"Vaya que eres imbécil, tal y como Tae dijo"
Jungkook sintió como la sangre se le helaba y los colores abandonaban su rostro mientras el escalofrío recorría su columna a medida que la profunda voz se deslizaba por sus oídos. Él recordaba perfectamente haber luchado con la cerradura para abrirla por lo mismo, había estado confiado de ser el único allí dado que Min trabajaba fuera ese día. Quiso girarse para enfrentar su destino -cual quiera que fuera- cuando una voz diferente, proveniente de frente a él lo detuvo.
-Joonie, déjalo en paz. -Oyó, más no pudo identificar de donde exactamente venía. -Que Tae lo dijera no quiere decir que sea cierto, por más que demuestre lo contrario hay que conocer a la gente antes de insultar. -La voz resonaba, casi como si estuviera...
El sonido de la puerta del refrigerador siendo cerrado acalló sus pensamientos.
¡¿Qué clase de persona irrumpe en casa ajena para meterse en tu heladera?!
-¡Hola! -Saltó frente a su rostro de la nada un chico en aparencia, mayor que él, de labios carnosos. Asustado completamente, Jungkook no pudo evitar hacerse para atrás provocando que tropezara con sus propios pies. Cayendo inevitablemente, y llevándose dos bolsas con él en su visita cercana al suelo. -¡¿Estás bien?!
-Ah... sí, no fue nada -rió avergonzado por su torpeza. Vaya primeras impresiones terminaba dando siempre. -Pero no cambiemos de tema, ¿Quiénes son y que hacen aquí dentro? -Preguntó aprovechando su posición para, desde el piso, girar su campo de visión al sillón.
Viéndolo directamente a los ojos se encontraba el joven dueño de la voz profunda de antes, notó que era alguien de piel morena, al igual que el sujeto que lo asustó poseía labios gruesos y facciones muy marcadas, con un rubio cabello muy llamativo. Pero no, definitivamente no los conocía.
-Ah~ si, perdón por el susto. Somos amigos de Suga, soy Kim Seokjin. -Habló el muchacho castaño desde la cocina, dando la vuelta para ayudarlo a levantarse. Una vez estuvo agachado cerca de él volvió a hablar. -El del sillón es Kim Namjoon. Es un gusto~ no dejes que te engañe, es agradable en realidad.
Rápidamente aceptó la mano que le ofrecía para ponerse de pie. Una vez levantado sacudió su ropa, hasta que sus neuronas hicieron conexión.
"¿Quién diablos es Suga?" "De todos modos que hacen aquí"
-Con todo respetos hyungs, aquí no vive ningún Suga y-
-¡Jinnie hyung no lo encuentro aún! -Se oyó desde escaleras arriba. Esa voz si que la conocía.
-¿Jimin? -Murmuró.
-¡¡ChimChim!! ¡Ven acá, llegó alguien!
Apenas el azabache se asomó por las escaleras y vio a Jeon allí no pudo evitar maldecir.
-Bueno, me has atrapado~
-¿Qué? Yo sólo llegué a mi casa... -Escuchó al llamado Seokjin reírse bajo pero no lo suficiente.
-Te dije que esta misión secreta saldría mal Minnie, agradece que no fue Suga. -Habló el rubio.
-¿Secreta? ¿De que hablan?
-Shhh~ ¡Él no tenía que saberlo! -bufó Park.-Pero ya que mis ayudantes son tan poco discretos te lo diré. Una vez bajó totalmente al primer piso se acercó al menor. -Veras... Yoongi me prohibió venir aquí por un tiempo ¿que injusto verdad?
-¡oh sí, super injusto! -Replicó sarcástico, recibiendo falsas risas en respuesta.
-Niño graciosito... como sea, el asunto es que necesito algo mío que Yoongi tiene y como no contestaba mis llamadas decidí recuperarlo por la fuerza... ¿Ves? Nada raro~
-¿Allanas una casa para recuperar algo que podías haber pedido por mensaje o recogido cuando el dueño estuviera? -preguntó con tono de burla el menor de todos, pues la situación en sí le resultaba bizarra. -¿Sabes que casi muero del susto verdad?
-¡Oye! -Se quejó el Kim castaño. -Se que Namjoonie no es de lo más simpático pero solo con mi presencia deberías haber notado que todo iba bien~
-¿Bromea cierto? -le preguntó ahora a Jimin. -Con todo respeto hyung, usted estaba dentro de nuestra refrigeradora. No sabría decir quien de los dos me asustó más.
El joven que ocupaba el sillón se puso de pie, dejando entrever su gran estatura, pero sólo para volverse a acomodar sobre el inmueble, ahora acostado. -Pues yo creo que esa respuesta es fácil, yo por lo menos no te hice caer de nalgas al piso eh~
La fuerte risa de Jimin se dejó escuchar junto con una bastante estridente para los oídos de Jungkook, era una forma bastante particular de reír si se lo preguntaban, casi podía imaginarse que el sonido provenía de un limpiavidrios y no de una persona.
-¡Bien, ya tuve suficiente de sus burlas! -retomó la palabra Jeon algo más enojado. -Ahora tengo que pedirles que se vayan antes de que hyung llegue, ya sabes que no deja que nadie este aquí si no esta él.
-¡Lo sé! Te prometo que ni bien encuentre mi chaqueta y mi camisa me iré.
-¿Por qué no nos ayuda así terminamos rápido y nos vamos? -Habló ahora el Kim más bajo. -No queremos causarte problemas o algo así, solo necesitamos eso para Jiminnie. -No sabía si había sido la forma en la que habló o las palabras que uso pero lo que podía asegurar Jungkook es que le había dado tranquilidad. -Tu has de saber donde pone Yoongi sus cosas ¿No?
-Pues...
Minutos más tarde Jungkook se arrepentiría de ayudarles pero eso él no lo sabía cuando les dijo En su cuarto, aunque nunca entré realmente y les acompañó allí para "vigilar que no hicieran nada que lo metiera en problemas".
Cada paso que daban dentro de esa habitación, cada prenda desdoblaban y que sacaban Jeon sentía culpa. Inmediatamente que la arrojaban sobre la cama, él corría a doblarla y apilarla, alistándola para volverla a colocar en su lugar una vez terminen de revolver el closet.
-Esto es mala idea. -repetía ocasionalmente, en busca de convencerlos de que dejaran su "misión" y se fueran.
-No te preocupes pequeño, dejamos a Nam abajo para que nos haga de campana, si Suga viene nosotros nos quedamos aquí en el desastre y tu te escondes en tu cuarto. No tiene porque saber que eres complice~ -Kim hablaba con tranquilidad aún tirando las cosas al piso.
-Aún no entiendo porque le dicen Suga... -murmuró juntando un par de pantalones del piso, llevándolos hasta la cama, congelándose en su lugar al alzar la vista y ver en el marco de la puerta cruzado de brazos al dueño de todo el desastre. Intentó hablar pero el contrario se le adelantó.
-Es porque dicen que mi piel pálida les recuerda al azúcar.
Todos se quedaron en silencio hasta que Seokjin habló.
-Bueno, ya que nos descubriste ¿Puedes decirnos donde está la chaqueta de cuero y esa polera roja con negro de rayas? Jimin quería pedírtelas prestada para esta noche.
Y Jungkook sintió su quijada desencajarse de la impresión allí mismo.