“¡YOONGI Y YO PAREJA! ¡No me hagas reír!”
Descolocado. Así se encontraba el más joven. Sus conclusiones fueron erróneas, por lo que debía recalcular todo.
Jeon Jeongguk nunca fue de los más brillantes, no porque fuera tonto, no, sino por lo que él llamaba “un ligero problema de atención”
Y por ligero se refería a profundos viajes reflexivos al interior de su mente, donde los segundos se volvían minutos, dándole así el tiempo necesario a su mente simplona para procesar lo que sucedía a su alrededor y permitirle seguir el paso a quienes lo rodeaban.
Lastimosamente para él y su vida social, estos pequeños viajes de comprensión tenían como costo dejar el control de sus expresiones faciales de lado. Produciendo divertidas caras cada vez que esto sucedía, divertidas para quien las viera claro.
-Jungkook.
No entendía en que se equivocó, es decir, Jimin estaba más desnudo que vestido en un departamento que decía no era suyo sino de Yoongi, en el cuerpo de este había claras marcas de acción reciente.
¿Acaso negaba su relación por vergüenza?
-Jeon…
No. ¿Por qué tendría vergüenza de que un chico que no conoce supiera de ellos?
Además, Jimin no parecía ser del tipo de personas que sientan vergüenza en la vida.
-Jeon Jungkook…
Sería acaso que…
-¡¡Ustedes son amantes!! -Gritó como si fuera lo más normal por hacer en esa situación. Recibiendo una mirada anonadada de ambos hyungs para luego oír una carcajada demasiada fuerte para su gusto. - ¿Qué? -Como única contestación obtuvo una ceja alzada de parte de su hyung más pálido.
-Jungkook… no, tampoco somos amantes. Nosotros, bueno, eh…
- ¡Dios, que divertido es este mocoso! ¡Es tan inocente que no se figura que-! -Y antes de que el más bajo pudiera develar la naturaleza de su relación fue silenciado por la palma contraria sobre su boca.
-Hablemos adentro, ¿Sí? No creo que el resto de los inquilinos tenga interés en- ¡Agh! ¡Qué asco! -Hablo gritando Min mientras apartaba la mano bruscamente, empujando al otro fuertemente, dentro del departamento, oyendo las risotadas del mismo. -¡Me babeaste todo, que desagradable eres Park!
Continuó sacudiéndose la saliva ajena de la mano a la vez que ingresaba a su hogar, solo retrocediendo a la salida para jalar al menor que continuaba perplejo en la entrada.
-Por ahora dejemos de lado a Jimin, después de todo él es solo UN AMIGO que NO VIVE aquí y NO MOLESTARÁ porque NO VENDRÁ seguido, ¿Comprendes? -Aclaró Yoongi poniendo una tensa mueca que aparentaba ser un intento de sonrisa. Soltó el brazo ajeno para darse vuelta rápidamente. -Bueno, sí… Este es el lugar, siéntete libre de echarle un vistazo, yo iré a despachar a esa molestia pronto.
Una vez dicho esto se acercó hasta el que ahora sabía era Park Jimin, el raro amigo de su hyung, observó claramente como lo tomaba firmemente del cabello y entre quejas del sometido lo arrastraba hasta la habitación más cercana que había allí.
Obediente como extrañamente venía siendo a todo lo que éste le decía Jungkook dirigió su vista al lujoso espacio de allí. Ante sus ojos apareció un piso de madera pulida y brillantes, tanto que juraba podría ver su reflejo en él, un juego de tres sillones beiges aparentemente más suaves que cualquier cama que hubiera probado antes seguidos de un juego de comedor para ocho personas (Algo que en su opinión era exagerado pues el anuncio especificaba que el dueño era alguien solo y sin familia), al final de la sala unos enormes ventanales de cortinas blancas filtraban la brisa del crepúsculo , pero, sin duda lo que más capturó la atención del muchacho fue la imponente escalera a un lado, ¡Ese lugar era enorme, dos pisos nada más y nada menos!
Era consciente de que por la zona y el edificio, esa era la residencia de alguien de una clase social por encima de la de su familia, más no esperaba que alguien tan acaudalado como parecía ser el caso buscara un compañero de piso, mucho menos si se tenía en cuenta que el precio del alquiler era relativamente accesible para casi todo estudiante promedio.
¿Por qué alguien con tal nivel de vida querría traer a su día a día a un extraño que bien podría ser un completo desastre? (Como él, por ejemplo)
No lo hallaba el sentido. Era demasiado bueno, y si algo siempre le decía su abuelita era que si todo suena muy bueno es porque en realidad es muy malo o tiene un pero.
Sus cuestionamientos no duraron mucho pues pudo divisar el cómo un Park Jimin ya vestido y más pulcro salía de donde antes había sido forzado a entrar.
- ¿Tan bien me veo que no puedes evitar verme? -Soltó guiñando un ojo a Jeon, quién ya no pudo aguantar su sentir y rodó los ojos. - ¡Ah, que grosero eres! ¡Hyung este niño es igual de rudo que usted!
-Lo sé, por eso me cae bien. -Comentó apareciendo en la sala. -En fin, Jimin ya conoces la salida, nos vemos cuando quiera reírme de tu cara nuevamente~ -Dicho esto volteó encaminándose hacia los sofás sin darle tiempo al más bajo de la habitación a responder ese ataque. -Ven Jeon, hablemos. -Nuevamente éste acató lo dicho y tomó asiento en un sofá relativamente cerca, más no en el mismo; tal como predijo solo con verlo, el cojín del inmueble era más suave que cualquier superficie que su ser haya probado antes.
-Hyung, ¿antes de que hablemos puedo hacerle una pregunta?
-Bueno técnicamente si me preguntas algo ya estaríamos hablando, pero adelante…
-Verá, es que… puedo ver en su hogar que usted es alguien…
- ¿Acomodado quieres decir? -Interrumpió divertido. -No, bueno, sí. No con esas palabras porque usted podría sentirse… -Balbuceó el menor mientras jugaba con sus dedos, generando ternura en el mayor pues su comportamiento en esa situación denotaba lo aniñado que era. -No me molesta. Pero, continua, quiero saber a dónde vas con esto.
-Lo que quiero saber es, ¿Por qué querría compartir casa con alguien que pueda pagar tan bajo precio? No se ve como alguien que necesite el dinero… Sin ofender.
Miró de reojo a Yoongi quien parecía estar sopesando la respuesta adecuada.
-Te seré total y completamente sincero niño, te lo ganaste por caerme bien y hacer enojar a Jimin. -Sonrió enseñando sus blancas perlas. -En realidad, no necesito el dinero como dices pero algo de compañía en casa me vendría bien, trabajo desde casa por lo que mi vida es rutinaria, también Holly necesita un paseador. -Rio bajo antes de susurrar un “ese serás tú”. -Además… Eh… como decirlo… Hay algo más…
- ¿Algo más? -Inquirió curioso, pues el tono en que lo dijo le resultó curioso. - ¿Qué cosa?
-Bueno, más bien yo diría que son varias cosas más pero que se pueden resumir en una…