¿Qué ganas o pierdes por odiar?
No le contesté y sólo la abracé, en ese momento recordé lo que había leído en su diario. Las dudas me llegaron a montones, y un miedo incomprensible recorrió todo mi cuerpo, al pensar en hurgar mi pasado. Tenía miedo de lo que me deparaba para el futuro, y más si era cercano. Sólo me aferré más a Emma, para saber que tenía su apoyo. Ojalá ella supiera lo que estoy pensando.
Mi curiosidad me consumía por dentro, sin embargo, me sentía a salvo teniendo a Emma allí conmigo. Nos separamos y ella me miró a los ojos; rápidamente notó que algo me pasaba.
- ¿Sam? ¿Estás bien? -Es como si pudiera leer mis pensamientos y de inmediato saber si algo me está mortificando.
- JE, estoy perfectamente bien…
- ¿Estás segura? Luces algo, preocupada. -Miró de reojo su escritorio donde estaba su diario; de inmediato una gota de sudor frío pasó por mi mejilla.
- ¡Sí! Estoy casi perfecta, es sólo que tú te preocupas mucho por las personas. Pero créeme, estoy bien.
- De… acuerdo -no lucía del todo satisfecha con mi respuesta. -Vámonos yendo. Las clases están a punto de acabar (KB: ¿Pues cuántas horas estuvo ahí metida? XD).
Salimos las dos juntas, pero nos separamos cuando Grace llegó con Emma y se fueron juntas a la parada de autobús. Yo me dirigí con Isabella quién, como era de esperarse, estaba justo donde me dijo que estaría.
- ¡Sam!
- ¡Voy! -Me acerqué corriendo y subimos a mi carro. Como ya no aguantaba la curiosidad, tuve que hablarlo con Isabella. Sabía que ella entendería. -Isabella, necesito tu opinión de algo…
- De acuerdo -dijo algo dudosa.
- …cuando estaba en la oficina de Em, encontré en un cajón, su diario.
- ¿Qué? ¿En serio? ¿Lo leíste? ¿Qué decía?
-Tranquila, no era nada del otro mundo, además sólo leí una página.
-Ah vale… Exactamente, ¿qué leíste Sam?
-Pues, decía que alguien llegaría. Un hombre o un chico, sólo estoy segura de eso. También decía que mi madre estaba preocupada de cómo podría reaccionar.
-Oh, esto parece ser más serio de lo que pensaba. ¿Cómo estás tan segura de que es un varón quién llegará?
-Pues en todo el párrafo se refería a él.
-Hm… ¿Alguna vez conociste a un hombre que se alejara de ti?
-Pues, además de mi padre, pero no es su culpa haber muerto, sólo ha sido… -No, no podía creerlo; ya habíamos llegado a la casa de Isabella. -Em… Isabella, y-ya llegamos.
-Sam, ¿estás bien? Estás un poco pálida.
-¡¡SÍ!! Estoy bien, es sólo que… Nos vemos mañana. -Ni siquiera se había despedido cuando yo me alejé a una velocidad considerablemente alta. Estaba en estado de shock, y por mi mente no vagaba nada más que el recuerdo de la persona que más me lastimo en toda mi vida: Mi ex-novio.
Nunca hablaba de él, por el simple hecho de haberme lastimado, más que nadie, en todo el tiempo que estuve viviendo. Él hizo que toda mi vida diese una vuelta totalmente drástica y de la que nunca estaré agradecida. ¿La muerte de mi padre? Eso fue diferente. La muerte es algo que ningún humano puede evitar y tampoco evadir. Ese acto sólo me causó una horrible depresión de la que no salí hasta meses después. Lo que mi ex me hizo me causó una rabia impresionante, es algo verdaderamente estresante y desesperante, pues te sientes impotente de hacer algo, ya que sabes que lo hace en todos sus sentidos (al menos él si lo estaba) y sabía perfectamente lo que hacía, él sabía que me lastimaría y aun así lo hizo, ¡Él lo decidió que así sería! ¡Y así fue!
Sostenía con una gran cólera el volante, aplicaba tanta fuerza que terminé marcando mis manos en la funda que cubría a este y llegando más rápido a casa, pues había aumentado la velocidad. Estacioné mi auto torpemente; me acerqué temerosa a la puerta porque no estaba segura de lo que estaría esperando adentro de casa. Me quedé parada ante la puerta y mi mano se estaba cercando lentamente hacia la perilla. Antes de que pudiera accionarla, mi madre abrió un poco la puerta y se asomó para verificar que era quién tocaba la puerta.
