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Acordes de Libertad por andherezu_rosui1

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Notas del capitulo:

¡¡Hola a todos!!

Bueno no queda más que recordarles que este es el segundo anexo de la historia llamada Acorde Gemelo.

Gracias por leer y comentar!!

Acá una muestra de lo que sigue *¬*

 

Capitulo 2 Duó

                          

-Vamos a mi casa...- Le oyó decir. Y él simplemente agachó de nuevo la cabeza.

 

-No tienes ningún lugar a donde volver ¿Cierto?- La escuchó hablar sin moverse hasta que ella le tomó de la mano y lo jaló hacia ella.

 

-Oh-oh, ¡Estas helado! - Le dijo al sentir sus manos frías.

 

-Cuando lleguemos té preparare un baño tibio, sería un problema sí te enfermas- Hablaba claramente preocupada.

 

Fugaku la miró un momento antes de ponerse a su altura bajo el paraguas. Para la joven aquella mirada la había sumergido en un trance, que terminó abruptamente gracias a las palabras que escuchó decir al moreno.

 

-¿Que fue lo que dijiste?...-Respondió algo confusa.

 

-Dije “¿Tanto quieres levantarme, que no te importa llevarme a tu casa?"- Repitió tal cual había dicho la primera vez a la joven. La cuál aún impactada sólo se sonrojo hasta las orejas al comprender lo que quiso decir.

 

-¡Es-Esa no es mi intención! - Refutó intentando cubrir su rostro sonrojado- ¡Ni siquiera lo pensé pervertido!- Terminó gritando enfadada.

 

Pero para Fugaku, la visión de su rostro avergonzado con la mezcla inherente de testarudez era a su parecer, encantador, y sin evitarlo siquiera dejó salir una carcajada que había intentando disimular.

 

Mikoto paró cualquier reclamo al escucharle reír, se sintió tonta cuando se percató de que el moreno sólo le había tomado el pelo; esquivó su mirada juguetona e hizo un puchero que sólo provoco más el humor del moreno.

 

-Bueno... ¿Piensas venir o no? Esta haciendo frio y ya me dio hambre de nuevo.- Se quejó aún sin mirarle.

 

Ante el comportamiento atolondrado de la joven Fugaku solo atino a sentirse aliviado. No imaginaba que después de sentirse abandonado y triste ahora estuviera riendo de lo más contento junto a aquella joven extraña, que no sólo le había ofrecido su compañía sino que también un nuevo hogar.

 

En su mente sólo encontraba una palabra para describirla ella era adorable; estaba seguro de que existía alguna palabra que personificara mejor a su nueva autoproclamada amiga, pero en ese momento sólo podía pensar en que era realmente adorable. Sin querer continuar con sus pullas a la chica simplemente le quitó de las manos el paraguas y la acercó a él en un abrazo para que no se mojara ni tuviera frío.

 

-Bueno tu eres la guía....- Fue lo único que le dijo para hacer las paces con ella. Por su parte Mikoto estaba impresionada, atónita y fascinada por la volatilidad del carácter de Fugaku era de más decir que estaba feliz de fuera así.

 

-¡Ya que! –Dijo fingiendo irritación en respuesta para después sonreír contenta.

 

Ambos se dirigieron, de esa manera a la casa de la morena, al llegar tal como Mikoto había sugerido el chico había tomado un baño y mientras lo hacía, ella se había sumergido en sus pensamientos sonrojándose, al recordar la manera en la que había sido abrazada por aquel voluble pelinegro. Estaba preparando la cena, hasta que se percató de la guitarra que descansaba ahora cerca de la entrada pues se había mojado el estuche de camino ahí.

 

Fugaku la había desenfundado y colocado de manera que no se cayera, sobre la pared, ella no la había mirado bien pues estaba nerviosa aun por la cercanía del moreno por lo que se adentró en el baño para dejar correr el agua y conseguirle algo de ropa limpia y seca al joven moreno, por lo que ahora que se encontraba sola le había llamado la atención.

 

Sin embargo aquel instrumento le parecía familiar, mientras se acercaba a la guitarra color ébano sentía latir su corazón emocionado, la tomó por el puente y sintió sobre sus dedos una sensación de nostalgia, que la derrumbó al piso al sentirse abrumada por aquella sensación, no podía creerlo, aquella guitarra jamás imaginó volver a tenerla, entre sus manos.

 

 

***Flash Back***

 

Aquel día ella había perdido a sus padres en un accidente, ese día llovía, se sentía sola, abatida y ni siquiera su música podía consolarla su mundo había perdido su color, todo lo veía en blanco y negro lo único que parecía tener luz eran aquellos ojos azules que se mantenían sobre ella con un matiz preocupado, no podía soportarlo, dolía, pero no podía siquiera llorar.

