Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Acordes de Libertad por andherezu_rosui1

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hol@

No tengo mucho tiempo espero les guste el capitulo.

A partir de aqui las actualizaciones seran semanales. ASi que para esta historia nos volveremos a ver la proxima semana. 

Lean y disfruten!!

Capítulo 4 Cuarteto...

 

-¿Fugaku?- Escuchó que le llamaban, pero no podía responder.- ¡Oye! - Le llamaron de nuevo meciendo una mano sobre su cara. Pero el siguió sumido en sus pensamientos, sus amigos podían matarse entre ellos como siempre sucedía en aquellos casos y al mencionado no le importaría menos. El sólo quería seguir divagando en los recién descubiertos sentimientos por sus ahora dos tormentos Minato y Mikoto…

-¡Ahhh!- Grito desesperado sosteniéndose la cabeza en un gesto tan impropio de él que los dos chicos frente a él intentando llamar su atención antes de que su vida peligrase ante un muy enfadado Nara, habían desistido y le miraban como si estuviese enfermo de algún raro virus o en su caso dudando de que el en verdad fuese Fugaku Uchiha. ¡¿Porque no entendían que no tenía cabeza para prestarles atención en ese instante?! Su cabeza estaba trabajando a mil por hora pensando en aquel par de ojos azules y aquellas gemas esmeraldas de sus dos recién descubiertos amores.

No entendía como había pasado, pero no había dudas para él. Desde aquella noche en que escucho a Minato tocar su violín todo pareció confuso y diferente, poniéndose nervioso con sus miradas, sobreactuando cuando el rubio se acercaba mucho a él,  y empeoro cuando por casualidades del destino hacía apenas una hora atrás había vuelto antes de lo pensado al departamento y encontró a Mikoto recién salida de la ducha envuelta solo en una toalla que apenas cubría su cuerpo provocando un ataque de pánico que ninguno esperaba y termino huyendo antes de siquiera darle a la morena tiempo de reaccionar. El problema fue que ver a la morena expuesta y luciendo tan seductora lo había hecho reaccionar más que sorprendido, su “amiguito” había reaccionado más que “sorprendido”.

Que su cuerpo ardiera al momento de ver aquellas esmeraldas dilatadas mirándole con sorpresa y aquellas mejillas sonrosadas en vergüenza lo habían descolocado, al darse cuenta de que Mikoto después de todo era una hermosa mujer… Tan hermosa que estaba seguro de que necesitaba revisarse la vista ¿Cómo es que apenas ahora se daba cuenta?

Quizás porque hasta apenas ahora que la había visto así fue consiente de ella como mujer, pero sí de belleza hablaba era Minato quien realmente le daba un significado a aquella palabra, Minato era puro y bello como un ángel… Uno que hasta hacia una hora atrás ocupaba su mente al completo. Era extraño… Sentía que su corazón y su mente había sido de alguna extraña forma separado y que ninguno se ponía de acuerdo solo hasta que concibió la idea de que a quizás sólo quizás… Se había enamorado de dos personas al mismo tiempo…

 

Un nuevo suspiro se escapó de su garganta con cansancio y acongojado se dejó caer al suelo en cuclillas sosteniendo aun su cabeza con frustración.

-…..-

-…..-

-Shikaku-san creo que lo perdimos- Declaró cruzándose de brazos un joven moreno de ojos cenizos y piel blanca. Componiendo un gesto de pena fingida por el Uchiha secándose las comisuras de los ojos con un pañuelo en un gesto que pretendía emular a una persona preocupada llorando por su amigo.

El gesto causaría gracia en algún momento para cualquiera pero en ese momento Shikaku Nara no estaba para tolerar esa clase de bromas molestas y no pudo evitar que una vena cruzara por su frente delatando su enfado.

-Shikaku-san ¿Por qué no le das una patada y vez si aún puede reaccionar?- Sugirió otro joven idéntico al primero con la misma expresión que su hermano, aun con un pañuelo secando las lágrimas ficticias al igual que su gemelo.

- ¡Hiashi! ¡Hisashi! - Les reprendió el único castaño entre los cuatro y quien desde hacía rato buscaba sacar alguna reacción de él Uchiha sin éxito, cosa que estaba comenzando a frustrarle más que nada porque el muy imbécil del Uchiha parecía fuera de sí a muchos años luz de distancia de lo que le decían.

