Las lágrimas comenzaron a brotar ante las miradas atónitas de los rubios. Boyd no era de dar mucho afecto pero dada la situación en la que se encontraba el menor lo abrazó y ayudó a ponerse de pie con cuidado.
—¿Estás bien? ¿Te duele algo? -preguntó preocupado el de tez oscura.
—No. -mintio.
Boyd lo miró con reproche pero sin decir nada realmente. Se alejó un poco para que pudiera caminar pero a tan solo dar dos pasos cayó siendo atrapado por el mayor.
—Está bien, tal vez me duela un poco. -dijo Stiles haciendo un puchero.
El hombre lobo beta sonrió de forma casi imperceptible, lo ayudó hasta llegar a la puerta del baño donde fueron detenidos por una Érica muy furiosa.
—¿Qué es lo que estás haciendo? -preguntó molesta.
—Ayudar a Stiles. -respondió simple —¿Nos dejas pasar? El almuerzo ya acabó y vamos a llegar tarde a la siguiente clase.
—¡Por qué lo estás ayudando! -grito —¿Por su culpa Peter y Derek casi se matan?
—Y por culpa de Derek, Stiles por la peor de las atrocidades. -dijo, confundiendo a ambos betas.
—¿Lo estás defendiendo? -habló Isaac —¡Derek es nuestro alfa!
—¡Sí, lo es! -grito ya harto del comportamiento de sus compañeros —Pero eso no justifica que lo que hizo estuviera bien. Así que Érica, ¡quítate!
La rubia, enojada y ofendida ya que su novio jamás la había tratado así, se movió de la puerta del baño y dejó pasar ambos chicos.
—¿Estas bien? -preguntó Isaac.
—Él… él jamás me había gritado. -dijo en un susurro.
—Tranquila, todo es culpa de Stiles, se hace la víctima para poder separarnos a todos. -Érica solo asintió —Ahora vamos a clases que se hace tarde.
Ambos salieron del lugar y tomaron camino contrario a los que habían salido anteriormente.
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El timbre que anunciaba el fin de las clases por ese día se escuchó dando paso seguido a todos lo adolescentes que estaban entusiasmados por llegar a casa y descansar después del estrés pasado durante 8 horas.
Una mujer con hermosos rizos cayendo de su coleta y vestida con su uniforme color azul claro y zapatos blancos reglamentarios estaba esperando en su auto por el que consideraba su segundo hijo, aunque dados los incidentes ocurridos recientemente se podría decir que ahora era como su único hijo.
Tan concentrada estaba observando la puerta esperando señal de su hijo que no se dió cuenta de que su verdadero hijo le estaba llamando.
—Mamá.
—¿Qué? -respondió por acto reflejo sin darse cuenta de quién estaba a su lado hasta que volteó a verlo y el enojo llegó a ella, siendo olido por el hombre lobo —¿Qué? -preguntó esta vez de una forma más brusca.
—Yo… -tartamudeo, sentía el enojo de su madre y no sabía porque —Te estaba preguntando que porqué estabas aquí.
—Vine a buscar a mi hijo. -dijo, refiriéndose a Stiles.
—Oh, bueno, no es necesario, tengo mi moto y además tenemos reunión en el loft. -dijo, extrañado de que su madre lo fuera a buscar.
—Me refería a Stiles. -la forma fría en que lo dijo hizo sentir a Scott como cuando tenía 5 años y decía que su mamá no lo quería a lo que está le contestaba que no era verdad, pero ahora esto era más real de lo que imaginaba y no tenía idea del porqué.
Melissa bajó del auto preocupada al ver a su Stiles siendo ayudado por Boyd a caminar. Ésta lo ayudó pasando su otro brazo sobre su hombro y lo subió al auto. La enfermera insistió en tener una plática sobre lo que había sucedido a lo que el otro solo hizo una seña para darle entender que sabía sobre la situación de Stiles, que incrementó la insistencia hasta que aceptó y subió al auto en la parte del copiloto.
Scott no se movió, podía oler el rechazo de su propia madre y la incomodidad del otro beta al escuchar algo que no debía.
El auto se había ido desde hace un buen rato. Escuchó que alguien lo llamaba, era Allison diciendo que Derek había cancelado la reunión. El moreno asintió y se montó a su moto junto a su novia que trataba de reconfortarlo con caricias y suaves besos en su espalda.
No sabía lo que estaba sucediendo, sabía que si su madre actuaba de esa forma era por algo relacionado con Stiles, y no pudo evitar sentir algo de rencor hacia éste por haberle quitado a su madre, su ser más preciado.