 

Las personas en el funeral comenzaron a acercarse una a una para darle el pésame, sin recibir alguna palabra a cambio, ella sólo veía fijamente el lugar donde yacerían sus padres mientras les daban sepultura, quería llorar pero no podía, aquellos ojos azules se habían acercado a ella y se habían posado en los suyos, y pudo ver en aquella intensidad con la que la miraba tristeza y dolor, ni siquiera estaban llorando pero sus ojos reflejaban lo que su alma sentía, se sintió estúpida. ¡Eran sus padres! y ni siquiera era capaz de llorar su pérdida ¿Qué estaba mal con ella?

 

-Mikoto ¿Te encuentras bien?- Dijo preocupado el ojo azul

 

-…..- Ella no contestó y bajo la mirada  avergonzada.

 

-¡Mikoto! ¡Espera!....

 

Sin pensarlo escapó de aquella mirada y del funeral de sus padres con sólo la guitarra que aquel chico de ojos azules le había regalado a cuestas. Solo alcanzó a escuchar el grito preocupado de aquel chico al verle marcharse.

 

Corrió hasta que no pudo más y cayó al suelo rendida, su guitarra había salido del estuche volando un poco más lejos de donde ella había caído, sus ojos parecían desorbitados al notar que el instrumento había quedado lleno de lodo y que se le habían roto varias cuerdas por el impacto, su corazón ya destruido se contrajo mas.

 

Se había arrastrado hasta alcanzarla pero al tocarla fue como si la guitarra se rehusara a perdonarla, pues justo cuando logró poner sus dedos sobre ella en una caricia una de las cuerdas que quedaban se rompió cortando sus dedos en el proceso, contempló las gotas carmesí que salían precipitadamente de sus dedos mientras sus ojos se empañaban en lagrimas que le impedían ver con claridad aunque por un instante creyó que era la lluvia lo que le impedía ver con claridad.

 

Casi en trance se levantó, sin cuidado tomó entre sus dedos ensangrentados a su querida amiga que por lo visto se rehusaba a perdonarle el maltrato y dolida la abandonó sobre una pila de bolsas de basura. La contempló unos segundos y emprendió su caminata mientras dejaba atrás aquella parte de su alma atormentada.

 

No supo cuanto tiempo estuvo caminando sin rumbo, la lluvia le había empapado completamente, hacia frio pero no le importaba, ya no tenía nada ni nadie a quién le importará si ella estaba bien por lo que pensaba que era normal que se muriera de hambre.

 

Sin embargo, al chocar con alguien supo que sus pensamientos estaban equivocados cuando levantó su mirada y se topó con aquella mirada celeste que reflejaban alivio al haberla encontrado, aquel par de ojos azules que no podían apartar la mirada de ella y sin ningún pudor la abrazó y besó cálidamente en la frente.

 

-Qué alivio haberte encontrado sana y salva…-Susurro para sí el joven mientras la abrazaba protectoramente.

 

Aquel gesto de amabilidad a su destrozado corazón le hizo aferrarse desesperadamente a él, la luz que se empeñaba en alumbrar su oscuridad, lloró como una pequeña niña perdida que había encontrado de nuevo su camino.

 

Cuando se pudo tranquilizar le oyó preguntarle  acerca de su guitarra y ella no pudo decirle a los ojos que la había abandonado. Y en un mudo entendimiento le tomó de la mano y la llevó a un auto que esperaba aparcado cerca de la calle, el cual ni siquiera había notado hasta tenerlo en frente.

 

Más tarde esa noche había vuelto a  aquel basurero pero no encontró la guitarra, no habían levantado la basura pero su querida amiga ya no estaba donde la había dejado. Y por segunda vez en un día volvió a llorar.

 

***Fin flash back***

 

Sin ser capaz de contenerse, una lagrima resbaló a lo largo de su mejilla mientras abrazaba aquella vieja guitarra que en algún momento había sido su única amiga y a quien ella había traicionado al abandonarla entre un montón de basura.

 

El ruido de la puerta del baño la regresó de pronto a la realidad, y comprendió que esa guitara ya no le pertenecía mas, pues seguramente aquel chico moreno la había rescatado del lugar donde ella la había dejado, y ahora era su turno de agradecerle que la haya protegido. Dejó la guitarra donde su nuevo dueño la había puesto y se alejó de prisa a ver la cena que se quemaría por su falta de atención.

 

-Gracias por prestarme tu baño…-Dijo el pelinegro con la toalla que le había dado la morena en la cabeza.

 

Por un momento no le contestó ya que se quedo deslumbrada ante el espectáculo que resultaba ver al moreno sin camisa y con el cabello mojado frente a ella.

 

-Unh…Uh no te preocupes- Dijo recobrando la compostura y desviando su mirada.