Los gemelos Hyuga se encogieron de hombros con inocencia fingida e ignoraron al Nara que sólo atino a suspirar agobiado. Shikaku pensaba que ese par era demasiado revoltoso, no sabía cómo diablos era que podía soportarles, siempre teniendo que lidiar con sus estupideces y haciendo que él sea quien los mantenga en una pieza y lejos de los problemas. Dejó salir un suspiro cansino de nuevo, ¿Porque no tenía amigos más normales y menos problemáticos? 

-¡Fugaku!- ¿Qué diablos le pasaba a Fugaku? Desde que había llegado parecía ido y lo peor era que se atrevía a dejarle todo el trabajo de lidiar con las incoherencias de los gemelos Hyuga a él, quienes habían comenzado a peinar a Fugaku poniéndole ligas en el pelo ya que este seguía perdido en alguna parte del planeta “No-me-doy-cuenta-de-que-existen” ¡Merecido se tenía aquella broma de los Hyuga! No los detendría era demasiado problemático intentarlo y por demás ¡Frustrante!

Pero después de verlos incluso hacerle trencitas en el mecho de cabello que traía amarrado en una pequeña coleta que Fugaku no tenía meses atrás se fastidio.

 

- ¿Quieren detenerse antes de que los golpee?- Dijo amenazante a los gemelos paralizando al instante los movimientos de ambos que en sincronía le dedicaron una mirada de súplica para poder continuar, obteniendo de él una mirada severa y tras intercambiar miradas entre ellos optaron por asentir y se alejaron del Uchiha con cautela, Shikaku no era nada amable cuando estaba molesto. Y aquella mirada que les había dedicado era el síntoma previo antes de que realmente perdiera el control.

-¡Reacciona maldita sea antes de que en verdad tenga que golpearte! –Le advirtió al Uchiha que nuevamente ignoro olímpicamente su tono de advertencia teñido en la voz del Nara. Ambos Hyuga dieron un muy prudente paso atrás alejándose más del peligro que pronto representaría estar muy cerca de Fugaku.

-¡Fugaku Uchiha!- Le llamó al ver que no atendía ni aun a sabiendas de que estaba perdiendo  su última pizca de paciencia.- ¡Te estoy hablando! – Gritoneo haciendo un último intento de llamar su atención lo tomo de los hombros sin ninguna sutileza y le zarandeo de un lado a otro con ímpetu. -¡Fugaku! ¡Maldición! ¡Reacciona! ¡Joder!- Soltó cada vez más frustrado sin dejar de zarandearlo con ímpetu.

 A Fugaku no le quedo de otra más que volver a su cuerpo y responder con tono hosco.

-¡Maldita sea, Shikaku! ¿Qué rayos te pasa?- Shikaku sintió una vena crecer en su frente de sopetón y con un golpe bien dado en la cabeza del moreno dejo salir su frustración. ¡Estaba harto!

-¡Esas son mis palabras! ¡No te las robes!- Agregó mientras estiraba las mejillas del moreno con saña hasta enrojecerlas. Los gemelos desde una prudencial distancia comenzaron a reírse del Uchiha sin pudor alguno señalándole cual niños callándose solamente cuando el Nara les miró una vez más con aura amenazante soltando a regañadientes las ahora inflamadas mejillas del Uchiha. - ¿Qué rayos te pasa? ¡Andas en las nubes desde que llegue! Será mejor que hables de una maldita vez y expliques ¿Dónde demonios estabas? ¡Tienes idea de lo preocupados que estábamos!- Dijo alterado Shikaku ignorando a los Hyuga tras él que negaron lo que él había dicho, ¡Ellos no estaban preocupados por él!

-….-

Fugaku entonces se dio cuenta de que su mejor amigo desde jardín de niños hablaba enserio. Le observo con algo de culpa, y Shikaku se apartó de el para sacar de su pantalón una cajetilla de cigarros y su encendedor, dándole una profunda calada al cigarrillo permitiéndole relajarse.

-¿Y bien? – Le pregunto esperando a que hablara.

-Lo siento...- Shikaku era el único que había conseguido sacarle esas dos palabras a lo largo de su vida. Y es que a palabras de su padre y su maestro un Uchiha no pedía jamás disculpas. Y sin embargo ahí estaba él disculpándose por enésima vez con su mejor amigo desde que lo conocía, una vez más por haberle preocupado. - Es sólo que últimamente he tenido muchas cosas en las que pensar…- Dijo con cierto aire de melancolía al recordar por primera vez en esos dos meses a su padre, y aquella tarde lluviosa que salió de casa con su guitarra a cuestas dejando al abandonar aquella mansión su tono provocó en los tres presentes un fino arqueamiento de cejas en un gesto, quizás, especulativo.