-Samy -estaba susurrando, y antes de yo pudiera entrar ella salió. -Me imaginé que eras tú.
-Mamá, ¿Qué pasa? ¿Por qué saliste...?
- … ¡Shh!
- Y, ¿por qué susurramos?
- Cariño, lo siento, pero es que no pude evitarlo. Yo no quería, pero él simplemente llegó. Sabía el daño que él te causó, pero entró a la fuerza…
-Mamá
- …dijo que tenía que hablar de algo importante contigo…
- ¡Mamá!
- …no quiso escuchar lo que le quería decir, yo…
- …¡¡MAMÁ!! -Me regresó la mirada -No quiero entrar -en mis ojos se empezaron a divisar pequeñas lágrimas.
-No te preocupes cariño, yo me encargaré de que no tengas que verlo. -Me tomó en brazos y me abrazó. -A ver, ¿qué puedo hacer? ¿Qué puedo hacer? ¡Tengo una idea! Cariño, toma tu auto y vete lo más rápido que puedas a la casa de Emma.
-Pero mamá, no puedo simplemente aparecer en su casa.
-No te preocupes, mientras vas en el camino, yo le llamaré a Emma para decirle de lo que está pasando.
- D-de acuerdo. -Me alejé de allí, no sin antes darle un abrazo a mi mamá por todo lo que hizo, me subí a mi auto, y me fui lo más rápido que pude de allí.
Narra KawaiiBredie
La madre de Samantha se encontraba buscando desesperadamente el número de teléfono de Emma, cuando lo encontró la llamó inmediatamente (KB: M = Mamá).
**
E: ¡Sra. Steel! ¿Por qué me lla…?
M: ¡¡No hay tiempo para explicaciones Emma!! ¡Sam está yendo directamente a tu casa! ¡Necesito que la cuides un momento!
E: ¡¿Qué?! Espere… ¿ya llegó?
M: … Sí, ya llegó. Y Sam no quiere ni verlo directamente a la cara. Necesito saber que cuidarás de ella por al menos un momento.
E: Por supuesto. Usted no se preocupe Sra. Steel, yo cuidaré de su hija como si fuera mía.
M: Me alegra contar contigo Emma.
E: Ya sabe que sí, en cuento ella llegué yo le lla… Ya llegó. Nos vemos después señora, adiós.
**
Narra Emma
- ¡Sam! -Rápidamente salió de su auto y llegó corriendo a mí para darme un fuerte abrazo. Rápidamente pude sentir como una helada gota caía en mi desnudo hombro. Segundos después, comencé a escuchar como Sam sollozaba en mi cuello. Se separó, le limpié las lágrimas y le dije que entrara a mi casa. - ¡Mamá, papá! ¡Tenemos visitas!
Mis padres voltearon a verme a mí y a lo que estuvo a punto de dejar de ser “una amiga de la escuela”
-Cariño, debiste haber avisado con tiempo, así hago algo del gusto de los 4. -Hay mi madre tan preocupada por el bienestar de todos, pensé.
-No se preocupe señora. Emma me ha dicho que usted cocina delicioso -todavía le quedaban sollozos escondidos en sus ojos.
-Samantha, ¿estás bien? Te ves un poco palpitante.
- Tr-Tranquila Señora JE, gracias por su preocupación, pero estoy bien. -Giró su cabeza y se alejó de donde estábamos; la seguí y minutos más tarde, comenzó una tormenta, parecía que el destino no estaba del lado de Sam.
- ¡Emma! ¡Pastelito! Dile a tu amiga que si no gusta algo de chocolate caliente. -Gritó mi madre a lo lejos.
- ¡Dice que no gracias mamá!
-Vaya, parece que sigo siendo “una amiga” -la miré con desaprobación - ¿No les has dicho?
-Sam, no es momento para hablar de eso. -Suspiré - ¿Cómo es posible?
- ¿Qué cosa? -Me mantuvo una mirada perdida y sin brillo.
- ¿Quién es él?
Tenía miedo de hablar, o al menos eso parecía. -Él, se llama David.
- ¿Cómo es? ¿Qué pasó? Necesito saber.
-Él es... ¿cómo decirlo? Pues, -se decidió a hablar finalmente. -él pertenecía a el servicio social, era el mejor en su escuela, su familia era de clase alta del Reino Unido. Recibió varios premios, producto de distintos concursos en los que siempre ganaba; le hicieron una oferta de una beca del 100% en la escuela más prestigiosa del país.
