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Un mundo en colores por aiakafuri

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Notas del fanfic:

Au

Los personajes no me pertenecen.

 

Espero les guste 

Notas del capitulo:

Fanfic atrasado: cumpleaños de sei-chan y navidad ;)

Largo de aquí fenómeno. 

 

-Duele...- se frotó el lugar donde la piedra le había pegado. 

 

-Hey, ustedes. Dejen en paz a mi hijo. 

 

-Corran. 

 

- Kōki ¿Estas bien? 

 

- Duele, papi. 

 

-Tranquilo. No llores - cargó a su hijo y le limpio el líquido carmesí, el cual manchaba su frente. 

 

-Papi... ¿Soy un fenómeno? 

 

-No, cariño. No eres ningún fenómeno ni nada. Están celosos.

 

-¿Porqué soy doncel? 

 

-No. Porqué puedes ver los colores. 

 

- ¿Eso es malo?-su papi era pelinegro de hermosos ojos verdes.

 

- No, cariño. En algún momento ellos los verán.

 

- Entonces por qué me dicen fenómeno.

 

- Kōki tu eres especial. Naciste viendo los colores. 

 

- ¿Por qué? 

 

- No lo sabemos, cariño. Papá está haciendo todo lo posible para averiguarlo. 

 

- humm.. Está bien. 

 

Le acarició la mejilla ¿Cómo podía decirle a su hijo (5 años) que veía los colores porqué, posiblemente, su pareja estaba muerta? Eso sería cruel... Incluso a él le dolía saberlo, no quería imaginar el dolor de su hijo cuando se enterara de la verdad. 

 

--------------

 

- Kōki. Despierta. 

 

-Ya voy... - murmuró mientras se sentaba y frotaba un ojo. 

 

- Se hace tarde. Llegaras tarde a tu primer día de universidad. 

 

- Claro que no, oniichan. 

 

-Apresúrate o te dejo. 

 

-No me dejes- se levantó rápido y corrió a la ducha. 

 

Rio al ver correr a su hermanito... su hermanito doncel. Tendría que mantener a la raya a muchos idiotas para que no se le acercaran. Pues Kōki era muy despistado sobre el tema de coqueteo y seducción. Además de que ya no quería que sufriera más...

 

En un mundo donde existían, varones, mujeres y donceles (hombres con la capacidad de dar a luz) existía un factor más. Un factor afortunado para la mayoría o en el caso de su hermano y otros pocos más, infortunio. Dicho factor consistía en los colores. 

Durante la infancia hasta encontrar a tu pareja, solo podían ver en blanco y negro. Lo primero que verían a color, sería el color de ojos de su pareja y después comenzarían a ver los demás colores... Pero otros. Cómo el caso de su hermano, venían colores desde la infancia. Aquellos casos eran muy raros, y no venían con buenas noticias: su pareja estaba muerta o ya había visto a su pareja... Pero Kōki era solo un bebé cuando comenzó a ver colores, lo que significaba que su pareja estaba muerto. 

Durante años fue el fenómeno de la clase y vecindario. Era tan escasos los casos que solo le ocasionaron problemas a su hermano doncel. 

Recuerda que su hermano regreso llorando de clases. Sus padres habían olvidado que a los 11 les hablaban de los colores y parejas... Ahora Kōki había aceptado su destino, estar solo en el mundo porqué su pareja ya no estaba con él. Pero eso no lo desanimo para rendirse, lo que hizo que fuese un doncel tímido y nervioso, pero también valiente y decidido en algunas ocasiones. 

 

-Estoy listo.

 

-¡¿A dónde creen que van sin desayunar?!- furihata Haru, su padre doncel, se cruzó de brazos.

 

-Lo sentimos, papá.

 

-Deprisa. Les queda poco tiempo 

 

-Sí...

 

---------

 

Se removió nervioso. La universidad Teiko eran tan grande y hermosa. Aún le costaba trabajo creer que había quedado en aquella universidad para niños ricos. Aunque no era por eso sino por qué él recibió una carta de aceptación. Suponían que fue porque su hermano estaba allí, Hikaru tenía un beca del 100t53; por lo inteligente que era y estaba a punto de recibirse.

