte de Isaac y Érica.
Al no comprender el porqué de ese hecho decidió que entrar al instituto sería una buena opción.
Al llegar a su clase de economía con el entrenador, se le hizo raro que no le dijera nada, que no lo insultara e incluso pronunciará bien su apellido, todos lo notaron pero nadie dijo nada.
Al acabar la hora, Finstock le ordenó que se quedara y así lo hizo.
El aula poco a poco fue quedando vacía hasta que solo estaban ellos dos.
—Ya me han informado de su situación. -hablo seriamente el entrenador —Se me hace muy valiente de su parte que quiera venir a la escuela, por eso si es que alguien lo molesta o si necesitas algo, no dude en llamarme.
Stiles estaba sorprendido, en el tiempo que lleva conociendo al entrenador Finstock jamás le había tratado así, pero no quiso objetar nada, sentía que tener su apoyo iba a ser de mucha ayuda así que le dió las gracias y salió hacia su casillero para ir a su siguiente clase.
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Cuando la hora del almuerzo llegó, la manada estaba reunida como siempre en una mesa mientras que el humano se sentaba apartado de todos.
Los rumores no tardaron en esparcirse, llegando a ser más que ridículos.
Isaac y Érica no habían dejado de vigilar al humano, buscando una oportunidad de vengarse por su alfa. En cuanto vieron al castaño salir de la cafetería vieron la oportunidad y rápidamente fueron a seguirlo.
Llegaron al baño, donde acorralaron al menor y lo encerraron con ellos dentro. Stiles estaba asustado pues no tenía escapatoria con dos betas enojados cubriendo la entrada.
—Bien, es hora de que nos cuentes la verdad. -hablo Érica.
—¿De qué están hablando? -dijo Stiles.
—No te hagas. -dijo Isaac —Por tu culpa y la de el psicópata de Peter, Derek está deprimido.
—Eso no fue culpa mía. Además, ¿por qué lo defienden a él? ¿acaso me ayudaron a mí cuando me echó del loft? -reclamo.
—Eso es diferente. -hablo Érica —Derek es nuestro alfa y tú solo eres un humano.
—¿Lydia no es solo una humana también?
—No, es una banshee. -respondió Isaac.
—Pero eso no es el asunto aquí. -dijo Érica —Algo traes con Peter y sé que ustedes dos traman algo contra Derek, aún no sé qué pero lo voy a impedir.
—No vamos a dejar que le hagas algo a nuestro alfa. -dijo Isaac.
—¿Ah sí? ¿Y qué voy a querer de Derek? —dijo Stiles tratando de ocultar el miedo que le provocaba enfrentar a dos hombres lobos.
—Venganza. -dijeron ambos.
—No es la única persona, ni hombre lobo, ni alfa del mundo. ¿qué tiene él de especial como para “vengarme” como dices tú?
—Mira Stiles. -Erica pronunció su nombre con asco encendiendo sus ojos en el ámbar característico de beta y se lanzó contra el castaño empotrandolo contra la pared haciendo que este soltara un quejido —Será mejor que no nos provoques, podemos ser muy peligroso cuando tenemos incentivo.
Stiles soltaba gemidos lastimeros por la presión ejercida a su pecho, dejándolo sin respirar y apunto de desmayarse.
—¡Erica, suéltalo! -se escuchó una voz.
Todos voltearon, viendo a Boyd en la entrada del baño con sus ojos encendidos.
—Pero… -trató de reclamar.
—Suéltalo. -gruñó.
Con enojo, la rubia lo dejó caer al castaño que tomaba bocanadas de aire.
—¿Estás bien? -preguntó el de piel oscura sorprendiendo a todos con su nada habitual amabilidad —Sé lo que pasó.
Stiles se sorprendió, no por lo directo que fue al decirlo -estaba acostumbrado- si no porque Boyd lo sabía.
—¿Quién…?
—Derek. -interrumpio ya sabiendo que era lo que iba a preguntar —Lo siento Stiles.