HanBin
Estaba frustrado. Tenía miedo, la prensa cada día estaba más cerca de JiWon cuando me llamaba al final de cada partido. Incluso habían lanzado un artículo con un título que me molestaba bastante.
“Bobby Kim cae con una anotación en su área, touchdown directo a su corazón” En la noticia se podía leer lo siguiente:
El Quarterback ha sido captado por nuestros reporteros en el momento justo en que hablaba por teléfono con su amante. Tras la victoria obtenida, aparentemente el afamado jugador no fue capaz de aguantar las ganas de llamar a su amante para cuestionar si ha visto la aplastante victoria de su equipo. “Debes estar maldiciéndome en este momento, sé que le vas a los Lobos de SM. Lo siento amor, pero esta victoria es por ti”. Dándonos así una pista de que su novia es una fanática del equipo rival de los Dragones. Posteriormente se le escucho decir lo siguiente “Te extraño, ¿sabes?” y por si eso no fuera suficiente, antes de colgar le profeso su amor “Te amo” y colgó. Lo que nos lleva a cuestionarnos, ¿Quién es la afortunada que ha conquistado a la estrella de los Dragones? Vamos a averiguarlo para sus fanáticos, así que manténgase alerta.
¿Quién era el idiota que escribía esa clase de noticias? Mi cabello estaba hecho un desastre de tantas veces que había pasado mis manos para tirar de este con fuerza.
Mordí mi labio inferior, pensando en una forma de alejar la atención de los medios de nosotros. Odiaba al chico que me había llevado el periódico esa mañana a la agencia, pero lo odie aún más cuando me mostro los blocks en internet al respecto. Sus aficionadas estaban furiosas, mientras que sus fanáticos estaban curiosos por conocer a la dichosa pareja de Kim.
Por mi parte, yo estaba más nervioso de lo necesario y me tensaba tan pronto escuchaba a alguien hablar respecto a lo que pasaba con mi romance. En el cual, por cierto nadie me había mencionado pero no podía evitar sentir que cada vez estaban más cerca de dar conmigo.
Tenía que encontrar una forma de frenar los rumores, hacer que no dieran conmigo. Con nosotros juntos.
♥♥♥
—Mis padres quieren conocerte— me dijo JiWon durante la cena unas noches más tarde. Él parecía entusiasmado con la idea de llevarme a conocer a sus padres, por otro lado yo estaba a punto de vomitar.
No estaba listo para conocer a sus padres. Aun no estaba preparado para dar ese paso.
—No creo que sea prudente— le dije, evitando su mirada. Lo que diría a continuación sabía iba a dolerle y no quería ver el dolor en su mirada. — En realidad, estaba pensando en que lo mejor sería que nos mantuviéramos alejados por un tiempo hasta que los rumores de tu romance se apaguen un poco.
— ¡¿Qué?! — Grito exaltado, sabía que esto sucedería pero el que pasara en este momento no lo volvía menos complicado.
—También tienes que dejar de llamarme durante los partidos, me preocupa que alguien vaya a escucharte decir mi nombre.
Espere en silencio por su respuesta, pero al ver que esta se demoraba bastante en llegar, voltee a verle. Lo que encontré no me gusto para nada, mi pecho punzo al ver el dolor en sus ojos.
—No lo puedo creer, ¿me estas pidiendo un tiempo? — cuestiono con los ojos ligeramente cristalizados. Mastique mi labio, no sabiendo que decirle.
—No es eso, sólo debemos ser cuidadosos para mantener nuestro secr…
No me dejo terminar, escuche el estruendoso sonido de la silla al impactar contra el frío suelo, al igual que su respiración acelerada.
—Llevamos un año juntos, ¿no es ese tiempo suficiente para ser un secreto? — grito, golpeando sus puños contra la mesa. —Creí que aceptabas nuestra relación, pensé que me amabas— susurró esto último, su voz una octava más baja de lo normal. —Que estúpido fui.
Lo vi cerrar los ojos, una fea mueca de dolor atravesando su rostro mientras apretaba sus manos en puños a sus costados. Desesperado me puse en pie, trate de alcanzarlo. Mis dedos rozaron su mejilla, pero el empujo mi mano lejos y negó.
Comencé a llorar. Esto no podía estar pasando. No ahora. No, nunca.
—Déjame ver si te entiendo— ironizo, podía escuchar las lágrimas en su voz. Estaba llorando, mi corazón se rompió un poco— está bien decirnos cuanto nos amamos a escondidas, ocultos tras las cuatro paredes de nuestra habitación mientras hacemos el amor. Más no lo es cuando estamos en público.
—JiWon, no es eso— brame asustado de lo que podría pasar a continuación, él estaba mal entendiendo mis intenciones— sólo quiero que lo nuestro continúe siendo sólo de nosotros dos.
Pegue lentamente mi cuerpo al suyo, asustado de que me rechazara. Lo bese, desesperado por hacerle entender. Necesitaba que entendiera cuanto le amo. Que tan profunda es mi necesidad de tenerle conmigo, amándome.
—Te necesito— susurré contra su oreja.
Le sentí temblar entre mis brazos y al fin corresponder. Sus manos se deslizaron por mi cintura, hasta juntarse en mi espalda.
Sus labios devoraron los míos, uniéndonos en un salvaje y necesitado beso.