 

-Vamos. Te mostraré las instalaciones para que no te pierdas.

 

-Sí...

 

Era hermosa. Todo era tan lujos y fino que le parecía otra dimensión.

 

-Sigo sin creer que este aquí...

 

-Es lo mejor- vale, que su hermano estuviese en esa escuela fue cosa del él. Había aceptado dar clases a cambio de que su hermano fuese matriculado. Sabia que en una universidad normal se podían encontrar a sus antiguos compañeros o vecinos, y no quería eso. Kōki había sufrido mucho por las burlas y maltrato.

 

-Nos vemos en 4 horas. Es lo que tenemos en común- mostró ambos horarios.

 

-Sí onichan.

 

-No menciones nada...

 

-E-Entiendo- frunció los labios.

 

-Nos vemos. Trata de hacer amigos.

 

-Sí.

 

Se dirigió al salón y entró. No había nadie. Tomó haciento en la parte trasera y esperó.... 

 

-Hola.

 

-Hola- miró hacia la voz y no había nadie -...

 

-Soy Kuroko.

 

Pegó un grito nada masculino al ver al doncel frente a él ¡No lo había visto!

 

-Siento asustarlo. Normalmente no me ven. 

 

-Ya-Ya veo. 

 

-Soy Kuroko Tetsuya. Mucho gusto.

 

-Furihata Kōki. 

 

-Al parecer seremos compañeros.

 

-Sí- sonrío nervioso. Era la primera vez que hablaba tanto con otra persona que no fuesen sus padre 

 

-Kuru-chan.

 

-Takao-san.

 

-¿Qué crees? Acabo de conocer a mi pareja. Choque contra él- sonrió feliz y saltaba de un lado al lado -Es hermoso. Tiene un color raro de cabello.

 

-¿Qué color?

 

-No sé. Tengo que aprender pero era ese- señaló el pizarrón.

 

-Takao-san yo aún veo en blanco y negro.

 

-Cierto. Lo olvide. Me gustaría saber qué colores son estos.

 

-Es verde...

 

Ambos lo miraron -¿Sabes los colores?

 

Asintió de forma tímida por la mirada. 

 

-Me tienes que enseñar- Takao Kazunari sonrió y abrazo al castaño -Tienes que enseñarme ¿Cómo es tu pareja?

 

-...- sintió su corazón romperse.

 

-Kuroko. Takao.

 

-Yukio-sempai.

 

-Nos vemos en el almuerzo. Kise ya sabe. Le dirá a Sakurai- notó al castaño -Yukio kasamatsu. 2 año. 

 

-Furihata Kōki. Mucho gusto.

 

-Nos puedes acompañar. Así te presentamos con nuestros amigos.

 

-Yo...- ¿Lo estaban invitando?

 

-Nosotros nos encargamos de llevarlo- dijo Kazunari -Pero yo me les perderé, me quedé de ver con mi pajera un poco más tarde.

 

-Ya la...

 

-Yey- sonrió y le enseñó la lengua a su senpai -Hace unos minutos.

 

-Entiendo. Nos vemos más tarde.

 

Kōki sacó su teléfono y comenzó a escribir.

 

---

Hikaru miro el cel.

 

Me han invitado a almorzar ¿Puedo ir?

 

Claro. Cualquier cosa me avisas.

 

Apenas habían así 10 minutos y ya lo habían invitado - Gracias Dios.

 

-----

 

Se sentía inseguro de caminar entre dos bellezas. 

 

Kuroko Tetsuya era un doncel de piel blanquecina, cabello y ojos de color celeste, y facciones delicadas. Amable pero inexpresivo.

Mientras que, Takao Kazunari era un doncel pelinegro. Él era muy amigable y sonriente, para todo reía o encontraba las cosas positivas de las cosas.

 

Bajó la mirada al notar que lo miraban. De seguro los demás se estaba preguntando que hacía él con esos dos bellos donceles. Pues él era normal... O mejor dicho, simple. Era castaño, de ojos chocolatosos en forma de almendra; su tez era moreno claro y tenía pecas en el cuello, que hacían una extraña forma hasta llegar a sus glúteos... Sin duda un doncel feo.