-¡Lo sabemos!- Dijeron los gemelos Hyuga en sincronía con tono impasible. – Llevabas desaparecido casi dos meses. Shikaku casi se vuelve loco al pensar en todas las cosas malas que pudieron haberte pasado durante ese tiempo. – El castaño se limitó a chasquear los labios con disgusto hacia Hisashi y Hiashi ¡No era necesario que dijeran esa clase de cosas! Aunque esos dos le impresionaban cuando se sincronizaban tanto que parecían leer de un papel lo que decían. Pero igual refuto indignado.

-¡No me volví loco! – Refuto Shikaku a los gemelos quienes desviaron la mirada, pretendiendo ignorarle con un claro gesto de “¡Sí, claro!” en la cara. Al ver que no tenía caso seguir por ese rumbo con los gemelos se giró al Uchiha. – ¡Y tú, al menos deberías comunicarte con nosotros cuando te metes en problemas idiota!

-¡Ya dije que lo sentía!- Repitió disgustado el Uchiha. No podía oponerse a Shikaku. – Además, no pensé en ustedes ni una sola vez hasta que me encontré con ese par y su letrero de “se busca” en el parque.- Comentó el moreno señalando el letrero con el extraño dibujo de los gemelos, el cual llevaba escrito con marcador su nombre.- ¡Rayos! ¿No pudieron imprimir una fotografía mía o algo? ¿Qué demonios se supone que es eso?- Preguntó entre curioso y ofendido observando con detenimiento el dibujo. El cual básicamente consistía en un círculo con un par de puntos negros por ojos una línea vertical simulaba su nariz y una extraña mueca como boca, formaban el rostro del dibujo en la parte de arriba líneas desiguales simulaba su cabello y hasta le habían agregado un par de orejas que se veían desiguales. Su nombre ocupaba la parte de abajo del dibujo en letras remarcadas y grandes, y en más pequeñas había escrita una leyenda típica de “Se busca cualquier informe sobre su paradero por favor comuníquense”

-Ahora que lo dices, quizá por eso nos tardamos dos meses en encontrarte. – Dijeron con pose pensativa ambos Hyuga, examinando el parecido del Uchiha con el dibujado. Shikaku sentía que un tic se formaría en su ceja si seguía permitiendo que ese par de tontos siguieran con sus boberías y por aquel insolente Uchiha que se atrevía a menospreciar sus intenciones de ayudarle. ¡Maldito! Se quejó molesto.

-¿Cuántas veces he de repetirles que dejen de fastidiar?- Siseó bajo e irritado el castaño.

Los Hyuga no eran suicidas y Fugaku apreciaba mucho su perfecta cara como para permitirse seguir enfadando más al Nara, si bien el castaño era pacifista por no decir algo flojo, tenía una segunda personalidad que salía a relucir cuando se veía sujeto a mucha presión y estrés, esa personalidad lo hacía irritable y susceptible a la mas mínima incoherencia, por eso, cuando le vieron cruzarse de brazos y cerrar los ojos en una pose que sugería que pronto llegaría al límite. Decidieron por su bien callar y esperar a que el cigarrillo en sus manos se consumiese y la cuenta anti estrés del castaño llegase a diez.

Tras lo que parecieron horas al fin Shikaku dejo salir el aire contenido en su pecho en forma de un suntuoso suspiro, haciendo aros con el humo de su cigarrillo, que tiró y aplasto bajo su zapato extinguiéndolo por completo. Se froto la sien agotado y los tres espectadores pudieron estirara sus agarrotados músculos hasta ahora inmóviles.

-¿Entonces, donde demonios te ocultabas?- Preguntó nuevamente el Nara un poco más calmado sacando de su chaqueta una vez más la cajetilla de cigarros y poniéndose uno de ellos en la boca sin encenderlo. Los gemelos Hyuga interesados en la respuesta también decidieron callar y prestar atención a la historia que no terminaba de salir de la boca de Fugaku.

