-Oh, Taemin.- ¡esa voz! ¡Minho! –Qué tal.- sentí que mis rodillas comenzaron a temblar, pero también mi corazón latió más fuerte. –Me alegro de que pudieras venir.- me levanté de la banca del jardín para abrazarlo de manera superficial y volverme a sentar. –Te traje algo.- me tendió una pequeña caja.
-Gracias.-susurré mirando el moño plateado.
-No lo abras aún.- Minho se sentó a mi lado, pero manteniendo su distancia. –¿Cómo has estado? Hace tiempo que no sé nada de ti.-
-He estado bien.- contesté dejando la cajita sobre mis piernas. –Gracias por preguntar.-
-Dime, lo del proyecto que tenías en mente cuando éramos novios ¿funcionó? Habías dicho que querías hacer un juego en línea.-
-Sí, Kimchi Master.- susurré sonriendo. –Funcionó muy bien. Ha sido de los juegos amateurs más descargados del último semestre.-
-Yo también lo descargué cuando salió al mercado.-
-Gracias.-
-Pero no te quería ver para eso.- volteé a ver a Minho, pues desde hace un tiempo que no nos habíamos visto y tampoco quería mirarle al rostro. Pero él tampoco me miraba, sino hacia las personas que caminaban por el jardín.
Lo sé, yo también me siento incómodo.
-Desde que nos separamos hace seis años he tenido otras parejas y todas me hacían pensar de manera diferente. Cuando tú y yo estábamos juntos, ¿de verdad imaginaste que estaríamos así toda la vida?- me miró por un segundo, porque giré mi rostro para mirar a las aves que estaban comiendo los granos de arroz que les tiraban los ansíanos.
-Terminamos hace dos años.- no seis como dijo. –¿Para qué quieres saber si imagine una vida juntos?- Me vería tonto o torpe.
-Porque yo sí imaginé un futuro juntos y con mis otras relaciones es difícil siquiera imaginarlo. Tú y yo sí hicimos eso durante un año, incluso compartíamos gastos y teníamos una mascota. Ahora estoy con una persona que me ha propuesto mudarnos pero no sé si realmente quiero, siento que es momento de, ya sabes, “Houston, tenemos problemas, ¡aborten, aborten!”- me reí levemente por su imitación. –Pero cuándo tú lo habías dicho me pareció correcto y en dos días ya estábamos compartiendo casa.-
-¿Y crees que te maldije o algo por el estilo?-
-Sí.- susurró asintiendo, lo que me provocó alzar las cejas. –Como cuando los piratas oían el canto de las sirenas.-
-Pero no eres un pirata.- dije mirando su perfil, sonrió y me miró.
-Pero te oía cantar en la ducha, es casi lo mismo.- quise inflar mis mejillas haciendo un pucherito pero recordarlo sólo me provocó algún sentimiento nostálgico. –Porque tu voz es hermosa. Tú sigues siéndolo.-
-¿Querías verme para decirme que te maldije?-
-No.- negó lentamente. –Quería verte para decirte lo que hace seis años no dije.-
-Que fueron dos.-
-Para mí es como su fueran seis.- sonrió divertido o nostálgico. –Nunca te fui infiel.- negó lentamente, yo bajé la mirada para contemplar su obsequio o lo que sea que no me recuerde ese momento. –Si salía por las tardes y llegaba con aroma de mujer es porque tomaba clases de baile porque de verdad quería llevarte a la boda de mi hermano y bailar juntos un vals.- mordí mi labio inferior e intenté respirar para tranquilizarme. –Nunca te lo dije porque incluso ahora siento vergüenza, pero era lo que hacía.-
-No te creo.- susurré. –Tampoco tiene sentido que lo digas ahora.-
-Sé por qué no me crees. Te di muchas señales que apoyaran tu inseguridad, eso fue tonto de mi parte. Cuando dijiste que no podías estar con alguien como yo, "que te mentía a la cara" sí me molestó y te grité cosas que no debí y terminaron por herirte. Perdón por eso.-
-No importa.- susurré. –Ya pasó.-
-Luego no llegaste a dormir después de tus clases de inglés, borraste tus perfiles de internet y tus amigos no quisieron decirme nada. Fui a la boda solo. Mis papás me preguntaron por ti y tuve que decirles que tuviste algo más importante. Mi hermano incluso se burló de mí porque esa noche, luego de ese vals yo te iba a proponer matrimonio.-
-Yo tengo una relación ahora.- susurré sorbiendo mi nariz. –Incluso estoy comprometido también.-
-Eso lo sé, y te felicito.-
-Entonces por qué…-
-Porque me casaré en dos días.- mi quijada cayó levemente, lo miré sorprendido. –Fue muy complicado dar contigo de nuevo y sinceramente venía pensando en no encontrarte pero me alegro de que me dieras la oportunidad de decírtelo.- mordí de nuevo mi labio inferior porque comenzó a llorar, pero lloraba como solía hacerlo, sin hiperventilar y sólo derramando lágrimas.
No supe que decir, así que sólo puse mi mano sobre su hombro para darle apoyo.
-Me costó mucho trabajo superar nuestra relación.- retiré mi mano para tallar mis ojos. –Yo me imaginaba que envejeceríamos juntos pero… a dónde quiero llegar es a esto. No te estoy invitando a mi boda, ni quiero que seas parte de ella, tampoco vine sólo a notificártelo.- talló sus ojos y se levantó de la banca, por inercia también lo hice. –Sólo quería cerrar un ciclo porque esa tarde no pude decirte la verdad.-
-No te preocupes.- contesté sorbiendo mi nariz. –Tampoco me gustaría asistir.- sonreí un poco nostálgico. –Tengo que marcharme.-
-Está bien.- contestó suspirando. –Te abrazaría pero sentirías cómo mi corazón late, así que sólo dame la mano.- asentí efusivamente mientras estiraba mi brazo.
Minho la tomó y estrujó fuerte, como cuando se cierra un trato. Sólo que no esperé que levantara mi mano y me diera un pequeño beso en el dorso.
-Gracias por venir, Taemin.- mordí mis labios cuando me soltó, me sonrió y se giró sobre sus talones para alejarse lentamente.
Luego de tallar mis ojos me volví a sentar en la banca, tomé la cajita y la abrí.
Había un pequeño anillo blanco con un cristal azul, lo tomé aun con mis manos temblando, debajo había una nota que también tomé, sólo que mis rodillas estaban temblando así que me senté.
“Estos son mis votos...”
Hiperventilé.