 

-Kō-chan. No te quedes atrás- Kazunari sonrió a su nuevo amigo. Ese chico era penoso y siempre bajaba la mirada pero cuando sonreía miraba hermoso.

 

-Takao-kun vas a chocar.

 

-Lo siento. Aún no me acostumbro. Es difícil con tantos colores.

 

-Sí- susurró Kōki. Había decidido no decirles nada de su pareja. Evitaría el tema. Ellos le gustaban, no quería que se alejaran de él por ser un...

 

-Takaocchi. Kurokocchi.

 

Kōki nunca había visto a una persona tan bella. Era un rubio, tenía un hermosa sonrisa y unos hipnóticos ojos dorados.

 

-Kise-kun me ahogas.

 

-Lo siento. Es que me entusiasme- dijo sin soltarlos.

 

Un patada alejó al rubio -No los dejas respirar.

 

-Senpai. Eso dolió- lloriqueo frotándose la cadera.

 

-Cállate.

 

-Eres mi pareja, ya te he dicho que no me golpees.

 

-Lo hago para que aprendas.

 

Rió levemente al verlos interactuar.

 

-¿Quién eres? Soy Kise Ryōta. Pareja de Yukio Kasamatsu.

 

-Es Furihata Kōki. Compañero de clases y amigo- sonrió Kazunari.

 

-Mucho gusto Furi...

 

-Rubia. Tetsu.

 

-Tetsu-chan.

 

- hola momoi-san. Aomine-kun.

 

Rápido se presentaron. Ya que no se conocían.

 

Kōki, maravillado, miraba a tan bellas personas. Hasta que llegó alguien.

 

-Lo siento. Se nos hizo tarde- apoyo sus manos en la todos y miró al piso mientras intentaba recuperar el aliento.

 

-Sakurai-kun.

 

El castaño alzó la mirada y vió en ese mar de blanco y negro unos ojos hermosos. El primer color que miraba. Poco a poco comenzó a espandirse. 

 

Lo único que vieron fue llorar al castaño.

 

-Eres mi parejar03;- Daiki se acercó y acarició el cabello del doncel. Para él, era lo más hermoso -¿Qué color es este?

 

Los demás se hicieron a un lado para darles privacidad. Kōki se hizo más lejos y limpio sus lágrimas. Algo que le dolía era presenciar los encuentro. Saber que nunca vería a su pareja le era muy doloroso.

 

-Shn-chan- sonrió a su pareja en cuanto lo vió.

 

 

-Takao. Siento llegar tarde. mis amigos quisieron conocerte.

  -No hay problema. Chicos. Él es Midorima Shintarō mi pareja- presento Kazunari y luego presento a los demás.  

-Aka-chin perdí mis dulces. akachin. Akachin. Akachin.  

 

-Ya Atsushi. Aquí tienes. Es la última que te doy.

  -Akashi.

  -Shintarō. Así que ese es tu pareja.

  -Takao Kazunari.  

-Lo que sea ¿Kagami?

  -Fue por su.    

-Sentimos la demora fui...- dos voces se escucharon haciendo voltear a los demás. 

  Atsushi rápido camino hacia el más bajo y lo abrazó -Al fin te encuentro.    

Kuroko sollozó cuando su mundo fue convirtiéndose en colores y más al ver a su pajera en el mismo estado. El varón de acercó a él y le acarició la mejilla    -Hermoso...  

Todos estaban tan concentrados viendo los hermosos encuentros que nadie notó que el castaño se había alejado de todos.   

Se restregó las lágrimas una y otra vez, intentando quitárselas y parar de llorar pero no podía.   

-¿Estas bien?

  -S-Sí- había parado de llorar y se limpio las lágrimas.  

-¿Seguro?  

-Sí. Es que me emocioné- se giró y observó con quién hablaba -...- nunca había visto color tan hermoso. Tenía la piel blanca, cabello rojo cómo las cerezas o fresas, al igual que los ojos.  