Este último observaba con cierto sentimiento de frustración a sus tres amigos de la infancia. Los había conocido en jardín de niños, y más que verles como amigos, en aquel tiempo los consideraba una convivencia forzosa. Sin embargo ahora, sabía que esos tres se habían convertido en una existencia irremplazable en su vida. Más que amigos eran sus hermanos. Sin embargo no podía inmiscuirles en sus problemas, y aunque lo había pensado en solo una ocasión, descarto de inmediato recibir ayuda de ellos. Pues en la situación en la que había decidido dejar su casa, lo más sensato había sido mantenerse lejos. Aunque sabia en el fondo de que el miedo a las represalias que su padre tomaría en contra de las familias de sus amigos por ayudarle había sido la razón de más peso para evitar contactarles. Después de eso y la compañía de Mikoto había conseguido mantenerse oculto entre lo que cabía de su padre.

No obstante las caras atentas de sus tres amigos frente a él eran la clara afrenta de que si no hablaba con sinceridad o al menos lo intentaba, no le dejarían en paz. De ese modo les conto lo que había pasado con su padre.

Les explico que el motivo de la pelea que desato aquella decisión de dejar su casa había nacido del hecho de poseer a Ébano. La guitarra que Shikaku había encontrado una tarde en un depósito de basura y que tras arreglarla se la había vendido a él. De cierta forma era algo que había cambiado su vida ya que le había dado algo en lo que escapar de sus obligaciones con su padre. Y sobre todo ahora, que gracias a eso había conocido a Mikoto y con ella a Minato. Su musa y su ángel…

Shikaku estuvo a punto de culparse por la situación en la que había terminado, pero él le dijo que Ébano solo era parte del problema. La otra había sido el hecho de que su padre llevase a la mansión a un niño pequeño que pocos días antes de pelearse con su padre supo se llamaba Kakashi y que este era su medio hermano. Shikaku entonces le informo que ese niño ya no estaba en la mansión.

-¿Cómo lo sabes? –Pregunto con desconcierto Fugaku.

-Chiyo- Baa nos lo dijo, así como nos dijo que te buscáramos.- Dijo el severo. – De todas formas el pequeño Kakashi estará mejor con su tío que con tu padre. 

-¿Su tío? ¿Y su madre? –Inquirió al instante preocupado. Durante los pocos días que conoció a Kakashi le había tomado el cariño que correspondía como su hermano menor. Y de su boca se había enterado que su madre había enfermado y que su padre le había llevado a la mansión  por ese motivo. Kakashi era un niño hermoso, tanto que incluso se lo había soltado a los cinco segundos de conocerle.

-Al parecer a muerto.- Le informó serio.- En su testamento dejaba a su hermano mayor como el tutor legal de su hijo. Tu padre quiso apelar, pero perdió. Se negó a entregar a Kakashi por las buenas así que su tío vino personalmente y se enfrentó a tu padre.- Fugaku se quedó boquiabierto ante esa noticia.- Después de eso tu padre no tuvo más que hacer.  

-Me alegro que al menos uno de los dos consiguiera escapar lejos de mi padre. –Dijo el sincero. Kakashi merecía ser feliz a pesar de haber perdido a su madre. Al menos el habría gustado poder despedirse de él, dudaba volver a verle. Y se arrepentía de no haber reservado un pensamiento para el cuándo salió de casa aquella tarde dos meses atrás.

-No es para deprimirse. Incluso si no está aquí sigue siendo tu hermano.- Dijo Hiashi el mayor de los gemelos.

-Sí, tienes razón.- Concordó agradecido por aquella frase.

-Ahora lo que me interesa saber es lo que harás ahora. – Agregó Shikaku desconcertándole.- ¿Vas a seguir dependiendo de esas personas o vendrás con nosotros?

-No puedo volver. –Respondió decidido. – No ahora que…

-No puede ser.- Dijeron los gemelos al unísono entendiendo lo que el pretendía callar. -¡Debes estar loco!

-¿Que? ¿Es enserio? ¡No puede ser! –Se quejó Shikaku que la igual que los gemelos había entendido la reticencia del Uchiha.

-¡Es el fin! ¡Al fin llego el apocalipsis! –Se quejaron los gemelos haciendo ademanes a la par de desesperación.

Fugaku los miro casi ofendido por las reacciones exageradas de los tres. ¡No era para tanto! ¿Qué acaso era la primera vez que mostraba interés romántico en otra persona? Se cuestionó con hastió. Y tras pensarlo se dijo que quizás la respuesta era si era la primera vez que lo hacía.

-¡Rayos! – Soltó enfadado al ver la cara de superioridad que sus tres amigos le dedicaban. Estaba jodido.

 

Continuará…

 

 

 

 

Notas finales:

Muchas gracias por leer y por los RR 

Nos vemos


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).