- ¡¿Congress High?! -Pensaba que lo había entendido del todo. -Entonces él te dejo por cambiarse de escuela.
-Vaya, ojalá así hubiese sido créeme que no estaría enojada -una lágrima recorrió desde su ojo hasta su barbilla y cayó en su falda.
- En-Entonces, ¿por qué…?
-El rechazó la oferta, me pregunté que tenía que suceder para que alguien se denegase ante tal obsequio. Y creo que preguntarle fue el peor error que pude cometer. -La lágrima que en un principio cayó, abrió paso a un llanto casi incontrolable -Y es por eso que a veces odio ser tan sincera.
-Creo que te saltaste una parte S-Sam.
Mantenía su mirada baja y cuando se decidió a hablar… -…Él no se quería ir de la escuela porque no quería abandonar al hijo que tuvo a escondidas mío.
¿Qué? ¿Había entendido mal? ¿Fue mi imaginación que me jugó una broma cruel? No, los siguientes minutos a la mención de esa frase, dieron a entender que eso había pasado en la vida real. ¿Un hijo…? ¿Con quién?
- C-co-con -el mar de lágrimas le impedían hablar y parecía que su ser quería gritar lo más fuerte que pudiera, pero ella lo mantenía. - ¡¡Con una profesora!!
Me quedé boquiabierta cunado mencionó eso, ¿acaso era legal? En todo caso, le fue infiel durante sus aventuras, eso es algo que ninguna persona sería capaz de perdonar. Me gustaría saber quién hubiese sid… -Espera, en tercer año una maestra renunció, al mismo tiempo que un alumno fue “casualmente” expulsado. ¿Ese chico de casualidad no se llamaba…?
- …David, se llamaba David; y esa maestra renunció porqué “su esposo” la había embarazado. Luego lo ligué todo porque, ¡Ja! -el llanto cesó, y ella mostró una sonrisa que le helaría el alma a cualquiera -Esa ni siquiera tenía esposo.
-La maestra Durán -entendí finalmente.
No quise hacer más preguntas, porque una, ya no se podía poner peor; segunda, no quería que Samantha se siguiera matando mientras mencionaba cada característica. Lo entendí todo, no necesitaba más información. Nunca odié a nadie, ni siquiera a Sam cuando ella era tan vil conmigo, más que rabieta, sus bromas me causaban gracia. Creo que esa era la desesperación de ella: el no poderme sacar de mis casillas, hasta el punto de explotar, y eso era lo que me gustaba de ella. Por eso nunca odié a nadie, creía que no tenía sentido, ya que ¿qué ganas o pierdes por ser odiado? Nada, absolutamente nada. Pero ese tal David, lo recuerdo, yo lo llamaba por su segundo nombre: Miguel. Era popular, pero yo nunca lo conocí por el seudónimo de “El novio de Samantha Lucía Steel Harrendeth”; era un modelo a seguir, o claro al menos eso creía yo.
David se convirtió, a partir de ese día, en la única persona que he odiado en esta vida. Ya sé que va en contra de lo que acabo de decir, pero, ¿qué ganas o pierdes por odiar? Saliva y tiempo, per valía la pena odiar a alguien así. Sam ya estaba repuesta y parecía que pasar tiempo conmigo después de nuestra charla, le hizo poder olvidarse de su ex-novio; contábamos con que David se fuese de su casa, y luego Sam pudiera regresar, y cuando así parecía el destino nos jugó una mala broma.
Me estaba despidiendo de Sam en la puerta de mi casa, asegurándome de que no se vaya tensa ni preocupada; entonces, a gran velocidad, un automóvil frenó a gran velocidad ante el portal, Se estacionó casi en medio de la calle, y de allí salió uh hombre que era la representación de los 7 pecados en persona, era David. Samantha se quedó petrificada al verlo y el corrió hacia ella. Yo estaba igual que Sam, tan impactada que se me hacía imposible moverme. Cuando estuvo frente a frente de la rubia, descubrí que alguien puede ser odiado hasta el punto de su muerte: tomó a Samantha por la cara y la besó desenfrenadamente.
Le he tomado un odio increíble a David, ¿Qué tal ustedes? ¿Qué pas…? Madre mía, es que no puedo acabar el capítulo después de tal nivel de drama xD, necesito un descanso :v Y un consejo: nunca odien chicos, el odio no beneficia ni perjudica, así que no pierdan valioso tiempo de su vida odiado a alguien que esa acción, ni le viene ni le va. Así que, lo que sea que vaya a pasar, lo sabremos en el próximo episodio. Mientras tanto, CONTINUARÁ…