- ...- Era muy bello doncel. Tenía el cabello castaño y ojos grandes, preciosos, y un cuerpo de infarto. 

  -Hermoso- murmuró mientras acercaba la mano al cabello rojo.  

-...- un doncel con pareja -Me alegra que te guste.

  -L-Lo siento..

  -No hay problema. Siempre da curiosidad. Puedes tocarlo.  

Nervioso, tocó el cabello. Era tan suave y esponjoso.

  Sintió su corazón latir rápidamente al ver al doncel sonriendo. Sin duda era un doncel muy bello —Tú nombre.

  —Furihata Kōki.  

—Kōki... — el castaño se sonrojo —Akashi Seijūrō.  

 

Los demás giraron y vieron al pelirrojo y castaño interactuar. Shintarō y Atsushi se miraron extrañados,  ya que Akashi solo le hablaba a ellos.

  ———————  

 

 

El castaño corrió al encuentro con sus amigos.    Ya habían pasado 6 meses desde que ingreso a la universidad Teiko y tenía mucho amigos. Takao y Kise lo jalaba para todos lados. Incluso el rubio los ayudaba a escoger ropa a la moda, y ya lo reclutado una famosa revista.  

—Siento llegar tarde. El maestro me entretuvo.

  —No te preocupes. Kurokocchi y Takaocchi nos dijeron.  

—Además… apenas  vamos hacer el sorteo — dijo Himuro Tatsuya tratando de quitarle una bolsa de dulces a su pareja.   

—No te preocupes, Kōki.  

Asintió y desvió la mirada avergonzado.  Akashi le hacía sentir cosas que ningún otro varón le había hecho sentir, y sabía que era:  Estaba enamorado de su amigo... Pero un amor entre ambos era imposible, Akashi tenía pareja.

  Se sortearon los equipos y comenzaron a jugar.

    Él no era muy bueno en el básquet pero Takao siempre lo obligaba a jugar, y casi siempre tenía que enfrente a Akashi.

  —No te dejare pasar, Kōki— dijo mientras lo obligaba a retroceder. Peor el castaño no lo hizo, y eso le gustaba de él... Bueno, no solo eso. Le gustaba todo de él.  

Vió un espacio entre ambos, paso al pelirrojo y tiró al aro. Por un segundo dudo encestar pero lo hizo, había encestado.

  —Eso es Furihata.  

Sonrió feliz y fue por la pelota.

  —Buen hecho, Chihuahua— Daiki le revolvió el cabello.  

—Si. Sí. Sí. Bien hecho fenómeno-kun.  

—...— se detuvo por completo y dejó caer la pelota.  No podía ser. Reconocería esa voz donde fuese.  

Los demás  vieron en dirección de quién hablaba y vieron a un pelinegro familiar.

  —Hanamiya.

 —Hey fenómeno-kun.  Tiempo sin vernos.  

—Hey. No le digas así— dijo Kazunari molestó.

  —Pero sí eso es lo que es. Me extraña ver algunos de ustedes jugar con fenómeno-kun.  

—Deja de decirle así— Akashi frunció el ceño.  

—Oh vamos. Solo digo la verdad. O fenómeno-kun no les dijo nada.

  —¿Eh?  

—¿Conocen a su pareja?   Se miraron los unos a los otro. Furihata siempre desviaba el tema o se iba.  

—Pues nunca lo conocerán. Fenómeno-kun ha visto los colores desde bebé. Su pareja está muerta. Tan desesperado estaba por alejarse de él que murió. 

 

  Grandes lágrimas surcaron sus mejillas. No resistió más y se alejó corriendo. Sabia que aquella felicidad no iba  durar para siempre. Sabia lo que le esperaba de ahora en adelante...  

 

—————

  Al siguiente día que llegó a la universidad, notó las miradas sobre y los cuchicheos. Sabia que aquello pasaría tarde o temprano. Pero ya estaba acostumbrado...

  Llegó a su salón y se sentó cerca de la puerta trasera, alejado del  lugar de costumbre.  Todos lo miraba. Solo puso abrazar su mochila y ocultar su rostro.