Salte, rodeando su cadera con mis piernas y él deslizó sus manos hasta posarlas sobre mis muslos, sosteniéndome firmemente. De esta manera me cargo hasta la habitación, dejándome en el borde de la cama mientras él se colocaba sobre mí, ni un mísero centímetro separando nuestros cuerpos firmemente apretados.
Necesitados nos besamos hasta que los pulmones nos comenzaron a arder ante la falta de aire. Agitados tratamos de recomponer nuestra respiración, sus manos se colaron bajo mi camisa y su fría piel provocó un escalofrío sobre la mía al estar ardiendo.
—Por favor— suplique, tirando de su playera hacia arriba. La forma en que me miraba habría incendiado un bosque, sin embargo, sólo encendió mi cuerpo aún más. Ayudándome, se deshizo de su prenda superior y procedió a deshacerse de la mía, tirando de los botones de mi camisa fuera con un firme tirón. Pude escuchar el eco del sonido que provocaron los botones al botar contra el piso de la habitación.
Inclinado sobre mí, nuestros torsos desnudos rozándose con el movimiento provocado por nuestras respiraciones, me susurró al oído. —Te tengo.
Lágrimas se agolparon en mis ojos, parpadee desesperado en un intento de no llorar. Lo sabía. Sabía que me tenía, que me sostendría y jamás me dejaría caer, así que me entregue a las cálidas caricias de sus manos sobre mi piel y la sensación de sus labios recorriendo suavemente el largo de mi mandíbula.
♥♥♥
Arquee mi espalda y gemí su nombre, desesperado.
Podía sentir sus manos firmes apretar sus dedos en mis muslos, mientras se abandonaba al ritmo de nuestros cuerpos al mezclarse.
Éramos uno sólo.
Clave mis uñas en su espalda, e incline mi cuello hacia un lado, ansioso por sentir más de sus labios humedeciendo mi piel sudada y caliente.
Deslizó sus dientes hasta mi clavícula, donde se detuvo para succionar fuertemente ahí.
¿Me estaba marcando? No me podía importar menos, quizás en otra ocasión hubiese hecho un berrinche al respecto pero en ese preciso momento le necesitaba más que a mi próximo aliento. Necesitaba a sus manos encendiendo mi cuerpo, rozando los lugares más recónditos de mi cuerpo a la par que golpeaba en mi interior.
El sonido de nuestros gemidos, volviéndose en el único ruido en la habitación aparte del de nuestros cuerpos al chocar en cada una de las embestidas.
Vibre entre sus brazos, chillando ante la cálida y bien conocida sensación de cosquillas que se iba construyendo en mi vientre e ingle. JiWon araño mis muslos, y busco mis labios con los suyos, uniéndolos en un beso tan pronto los hubo encontrado.
Jadeamos en la boca del otro, sudor escurriendo por nuestra piel pegando el cabello de ambos sobre nuestras frentes.
Repentinamente me apretó más fuertemente contra su cuerpo y deslizó sus labios por mi mejilla sudada, repartiendo un camino de besos hasta llegar a mi oído, donde se dedicó a gruñir, provocándome.
Pronto fue demasiado, cada una de las sensaciones que me provocaba me llevaron al borde y me hicieron alcanzar el clímax. Centelleantes luces explotaron en mi visión, grite su nombre cuando el orgasmo alcanzo mi cuerpo, manchándonos con mi esperma.
JiWon continuó arremetiendo contra mi cuerpo por un par de minutos más, hasta que lo sentí tensarse y algo húmedo colarse en mi interior.
Se dejó caer sobre mi pecho, descansando su cabeza en uno de mis pectorales y lo abrace fuertemente contra mi piel, tratando de acercarlo aún más de ser posible. Quería que nos fundiéramos hasta fusionarnos y volvernos uno.
Podía sentir su respiración agitada chocar contra mi piel, haciéndome cosquillas.
Beso mi pecho, llenando de corazón con una agradable sensación de calidez. Sonreí, feliz de poder estar así junto a él. Sentí como trato de levantarse, posiblemente dispuesto a dejarse caer a mi lado en la cama, más me negué a dejarlo ir.
—Permanezcamos un momento más así— perdí, la vergüenza hace mucho que me había abandonado a lo largo de nuestra relación y me permitía pedir cualquier cosa que deseara.
—Te amo, demasiado— murmuró, colocando un beso sobre donde podía sentirse el latido de mi corazón acelerado tras lo que acabamos de hacer.— Tanto que ahora no sé si pueda vivir un solo segundo sin ti.
Sonreí con lágrimas en mis ojos, conmovido. Coloque mis manos sobre sus mejillas y alce su cara hasta que nuestros ojos se encontraron. —Te amo, sé que no podría respirar de nuevo si algún día me haces falta— asegure, seguro de mis palabras tanto como de mis sentimientos. Sus ojos brillaron con adoración y algo más, profundo e intenso.
Entonces nos besamos, dispuestos a permanecer de esta manera por lo menos por unas cuantas horas más.
Gemí en sus labios, sintiéndole endurecer en mi interior y sabía que íbamos continuar con nuestra promesa de consumirnos hasta el agotamiento.
Amándonos hasta el amanecer, quizás un poco más. Hasta que no fuéramos capaces de olvidar la sensación de las caricias del contrario sobre nuestra piel.