No sabía cómo exactamente podía estar despierto mucho antes de que sus papás se despertaran, él sabía que pronto amanecería pues el cielo lograba verse rojizo, anunciando así que el sol pronto saldría.
Bajo de su cama y comenzó a arreglarla, después de haber terminado tallo un poco sus ojos y corrió a su armario a buscar que se pondría ese emocionante día, escogió un overol azul que le gustaba mucho y saco una playerita blanca, busco sus tenis rojos favoritos, junto con su gorra roja. Observo orgulloso la ropa que estaba colocada en la cama, se acercó al pequeño reloj que tenía en la encimera a lado de su cama y frunció su ceño aún faltaba mucho, su Omma le había dicho que irían cuando la manecilla grande estuviera en el 9, pero esta estaba aún en el seis, casi en el 7.
-Vamos manecilla avanza rápido, ya quiero que llegues al 9. - Dijo tratando de alcanzar el reloj, frustrado por no lograrlo se acostó en su cama nuevamente.
Estiro sus pequeños brazos y comenzó a golpear el colchón con sus manitas, estaba desesperado, y no era para más pues era la primera vez que saldría con su pequeña hermanita a el lugar favorito de YooGeun "El Mall".
Anteriormente no había podido ir pues todo lo que necesitaban lo compraba su appa, o en su debido caso su Omma, pero cuando iba con el no llevaban a la pequeña Yeri, según las palabras de su Papá era porque su Omma no iba a poder con las cosas, con él y con su hermana. Pero ahora que la pequeña ya podía caminar él se haría cargo de llevarla de la mano.
Su Papá le dijo que era su primera misión como hermano mayor que debía cumplir, él no pudo sonreír mas y tomo las pequeñas manitas de Yeri brincando con ella y gritando de emoción por lo que sucedería al otro día.
Escucho la alarma de su Papá y supo que podría salir y verlo pronto llendo a ducharse, se asomó y así fue.
Del otro lado del panorama teníamos a Minho un poco adormilado saliendo de su recamara con una toalla sobre su hombro y frotándose sus ojos, cuando retiro sus manos de estos pudo ver una pequeña cabecita asomada sobre una puerta, un poco confundido aun por el sueño que sentía parpadeo varias veces para confirmar que no se tratara de una visión, una sonrisa se mostró en su rostro y se acercó un poco.
- ¿Campeón que haces despierto a esta hora?, es muy temprano aún. - El pequeño salió de su recamara y estiro sus brazos hacia su padre, quien gustoso lo cargo y dejo un suave beso en su mejilla.
- Es que no pude evitar despertarme estoy emocionado por ir al Mall con mi Omma y Yeri. - Dijo alegre colocando sus manos en las mejillas de su padre y presionarlas hasta tratar de juntarlas.
-Pero falta mucho aun para que eso pase deberías tratar de volver a dormir un poco, tu Omma te regañara si te ve despierto. - El pequeño en sus brazos hizo un adorable puchero que le recordaba al que hacia su pequeño esposo cuando ellos eran novios y le negaba algo que el otro quería, rio por el recuerdo.
- No podré volver a dormir, es más ya saque mi ropa que usare, ¿Quieres verla? - Dijo emocionado el pequeño, a lo que él solo pudo asentir.
- Veamos que se pondrá mi campeón.
Ambos entraron al cuarto y Minho alago a su pequeño por la ropa que había elegido a lo que el pequeño le había respondido que gracias a su tío Kibum él sabía que ropa se le vería bien, haciendo reír a su padre.
- ¿Minho? ¿YooGeun? ¿Qué haces despierto cariño? - Un pequeño joven de pelo rubio había entrado a la habitación tomando por sorpresa a los dos que se encontraban dentro.
- Esta emocionado por ir al Mall y parece que ya no pudo dormir más. - Comento Minho mientras se acercaba a su esposo y le dejaba un beso en su mejilla. - Buenos días amor.
- Buenos días. - Contesto Taemin con una sonrisa. - Deberías apresurarte a ducharte se te hará tarde para el trabajo. - El otro asintió y se acercó a su hijo para besar su coronilla y después salir de la recamara.
- Omma, ¿podemos apresurar el tiempo para que ya nos vayamos al Mall? - Dijo tiernamente, Taemin no pudo evitar reír por el comentario de su hijo.
- Deberías dormir un poco más, así el tiempo se apresurará. - Se acercó a él.
- ¿En verdad? - Pregunto con una gran sonrisa en su rostro, a lo que Taemin solo pudo asentir.
- Duerme yo te despierto cuando sea la hora ¿ok?
- Ok, me iré a dormir, no se olvide despertarme Omma.
Así el pequeño se escondió nuevamente debajo de sus sabanas y cerro sus ojos tratando de dormir, Taemin salió de la recamara con una sonrisa en su rostro, YoonGeun y Yuri sin duda alguna eran su mayor alegría.
Se asomó un poco en la recamara de su hija menor y al observarla aun dormida se dirigió a la planta baja para prepararle el desayuno a su esposo, que a pesar de ser sábado debía ir unas pocas horas al trabajo, acababa de terminar de prepare un pequeño lonche y se había servido café junto con otra taza que era para su esposo, pero antes de voltearse, sintió unos brazos rodeando su cintura.
- El café huele muy bien. - Dijo Minho mientras dejaba un tierno beso en el cuello de su esposo.
- Si me sueltas un poco podrás beberlo.
- Entonces no quiero café. - La risa de Taemin se tornó un poco escandalosa.
- Suéltame y toma tu café que se te puede hacer tarde. - Minho lo soltó y lo miro con un puchero, Taemin estiro su mano dándole la taza de café y después besar sus labios. - Siéntate, prepare fruta para que desayunes.
- Gracias.
Ambos se sentaron y Minho coloco una de sus manos sobre la de Taemin y acaricio sus nudillos. Las cosas entre ambos habían mejorado desde que habían decidido dejar de pelear para no complicar todo con sus hijos y vivir amenamente amándose como siempre lo habían hecho.
- Soy un hombre afortunado. - Dijo Minho mientras besaba los nudillos de su esposo.
- Vaya que lo eres. -Minho le dedico una mirada desafiante y el solo pudo reír - Te amo
- También te amo. - Jalo a Taemin de la mano y lo sentó en su regazo para después acunar su rostro y besarlo lento y suavemente.
Las manos de Taemin estaban rodeando el cuello de Minho, dejándose envolver por el momento, sonrió en medio del beso y recargo su frente en la de su esposo, para después bajarse de su regazo y caminar a la cocina por el lonche de Minho, pero sintió como este le daba una nada sutil nalgada, a lo que lo volteo a ver con la cara sorprendido.
- ¡Minho! - El nombrado bebió su café como si nada sucediera.
- Debes tener cuidado en el Mall con los niños, prométeme que me hablaras cualquier cosa.
- Lo hare, todo saldrá bien, solo iré por unas pocas cosas.
- Ok. - Tomo una manzana y se paró de la mesa. - Me tengo que ir. - Beso a su esposo
- Ten buen día, te amo.
- También te amo. - Paso por la cocina por su lonche y después se marchó.