  Al terminar las clases huyó rápidamente. No quería ver a nadie ni que se burlaran de él... Y menos sus amigos ¿Seguirían siendo sus amigos?  No, posiblemente, ya no, lo harían de lado. Siempre sucedía eso.   Se dirigió al lado contrario del que se habían estado juntando esos meses.  Era lo mejor.  

Un día. 

 Dos días.   

Una semana. 

  Dos semanas

.   — Al fin te encuentro.   Se asustó y miró hacia atrás

—...  

—Te he estado buscando.

  —...  

—Quería decir...  

—Si va a burlaran hágalo de una vez. Todos lo hacen— murmuró abrazado su bolso.

  —No pensaba hacerlo— se sentó al lado del castaño, y estuvieron en silencio varios minutos

—Así que desde bebé...

  —Sí— se limpio las lágrimas.   —No eres el único, Kōki.  

—¿Eh?  

—Yo también soy cómo tú. Desde que recuerdo he visto los colores.  

—¿De verdad?  

—Sí.  Por eso te entiendo. .  

—Oh...  

—Es difícil saber que tu pareja no esta tu lado.  

—Asintió. 

  —Siempre he tenido la esperanza que sea de esos casos de bebés en los pabellones.

  —¿Bebés en los pabellones?  

—Sí. Madre dice que tal vez mi pareja estuvo en ese pabellón cuando nací.   

—...— ¿Pudo conocer a su pareja de bebé?

 

  —Llevamos tiempo investigando. Pero con tantos niños en un pabellón es tedioso.     —Al menos Akashi-san podría encontrarlo.

  —Estoy deseando no encontrarlo.  

—¿Por qué?  

—Porqué estoy enamorado de otro doncel.   —...—  eso dolió — Ya veo.  

—Es un doncel dulce, amable, simpático, tiene una hermosa sonrisa. Me gusta todo él.   Cállate. Fue lo que quiso decir pero no salió nada de su boca.  

—Ese doncel eres tú, Kōki.  

—¿Qué?— ¿Había escuchado bien? Le gustaba a Akashi.  

—Me enamoré de ti, Kōki — sujetó la mejilla del castaño y lo besó.    

No sabía qué hacer ¿Akashi acaba de confesarle? E a él también le gustaba pero...  

—¿Kōki? — el castaño lo había apartado.  

—¿Y sí lo encuentras? ¿Y si vas con él cuando lo encuentres?  

—No lo haré. Ya no me importa— lo volvió a besar — Te quiero a tí, Furihata Kōki.

  —Akashi— él fue quien esta vez comenzó el beso —Me enamoré de tí.  

—¿Quieres ser mi novio?  

—Sí. Sí quiero...        

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—Eso es. Soy papá— Furihata Haru cargo a su hijo doncel. Kōki había nacido prematuro y tuvo más de un mes en la incubadora. Era la primera vez que lo cargaba—Eres presioso. Te pareces a papá.

  —Masaomi no lo cargues así.

  —Lo siento.   

—Dámelo— una pelirroja, shiori,  cargo a su bebé.   

—Tiene presioso cabello.   

—Gracias— sonrió al doncel.  

—¿Nació hoy?  

—Ayer.  Es un varón. Se llama Sei. Tuve un problema e hice que mi esposo me trajera a la fuerza. ¿Y el de usted?  

—Doncel.  Estuvo en la encubadora, nació prematuro.  

—¿Puedo verlo?  

 Haru se acercó a la mujer ya que ella estaba en silla de ruedas y cargando a su hijo.

  —Es muy lindo— sonrió al ver las regordetas mejillas del pequeño castaño.

  Sei despertó y al ver al bebé y al pelinegro comenzó a llorar.  Pero lo que unos segundos veía blanco y negro, comenzó a verse de color.   

Kōki se removió por el llanto, de ver a blanco y negro comenzó a ver muchos colores, asustado, comenzó a llorar. 

  —Tranquilo, Kō.   

 trataban de calmar a sus hijos. Esa fue la última vez que ellos se vieron.     

 

 

Fin

Notas finales:

Muchas gracias por leer.

Espero les haya gustado. 


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