 

-……- Fugaku había notado aquel sonrojo en las mejillas de Mikoto pero también había visto el brillo inconfundible de un destello de lágrimas en sus ojos al sonreír, por lo que decidió no decir nada que incomodara a la joven que le había tendido una mano.

 

La primera noche para ambos fue casi mágica, eran muy parecidos, aunque Fugaku se había negado a hablar abiertamente de su situación no se sintió incómodo de la charla que mantenía con la joven. Todo lo contrario se sentía a gusto con la joven Haruno, quien en la plática que mantenían le revelo que tenía 19 años y que el departamento que compartirían ahora se lo habían regalado cuando ingresó a la universidad.

 

En primera instancia el moreno se sorprendió por aquella revelación ¿Quién en su sano juicio te regala un departamento como felicitación por entrar a una escuela? Ni siquiera un padre que amara a su hijo haría semejante cosa y él sabía qué estos, no podían haber sido pues lo primero que había dicho la joven era precisamente que no tenía familia alguna, aun así su confusión debió reflejarse en su rostro pues la joven le respondió a su pregunta muda.

 

-Mis padres adoptivos me lo han regalado.- Dijo comprensivamente.- Yo no quería irme de Japón por lo que ellos optaron por darme un lugar en el cual establecerme.

 

-¿Adonde fueron ellos? –Inquirió automáticamente siguiendo el hilo de su curiosidad.

 

-Son personas ocupadas, su mundo era demasiado deslumbrante para mí. Por eso decidí quedarme aquí. Ellos viven en Inglaterra, aunque de vez en cuando vienen a visitarme para saber cómo estoy.

 

Con esas últimas palabras su conversación se dio por terminada y se dispusieron a descansar, de esa manera habían pasado la siguiente semana.

 

Cada noche cenaban juntos después de que la morena regresara al apartamento. Se acostumbraron rápido el uno al otro tanto que parecía como si siempre hubiesen estado juntos. Mikoto poco a poco fue despertando sentimientos de amor por el moreno quien al parecer no le era indiferente a pesar de ser un par de años mayor que él; aunque unas noches después aquello cambió.

 

Se encontraban cenando como de costumbre mientras veían la tv y platicaban de cualquier cosa que hubiese pasado en sus respectivos días, el timbre del departamento interrumpió su atmósfera tranquila causando miradas curiosas en ambos chicos.

 

-¿Esperabas a alguien?- Preguntó curioso Fugaku.

 

-La verdad no…- Respondió en el mismo estado la joven poniéndose de pie.

 

La morena se dirigió a la puerta pero Fugaku  la detuvo y en cambio el fue a abrir la puerta. Del otro lado un joven rubio de hermosos ojos celestes le miraba sorprendido y confundido.

 

-¿Eh? ¿Me confundí de departamento?- Se preguntó confundido el rubio a si mismo mirando el número de la placa y el nombre del departamento, donde claramente ponía “Haruno 101” y al confirmar que no se había equivocado miró de nuevo al moreno en la puerta y le sonrió amable.

 

Fugaku estaba impresionado ¿Cómo era posible que alguien tan perfecto existiera en ese mundo? Sus hermosos ojos azules le abrumaron en cuanto los vio directamente, su exquisito color de piel y su hermosa sonrisa le crearon un estrago en su corazón ¿Pero que significaban aquellos nuevos sentimientos?

 

-¿Quién eres? -Preguntó el moreno absorto en los rasgos angelicales de aquel joven rubio sobre todo por sus grandes ojos azules.

 

-Mucho gusto soy Minato Namikaze. Estoy buscando a Mikoto ¿Eres su amigo?- Habló de manera natural aun con una sutil sonrisa en sus labios al mismo tiempo que le extendía la mano en saludo.

 

Fugaku estuvo a punto de contestar a la pregunta del rubio, pero Mikoto que ya estaba junto a él sin que lo notara fue más rápida.

 

-¡Minato! ¿Qué haces aquí? –Dijo entre sorpresa y escepticismo al ver al rubio que se había convertido en su  hermano.

 

En respuesta sólo recibió otra deslumbrante sonrisa acompañada de un innegable sentimiento de felicidad por verla de nuevo… Mikoto miró a Fugaku de reojo para descubrir la razón del mutismo del menor fijándose en la mirada perdida del  moreno en el rostro sonriente de Minato, sintiendo una punzada de dolor en el pecho al intuir el significado de la misma….

 

 

 

Continuara…………..

 

Saben en Acorde Gemelo nadie me ha dado un RR y eso me da tristeza pero en fic de plano nadie ha comentado TT_TT no sean malos y dejen un RR

¡¡Acá una imagen de Minato *///* pidiendo que dejen un RR también!!

 

Notas finales:

Bien, por aqui vamos un poco lento pero esero que la disfruten nos vemos en dos dias con el tercer cap y me voy a Strings & Piano

 

Dejen RR!!

Nos vemos!!


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